CAPÍTULO 10















— ¡ME LLEVA! — Bram gritó, dando una marometa para esquivar la bola que el Gronckle había lanzado

Ahora, solo estaban en el ruedo él, Hicca y Astrid.

El pelinegro se cubrió detrás de uno de los muros de madera y observó a las personas del exterior.

Entre ellos vio a la anciana que decidiría quien combatiría con el Pesadilla Monstruosa, y detrás de ella, escoltándola, estaba Estoico.

Su exploración duró mucho más de lo que recordaba, fueron casi dos semanas completas, y apenas regresó, fue bombardeado por el éxito que su hija estaba teniendo.

Aunque Hicca no habló mucho de su charla con su padre, era obvio que él quedó encantado y la motivó para hacer mucho más que solo saber defenderse.

Sus pensamientos se interrumpieron cuando Astrid llegó a su lado, esquivando otra bola de fuego

— ~¡BRAM! ¡TENEMOS QUE VENCERLO!~ — susurró en voz alta, algo ansiosa

— Tranquila — Bram le puso una mano sobre el hombro y se asomó para ver al dragón, volando 

Pudo ver a Hicca salir de su cobertura, con una expresión de aburrimiento y resignación, al verlo, ella lo saludó con una sonrisa sincera, pero incómoda por la situación.

Luego, ella se giró para ver a su padre, que le asintió, y en respuesta, Hicca sonrió aún más falsamente.

— ~Esta vez, solo necesito ganar esta vez~ — la rubia susurró, saltando el muro que era su cobertura y corriendo hacia el Gronckle, balanceando su hacha

Bram salió de su cobertura, e igual corrió hacia el dragón, por el lado derecho.

La castaña simplemente se quedó al margen, sin embargo, al ver nuevamente a su padre, él hizo una seña.

— "Genial" — pensó con molestia, caminando hacia donde estaba el Gronckle, que empezó a volar hacia ella, con Bram y Astrid persiguiéndolo

El Gronckle se detuvo justo delante de ella, mirándola con cierta emoción, principalmente, veía lo que tenía en su mano.

Hicca sonrió algo nerviosa, pero se asustó al ver a la rubia lanzar su hacha hacia el dragón.

Inmediatamente sacó la hierba que tenía en su mano y rascó el hocico del Gronckle, y lo obligó a moverse para esquivar el hacha, aunque al mismo tiempo lo dejó tirado, embobado con la planta.

Vio el hacha acercándose y se cubrió, afortunadamente, el arma pasó a su lado, chocando con la pared de roca tras ella.

Al darse cuenta, Hicca vio a Astrid y a Bram, luego, señaló nerviosamente con ambos brazos al dragón derribado.

— Astrid — el pelinegro miró a su lado, a la rubia

Para su sorpresa, ella simplemente miró con enojo a Hicca, después, tomó un gran respiro y sacó el aire, relajando su expresión.

Con calma, dio pasos al frente, pasó al lado de la castaña y recogió su hacha, llevándosela al hombro.

— Uhm, lo siento — Hicca se intentó disculpar, pero fue ignorada...más o menos, pues Astrid solo le asintió

Bocón llegó de repente, evitando que Hicca se fuera antes de tiempo.

— ¡ALTO! La anciana ha decido — Estoico dio un paso al frente en las gradas, levantando una mano y hablando con su imponente voz

Todos se quedaron en silencio, observando a la mujer.

Bocón llevó su mano intercambiable sobre la cabeza de Astrid...la anciana negó, la rubia simplemente miró hacia abajo, con la misma calma que antes.

El hombre rubio ahora movió su mano sobre Bram, que tenía una mirada aburrida.

Aunque él se encargó de que Hicca no ganara siempre, haciendo cuentas era obvio que ella conseguiría ganar...en especial por este último ruedo, que vendría a ser el definitivo.

Al verlo, la anciana se quedó unos segundos mirándolo, asintió levemente, pero luego negó con la cabeza.

Finalmente, llegó el turno de la castaña, que ni siquiera quería ver al frente, sabía lo que esto significaba.

En su caso, Gothi asintió animadamente, con una sonrisa en su rostro, incluso la señaló levemente.

— ¡JAJA! ¡LO LOGRASTE HICCA! ¡TÚ MATARÁS AL DRAGÓN! — Bocón le dio un golpe en el hombro, emocionado, luego la cargó sobre sus hombros, dando saltitos

Estoico sonrió con satisfacción y no dudó en darse la vuelta para entrar al ruedo y felicitar a su hija, aunque a diferencia de los vikingos que corrían con emoción a cargarla, él tenía un paso tranquilo y firme.

— ¡SÍ! ¡QUÉ EMOCIÓN! — Hicca fingió alegría, visiblemente incómoda

Astrid se acercó, llevándose algunas miradas, claramente en espera de alguna confrontación.

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— Felicidades, Hicca — le asintió y después se fue por la entrada del ruedo, ahí encontró a Bram recargado en la pared

— Te lo tomaste bien — le dijo, con una sonrisa aprobatoria

— Tú me lo dijiste, todos tenemos nuestro momento, quizá el mío sea la siguiente — ella igualmente sonrió — Como sea, me tendré que esforzar aún más — le dio una palmada en el hombro y se fue, sintiendo que su carga era menor

Bram se sintió orgulloso de ella...por alguna razón, después vio a Hicca pasar a su lado, aun siendo cargada por los vikingos, ella le dio una mirada que comprendió a la perfección.

Tomó su hacha y caminó hacia el bosque donde se veían con Chimuelo.





Tras un buen rato de espera, Bram finalmente escuchó el escándalo en el bosque, propio de una chica poco cuidadosa con sus pisadas y poco familiarizada con el sigilo.

— ¡BRAM! — Hicca apareció entre los arbustos y lo saludó, con una expresión aliviada

— Ja, ¿Qué tal te fue con tus admiradores? — sonrió burlonamente, bajando de la piedra en la que estaba sentado

— Por favor — ella bufó, dejándose caer en el pasto, Bram se recostó a su lado — 

Se quedaron en silencio, observando el cielo, cuya vista era levemente opacada por las copas de los árboles y sus ramas.

Bram, como siempre, sabía que ella iba a decir algo, no solo por el factor clave, que era la película, sino que también porque la conoce.

No dijo nada, esperó a que ella aclarara su mente y encontrara las palabras para expresarse.

— ...No quiero hacerlo — Hicca empezó, con una expresión preocupada — Simplemente no puedo...podría acercarme al dragón e intentar...ya sabes, agradarle...pero si lo hago frente a la aldea... — dejó que el silencio continuara por ella

El pelinegro no tenía mucho que decir en esta ocasión en particular, realmente odiaría estar en la situación de Hicca.

— ¿Tienes algún plan? — él preguntó, interesado en saber si por casualidad ella tendría una salida pensada

Tras su pregunta, llegó el silencio.

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— Me iré de Berk — lo soltó tras unos segundos de silencio, suspirando con resignación

Ambos se quedaron callados, y a pesar de estar viendo hacia otro lado, Bram pudo ver a la chica limpiarse unas lágrimas que amenazaban con correr por su rostro.

— Faltan dos días para eso, contando este, tenemos tiempo para pensar en algo — la calmó 

Hicca no dijo nada, simplemente asintió, desde luego no quería irse de su hogar, tampoco separarse de esas pocas personas a las que amaba, en especial de Bram.

— ¿Quieres dar un paseo? — él preguntó de repente, sacándola de sus pensamientos

— ¿Cómo? — Hicca lo miró, confundida

— Bueno, ya aprendiste a controlar mejor a Chimuelo...¿Quisieras mostrarme? Podría ayudarte a aclarar tus pensamientos — él se levantó, extendiendo su mano hacia ella

La castaña se le quedó viendo, con incredulidad, pero poco a poco un rubor creció en sus mejillas y no pudo evitar sonreír antes de aceptar.

Caminaron hacia dónde estaba Chimuelo.





Pasado un rato finalmente llegaron al gran agujero, y al bajar, vieron al dragón recostado, como casi siempre que venían.

— Hola amigo, ¿Listo para un vuelo? Esta vez tenemos compañía — Hicca se acercó, señalando a Bram a su lado

Chimuelo frunció levemente el ceño, pero se puso de pie y dejó que la castaña subiera a su montura.

El pelinegro podía decir que el dragón aún no confiaba demasiado en él, y era comprensible, sin embargo, con este vuelo podrá llevarse un poco mejor con él.

— B-Bien, vamos — ella extendió su mano al chico

Bram sonrió levemente y aceptó, subiéndose a la espalda del Furia Nocturna, que lo siguió en todo momento con la mirada.

Cuando subió, Hicca se inclinó hacia Chimuelo, susurrándole a uno de sus oídos.

— ~Por favor, amigo, no me avergüences ahora~ — sonrió nerviosamente

El Furia Nocturna levantó levemente la mirada, como una expresión de curiosidad, luego solo gruñó levemente, regresando su vista al frente.

— Ahora amigo, con cuidado — Hicca habló en voz alta, intentando transmitir confianza en su voz

Chimuelo despegó con fuerza, pero no la suficiente como para hacer que Bram se asustara.

Viendo que era más seguro abrazar a la castaña que sujetarse de la silla, envolvió su cintura con sus brazos, ignorando eso y enfocándose en ver lo que había debajo de ellos, el suelo se alejaba cada vez más.

Hicca sintió los brazos del pelinegro rodeándole, no pudo evitar agradecer mentalmente al dragón por darle una mano con eso.

Continuaron subiendo hasta que finalmente se mantuvieron en horizontal.

— ¿Quieres sentir un poco de adrenalina? — ella le preguntó, sonriendo levemente, como si tuviera algo planeado

Bram tuvo algunas ideas de lo que pasaría, no pudo evitar sonreírle ampliamente a la chica.

— ¿Por qué no? — la abrazó un poco más fuerte, dándole la señal

— ¡CHIMUELO! — la animada muchacha le gritó a su dragón, que gruñó levemente y se dejó caer, en picada

Cayeron a gran velocidad, y a punto de llegar al mar, el Furia Nocturna batió sus alas, frenando y cayendo en el agua con suavidad.

Se dejó hundir un poco y luego volvió a impulsarse con sus alas, repitiéndolo unas tres veces.

— ¡ARRIBA, AMIGO! — Chimuelo, aparentemente contento, volvió a ascender rápidamente, mucho más rápido que antes — ¡LAS VUELTAS! — Hicca lo guio, presionando la palanca en su pie

El dragón juntó las alas a su cuerpo y comenzó a girar sobre sí mismo.

Mientras continuaban los giros Bram sonrió ampliamente, sintiendo su corazón acelerado, no pudo evitar recordar algo llamado 'Montaña rusa', una cosa que solía estar acompañada de esta sensación.

Chimuelo dejó de girar y extendió sus alas, pero se puso de cabeza, aún con las alas extendidas, después usó su aleta buena para dar vueltas en su propio eje, en todas direcciones, cayendo cada vez más rápido.

— ¡ESO ES NUEVO! — Hicca se rio, intentando no marearse — ¡ES TODO, AMIGO! — le gritó al dragón, que de inmediato se detuvo

Bram iba a hablar, aún con esa sonrisa en su rostro, pero sus palabras fueron cortadas por el bello atardecer frente a ellos.

El Sol se cortaba a la mitad por el mar, bajando lentamente. Los colores anaranjados del cielo fueron hipnotizantes.

Hicca llevó a Chimuelo cerca de las nubes, extendió su mano y pudo sentir el frío agradable entre sus dedos.

Se sorprendió cuando el pelinegro también levantó su mano, acercándola a la de la castaña, que se ruborizó levemente, sin que su sonrisa se borrara.

Con suavidad, Hicca presionó la palanca de su pie, dándole la señal a Chimuelo para volar hacia arriba, él completó el movimiento con la misma suavidad

Volaron entre las nubes durante un rato, embobados con 'tocarlas'.

Finalmente, comenzaron a ascender, y ahora vieron la noche sobre sus cabezas, sin embargo, no venía sola.

Auroras boreales se paseaban por el cielo nocturno, cambiando de color lentamente.

Bram acercó su pecho a la espalda de Hicca, viendo más de cerca. Ella respondió a la inversa, pues hizo su cabeza para atrás, recargándose en él, aun viendo el cielo.

Comenzaron a bajar, atravesando nuevamente las nubes, y ahora lo que entró a la vista fue la isla de Berk, iluminada por las antorchas sobre las rocas y también de las casas.

Volaron un poco bajo, acercándose aún más y viendo la isla con cuidado.

— Esto es... — Bram empezó

— Hermoso — Hicca terminó por él

Intercambiaron miradas y sonrieron, volando ahora lejos de Berk.

— ¿Cómo te sientes? — el pelinegro preguntó, sintiendo la cabeza de la castaña contra su pecho

— Ahh...creo que tengo una idea...es muy arriesgado...pero creo que estoy dispuesta a hacerlo — respondió, entendiendo a qué se refería

— Tranquila, estoy contigo, ¿De acuerdo? — él dejó de abrazarla con un brazo, y lo usó para tomarle la mano, apretándola sin mucha fuerza, pero con firmeza

Hicca lo miró con los ojos como platos, su rubor creció, pero sonrió, aceptando la mano del pelinegro.

Se miraron fijamente, sin parpadear.

Pero su momento fue interrumpido por un rugido de dragón...seguido por muchos más.

— ~¿¡QUÉ MIERDA!?~ — Bram susurró en voz alta, olvidando por completo esta situación

Se agachó, obligando a Hicca a agacharse también, ambos observaron a su alrededor, tratando de ver qué sucedía.

— ~Amigo, vámonos~ — la castaña acarició suavemente el rostro de Chimuelo, que apartó su mano y comenzó a volar rápidamente

Hicca no tuvo de otra más que ayudarlo para no chocar con las columnas rocosas, sin mencionar que también tenía curiosidad.

Llegaron a una zona llena de niebla, los rugidos se volvieron más fuertes en esta zona, y al poco tiempo, un dragón casi choca con Chimuelo, luego otro por la derecha.

La niebla se dispersó levemente, permitiendo ver a toda una manada de dragones, de variadas especies.

Viendo que esto era más peligroso de lo que en un principio creyó, Hicca volvió a intentar persuadir a Chimuelo.

— ~Amigo, esto es peligroso, debemos ir_ — Chimuelo apartó su mano con aún más brusquedad, dejándole en claro que no se irían a ningún sitio

Bram observó a su alrededor y se dio cuenta de lo importante.

— ~Llevan comida~ — le susurró a la chica, que también se fijó en eso

— ~Creo...que la llevan al nido~ — Hicca intuyó, realmente sin estar segura de que hacer con esa información, suponiendo que ese era el caso

Continuaron volando durante un muy buen rato, hasta que finalmente los dragones comenzaron a maniobrar rápidamente, la castaña hizo lo que pudo para seguirlos y entraron a una cueva, y no tardaron mucho en sentir el calor.

La cueva se convirtió en el interior de un volcán, Hicca estaba sorprendida de ver como los dragones soltaban sus presas a lo que ella suponía que era la lava del volcán.

Chimuelo se desvió de la manada y aterrizaron en una de las columnas naturales de las paredes volcánicas, donde se refugiaron, observando atentamente todo.

— ~No se están comiendo nada~ — la castaña susurró, viendo a los últimos dragones dejando caer pescados, e incluso ovejas muertas — ~Es una alegría saber que nuestra comida termina en llamas~ — se burló un poco, intentando aminorar su impresión

El chico se quedó en silencio, esperando a que ese Gronckle apareciera...nunca llegó.

El dragón que debía ser devorado por el Muerte Roja no apareció, y eso ciertamente tenía sentido, si depende de tu vida llevar comida, harás de todo con tal de llevarla.

Desvió la mirada...vio a varios dragones con extremidades faltantes.

— ~Mierda~ — susurró, Hicca lo volteó a ver, curiosa

— ~¿Qué sucede?~ — preguntó, Bram simplemente señaló a los dragones, Hicca se horrorizó, pero no entendió la idea

— ~Creo que están alimentando algo...a toda costa~ — continuó señalando a los dragones

Mientras la castaña se hacía ideas, Bram observó a todos los dragones del nido, que asomaban tímidamente sus cabezas para observar el agujero.

El pelinegro intentó saber qué demonios sucedía, ¿Por qué el Muerte Roja no salía? Más bien, ¿Dónde carajos estaba ese Gronckle que iba a ser comido por ese dragón monstruoso?

Ambos escucharon un gran rugido gutural, uno que incluso les hizo fruncir el ceño por el ruido.

Los dragones se asomaron aún más, como si se estuvieran preparando para algo.

Bram maquinó rápidamente una hipótesis en su cabeza.

— ~Hicca, creo que...lo que sea que alimenten no está satisfecho~ — susurró, ahora Hicca también observó a los dragones

— ~Chimuelo, vámonos~ — esta vez se impuso al dragón, que comenzó a respirar agitadamente

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Hicca vio algo salir de entre el vapor, era gigantesco...pronto vio el resto de aquello que salía, ¡ERA UNA MALDITA CABEZA DE DRAGÓN GIGANTE!

— ¡AHORA! — no pudo esperar más y gritó con todas sus fuerzas, Chimuelo se movió, pero el resto de dragones no

No fue hasta que otro par de rugidos, que vinieron desde arriba, asustaron por completo al nido.

El gigantesco dragón intentó devorar a Hicca y Bram primero, sin éxito, el Furia Nocturna era simplemente demasiado rápido.

El Muerte Roja sacó más su cuerpo, estirándose para alcanzar a los dragones, que hacían un remolino, tratando de escapar por la boca del volcán.

Un pobre Cremallerus fue desafortunado en ser el que reaccionó más lento, y en consecuencia el Muerte Roja consiguió morder la mitad de su cuerpo.

El Cremallerus rugió de dolor y desesperación, siendo jalado de nuevo hacia el denso vapor.

Cuando Chimuelo salió del volcán, volando rápidamente con dirección a Berk, guiado por Hicca, ambos chicos observaron a los dragones volar en otra dirección, no se dispersaron, sino que se movieron hacia un mismo punto.

— ¡POR ODÍN! ¿¡QUÉ FUE ESO!? — Hicca gritó, sintiendo que su corazón se le iba a salir

— Si lo que dije es cierto, entonces van a buscar más comida...eso explica que nos ataquen con tanta insistencia — Bram, con un tono mucho más relajado, pero igual de alterado por dentro, respondió

Volaron tan rápido que en un par de horas llegaron a Berk, la castaña llevó a Chimuelo hacia el agujero de siempre, y apenas el dragón aterrizó, ellos se bajaron de él.

Ambos jóvenes se quedaron en silencio, recostándose en el pasto, el pelinegro no podía quitarse de la cabeza esos rugidos que hicieron brincar el nido por completo.

— ~Tengo que lidiar con un dragón mañana, y ahora también con un come dragones enorme tan cerca de Berk~ — Hicca susurró, sintiendo que su mente había llegado al límite

Sin decir nada, Bram volvió a tomarle la mano, ella lo apretó con fuerza y giró la cabeza para verlo.

— Pensaremos en algo...un problema a la vez — él aconsejó, incitándola a tomar un poco de aire y calmarse

La castaña le hizo caso y respiró profundamente.

Pasados unos segundos, ambos se sentaron, aún tomados de la mano, mirándose.

— Primero, el Pesadilla Monstruosa de mañana, tú haz lo tuyo, yo intentaré que nadie se vuelva loco y asuste al dragón, ¿Okey? Si tenemos a la aldea con nosotros...si todos montan dragones, podremos ir por esa...cosa, y liberar a esos dragones — Bram sugirió un plan de acción

Honestamente, temía que no funcionara.

Hicca, por su parte, lo miró con los ojos brillantes...no aguantó más, si no lo hacía, ¡NUNCA LO IBA A HACER!

La chica se lanzó a Bram, atrapándolo en un abrazo por el cuello, después chocó suavemente sus labios con los de él, uniéndolos en un beso profundo y lleno de sentimientos.

Mientras el pelinegro seguía sorprendido en gran medida, vio incluso una lágrima caer de los ojos de la castaña, como si temiera lo que pudiera pasar, pero al mismo tiempo, como si estuviera feliz por hacerlo.

Tampoco pudo resistirse, por lo que cerró los ojos y correspondió el abrazo, siendo quien guiaba el beso.

Intercambiaron saliva un largo rato, sintiendo la carne de los labios del otro, algo que ninguna había sentido hasta ahora.

Finalmente, se separaron, viéndose a los ojos, con los corazones acelerados y respirando agitadamente por la emoción, la intensidad del beso...y algo nuevo dentro de ellos en consecuencia a él.

Bram apretó con más fuerza la cintura de Hicca, obligándola a permanecer pegada a él, y la castaña abrazó su cuello más fuerte, como si quisiera continuar de forma inconsciente.

Ambos tenían un rubor bien marcado, pero no intenso...tenían mucho calor.

Bram escuchó una rama partiéndose y miró a su lado, viendo a Chimuelo tratando de alejarse, parándose en seco al oír su propio ruido, girando la cabeza para verlos, visiblemente incómodo.

La muchacha también volteó a ver a Chimuelo, luego, se separó de Bram, adquiriendo un gran sonrojo.

— E-Ehm, e-eso fue...ghmm — ella no supo que decir, levantándose para tomar distancia, sintiendo aún más calor...uno que, a diferencia del de hace unos instantes, no le agradaba

Temiendo por su relación con Bram, ella intentó disculparse, solo para darse cuenta de que no podía ni hablar.

Chimuelo se acercó a ella, empujándola suavemente con su hocico y frotando un poco su ala con la espalda de Hicca antes de irse para dormir colgado de la rama de un árbol.

Ambos chicos miraron al Furia Nocturna como si fuera lo más interesante del mundo, hasta que cerró los ojos y, aparentemente, se durmió.

— L-Lo siento, es so-solo que pensé que es-estaría...bien— Hicca abrazó su brazo izquierdo, rascándolo con nerviosismo, teniendo una expresión preocupada

Viéndola, Bram no respondió, simplemente se acercó y plantó un suave beso en su mejilla.

— ¿Uh? — Hicca acarició su cachete, impresionada, disminuyendo su rubor de vergüenza 

— No besas taaaan mal — Bram alargó intencionalmente la palabra, sonriendo con suavidad

Nuevamente, el sonrojo de la muchacha regresó, lo que causó una pequeña carcajada en el pelinegro.

Ella también se rio nerviosamente, acercándose a él para recargar su cabeza en su hombro.

— E-Eso significa...¿Qué no te importaría que te dé más de esos? — ella preguntó, sonriendo

Había pensado que al momento de decir algo así iba a ser un amasijo de nervios...pero ahora se dio cuenta de que una cosa; sabía que era lo que él iba a decir.

Bram la rodeó con sus brazos, acercándola hasta que pegaron sus cuerpos nuevamente.

— ~Solo si tú me dejas dártelos igual~ — le susurró, acariciando su cabello

Ella asintió, relajándose, como si lo de hace unas horas no hubiera sucedido, como si lo de mañana no existiera.

Bram sabía que posiblemente lo que la carcomía regresaría apenas esta sensación se atenuara, así que, con algo de nervios, habló.

— ¿Quieres que duerma contigo esta noche? — preguntó, le sacó una risa a la castaña, como si hubiese adivinado lo que pensaba

— ~Y todas las demás~ — Hicca habló en voz baja, abrazándolo más fuerte, sintiendo ganas de llorar por lo considerado que era

Aún abrazos, se fueron, sin despedirse de Chimuelo, pues pensaban que ya estaba dormido y que despertarlo lo molestaría.

Cuando estuvieron lo suficientemente lejos, el dragón abrió los ojos, viéndolos irse, rodó levemente los ojos y volvió a cerrarlos, ahora durmiéndose de verdad.

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El capítulo termina aquí, creo que está quedando bastante bien, ¿No creen? Yo me despido. Recuerden usar condón, cepillarse los dientes, obedecer a su mami y no robar, a mí no me queda nada más que decir más que adiós, así que... 

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