CAPÍTULO 1

Muchas personas suelen preguntarse qué es lo que hay después de la muerte, ¿Acaso hay un paraíso? ¿Un infierno? ¿Renacer? ¿O quizá simplemente no hay nada? La verdad, no hay ninguna manera de demostrar esto...al menos no estando vivo.

Pero la realidad, es que son todas esas cosas a la vez.

La conciencia es una cosa que no puede entenderse por completo, y cuando se separa del cuerpo, pierde parte de sí misma, no existe tal cosa como los sentidos, pues no hay nada que sentir, oír o ver.

Tampoco hay algo similar a los pensamientos, es solamente energía a la deriva, sin motivos, sin preguntas, es como un espectador silencioso que lo ve todo.

No hay conflictos, de ningún tipo, no hay dolor ni físico ni mental, por esto, puede considerarse un paraíso, sin embargo, esto mismo lo vuelve un infierno, ¿Cómo sabes que realmente sigues siendo tú? ¿Siquiera esa pregunta sigue siendo válida para este punto?

Es un viaje en medio de la nada, invisible y sin poder apreciar absolutamente nada más que el vacío, un vacío que ni siquiera tiene colores, uno que es imposible explicar con las palabras de cualquier lenguaje.

Finalmente, hay un estímulo, un destello blanco, ni siquiera se puede determinar su origen, pero cuando termina...









— "¿Eh? ¿Qué sucedió? ¿Por qué no dejo de llorar?" — confundido, intentó observar a su alrededor

Su visión estaba limitada, tenía los ojos entrecerrados, y para colmo, las lágrimas deformaban las imágenes que veían.

Sentía que estaba en los brazos de alguien, esa persona lo arrulló...ahora que ponía atención, su cuerpo se sentía mucho más pequeño.

Ni siquiera él supo cómo es que se calmó y dejó de llorar, y ahora con esta libertad, observó correctamente donde se encontraba.

Había varias personas, la mayoría eran jóvenes o personas mayores, vistiendo ropas bastante fuera de lo común, faldas largas de cuerpo completo, o al menos eso parecían. 

Casi todos tienen cascos y hombreras, hay algunos que tienen pecheras abolladas y algo maltratadas.

Son hombres y mujeres de complexión robusta. 

Los hombres son un poco más altos y sus músculos son más grandes, mientras que las mujeres tienen músculos más pequeños, pero de aspecto fuerte, es difícil determinar algo más gracias a la ropa que los cubre.

El lugar parece ser una cueva, o al menos esa es la imagen que da, pues hay grandes columnas sosteniendo el techo, y, sobre todo, hay una enorme mesa redonda hueca, con leña quemada en su interior, parece que se acababa de apagar el fuego.

Ahora con el lugar reconocido, indagó en sus pensamientos, preguntándose qué demonios sucedía.

No era capaz de recordar su nombre, tampoco su aspecto, pero lo demás era muy claro.

Dando otro vistazo a su alrededor, pudo notar algo importante.

Según los recuerdos que tenía, podía decir con exactitud que los vikingos, la mesa, y esos grabados de dragones en los pilares, pertenecían a nada más y nada menos que...

— "Berk" — respondió a su propia pregunta en su mente

Apenas terminó de procesar todo, se escuchó un fuerte estruendo fuera de la 'Sala de reuniones'

¿Acaso es una de esas incursiones nocturnas de los dragones? La repuesta llegó cuando a sus pequeños oídos llegaron los gritos de guerra por parte de los vikingos en el exterior.

Sin duda, la batalla afuera estaba siendo feroz.

No había ninguna manera de ver el exterior, por lo que estaba a ciegas en cuanto a ello.

Pensó un poco en todos los acontecimientos de las películas, al menos de la primera, que era la que recordaba mejor.

Mientras pensaba y observaba a su alrededor, notó a otro bebé, con características familiares.

— "¿Hipo?" — se preguntó, mirando a otro bebé de pelo castaño y ojos esmeralda, en brazos de una mujer que no se parecía en nada a Valka — "Seguramente ya la raptaron, según la línea original, Estoico tenía a su familia en su hogar durante los ataques, normal, siendo tan fuerte...pero con lo de Valka, quizá se volvió más precavido" —

Ahora, siendo un bebé en brazos de quien parecía ser su madre, no podía hacer mucho, pero empezó a planear lo que quería hacer en este nuevo lugar.

¿Domesticar a un dragón? ¿A cuál? Siendo honestos, él era mucho más de construir, quizá se enfoque en eso cuando crezca.

Así fue su llegada a este mundo, repentina y sin ningún tipo de aviso, ¿Qué podría esperarle?









Han pasado ya varios años, mis padres me llamaron Bram, bonito nombre, ¿No? Como sea, he descubierto algo perturbador.

— ¡BRAM! ¡MIRA ESTO! — una voz algo chillona sonó a mis espaldas, tuve un leve escalofrío y me giré para ver a quien me llamaba

— Hicca, ¿Qué tienes ahí? — pregunté a una niña castaña de ojos verdes brillantes, era tierna, aún con el diente faltante en su boca

— Solo es un dibujo, pero esto podrá ayudarnos contra esas lagartijas sobre desarrolladas — le mostró una hoja de papel, con un boceto de lo que parecía una especie de arco, hasta que lo vi con más detalle

— ¿Una ballista? — pregunté, mirando las partes mecanizadas

— Algo así, pero tendrá boleadoras como proyectil, para capturar dragones vivos — sonrió con orgullo

— ¿Por qué querrías atraparlos vivos? ¿No es mejor matarlos de una vez? — otra vez, hablé, mientras vi cómo se tensaba

Como creía, Hicca sigue siendo como el Hipo de la película, sin embargo, es un poco más sensible, solo un poco realmente, pero esa pequeña diferencia hace que dude de matar incluso antes de tener su oportunidad.

— E-Ehm, e-es para...¡ESTUDIAR! ¡SÍ! — encontró su excusa y me sonrió — Si los atrapamos vivos, podremos estudiarlos con mayor detalle, cuáles son costumbres en ciertas especies, rivalidades, crecimiento y...esas cosas — no encontró nada más

Por mi lado, yo solamente me reí, después simplemente le devolví el dibujo.

— Sería útil, ¿Quieres jugar? — desvié el tema

Al oírme, pude ver como sus ojos brillaron, no dudó ni por un segundo y me atacó con una espada de madera.

Carajo, eso me dolió.

— ¡OYE! ¡ESTA VEZ TÚ DEBES SER EL DRAGÓN! — me sobé la cabeza, gruñendo con molestia, ella solo se rio y blandió torpemente su espada, esta vez la esquivé

Comencé a correr, a un ritmo que le permitiera a Hicca seguirme, después de todo, ella es un poco menor que yo, tenemos 6 y 7 años respectivamente.

Mientras jugábamos, pensé si tal vez debería domesticar a mi propio dragón...ja, qué tontería, ¡CLARO QUE LO HARÍA! La cuestión es, ¿Cuál? 

Por mi distracción, recibí otro golpe en el abdomen, dolió, pero no fue gran cosa.

— ¡GRRAAH! — imité a un dragón y me lancé a Hicca, inmovilizándola

Trató de luchar, pero no pudo contra mí, yo simplemente estaba encima de ella, esperando con aburrimiento a que pronunciara las palabras.

— E-Esta bien, ghm, tú ganas — dijo, mientras aún intentaba librarse de mi ataque

Me aparté y me dejé caer junto a ella, ambos mirábamos el cielo, pude notar que ella tenía algo que decir, así que le acaricié la cabeza, aún acostado, y esa fue su señal.

— Creo que no soy lo que papá esperaba — la respuesta fue algo sorpresiva, ¿A tan temprana edad se dio cuenta?

— ¿Por qué lo dices? — fue una pregunta de cortesía, afortunadamente no se lo tomó mal

— Me mira...casi decepcionado, más bien, resignado, ¿O triste? La verdad, no tengo idea, pero no es bueno... — intentó continuar, sin embargo, no pudo

Esta situación no me la esperaba ahora.

Estuvimos un par de segundos en silencio, conmigo tratando de buscar las palabras adecuadas.

— Lo que quieres es recibir su amor, ¿No? — ella asintió — Y crees que, si haces algo como el resto de nosotros, te amará y lo harás feliz... — volvió a asentir —¿Pero y si eso no te hace feliz a ti? — le pregunté

Ella se quedó mirando el cielo, pareció contemplar mis palabras, pero sin tomárselas demasiado en serio.









— Diablos, ¿De nuevo? — Hicca se quejó, poniéndose su ropa usual, su confiable chaleco de piel y sus botas, para finalmente abrir la puerta de su hogar, solo para cerrarla al instante

Se cubrió con la propia y el fuego, más similar a la lava, se filtró por los agujeros entre la puerta y las paredes, ella se agachó un poco, sintiendo el calor al otro lado.

— Dragones — se respondió, como si no fuese suficientemente obvio

Sonrió nerviosamente, sentía su corazón latir al punto que se mareó levemente.

Sabiendo que era lo que debía hacer para apoyar, salió de su hogar corriendo, esquivando llamas y en especial, a otros vikingos que luchaban ferozmente.

Cayó de espaldas cuando un gronckle disparó frente a ella.

— ¡WAAAHHGG! — un hombre le gritó a la cara, con furia y hambre de guerra, después sonrió amablemente — Buenos días — fue todo lo que dijo antes de desviar la mirada y salir corriendo con hacha en mano hacia un dragón

Hicca se levantó, acostumbrada a la situación y continuó corriendo.

Mientras subía por una de las plataformas, se encontró a varios 'conocidos'.

— ¿¡QUÉ HACES AQUÍ!? — un hombre pasó corriendo a su lado

— ¡VE A CASA! — otro hombre le gritó, seguido de otra mujer que le gritó lo mismo

Los ignoró y después de unos segundos más, alguien la sujetó, quitándola del camino de una ráfaga de fuego.

— ¡HICCA! ¿¡QUÉ HACE OTRA VEZ AFUERA!? — el hombre robusto y pelirrojo preguntó, molesto, luego la vio a ella — ¿¡QUÉ HACES AFUERA!? ¡CÚBRETE! — la dejó seguir su camino con algo de brusquedad

Este hombre es Estoico el Vasto, dicen que cuando era bebé le arrancó la cabeza a un dragón desde los hombros, ¿Qué si Hicca lo cree? Pues verlo lanzar una carreta a más de 50 metros de altura y darle a un Nadder debería ser suficente prueba, ¿No?

Finalmente, llegó a la herrería, se puso su delantal y se quitó su chaleco para evitar un accidente

— Vaya, pensé que ya te habían llevado — bromeó un hombre sin una pierna y sin una mano

— "Bocón" — pensó Hicca, después ideo un contraataque rápidamente — Por favor, los dragones no sabrían que hacer con todo...¡ESTO! — mostró sus delgados biceps

— Necesitan mondadientes, ¿No? — con facilidad, Bocón contrarrestó el comentario, atendiendo rápidamente a aquellos que exigían nuevas armas

Hicca se apresuró con la forja, usando la maquinaria con esfuerzo.

— ¡FUEGO! — un hombre gritó, mientras una casa se incendiaba, Hicca rápidamente se asomó, esperando ver a alguien

En su mente, nombró a los otros jóvenes, Patán, Patapez, los gemelos Brutacio y Brutilda, Astrid y...

— "Bram..." — suspiró, con los ojos bien abiertos, hasta que suavizó su mirada, viéndolo como estúpida

Su amigo de la infancia había cambiado bastante, era alto, con un cuerpo musculoso, pero a diferencia del resto de vikingos, era atlético y se veía muy bien. 

También había cambiado su rostro, era más duro, pero con rasgos un poco finos, y finalmente, tenía un largo cabello negro, que estaba despeinado y alborotado la mayor parte del tiempo, aun así, le quedaba genial.

— ¡RÁPIDO! — Bram ordenó a sus compañeros, que estaban algo desorganizados — ¡PATÁN! ¡IDIOTA! — al ver como el otro chico tiró la cubeta de agua, le entregó la de él y lo empujó para que se fuera

Tomó la cubeta vacía y siguió a sus compañeros, que iban por más agua, sin embargo, alcanzó a ver a Hicca en la ventana, pensó que, a pesar de la situación, no haría daño un saludo rápido.

— ¿Noche ocupada? — se acercó y se recargó en la ventana, sonriéndole

La chica se tensó un poco, a pesar de ello, también sonrió con un poco de burla.

— Meh, hay noches peores, ¿Qué tal vas con tu equipo de 'élite'? — 

— Ya sabes... — desvió la mirada para ver como los gemelos luchaban por la misma cubeta de agua — Al menos es algo — sonrió al ver como Astrid los golpeaba y apagaba las llamas 

Hicca frunció un poco el ceño, pero su charla fue interrumpida por Bocón.

 — Basta de besos, ¡A TRABAJAR! — le dio una espada a Hicca, que tuvo dificultades para cargarla

— Te dejo, si no voy, se matarán — Bram se despidió, corriendo para llenar su cubeta de agua

Hicca suspiró y fue a afilar la espada, pensando seriamente lo que estaba por hacer.

La castaña no quería lastimar a los dragones, o por lo menos no matarlos, no obstante, Berk no tiene mucha tolerancia a ese pensamiento, y esa es la razón por la que no encaja.

Ni siquiera su padre la ve como a una hija, y Bram...realmente no está segura, pero con tanta inseguridad por su alrededor, ¿No sería lógico que creyera que él tampoco la apreciara?

Como último recurso desesperado, tomó una decisión.

— ¡FURIA NOCTURNA! — un vikingo del exterior gritó, sacando a Hicca de sus pensamientos, y se asomó para ver

Poco después del grito, todos oyeron un silbido que fue acompañado de un disparo morado, que impactó con una torre, derribándola.

Tomándolo como una señal, la castaña se armó de valor, respiró hondo y se fue corriendo a la entrada de la herrería, ahí vio a Bocón, preparándose para salir.

— Me necesitan allá, quédate, quieta... — la miró una vez más — Ahí... — Hicca lo miró con cansancio — Tú entiendes, ¡AARGHHHH! — gritó, entrando al campo de batalla

Aprovechando la ausencia de su 'jefe', quitó la sábana que cubría su invento, el mismo del que solo había mostrado un boceto a Bram hace muchos años...tragó saliva.









Hicca corría por la aldea con la ballista, se alejó como pudo de la zona de mayor caos, llegando a la cima de una colina, donde plantó su arma.

— ~Solo uno, solo uno~ — susurró para sí misma, tratando de calmarse y también de rechazar la molesta sensación en su estómago

Cuando ignoró los sonidos de la batalla detrás de ella, todo se volvió silencioso, estaba totalmente enfocada en su área de tiro, moviéndolo frenéticamente los ojos para lograr ver algo, hasta que finalmente...

— ¿Uh? — entrecerró los ojos y vio una silueta oscura moviéndose en medio de la noche, de no ser por las estrellas como contraste, no la hubiera visto

Después de apuntarle al dragón, escuchó el característico silbido del furia nocturna, su corazón latía con más fuerza a medida que el sonido aumentaba.

El dragón soltó otro disparo, dejando una torre desmoronándose, pero le permitió a Hicca verlo mejor.

Ella cerró los ojos, movió su arma y disparó.

La fuerza de la ballista la lanzó hacia atrás.

— "Diablos, necesito hacer ejercicio" — pensó, parándose rápidamente para ver al cielo

Pudo escuchar el rugido del furia nocturna, y también ver su silueta cayendo en el bosque cercano a Punta Cuervo.

Quiso festejar, pero por alguna razón, no sentía que era correcto, tenía una sensación muy amarga en su garganta.

Lo que la trajo a la realidad fue el sonido de madera haciéndose pedazos, y una respiración fuerte en su nuca, se dio la vuelta rápidamente, y había un pesadilla monstruosa viéndola como un buen aperitivo.

— ...Jeje, ¿Qué te parece si lo hablamos? — dio un paso atrás, sonriendo nerviosamente

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Aquí termina este primer capítulo, espero les haya gustado, la historia la cambiaré ligeramente, como seguramente ya se habrán dado cuenta, pero intentaré mantenerme fiel al lore de la saga. Recuerden usar condón, cepillarse los dientes, obedecer a su mami y no robar, a mí no me queda nada más que decir más que adiós, así que...

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