Un Último Capítulo


La tormenta no parecía querer cesar, pues se escuchaban los relámpagos chocar contra los árboles de los alrededores y como los troncos se partían en dos debido a eso. Yacían atrapados gracias a la tormenta y no había nada que se pudiera hacer más que esperar a que ésta cediera; la luz eléctrica había dejado de funcionar y debían de permanecer con velas para poder estar iluminados. El frío se acrecentaba según como pasaban las horas y por lo que se ve duraría toda la noche. Habían encendido la chimenea con algo de esfuerzo, y eso los mantenía calientes mientras se escuchaba la lluvia caer.

–¿Eso es realmente cierto, Amy?– preguntó la coneja mientras abrazaba con fuerza al chao en sus manos –¿Es que acaso ella murió de verdad?

–Eso dice Cream– respondió Amy con cierta decepción para ver de nuevo aquel libro que yacía en sus manos –Dice que luego que la princesa cerró sus ojos y no los volvió a abrir más– leyó –Arturo se convirtió en rey como la última voluntad de su amada, pero jamás volvió a casarse después de su muerte.

–Es un trágico final para una pareja de amantes tan enamorados– asintió Tikal con la cabeza en respuesta de la pregunta de Cream –No todas las historias tienen un final feliz Cream– habló con una voz apacible.

Debido al apagón de luz y sin otra cosa que hacer, Tikal, quien había llegado junto con Cream esa tarde, le había sugerido la lectura de una historia para pasar el tiempo. El libro escogido era uno que la misma sacerdotisa había recomendado con gran entusiasmo: La Leyenda del Rey Arturo Volumen I: Inicios. Una lectura, que según Tikal, te hace revivir la historia junto a los personajes.

–¿Pero por qué murió?– preguntó la conejita para ver a la equidna –¿No se supone que ya todo estaba bien?

–Al momento de la batalla con el Gran Hechicero la Princesa Amelia utilizó toda su energía restante para poder proteger a su amado– respondió Blaze, quien yacía viendo la chimenea que ardía frente a ella –Al momento de Lancelot hablar de la boda ella sabía que si accedía a casarse dejaría a Arturo con un gran dolor en su corazón por su perdida y además con la responsabilidad del trono.

–Por eso la historia narra la tristeza de la princesa al anunciar su compromiso– agregó Silver para ver con dulzura a la pequeña coneja –Ella sabía que lo dejaría solo, pues su cuerpo estaba a punto de sucumbir.

Silver y Blaze habían llegando antes de que empezara la tormenta. La casa de Amy había sido el punto de reunión que Sonic les había dicho, pues parecía haber problemas causados por Eggman y necesitaba de toda la ayuda posible, citándolos al caer el sol; sin más que hacer que esperar, ambos escucharon, junto al resto, la historia que Amy contaba con tanto empeño.

–Sí, eso parece– dijo Amy para voltear varias páginas atrás.

–¿Y qué pasa con Percival y Sir Galahad?– preguntó Cream curiosa –¿Ellos sí se quedarón juntos?

–Sí, Cream– respondió Amy con una sonrisa –Poco después de que Arturo tomara control del castillo y que los reinos que habían sido azotados por la devastación empezaran a florecer nuevamente, ambos tuvieron una pequeña boda.

–Realmente me sorprendió que Galahad le dijera todo eso a Percival– habló Blaze para ver por fin a los presentes –No parecía tener mucho interés por ella antes.

–Yo creo que lo ocultaba– se involucro el erizo plateado –Creo que siempre tuvo algún sentimiento hacia ella, pero por tener que verla como compañera de lucha no podía permitirse expresarlo.

–Hmph, eso es ridículo– habló irritada la felina. –Los guerreros no se supone que se enamoren– dijo para cruzar sus brazos sobre su pecho en señal de molestia.

–Pues, en lo personal, la historia del joven mozo me pareció muy triste– habló Tails mientras mantenía su mirada fija en su último invento –Ayuda a Arturo y traiciona al príncipe sabiendo que puede costarle la vida para ser libre– dijo mientras atornillaba vario tornillos en un pequeño aparato en sus manos –Pero al final él muere sin poder ser verdaderamente libre.

–¿Aún sigues trabajando en ese cacharro?– reclamó Amy para verlo con el ceño fruncido –Pensé que no me prestabas atención– dijo molesta.

Tal como Silver y Blaze, Tails junto con su impaciente amigo Knuckles, habían llegado a la casa de Amy por petición de Sonic justamente cuando la tormenta empezaba a arreciar, dejándolos atrapados con los demás.

–Claro que sí, escuche todo– respondió el zorro para voltearla a ver al fin –, pero debía terminar con esto, sabes que Eggman está haciendo un alborotó en Emerald Hill– le recordó.

–Yo creo que joven mozo sí fue libre al final– se involucró Tikal mientras con una mano acariciaba al Chao que tenía Cream en sus brazos –El alma del joven mozo pudo ser libre al ayudar al Príncipe Arturo y a la Princesa Amelia al terminar con el Gran Hechicero, esa fue su libertad.

–¡Eso me parecen puras patrañas!– exclamó Knuckles molesto mientras caminaba en círculos frente a la puerta desesperado por la tardanza de su camarada –Cuando uno muere sólo muere, no existe tal cosa como espíritus del más allá.

–Hmph, te cuidado Knuckles, los espíritus si son molestados pueden acosarte como lo hizo Yakumo– dijo Amy tétrica.

–¡Me gustaría verla intentarlo!

–Eso quiere decir– interrumpió Cream la discusión –Que Arturo y Amelia jamás estuvieron juntos... es muy trágico.

–Bueno...

Las luces empezaron a parpadear y de pronto la energía eléctrica regresó a la casa de Amy. Todos fijaron su vista a las lámparas del techo al momento de éstas encenderse nuevamente. La tormenta había cesado al fin.

–Parece que la tormenta por fin acabó– habló el erizo plateado para acercarse a la ventana de la sala de estar y ver como el amanecer se aproximaba mientras las nubes se despejaban del firmamento.

–¡¿Dónde rayos está Sonic?!– inquirió Knuckles para abrir la puerta y sentir los primeros rayos del sol de la mañana –¡Dijo que estuviéramos aquí para que... ¿uh? ¿Ese es...

–¡Sonic!– exclamó Tails al divisar a lo lejos al erizo azul –¡Amy, ve por vendas!– ordenó para salir de la casa.

Sonic sonrió despreocupado mientras con esfuerzo caminaba hacia la casa de la eriza para ser recibido por aquellos que el mismo había citado. Tails corrió a su encuentro para colocar un brazo alrededor de su cuello y ayudarlo a mantenerse en pie.

–¡¿Qué pasó?!– preguntó preocupado el zorro –¡¿Fue Eggman?!

–Creo que la investigación no es exactamente mi fuerte– respondió con una sonrisa.

–¡¿Qué demonios te hizo ese hombre huevo?!– preguntó Knuckles molesto para ver a su amigo maltrecho entrar a la casa y dirigirse a la sala junto a Tails.

–¿Todo está bien Sonic?– preguntó Silver para acercarse a él.

–Son sólo un par de rasguños– respondió el erizo azul con una sonrisa divertida mientras se dejaba caer en aquel sillón.

–Siempre has sido demasiado imprudente– regañó el erizo plateado exhalado un pesado suspiro. Silver sintió una mirada intensa por parte de la felina, arqueando una ceja por su reacción molesta –¿Qué?– cuestionó Silver para verla confundido. Blaze lo haló del brazo para alejarlo un poco de los demás y así hablar con él en privado.

–Pensé que no convivías mucho con el erizo azul– murmuró la felina a manera que sólo él escuchara –Tú mismo lo dijiste, hace poco que lo conoces– le recordó.

–¿Qué con eso?

–Parece que lo conocieras de mucho años– señaló disgustada –¿Hay algo que no me hayas dicho?

–No– negó con la cabeza –Es sólo que...– calló Silver pensativo para ver de reojo al erizo azul, quien era bombardeado con preguntas por parte de sus amigos –Mmm... Sólo se me figuró una situación conocida– completó para verla de nuevo –Algo... que viví muchas veces antes– dijo con su mirada perdida.

–¿Un Déjà vu?– inquirió la felina.

–Sí, algo así– respondió Silver para verla con una sonrisa.

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–Cuéntanos qué pasó Sonic– suplicó el zorro.

–Pues logre explotar la base en Emerald Hill sólo para enterarme que hay más de una base activa en donde Eggman trabaja– explicó –Shadow parece tener el mismo objetivo que nosotros, pues fue dentro de la base que me lo tope. Él fue quien me dio esa información –aclaró –Así que ahora debemos de encontrar las demás; ahora mismo Shadow se dirige a Station Square en busca de otra– señaló –Hablando de eso, Tails ¿tienes lo que te pedí?

–Trabaje en eso toda la noche– dijo el zorrito para dejar ver su invento –El localizador deberá de poder rastrear la acumulación de protones que Eggman está utilizando sin ningún problema.

–Bien, ustedes localicen las demás bases– comandó –Con ese localizador no deberían de tener ningún problema– sonrió el erizo azul.

–Me parece bien– asintió el equidna.

–Blaze, Silver– llamó Sonic para fijar su vista en la felina y el erizo que hablaban en la distancia –¿Cuento con ustedes para completar esta misión?

Blaze fijó su vista en el erizo azul sin poder responder, pues al igual que Silver, un extraño déjà vu pareciera invadirla a ella también. Por alguna razón las palabras "Sí su majestad" deseaban salir de su boca a manera de respuesta. Como le había dicho Silver, era una situación vagamente familiar.

–Cuenta con nosotros– respondió al fin el erizo plateado.

–Hmph... Andando– dijo Blaze molesta para caminar a la salida seguida por Silver –"Escuchar historias de caballeros y reyes toda una noche me afectó más de lo que pensé"– pensó huyendo de esa extraña sensación que la acechaba –No hay tiempo que perder.

Sonic los vio salir por la puerta junto con Tails y Knuckles, para así suspirar aliviado. Le había tomado mucho lograr llegar hasta la casa de Amy debido a la tormenta y sus heridas no se lo habían hecho más fácil; a penas había logrado salir a tiempo de la base antes de que ésta explotara, causando sus heridas. Sonic cerró sus ojos para descansar, llevaba dos días sin dormir intentando encontrar las bases en donde Eggman estaba armando su nuevo loco ejército con el fin de conquistar el mundo. Los demás se encargarían del resto, al menos él había deshabilitado el cuartel general de operaciones, lo demás debería de ser más sencillo. Sólo cerraría sus ojos por un momento, yacía exhausto.

Necesitas descansar– escuchó para entreabrir sus ojos vislumbrando un rostro familiar.

–¿Eres tú, Amy?– musitó somnoliento.

Lograste ser el héroe que siempre quisiste– habló aquella eriza rosa en ropas extrañas, mientras sentía como sus brazos lo acurrucaban en su seno.

–Tú no eres Am...

Y yo– interrumpió con aquel tono de voz suave y apacible –Estaré siempre a tu lado, esperando a que me digas que sí.

No sabía quién era, pero era obvio que no era la Amy que él conocía, y pesar de ser una completa extraña, aquel abrazó por alguna razón se sentía tan reconfortante, como si hubiese sido algo que hubiera estado esperando durante un largo tiempo. Lágrimas de sus ojos empezaron a brotar y se sintió alarmado al notar su propio llanto. "¿Por qué estoy llorando?" pensó sin moverse de su lugar. Una tristeza invadía su corazón, como si hubiese perdido a alguien que apreciaba mucho y a su vez, una alegría envolvía su alma al sentir que la había encontrado nuevamente. ¿Quién era esa eriza de ropas antiguas que lo abrazaba con dulzura?

Esta vez, Arturo, no me iré a ningún lado– dijo para sonreírle y verlo con ternura.

–Pero...

Un pañuelo frió en su cabeza lo hizo abrir los ojos de golpe para reincorporarse casi inmediatamente, estaba en la sala de Amy. Se había quedado dormido.

–¡Gracias al cielo!– exclamó la eriza al verlo despertar –¡Me tenías muy preocupada!– dijo para abrazarlo con fuerza, exclamando un gemido de dolor por el sofocante abrazo.

–¡Espera, Amy, basta!– exclamó Sonic para con esfuerzo separarse del agarré de la eriza rosa.

–Señor Sonic, ¿le duele algo?– preguntó la conejita para verlo con angustia.

–¿Eh?, no– negó con la cabeza –Estoy bien Cream– respondió sonriente.

–Sí es así... ¿Por qué llora?

–¿Qué?– exclamó Sonic con sorpresa ante su pregunta. Con la yema de sus dedos tocó sus mejillas para sentirlas húmedas. Era verdad, las lágrimas habían empapado sus mejillas.

–¿Seguro de que estás bien Sonic?– le preguntó Amy.

–Sí...– respondió confundido por aquellas gotas de agua salada –Yo no sé... "El sueño"– pensó de pronto. Parecía que había estado llorando dormido, eso explicaría las lágrimas en sus mejillas. –No te preocupes Amy, todo está bien– dijo con una cálida sonrisa dando por concluido el tema. –Gracias por todos tus cuidados.

–Oh, bien– habló Amy para ponerse en pie y retirar los vendajes sucios en una bandeja –Sabes, si dijeras que sí a mi oferta de matrimonio tendrías mis cuidados todo el tiempo Sonic– dijo con una sonrisa pícara.

–¿Qué?– murmuró observándola con asombro por aquella frase –"Y yo estaré siempre a tu lado, esperando a que me digas que sí"– recordó aquella dulce voz.

–Pues te lo he dicho muchas veces– le recordó –Que te cases conmigo– dijo la eriza con una sonrisa.

–"Es sólo una coincidencia"– pensó sacudiendo su cabeza a los lados dejando el tema de su sueño a un lado; permaneciendo en silencio.

Se quedaron en silencio sin decirse nada para que de pronto la actitud alegre y optimista de la eriza desapareciera poco a poco, y una expresión seria y endurecida ocupara su lugar. Un repentino dolor en su pecho parecía sofocar a la radiante eriza.

–Sonic– llamó Amy para verlo con una mirada entristecida –Hay algo que quiero decirte...– murmuró apagada –Algo importante.

–¿Qué podría ser, Amy?

–Yo... Lo lamento mucho– respondió con una triste sonrisa.

–¿Qué? ¿Por qué?

–No lo sé– respondió sintiendo sus ojos humedecer desatando su llanto –Sólo necesitaba que supieras que no quería que pasara– murmuró mientras sus lágrimas resbalaban por su mejillas –Que luche muy fuerte...– dijo sin poder controlar lo que su boca insistía en decir –Lo siento mucho Sonic– concluyó para soltar aquella bandeja y con sus manos tapar su rostro para llorar desconsolada; por alguna razón se sentía devastada y con su corazón roto.

–¡E-Espera, Amy!– exclamó Sonic alarmado al verla en ese estado para ponerse en pie y caminar hacia ella –No entiendo, ¿De qué hablas?

–Perdóname Sonic– respondió mientras continuaba con su llanto, si entender por qué se disculpaba con tanto empeño, ¿Por qué no podía de dejar de decirle que lo sentía?

Sonic suspiró confundido por la reacción de la eriza para así abrazarla mientras Amy sollozaba sin control. A pesar de no entender aquella disculpa de dónde había salido, era algo que parecía reconfortarlo, reconfortar algo que no recordaba, algo que había olvidado y sanaba al escuchar esas palabras.

–Tranquila Amy– le susurró para apoyar su mentón sobre su cabeza –Todo está bien.

Amy no estaba segura por qué se sentía tan triste, pero una necesidad casi incontrolable de decirle que lo sentía se había apoderado de ella; como si ella hubiera hecho sufrir mucho al erizo que más amaba, y ahora debía de hacerle saber que nunca había sido su intención. Amy lo abrazó de regresó para sentir como él la consolaba con dulzura.

Cream vio desconcertada aquella escena y silenciosamente retrocedió para darles privacidad a ambos. Era una escena conmovedora, pero de alguna manera sin sentido alguno. La coneja siguió su camino retrocediendo de espaldas cuando sintió como algo la detenía, volteándose. –Tikal– dijo por lo bajo al reconocerla. La equidna le sonrió amenamente y luego siguió con su vista en la bella pareja.

–Parece que Amy está muy triste– dijo Cream para ver a su amiga llorar en los brazos del erizo.

–Pronto se le pasará– respondió Tikal –Cuando vuelva a dormir.

–¿Eh?– exclamó confundida la coneja para verla.

–El dolor de su otro yo deberá ser calmado hasta entonces.

–¿Dolor?– repitió la coneja –¿De qué hablas?

–Verás Cream- dijo Tikal para posar sus manos sobre sus hombros – En la historia que le pedí a Amy que leyera, Amelia y Arturo nunca están juntos, el joven mozo conoce una amistad que hubiese sido muy grande demasiado tarde y Arturo nunca puede vivir la vida que siempre quiso– le recordó –Pero no existe algo como finales felices y tristes, sólo capítulos de libros que se terminan.

–Creo que no entiendo...– musitó Cream confundida.

–Esta es una historia que debía ser contada para poder cerrar viejas heridas, pero sólo podía ser contada por sus protagonistas, quienes desconocían de su existencia.

–¿Eh? Te refieres a que sus protagonistas...– calló para ver de nuevo a Sonic y Amy, quienes yacían en medio de la sala de estar.

–Una nueva historia se escribirá pronto, en donde un erizo fue el héroe que siempre soñó, donde estableció una amistad que duró por siempre y se enamoró del amor de su vida con quien vivió feliz por siempre en una vida llena de aventuras. –dijo con una sonrisa – Una historia que se volverá leyenda, en donde de nuevo sus protagonistas la leerán siglos después cuando una vez más sus caminos se entrecrucen, y otro capítulo empiece a escribirse con un final diferente– dijo la sacerdotisa con una sonrisa mientras admiraba la escena conmovedora frente a ellas.

–Arturo y Sonic...– musitó Cream para ver al erizo azul quien aún mantenía a la eriza rosa en sus brazos –Y Amelia y Amy son... es decir...

–Hay finales– habló Tikal para ver a la coneja a los ojos –Que tardan más que otros en terminar en un felices por siempre...


Fin


¡Y este es el final de esta historia XD! No sé qué pensaron al regresarlos nuevamente al mundo de Sonic tradicional, pero en lo personal me pareció un final muy bello para una historia de amor condenada a la tragedia. En este capítulo quise explicar ciertos puntos que pudieron ocasionar duda o no quedar muy claros del capítulo anterior y espero haya pasado :D Espero realmente les haya gustado A Cursed Rose, pues a mi me gustó mucho escribirla para ustedes.

¡GrAcIaS pOr LeEr!

PD:  Como saben los errores pasan y este es otro de mis pequeños descuidos por no prestar atención. Este era el último capítulo de la fic y por alguna razón no lo subí y coloque el epilogo sin revisar. Lamento mucho si sintieron que no hubo un cierre en la fic debido a esto, pero más vale tarde que nunca!!! 

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