CHAPTER EIGHT

CHAPTER EIGHT

Las paredes de la casa temblaban con cada golpe, con cada arremetida entre esos cuerpos perlados por el sudor , todo el recibidor estaba destruido , la pequeña mesa, regalo de Rhysand estaba hecha pedazos en el centro de la habitación, pero todo ese desastre no tenía comparación con el de la cocina, donde absolutamente todo estaba hecho pedazos.

La espalda de Gwyn golpeó contra el suelo luego de que Azriel la lanzará con fuerzas, aún así la sacerdotisa fue lo suficientemente rápida en apartarse y rodearlo para darle una patada en el centro de su espalda derribandolo por un momento.

A pesar del evidente cansancio, la sacerdotisa tenían una impertinente sonrisa en sus labios cosa que enfurecía aún más al maestro espía.

Sus ropas estaban arruinadas,el cabello rojo estaba más que despeinado y enredado, pero aún así sentían que podrían pasar todo el día luchando, de no ser porque Azriel notó el collar en el cuello de la pelirroja, collar que meses antes le había obsequiado a Elain y que tras ser rechazado por ella , terminó en Gwyn, pero ese pequeño recuerdo de Elain, lo hizo actuar sin control.

Pateando las piernas de su rival para derribarla y estar sobre ella en menos de nada apuntado a su cuello con la parte puntiaguda de una de las patas de la mesa. Sin embargo jamás la acercó a su piel. Su corazón latía acelerado y sus ojos no abandonaban los zafiros azules que cargaba Gwyn.

Con si mano libre tenía las de ella sujetas sobre su cabeza, su cuerpo inmóvil bajo el de él. Hubiera sido otra persona y no habría dudado en encajar la madera, pero era ella... su aprendiz, la chica con la que llevaba noches durmiendo, en sus ojos halló una calma que lo aterró, fue como abrir una ventana al mar, a un mar tranquilo en la mañana.

-Gwyn...

La sonrisa jamás desapareció del rostro de la chica, y en sus ojos nunca apareció el miedo. Confiaba en él, tanto como cualquiera de sus hermanos.

Lanzó lejos la madera antes de dejarse caer a su lado con la vista fija en la lámpara del techo, una lámpara de araña que también había sufrido los daños de su encuentro. Sus músculos se sintieron relajados y su mente más clara para el pensamiento.

-Supongo que con esto demuestro que ya estoy lista para el entrenamiento duro.-Su burlona voz le robó una sonrisa -Por otra parte me dejaste más adolorida que un entrenamiento con Cassian después de que discutiera con Nesta.

La sonrisa de Azriel solo se extendió.

-Gracias, necesitaba liberar energías.

Gwyn miró todo el desastre a su alrededor con una sonrisa burlona, el apartamento necesitaba una reconstrucción por como lo habían dejado.

-De nada -Lo miró desde arriba -Al aprecer esto es lo que hacen a menudo en la Casa del Viento, Nesta y Cassian , porque hay mañanas en la que pasó a llevarle libros que su habitación está peor.

Una risa ronca escapó de los labios de Azriel mientras negaba con la cabeza.

-Te aseguro que a pesar de tener resultados similares, esto no es lo que hacen ellos.

La sonrisa de Azriel vaciló un poco cuando sus ojos avellana se volvieron a centrar en el colgante que traía Gwyn.

-¿Me contarás que es lo que te tiene así?-Preguntó la pelirroja -Soy buena escuchando.

Azriel suspiró antes de llevarse el brazo a la cabeza tapando sus ojos.

-La mujer que deseo se marcha con otro -Gwyn frunció el ceño -Elain se va a ir con su compañero a la Corte Primavera.

-Bueno eso es inesperado.

-Creo que voy a tener que ver a algún curandero o a Feyre para que rompa mi maldición -Dijo con tono burlesco pero la ira era evidente en sus palabras -No es posible que cada vez que me fije en una mujer se convierta imposible para mí .

-¿Cada vez?

-Pasé siglos amando a Mor, amandola con fuerzas pero...

-No te correspondió - Gwyn sintió su pecho doler por la tristeza en las palabras de Azriel -Sentir por Elain debió ser como una brisa de aire fresco.

Una triste sonrisa se dibujó en los finos labios de cantor de sombras.

-Da igual, al final, también se volvió algo imposible.

Había tanta soledad y anhelo contenido en sus palabras que Gwyn sintió la necesidad de abrazarlo pero sabía que en esos momentos su lástima era lo último que necesitaba.

-Lo que necesitas es divertirte -La sacerdotisas se puso de pie -Y olvidar todo por un momento.

Azriel la miró con una ceja enmarcada quitando su brazo de su cara.

-¿Ah sí?¿Cómo planeas hacerlo?

-He leído mucho, cantor de sombras, y sé que aspirar el humo de ciertas planta trae sensaciones un tanto ...placenteras.

-¿Me vas a drogar?

-Nos vamos a drogar -Río con maldad -Y será un secreto, no quiero que Cassian me haga prepararle mi receta a diario.


...

No muy lejos de allí se encontraba Elain sentada en un columpio hecho de cuerdas y decorado con flores, mirando el cielo ese era su lugar favorito, podía estar sola y pensar , rodearse de la paz que tanto anhelaba.

Pero se llevó una gran sorpresa al sentir unas pisadas acercándose. Jamás pensó que alguien fuera a encontrar ese lugar en el medio del bosque. Justo cuando volteó si cabeza sus ojos marrones enfocaron el rostro de Lucien mirándola desde el final de la colina. A pesar de la distancia la joven fae pudo divisar la pregunta en su mirada.

Ella solo asintió y el pelirrojo comenzó su ascenso hasta detenerse junto a ella.

-¿Estás segura de que esto es lo que quieres?¿ Ir al territorio de alguien que te hizo tanto daño?No quiero que te obligues a sentir nada por mi

En los finos labios de Elain se dibujó una tenue sonrisa mientras se hacía a un lado en el columpio para que Lucien se sentará a su lado.

-Hace unas noches estaba pensando -Su voz era suave pero tenía toques de una fortaleza inexplorada -Aquí me siento como un hornamento más, una flor para ser regada, amo a mis hermanas, pero me cuidan demasiado y siento que solo seré capaz de explorar mi fuerza si me alejo -Jugando con sus manos miró hacia quien se suponía era su compañero -Además de que he sido poco justa contigo, a pesar de todo, de mi comportamiento justificado o no, has estado pata mi, me has prestado atención mientras yo, solo me cerraba y no te permitía conocerme.

-Elain...

Sus delicadas y pálidas manos tomaron entre las suyas una de las grandes y bronceadas de Lucien.

-No te aseguro que me enamoré perdidamente de ti o que aceptaré el lazo en este viaje -Su sonrisa era sincera mientras lo miraba a los ojos -Pero te aseguro que te dejaré conocerme y trataré de conocerte mejor.

Lucien parpadeó varias veces antes de volver la vista al cielo que después de aquellas palabras le pareció más azul que nunca.

Hello World!!! Como lo prometí. Aquí está el nuevo capítulo.

Más de 10 votos y tenemos el próximo.

Con amor
Hielo.

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