Primera parte.

Jeje Hola!😏😏

Estuve pensando y pensando, hasta que se me ocurrió publicar esto...

Espero sea de su agrado😚😚

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El menor del grupo llamado JungKook, apodado Golden maknae, se encontraba parado en aquel cuatro con la luz apagada, colándose dentro de él la luz del pasillo por las hendijas que quedaban entre el marco de la puerta y la puerta misma. Estaba recostado entre el ropero y la pared de la habitación, con su cabello castaño oscuro cayendo sobre su frente sudada, a ojos cerrados, manteniendo su cabeza inclinada hacia atrás, de sus labios entreabiertos escapaban leves gemidos y jadeos sonoros. Su cuerpo tan sólo tenía una remera algo ancha y larga de color celeste claro, debajo, estaba desnudo. Sus blancas piernas temblaban ligeramente haciendo que debiera apoyarse más la espalda contra aquel rincón.

Sus manos, con finos dedos, estaban firmemente aferradas al cabello de aquel, quien arrodillado frente a él le practicaba sexo oral, haciéndolo delirar de placer.

Aquel cuya cabeza se manejaba en un movimiento de vaivén incontrolable, metiendo y sacando el miembro ajeno de su boca, mientras sus manos se encargaban, una de apretar fuertemente la cadera y trasero del menor para cuidar que no se le abalanzara a su boca atragantándolo, y la otra se mantenía masturbando, acompañando el trabajo bucal; aquel mismo no era nada más ni nada menos que el líder de BTS, Kim NamJoon.

Aumentó el ritmo de su mano y enloqueció al menor succionando su glande, Kook no pudo resistirse más, cuando su hyung le hacía aquello, el menor perdía toda voluntad posible, apretó más el cabello, abrió sus ojos y sus dientes se apretaron como si quisieran quebrarse mutuamente, el ligero temblor de piernas se convirtió en uno furioso que le hacía casi perder el equilibrio, resopló unas veces, gimiendo desde el fondo de su garganta, mientras un cosquilleo exagerado le hacía remover todo su sexo bruscamente, para al instante llegar al orgasmo eyaculando en la boca del mayor, quien sin protestar tragó el espeso líquido derramado.

– Hy-hyung… – el menor susurró aun agitado por los espasmos del orgasmo y la respiración acelerada a causa de sus latidos. NamJoon se levantó y quedó frente a él.

Las miradas se encontraron, la del menor, nublada y algo dispersa aun, mientras que la del mayor poseía deseo, frenesí y pasión.

Hacía ya cinco meses que el pequeño Kook y NamJoon mantenían una relación amorosa y muy fogosa gracias a las intenciones del mayor, quien no podía evitar derretirse al ver al menor; cada vez parecía provocarle más, sus labios, sus miradas, su cuerpo delgado y musculoso, además de esa pícara y juguetona personalidad, siempre le deseó tanto, que hacía ya cinco meses que no se había podido controlar. Lo había besado una vez mientras estaban solos mirando una película, todos los demás miembros de BTS se habían ido del apartamento, y él aprovechó cual lobo que caza a caperucita.

No sólo fue un beso, sino que en aquel sofá, fue la primera vez que había tomado el cuerpo de Kook, haciéndole gemir entre los almohadones, arremetiendo contra su blanco trasero con sus caderas, mientras aquel pequeño de gran altura se agarraba fuertemente al brazo del sofá.

Pero Kook también estaba enamorado de él, desde siempre admiró a su hyung, cuando lo conoció en BigHit, siempre estaba y está intentando seguir sus pasos, es un ejemplo para él, por lo que aquel día, en el que NamJoon le besó, correspondió, y cuando las delicadas manos ajenas se colaron por la pretina de su pantalón, por más exaltado y asustado que estuviera, se dejó llevar, entregándose al placer, a su hyung, a su amor.

Desde entonces comenzaron a salir, secretamente. Al menor no le hacía mucha gracia estar escondido siempre, ¿por qué no contárselo a sus otros hyungs? Pero NamJoon no quería, siempre le decía que esperaran un poco más, aunque hubieran pasado tantos meses, le pedía más tiempo… y ¿cómo negárselo? Si es el amor de su vida en esos momentos.

Por eso cada vez que quedan solos, el mayor devora los labios del menor con hambre y ganas, y Kook corresponde enamorado.

– Hyung, Kook, ¿están listos? Tenemos que ir al estacionamiento para ir al M! countdown – la voz de JiMin resonó en la sala, NamJoon se separó casi gruñendo de los labios ajenos los cuales había poseído instantes antes.

– Enseguida vamos, ya sabes cómo es JungKook para arreglarse, siempre demora más que todos. – se excusó cínicamente, le dedicó una mirada lujuriosa al menor, quien manteniendo sus ojos firmes en los oscuros del otro, comenzó a acomodarse la ropa.

Mientras el menor se acomodaba rápidamente, NamJoon pasó al baño, para luego los dos salir del apartamento, junto a JiMin, TaeHyung, HoSeok y YoonGi esperaban en la camioneta, mientras SeokJin había estado toda la mañana fuera, entre una cosa y otra, se le había hecho tarde para volver al apartamento, así que directamente iría hasta el estudio de grabación.

Todo salió bien, y el programa fue transmitido con naturalidad, era como una rutina, ya no habían nervios por parte de esos siete jóvenes.

Lo que sí, era que recibía quejas de celos del maknae, que siempre se preguntaba, ¿por qué no podía ser él quien ayudara al líder en la coreografía? ¿Por qué debía de ser SeokJin? y para eso no había respuesta, simplemente las sesiones individuales, entrevistas de distintas cadenas, los horarios de prácticas divididas eran así. Por ello era SeokJin quien ayudaba a NamJoon en la coreografía, además de que claro, era su amigo desde un inicio…

A Kook aquello le disgustaba, él bailaba mucho mejor, Jin, no nos mintamos, no era un gran bailarín, y si no fuera porque el mayor de todos insistió en ser él quien se encargaría de “enseñarle”, Kook sería quien le ayudara, o eso creía el menor.

Así que ahí estaban, después de grabar, después de comer y distraerse un rato mientras descansaban, NamJoon y SeokJin en la sala de ensayos, a puertas cerradas para que nadie les molestara y así Nam pudiera concentrarse más, en aquel baile que sus cuerpos rítmicamente creaban. Mientras el presumido de SeokJin se miraba en el espejo, mordiendo su labio inferior, arrugando un poco su nariz, agitando su respiración cada vez más.

Su cuerpo se soltaba y su penetrante mirada atravesaba el gran espejo de aquella pared, y parecía rebotar en él llegando así, a clavar su mirada en los ojos de NamJoon, que aunque nublados y perdidos le sostenían aquel desafío.

Los cuerpos desnudos en el suelo, sudados, las uñas de SeokJin arañando el suelo como si fuera un gato siendo amaestrado, las embestidas del mayor penetrando aquella estrecha entrada del trasero ajeno, cada vez más rápido, saliendo de manera algo brusca y volviendo a entrar con ímpetu. Los gemidos escapaban de ambas bocas sedientas, el mayor allí, en el suelo, con los codos apoyados, su trasero elevado y su cabeza algo erguida para observar a NamJoon por el espejo, quien detrás y casi sobre él, le daba el mejor sexo que él podía conocer. Como amaba estar bajo aquel cuerpo, moviéndose furiosamente, sintiendo el miembro caliente ajeno dentro suyo, y el placer abarcando todos sus sentidos.

Apoyó su peso en uno de sus brazos nada más y condujo la otra mano hasta su propio sexo, masturbándose de forma desesperada para alcanzar el orgasmo que momentos después sintió, nublando su vista, relajando las facciones de su rostro, gimiendo altamente, y derramando todo su blanco semen en el suelo y su propia mano. NamJoon sintió esas paredes estrechas contraerse de aquella manera tan exquisita, mordió la nívea piel del otro con demasiada fuerza, y el gemido ronco que salió de su garganta advirtió su propio orgasmo, derramándose dentro del cuerpo ajeno.

Sí, NamJoon y SeokJin tenían sexo siempre que decían que iban a practicar, porque el que le dijeran a NamJoon “no actúas lindo” ó “das miedo cuando haces aegyo” era lo que motivaba a aquella pareja a mentir “vamos a practicar” para luego encerrarse allí y cumplir las fantasías de SeokJin, en diferentes posiciones, observando su rostro mismo inundado de placer por las atenciones de NamJoon.

Jin siempre estuvo enamorado de Nam, desde que era un trainee, pero jamás se había podido confesar, ciertamente NamJoon no parecía ser un tipo homosexual, ni tampoco bisexual, él pensaba en aquel tiempo que seguramente era heterosexual, y no tenía ninguna oportunidad con el otro.

Pero el destino le tenía una sorpresa preparada, hacía siete meses atrás, una vez cuando dormían en la habitación una pequeña siesta, mientras los demás chicos de BTS estaban dispersos por el apartamento, NamJoon se había levantado de su cama y había ido a dormir con SeokJin, en un abrazo cálido y tierno, luego un beso cursi se dio y desde ese momento empezaron a salir.

Pero… ¿Y Kook?

El menor era el gran dilema de NamJoon, amaba a SeokJin, pero también había comenzado a amar a JungKook, le volvía loco ese niño, al igual que el mayor le volvía loco también; por ello dos meses después de empezar una relación con Jin, NamJoon comenzó una relación con Kook.

Y obviamente, así como a JungKook le había dicho que esperaran más tiempo para sacar a la luz aquella relación de noviazgo, lo mismo le había pedido a SeokJin; por eso, ninguno de los jóvenes sabía nada, Kook creía que NamJoon era sólo de él, mientras que SeokJin creía lo mismo.

– Debemos irnos, llegaremos muy tarde, y YoonGi comenzará a molestarse – murmuró algo sofocado SeokJin, sentía sus oídos algo tapados, y sus piernas parecían costarle estar en pie una vez que se levantó del suelo.

– Tienes razón, apurémonos, además, mañana debemos levantarnos temprano… – observó cómo su compañero se vestía algo dificultosamente, rio por lo bajo y fue a ayudarlo, claro, para él había sido más fácil, sus pantalones no habían sido sacados del todo, se habían quedado enganchados en sus tobillos junto a su ropa interior, por lo cual al jalarlos hacia arriba, ya estaba vestido otra vez. – déjame que te ayude.

SeokJin sonrió complacido, NamJoon era tan atento con él, realmente se sentía la persona más feliz del mundo por tenerlo, lástima que la fama no le permitiera gritar eso a los cuatro vientos, aunque en el caso de NamJoon, eso, era un alivio.

Llegaron al apartamento se ducharon, y luego entre todos cenaron algo, la comida comprada no era muy de buen gusto a veces, pero, con tan poco tiempo que tenían ¿qué podían hacer? Sólo las veces que tenían tiempo libre SeokJin felizmente cocinaba algo a los demás. Luego de eso, jugaron un poco entre todos, conversaron y exhaustos luego se acostaron cada cual en su respectiva cama para dormir.

Al llegar la madrugada, una leve llovizna caía sobre Seúl, SeokJin un poco molesto se despertó, se volteó en su cama y luego oyó una puerta abrirse para luego cerrarse, una luz encendida, así como también los pasos de alguien cruzar frente a su puerta y supuso que uno de los maknaes se habría levantado para ir al baño, o a la cocina por algo de beber por lo que intentó volverse a dormir.

Quien se había salido de su habitación era Kook, el niño estaba algo molesto, NamJoon se había portado un poco frío luego de ensayar, y siempre era así cuando regresaba de la empresa con SeokJin, el joven estaba celoso, y por ello no podía conciliar el sueño.

Se quedó un rato sentado en la mesa de la cocina, observando la heladera frente a él, junto a su mano izquierda se hallaba un vaso con leche, mientras su otra mano sostenía su mentón. Estaba pensativo, suspiró largamente y relamió un poco sus labios, esa sensación en su pecho le estaba matando, quería de una vez por todas contarle a los demás hyungs que NamJoon era tan sólo de él, y que mantenían una relación hace meses. El menor esbozaba una sonrisa fantaseando como sería el rostro de sus hyungs al enterarse de eso, y que luego de pedirles disculpas por no contarles nada, todos les felicitaran a él y a NamJoon.

– ¿Estás en Marte? – sonrió un SeokJin algo adormilado, bromista, al notar que aquel que había salido de su cuarto no había regresado se preocupó, y decidió levantarse, entrando a la cocina y encontrándose con aquel niño de figura angelical que sonreía dulcemente con sus ojos cerrados.

– Algo así… – Realmente no fue un tono muy bueno el que utilizó, realmente Kook no estaba muy bien con Jin, sentía celos de él aunque supuestamente Nam no le había dado motivos. Al escuchar su voz penetrar sus oídos de aquella manera tan áspera, el corazón del menor se sobresaltó y eso, le molestó aún más.

– ¿Sucede algo JungKook? – SeokJin sonrió apartando una silla de la mesa y sentándose frente al menor, el otro bajó su rostro, comenzó a girar el vaso sobre la mesa con sus dos manos algo pensativo.

– Hyung, si me permites, creo que yo podría enseñarle mejor a NamJoon la coreografía… – murmuró, elevó su mirada y una inocente sonrisa algo apenada se dibujó en sus labios, el otro cambió su expresión, quedó serio enseguida ¿por qué el menor querría ayudar a NamJoon? ¿Con qué derecho le quitaría su sesión de sexo frente al espejo? ¿Acaso quería practicar solo con SU líder?

– No te preocupes JungKook, sé que eres un gran bailarín, pero, no es nada complicado para mi ayudarlo… – Kook borró su sonrisa, formó un pico con sus labios mordiendo el interior de su boca mientras su mirada se bajaba otra vez.

¿Qué hacía? ¿Le decía a SeokJin lo que pasaba entre él y NamJoon y que por ello quería ayudarlo? Su segundo hyung es una persona correcta, nunca se atrevería a contar aquel secreto si él se lo decía, sería algo como una promesa de secreto entre maknae y hyung, quizás sellar el juramento con sus dedos meñiques…

– Es que… te contaré algo – se acercó susurrante al mayor quien se sorprendió por aquella acción alejándose un poco de aquel rostro, pero volviendo a unirse a él cuando vio que el menor algo le confesaría. – por favor, no lo divulgues, sucede que... NamJoon hyung y yo estamos saliendo… y quiero sentirme más útil para él – sin contar claro los celos que le generaba el verlo con SeokJin solos.

– ¿Es… están saliendo?  – la voz de Jin sonó un tanto irónica, no, no le creía, ¿cómo le iba a creer semejante cosa si era él quien salía con NamJoon? – JungKook, no me parece gracioso que inventes cosas así, si te gusta NamJoon… entonces estoy en la obligación de contarte que yo soy su novio, aunque me ha dicho que no diga nada, pero si las circunstancias son así no me queda de otra – habló serio, decidido, había verdad en sus ojos, y el menor le vio con los suyos abiertos de par en par… ¡¿qué demonios le acababa de decir?!

– Eso no puede ser verdad, hyung te estoy diciendo la verdad, llevamos cinco meses de novios ¡Hoy mismo antes de salir al M!countdown tenía mi pene dentro de su boca! ¿Me vas a decir a mí que sales con él? – SeokJin abrió sus labios sorprendido, luego NamJoon le besaba con esa boca…

– ¡Cuida ese lenguaje jovencito! – dio una palmada en su cabeza, y aunque hubiera querido gritarle, sabía que en sus habitaciones, todos dormían, por lo que debía susurrar sin poder hacer más. – no puede ser… ¿por qué…? Llevamos siete meses de novios… – escondió su rostro tapándolo con sus manos, la desesperación y una extraña ira se estaba acumulando en su cuerpo.

Kook sintió un ahogo, un nudo en su garganta parecía aparecer, Jin no parecía estar mintiendo, y él tampoco obviamente… ¿entonces NamJoon les estuvo engañando a ambos? ¿Para eso era el “necesito un tiempo, aun mantengámoslo en secreto”?

– Hyung… entonces, ¿NamJoon nos engañó a ambos? – miró con algo de miedo, realmente esperaba que el otro le dijera que aquello era una broma, y que tan sólo lo hacía para molestar, como tantas bromas anteriores.

SeokJin le miró seriamente destapando su rostro, el corazón le latía velozmente y su respiración era algo entrecortada a esta altura, la persona que amaba, le estaba engañando en sus propias narices con un niño de menos edad, pero al parecer era cierto, JungKook no estaba mintiendo…

¿Qué tenía el menor que no tuviera él para que NamJoon le necesitara aparte?

Se sentía tan poca cosa… tan menos… y ahora que lo veía bien, Kook era lindo, su piel parecía de porcelana, delicado, delgado, alto, con músculos tonificados, labios de cereza, mirada divertida y pícara la mayoría del tiempo, con un brillo inocente, y manos que invitaban a entrelazar sus dedos y apretar en un fuerte agarre.

De pronto su corazón tomó un ritmo diferente, observó como la nuez del cuello del menor se movía lentamente al tragar saliva, fijó su mirada en aquel pijama que le quedaba algo grande, descubriendo uno de sus hombros un poco, esa blanca piel, aparentemente suave al tacto, un instinto extraño se apoderó de él queriendo clavar sus dientes salvajemente en aquella zona. ¿Qué demonios le pasaba? Jamás se había fijado así en el maknae, pero… ahora le estaba pareciendo hasta excitante, lo que había comenzado como una comparación entre él y el menor para darse cuenta por qué NamJoon le engañaba, había terminado convirtiéndose en una repentina atracción. 

– Puedo comprender a NamJoon al engañarme contigo… eres tan… deseable JungKook…. – el menor amplió sus ojos e hizo una mueca con sus labios algo sorprendido, ¿había escuchado bien a aquella susurrante y áspera voz? – ¿por qué… no le pagamos con la misma moneda a NamJoon? – SeokJin ya ni se escuchaba, tan sólo aquella excitación que recorría su cuerpo al ver al menor con otra mirada, le estaba haciendo perder la cabeza en ese cosquilleo de sus genitales.

– ¡SeokJin estás loco! ¿Qué rayos estás diciendo? – No tuvo tiempo de seguir reprendiendo al otro, pues el mayor en un impulso algo alocado, se había subido a la mesa, y había quedado sentado frente al menor, con una pierna a cada lado de la silla, apresando su cuerpo allí. – ¡¿Qué demonios?! ¡Hyung! – no quería gritar para no despertar a los demás, pero por un momento sintió que debía hacerlo, quizás si lo hubiera hecho hubiera zafado de la perdición en la que su hyung quería meterlo.

– JungKook, hablo enserio, él te engañó, también me engañó a mí, ¿por qué no puedo engañarlo yo a él? ¿Por qué tú no puedes? – se deslizó como un felino hasta rozar los labios del menor con los suyos, mientras la oscura mirada estaba fija en los ojos asustadizos ajenos.

Pero Kook reaccionó de manera contraría a lo que deseaba Jin, el menor espantado se afirmó en el orillo de la mesa, aunque SeokJin estuviera allí, él hizo resbalar las patas de la silla hasta retirarla para poder levantarse y alejarse del otro. Ante esto, la falta de algo que le mantuviera el equilibrio, provocó que Jin cayera desde la mesa hasta el suelo, quedando en cuatro patas.

– ¡Hyung! – Kook se asustó un poco y corrió a ayudarlo, SeokJin se levantó algo apenado tomando la mano ajena que se extendía frente a él. – ¿Estás bien? ¿Te hice daño? – la mirada afligida de ese pequeño lograba conmover al mayor. ¡¿En qué diablos estaba pesando cuando intentó eso con JungKook?!

– Sí, estoy bien JungKook, perdona – miró a los ojos del contrario, quien le devolvió la mirada fijamente también. – Yo, no quise comportarme así, es que enterarme esto de NamJoon… no sé qué me pasó.

El menor quedó observándole a los ojos, eran tan profundos, tan llamativos, parecía como una serpiente hipnotizándolo. El corazón del menor comenzó un rápido palpitar, recordando como momentos antes esos labios tan formados habían rozado los suyos, su piel se erizó y un escalofrío le recorrió, recordaba aquella sensación, cada vez que NamJoon se acercaba a paso lento a besarle eso provocaba en él, pero, ahora era SeokJin quien estaba frente a él, no NamJoon, ¿cómo podía sentir lo mismo? Tragó saliva algo nervioso. Y SeokJin volvió a sentir lo que antes estaba sintiendo, sonrió de lado, y sus ojos comenzaron a devorar a esa pequeña presa delante de él, ahora no le veía con pena, sino que nuevamente con deseo.

Se acercó hasta el menor, quien curiosamente no retrocedió, sino que quedando serio, le dedicó una mirada con algo de superioridad pero a la vez picardía. El mayor llegó hasta sus labios y ésta vez los besó sin dar tiempo a dudas, Kook correspondió torpemente.

El beso suave que había comenzado como un juego pronto adquiría un ritmo desenfrenado, el mayor acorralando al menor, introduciendo sus manos por dentro de la remera del pijama, acariciando su pecho y su espalda, JungKook gemía inconscientemente, nunca hubiera imaginado que SeokJin fuera tan hábil con la lengua en un beso tan apasionante como ese.

La rodilla del menor se coló entre las piernas del mayor ejerciendo algo de presión, estaba dolido, herido internamente, NamJoon le engañaba con SeokJin, le era infiel, Jin tenía razón, ¿por qué él debía serle fiel? Y si SeokJin hacía otras cosas, como besaba, entonces el engaño valdría la pena, ya no sabía ni a él mismo que le pasaba, pero el sólo imaginar lo que vendría con SeokJin el libido le ganaba.

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Ñeñeñe😁😁

Sep

Acabo de cortar lo bueno😌😄

Se viene... ese lemon pie bien jugoso con su rico olor recién salido del hornooooo

Así que espero haya cumplido sus expectativas.😚😚

Para cualquier sugerencia, me dicen😘

🤭😚🤗

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