Capitulo 34
"¡Asahi bájame!"
'¿Hay algún artefacto para crear una barrera a prueba de sonido?'
(¿Por qué no? Sólo son 52 puntos de karma.)
'¡Trato hecho! Una cama acogedora también'
(Cincuenta puntos de karma.)
'Cómpralo'
Un disco de metal apareció en mis manos y de la nada, una cama tamaño king se materializó ante mí, con una cabecera de madera de caoba, dos almohadas mullidas y unas sábanas blancas y suaves. La cama me recordaba a los viejos tiempos.
"¿De dónde... ha salido esto?" Preguntó Saya, olvidando que la cama la ayudaría a ascender a una verdadera mujer.
"Tengo mi propia magia, ¿Bien?"
"Increíble... ¿Puedes crear cualquier cosa?"
"La verdad es que no"
La bajé sobre la cama. Ella rodó para crear algo de distancia. El disco de metal era en realidad un chakram sin bordes afilados.
(Vierte tu maná dentro para activarlo.)
Maná...
Algo extraño y a la vez familiar fluyendo dentro de mí, así es como fue descrito en mi anterior mundo. Con la máxima concentración, busqué esa sensación, descubrí algo que se retorcía alrededor de mi corazón.
¿Era esto?
Intenté enviarlo hacia el chakram, que se iluminó con una tenue luz dorada.
(Mi amor es un genio, como siempre)
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[-Has aprendido a controlar el maná.]
[-Recompensa: +3 Puntos de Estadísticas]
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¡Bien! Las cosas gratis siempre son bienvenidas.
Saya acarició distraídamente el colchón.
"Es tan suave"
Yo también lo toqué y asentí. No podía negar que este era el material más suave que había tocado.
(No puedo culparte mi amor. Esta seda está tejida por arácnidos de alto nivel)
'Ohhh... ¿Las chicas monstruo?'
(Sí.)
'Hah, no tengo ningún fetiche por ellas'
(Entiendo.)
Tiré el chakram en la tabla de la cama y me acerqué a ella con una sonrisa.
"Vamos a continuar donde lo dejamos esta mañana"
Ella retrocedió, un poco demasiado y se cayó de la cama.
"¡Kyaa!"
La tomé de la mano y tiré de ella antes de que su cabeza cayera al suelo. Ella me miró fijamente con los ojos muy abiertos y la cara sonrojada.
"Chica, ¿Tan asustada estás de mí?" Un profundo suspiro se escapó de mis labios mientras soltaba su mano. "Tal vez debería irme ya que mi presencia te molesta"
Quizá me precipité demasiado. Pero una tsundere no responderá hasta que la presiones. De repente, una notificación apareció en mi visión.
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[-Saya Takagi: Afecto +3]
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"No... lo siento" Susurró y bajó la cabeza. "Me equivoqué... por no responder a tu confesión"
¿Me zumban los oídos o acaba de admitir que se equivoco?
"No sé lo que siento por ti... aunque seas un pervertido molesto que quiere que un montón de chicas hermosas lo sigan" Ella levantó la cabeza con una expresión solemne. "Pero sé que será difícil vivir... sin ti"
¿Esta tsundere por fin admitió sus sentimientos? Parpadeé y me pellizqué las mejillas.
Bien, esto no es un sueño.
No pude evitar preguntar;
"¿Quién eres tú?"
Ella me miró ferozmente. Sin embargo, sólo me pareció linda. Ella no podía culparme después de todo, la confesión fue una sorpresa.
Rodeé su cintura con mis brazos y la besé. Esta vez cerró los ojos, me rodeó el cuello con los brazos y trató de devolver el beso con torpeza.
No pude contenerme más. Tomando su ligero cuerpo, la moví hacia un lado y la inmovilicé. Con su cabeza sobre la almohada, sus colas gemelas se extendieron sobre la cama mientras sus ojos nebulosos me miraban. Le tiré las gafas a un lado y le besé sus deliciosos labios. Sus amplios pechos se apretaban bajo mi pecho mientras su mano se deslizaba por mi pecho y rodeaba mi espalda.
Era la primera vez que ella tomaba la iniciativa. Su lengua se deslizó fuera de su boca y se superpuso a la mía.
El beso ardiente continuó hasta que me empujó y su calor rozó mi cara mientras intentaba recuperarse. Rápidamente tiré su camisón y mi ropa en el anillo espacial, sin esperar un solo momento, mis labios presionaron su tentador cuello y bajaron, no olvidé marcar mi territorio con una hilera de chupetones hasta que mi cara se detuvo ante sus preciosas oppais.
"Idiota, no los mires así" Susurró con cara de vergüenza y trató de apartar mi cara.
Sin embargo, no puedo dejar que me dominé.
"Tus pechos son hermosos"
Sonreí y enterré mi cara entre ellos. La suave carne emitía una agradable fragancia mientras envolvían mis mejillas.
¡Los pechos grandes son lo mejor!
"Nghhh... para, hace cosquillas!" Dijo entre suaves gemidos.
Me quedé helado ante su inesperada y bonita reacción y levanté la cabeza. Ella apartó rápidamente su cara de puchero.
"Estúpiiido"
Me reí ligeramente y le mordisqueé los pezones de color rosa pálido, provocando un gemido en ella. Se tapó la boca para reprimirlos.
No va a funcionar eso, baby...
Mientras mordía, lamía y acariciaba sus pechos, recorrí con mi dedo su ombligo, deteniéndome en la tela que se clavaba en sus carnosos muslos. Los sensuales ojos de Saya revelaban una mezcla de miedo y expectación mientras me miraban.
"¿Puedo?" Bromeé con una sonrisa.
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