Viejos Amigos
El silencio de la torre era absoluto y hasta cierto punto hiriente. Deslizó su mano por el cristal mientras sus ojos color miel estaban clavados en la ciudad que se alzaba en la noche. ¿Dónde estaba Loki? ¿Estaba con Thor? Aquel mero pensamiento le hizo estremecer por completo. Le había fallado, aun cuando se había prometido cuidar aquel bello sentimiento con cada ápice de su ser. Cerró su puño derecho en un mero arrebato de ansiedad. Deseaba verlo y hablar con él, volver a escuchar la melodiosa voz del hechicero, tocar su suave piel con la yema de sus dedos, acariciar de nueva cuenta aquel ideal de perfección que representaba Loki para él.
Soltó un suspiro profundo mientras desviaba la mirada. Estaba solo, Stark se había marchado horas atrás, después de todo no quería estar en medio en el caso de que el pelinegro regresara o ... si Thor lo hacía. Observó el sofá de color carmín que estaba en la estancia y decidió tomar asiento. Debía buscarlo, pero, ¿Cómo? ¿Llamaría a Heimdall y le pediría ayuda para encontrarlo? ¿Se enfrentaría una vez más a los golpes de Mjolnir? Aunque si de algo podía estar seguro era que no quería perder al hechicero. Pero Loki no regresaría por su propia cuenta... O al menos eso parecía.
~*~*~*~*~*~
POV Loki
La sensación del agua salada en mi piel... Era algo que nunca había disfrutado. Si bien en Asgard contábamos con bastos mares, menos contaminados, jamás me había ido de pinta del palacio para poder divertirme en estos y ahora... Solo observaba el agua que cubría mis pies con cada nueva ola que llegaba a la costa de la pequeña isla. La sensación de la arena también era un tanto nueva para mí, suave y rugosa a la vez. Sonreí para mis adentros en aquel instante. ¿Esos pequeños placeres de la vida me daban la ansiada felicidad de mi necesitado ser?
Ladee el rostro tan solo para encontrarme con la mirada intrigada del rubio quien no había dejado de observarme ni un minuto ni aún después de.... ESO. Una sonrisa iluminaba su rostro.
—Idiota... —Murmuré divertido mientras continuaba caminando descalzo en el lugar. No tenía demasiados ánimos de pensar en lo obvio. En lo que acaba de pasar con Thor, en Fandral... Pero... Tenía que hacerlo. ¿Qué debía hacer? Solté un suspiro profundo, me sentía dentro de un inmenso laberinto, como de esos que usan los roedores y no encuentran la salida, si, igual, solo que al final del mío no habría un pedazo de queso esperando por mí como recompensa.
—¿Quieres verlo de nuevo? —La pregunta del rubio recapturó mi atención con premura. Sabía a quién se refería, pero no era eso lo que me sorprendía, sino que él por su cuenta lo dijera como si nada....
—¿No puedes decir algo más romántico? —Repliqué intentando evadir el tema. Naturalmente, no quería verlo, estúpido... Por ahora tienes mi atención al cien por ciento y lo único que haces es preguntar por tu rival... Pft.
—Si así lo deseas... —Murmuró divertido poco antes de ponerse de pie—Te ves hermoso esta noche — Agregó divertido mientras intentaba darme un abrazo. Retrocedí dos pasos.
—No soy una mujer —Murmuré desviando la mirada. —Tienes razón, necesito regresar a la torre —Murmuré contradiciendo de alguna manera mis instintos y mis pensamientos. No amaba a Thor, pero... Si hubiese amado a Fandral quizá esto no habría llegado tan lejos. O quizá solo era una prostituta cualquiera. Apenas mi cuerpo había probado el verdadero placer de la intimidad y ahora esto. Sonreí para mis adentros ante el mero pensamiento. —Pero no esta noche —Agregué sin siquiera pensarlo. Cierto, quería sentirme amado, deseado, y la sola mirada del rubio me hacía sentir de nueva cuenta todo aquello.
POV Thor
No entendía del todo los estados cambiantes de Loki. Lo observé detenidamente tras sus últimas palabras. Sabía que no se olvidaría de Fandral con un solo... Revolcón, pero por los dioses, me mandaba señales tan confusas que ni el propio Odin en su inmensa sabiduría habría sabido interpretarlas. Había yacido con Fandral ... Lo amaba... ¿Por qué entonces se habría entregado a mí de aquella manera? Acomodé mis pensamientos mientras recordaba todas las palabras que se habían dicho horas atrás, después de mi leve encuentro con ... el espadachín.
Loki había mencionado algo sobre Stark... ¿Y Fandral? Sentí una punzada en mi pecho. Algo dentro de mí mandaba una señal de alerta, pero por primera vez estaba decidiendo ignorar mis instintos...
Y no, no podía forzar la situación. Loki ya había cedido demasiado aquella noche como para continuar interrogando y hundiendo el dedo en una herida latente.
—¿Cómo sucedió? —Cuestionó el pelinegro interrumpiendo mis errantes pensamientos de un momento a otro.
—¿A qué te refieres? —Respondí un tanto confundido ante aquella interrogante.
—Está bien, lo preguntaré de otra manera. ¿Por qué yo? —Sus esmeraldas me miraban expectantes. Bien, aquello era algo que definitivamente no me esperaba. De alguna manera podía maquinar un bello concepto sobre su persona, pero... Las verdaderas razones ni yo mismo las entendía. No podía señalar una sola cosa que amara de él, lo amaba solo porque era él, pero aquella era una respuesta demasiado infantil y estaba seguro que no la aceptaría.
—Si lo supiera no sería amor... —Repliqué un tanto confundido ante mis propias palabras, siquiera las había pensado, solo habían brotado de mis labios. Lo escuché sonreír ante mi respuesta.
—Realmente eres un idiota —Respondió poco antes de buscar un refugio entre mis brazos. De alguna manera no reconocía aquella manera de actuar de su parte, pero... No era algo que me molestara.
FIN POV
~*~*~*~*~*~
Los rayos apenas penetraban a través de los cristales de la torre. El rubio espadachín se revolvió ante la sensación incomoda que le producían, abriendo los ojos lentamente y observando como la mirada esmeralda de Loki se clavaba en él. Paseó sus avellanas por la escena. Muchas botellas vacías adornaban aquel escenario. Ciertamente aquellas bebidas midgardianas podían ser tan dulces como mortales. Saltó de su asiento en un instante y mareándose al siguiente, arrepintiéndose de inmediato por haberse dejado llevar por la sugerencia de Stark para aliviar sus penas.
El pelinegro tan solo observó la escena un tanto decepcionado.
—Esperaba más de ti —Susurró el hechicero mientras tomaba asiento en otro sofá de la estancia, aun sin apartar su mirar del desarreglado espadachín. Sintió un escalofrío recorriendo su espalda, recordando la mirada del tronador minutos atrás, poco antes de que lo dejara una vez más en la torre.
—Lo mismo puedo decir —agregó Fandral mientras tomaba asiento una vez más y se preparaba para lo inminente.
—No vengo a llorar por tu amor —Agregó Loki mientras desviaba la mirada.
—No te pido que lo hagas, pero sí que me escuches —
—Para eso estoy aquí... —Respondió el pelinegro mientras aun evitaba la mirada del otro.
—Te amo, Loki, eso es lo que quiero que entiendas en primer lugar —El pelinegro solo soltó una sonrisa ante aquel comentario. Una muy irónica sonrisa. —Lo que sucedió con Stark... Fue un error... Un estúpido error del que me arrepiento. ¿Crees acaso que podría olvidar todas esas lunas que pasé en los calabozos velando por tu sueño? —
—Jamás... —Respondió en un susurro Loki mientras bajaba la mirada ante el mero recuerdo de sus días como prisionero en Asgard, aquellos días en los que Fandral se había convertido en el escape de la aquella podrida vida, en los que un estúpido amigo de Thor se había ganado ... todo de él.
—No sé cómo enmendar este error... No quiero estar sin ti... —Murmuró el rubio mientras se acercaba hasta el otro y se arrodillaba ante este. —Eres todo para mi... Loki... Si te pierdo yo... No sabría que hacer —Agregó mientras tomaba las blanquecinas manos del hechicero entre las propias.
—No soy estúpido, Fandral —Respondió el pelinegro mientras desviaba la mirada, aunque no deshaciendo el agarre del otro. —No caeré ante tales palabras... —sintió un nudo en la garganta mientras su mente trabajaba a mil por hora intentando dominar el corazón con la razón.
—¿Estuviste con él? —Cuestionó Fandral de un momento a otro, haciendo que finalmente las esmeraldas de Loki se encontraran con sus avellanas. Por vez primera, el hechicero había sido transparente en su mirar, haciendo que de inmediato los ojos del espadachín se nublaran ante un llanto luchó por contener al recibir la muda respuesta por parte del otro. —¿Me amas? —
Loki lo observó sorprendido ante aquella nueva interrogante. ¿Cómo se atrevía a preguntar aquello después de lo sucedido con Stark? ¡Era un estúpido! Se levantó de un instante a otro irritado ante sus propios pensamientos viscerales.
—¿Cómo osas preguntar algo de esa magnitud? —Cuestionó dolido —¡¿Cómo osas clamar que me amas cuando estas besándote con el idiota de Stark?! ¡Es claro que no te amo! —Proclamó en aquel arrebato —De haberlo hecho no hubiese ido tras el idiota de Thor... —Agregó dándose la media vuelta para salir del lugar, siendo detenido una vez más por el firme agarre del espadachín.—Déjame en paz... Por favor... —Susurró el pelinegro casi en una súplica, intentando mantener aquel teatro unos segundos más, tan solo pensando en escabullirse a la ansiada soledad que tanto necesitaba.
—¿Es esa la verdad? —Cuestionó el rubio tratando de romper una vez más las barreras que Loki había reconstruido a su alrededor.
—Aún si no lo fuera, no queda nada que hacer —Agregó poco antes de sentir como Fandral finalmente lo soltaba.
Aun no podía admitir que lo amaba, tampoco que no lo hacía, pero por los dioses... Se sentía atrapado y confundido ante aquellos sentimientos, y no, no deseaba enfrentarlos. Sus piernas parecían que le fallarían en cualquier instante, pero hizo caso omiso de aquello.
Cuando finalmente se halló fuera de la torre caminó sin rumbo alguno, perdiéndose entre la gente, sabiendo que aunque quizá era observado, podía darse ese pequeño lujo de estar solo por unos momentos.
~*~*~*~*~*~
Las palabras de Odín parecían no tener efecto en su primogénito, quien tan solo rodaba los ojos una y otra vez ante los insistentes regaños de su padre tras haber abandonado sus obligaciones como heredero al trono y por supuesto, tras haber olvidado la promesa de boda que este le había comentado derivado de su relación con Foster.
—El futuro rey no puede estar perdiendo su tiempo en los nueve mundos mientras su reino se cae a pedazos. Necesitas regresar al palacio y continuar con tus obligaciones. — La frase trillada del futuro rey de Asgard ya lo tenía hastiado.
—¿Y qué tal si no quiero ser el rey de Asgard? —Cuestionó finalmente el rubio mientras encaraba por vez primera a su padre de aquella manera —¿Qué tal si he encontrado algo mejor que una estúpida corona y un podrido trono? —Agregó molesto mientras Odín lo miraba con severidad.
—Observo tus pasos, Thor, no creas que puedes engañar a tu padre, y aunque me he mantenido al margen de la situación, no permitiré que esto vaya demasiado lejos. —
—Quiero estar a su lado, padre, ¿Qué no lo entiendes? —
Odín tan solo suspiró ante aquel comentario intentando no entrar en guerra con su hijo y pensando con detenimiento sus diálogos.
—Perderías todo por aquel estúpido sueño, la corona, tu reino, tu familia, ¿Estáis dispuesto a renunciar a todo aquello que añoras y amas por un simple capricho? —Frigga tan solo observó de reojo al dios anciano ante aquellas últimas palabras.
—¿Acaso piensas exiliarme? —Cuestionó el tronador divertido ante las palabras de su padre.
—Es el camino que estás escogiendo —Agregó Odín intentando aun mantener la calma en su rostro cansado.
—Perfecto— respondió sin más el rubio, dejando caer el Mjolnir de su diestra y dándose la media vuelta poco antes de abandonar el salón ante la mirada desaprobatoria de sus padres.
—Amor mío... —
—No hables mujer, necesito respirar. Un hijo exiliado y mi primogénito enamorado de este. ¿Qué clase de estupidez es esta? —Clamó Odín retomando su lugar en el trono y masajeándose la sien con la diestra. Frigga tan solo suspiró, de alguna manera agradecía la actitud tan ... permisiva de su esposo, pero por los dioses, sabía que algo oculto llevaba aquello.
~*~*~*~*~*~
No sabía dónde estaba, pero había caminado tan lejos como sus piernas le habían permitido. No conocía ese mundo y por los dioses, odiaba todos aquellos laberintos y callejones que los estúpidos mortales construían en sus ruidosas ciudades, pero de alguna manera agradecía que la torre del estúpido de Stark ya no era visible.
Observó a su alrededor, habían pocos mortales transitando por el lugar. La noche había caído sobre él un par de horas atrás. Una tienda lucía un pequeño reloj en la entrada que marcaba poco después de la media noche. Había caminado todo el día sin detenerse, sin comer, sin descansar. Soltó un suspiro sintiendo como sus entrañas le pedían devorar alimento alguno. Volvió a pasear su mirada a su alrededor. Nada. No tenía dinero. De alguna manera extrañó los lujos de la torre del idiota multimillonario.
—Vaya, vaya... Miren que tenemos aquí —Una voz había brotado de la nada, capturando la atención del pelinegro. —¿Te has perdido, niño lindo? —Murmuró el hombre mientras sacaba una navaja de entre sus ropas, mientras otro se posicionaba delante de él, cerrándole el paso.
Loki tan solo suspiró.
—Quizá podamos pasar un buen rato juntos —Agregó el otro hombre mientras se le acercaba.
—Me temo que eso no es factible —Respondió el hechicero mientras retrocedía dos pasos, encontrándose con el sujeto de la navaja. No hubo más charla después de aquello, con ágiles y gráciles movimientos, el asgardiano ganó el pequeño encuentro de manera limpia, dejando tendidos a los sujetos en el piso en un abrir y cerrar de ojos.
—Idiotas... —Murmuró poco antes de comenzar a revisar las ropas de los sujetos en busca de objetos de valor.
—Tal parece que los rumores eran ciertos. —Una voz algo familiar recapturó la atención del pelinegro, quien de inmediato se puso de pie buscando de dónde provenía esta.
—El dios asgardiano de nuevo entre nosotros — volvió a sonar aquel tono aún más cerca. Tomó la navaja del sujeto, preparándose para lo que fuese, pero pronto sintió un leve escozor en el cuello. Se llevó la diestra hasta este, quitándose de inmediato el dardo que se había incrustado en su piel. Todo comenzó a nublarse de un instante a otro, hasta que finalmente la inconciencia se hizo presente en él.
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