Todo Tiene Una Explicación

La respiración de Tony se aceleró de inmediato mientras sus avellanas observaban perplejas al rubio que parecía acecharlo con las propias. No podía moverse, sus articulaciones parecían no querer responderle.

El rubio por su parte tan solo observaba divertido la escena mientras analizaba al pequeño y sonrojado mortal. Quizá había algo lindo en este, pero le parecía aún más divertido las reacciones que Tony había tenido para con él.

- No voy a morderte - susurró Fandral divertido mientras que el castaño solo guardaba silencio. - A menos que quieras - agregó divertido mientras se aproximaba a los labios ajenos, respirando prácticamente el aliento del multimillonario.

- No ... - no pudo articular palabra alguna. La.puerta del elevador se había abierto de repente y el rubio prácticamente había sido arrancado del lugar por un oportuno capitán, quien ahora observaba al asgardiano notoriamente enojado.

- ¿Qué acaso no te han enseñado que es el respeto? - cuestionó con molestia el soldado mientras se aproximaba a él.

- Lo lamento, no se me figuraba que aquello era incorrecto. - respondió divertido mientras se ponía de pie y se acomodaba las ropas.

El capitán tan solo guardó silencio mientras observaba de reojo al playboy, quién miraba bastante sorprendido la escena.

Fandral por su parte, solo se dio la media vuelta para alejarse de la escena bastante divertido ante el resultado que había obtenido. Sonrío para sus adentros mientras caminaba apresuradamente hasta la habitación del pelinegro. En cuanto se halló frente a la puerta no demoró en entrar, sonriendo al notar que el dios ya se hallaba dormido en la cama.

- Hey...- susurró por lo bajo mientras se deslizaba por debajo de las sabanas y se colocaba con suavidad sobre el cuerpo del hechicero. - Amor...- Volvió a susurrar mientras se acercaba al oído derecho de este y lamía con suavidad el lóbulo del dios.

El pelinegro se revolvió entre la sábana y abrió los ojos lentamente, sonrojandose casi al instante por la escena que lo recibía.

- No es tan malo que seas lo primero que vea al despertar...- Susurró complicemente mientras rodeaba la nuca ajena con sus brazos y lo atraía hacia sí mismo para poder besar a su amante. Fue un beso delicado en un principio, cargado de emociones tenues pero sinceras. Pero aquello no duró demasiado, pues el rubio convirtió aquel contacto en uno ardiente y apasionado, despertando de nueva cuenta la virilidad de ambos asgardianos casi al mismo tiempo.

- Lo necesito...- murmuró el rubio mientras rozaba su erección aprisionada por sus prendas contra los perfectos glúteos del pelinegro.

- Tómame...- Agregó un lujurioso Loki quien ya comenzaba a mecer sus caderas contra las ajenas. Aquellas palabras tan solo encendieron aún más la lujuria en el espadachín, quién de inmediato hizo caso a sus palabras devorando con lujuria el blanquecino cuello de su amante mientras sus manos comenzaban a hundirse en los muslos de este.

- Te amo tanto - jadeó el rubio mientras continuaba mordisqueando la piel del otro a la par que ya comenzaba a deshacerse de las prendas propias y ajenas. No demoró demasiado en finalmente lograr su objetivo extanciadose en demasía al sentir el tacto ardiente de su piel contra la ajena.

Era más que perfecto, no podía pensar en otra cosa que no fuera aquel bello ángel que se encontraba frente a él. Lamió con lujuria cada pedazo de piel poco antes de concentrarse en los rosados botones del pecho del dios quien se revolvía ante el húmedo contacto que se producía en su piel.

- Fandral... - murmuró el pelinegro mientras enterraba sus uñas en la espalda del otro dejando notorias marcas en la piel de este. La lujuria flotaba en el ambiente mientras la habitación comenzaba a inundarse de los gemidos de la pareja. El espadachín se acomodó entre las piernas de su amante comenzando a rozar su hombría contra la rosada entrada del pelinegro, jadeando ante la ardiente sensación que aquello le producía.

El hechicero se sentía desfallecer ante aquello, su cuerpo gemía ante el deseo mientras sus manos se movían por sí solas, aprisionando ambos sexos entre su diestra y comenzando a mover esta para estimular ambos sexos al mismo tiempo. El rubio arqueó la espalda ante aquel estímulo, su sexo ardía ante aquel roce mientras sus labios dejaban salir improperios al aire. No pudo aguantar demasiado aquello, deshaciendose del agarre de Loki y tumbándolo en la cama una vez más. Se sentó a horcajadas sobre el pecho del menor y acercó su sexo hasta la boca de este.

- Lámelo...- ordenó el rubio totalmente excitado. El pelinegro acató la órden casi al instante engullendo con lujuria la carne que se le presentaba. Succionó con premura la glande mientras sus manos se movían con suavidad en el escroto del espadachín, arrancando fuertes gemidos por parte de este. Aquello tan solo lo excitó aún más, comenzando a penetrar con rapidez la boca de su amante mientras enredaba sus dedos en las negrs hebras de este. Loki se alejó buscándo un poco de aire, para después volver a su labor con más ávidez.

- Si, asi...- Murmuró el rubio completamente sumido en su fantasía. Sentía que estaba por llegar a su clímax, por lo que se alejó de un solo movimiento de la boca del otro, intentando controlar su desbordada respiración.

- ¿Qué... - susurró el hechicero confundido poco antes de ser tomado por su amante, quién con maestría lo colocó en cuatro sobre la cama, dejándo expuesta su entrada palpitante ante la mirada excitada de Fandral, quién no dudó ni un segundo en separar los glúteos del menor y comenzar a deborar la rosada piel de este.

Loki tan solo dio rienda suelta a sus gemidos mientras se entregaba a la placentera sensación que aquello le producía, moviendo sus caderas y sintiendo como era levemente penetrado por la lengua del rubio.

- Más... más... no ... no pares - Jadeó contra la almohada mientras el rubor inundaba sus mejillas. Fandral obedeció al instante, adentrandose al interior del menor tanto como le era permitido.

El rubio se interrumpió casi al instante, sintiendo como de nueva cuenta estaba por llegar a su límite. Sin premeditaciones, se acomodó con rápidez en la entrada del hechicero, penetrándolo casi de inmediato y arráncando un fuerte gemido por parte de este.

Fandral tomó aire poco antes de comenzar con aquel suave movimiento, hundiendose una y otra vez dentro del cuerpo de Loki, quién lo recibía con gusto.

- ¿Te gusta?- cuestionó lujurioso el espadachín deteniendose por unos cuantos segundos y miró al menor, quien de inmediato lo observó con desesperación cuestionandolo con sus esmeraldas por aquella súbita acción.

- ¡No pares! - exclamó mientras meneaba sus caderas en busca de más contacto con el cuerpo del otro.

- Dime.. ¿Qué quieres? - cuestionó divertido mientras le miraba juguetonamente.

- ¡Follame joder! - exclamó desesperado mientras Fandral sonreía para sí y comenzaba de nuevo a penetrarlo con salvajía, sintiendo como su pelvis impactaba contra los glúteos de su amante, produciendo un exquisito sonido que inundaba la habitación.

- ¿Así? - cuestionó el rubio mientras hundía sus manos en las caderas del hechicero y se movía con toda la fuerza y rápidez que su cuerpo le permitía.

- Sí... si así, no pares - respondió el pelinegro fuera de sí poco antes de sentir como el otro salía de su interior de un solo movimiento para después sentarse en la cama a horcajadas y sujetar el cuerpo de Loki clavando su erección una vez más dentro de este. Lo sujetó de los muslos para comenzar a moverlo de arriba hacia abajo con premura, mientras la espalda perlada en sudor del menor hacía fricción contra la piel de su pecho.

Loki gimió con fuerza ante las profundas estocadas que el otro le propinaba. Deslizó sus manos hasta su sexo, comenzando a estimularse. Aquello solo encendió aún más al espadachín quién perdió el control casi de inmediato fusionandose al cuerpo del otro tan profundamente como su virilidad se lo permitía.

Aquello tan solo hizo que el menor finalmente alcanzara su climax, terminando por correrse en su propia mano, para poco después sentir como su amante acababa por derramarse en su interior, arrancando un fuerte gemido de sus labios mientras la calida semilla del rubio se deslizaba en abundancia por sus esfínteres hasta el exterior de su cuerpo.

El rubio sujetó con firmeza la cintura del menor, aun sin salir de este, mientras besaba con suavidad su ihombro derecho.

- Te amo.. - Volvió a susurrar el rubio mientras aspiraba con suavidad el aroma del pelinegro.

- Eres un idiota... - respondió Loki mientras desviaba la mirada notoriamente sonrojado por la situación. Jamás se había comportado de esa manera, tan hambriento de sexo... Suspiró alejándo aquellos pensamientos de su mente.

~*~*~*~*~*~

El castaño suspiró exasperado mientras se recargaba contra el muro del pasillo. No había tenido el suficiente coraje para interrumpir a la pareja que se entregaba en el interior de la habitación.

Rogers tan solo observó al castaño, tratando de concentrarse en lo que debía decir, pero se encontraba completamente en blanco, intentándo alejar de su mente los gemidos de placer que aun sonaban dentro del interior del cuarto, lo cual estaba tentandolo a probar aquello con cierto castaño...

- ¿Piensas dejarlo así?- cuestionó el rubio mientras evitaba las almendras del playboy quien claramente estaba bastante molesto por la situación.

- Parecen un par de animales en celo... - susurró el castaño mientras se cruzaba de brazos y rodaba los ojos bastante fastidiado.

El soldado no pudo soportarlo más, se dio la media vuelta y salió del lugar poco antes de que su hombría terminara por delatarlo.

El castaño por su parte se quedó ahí, intentando mantener la calma.

- ¿Te dejaron plantado?- la voz de Fandral había brotado de la nada, sorprendiendo al castaño de sobremanera. Stark observó perplejo al rubio semidesnudo que había salido de la habitación. Un suave sonrojo se asomó por las mejillas de este poco antes de desviar su mirada.

- ¿Se puede saber por qué demonios ...?- no pudo terminar aquella pregunta, sintiendo como el otro lo arrinconaba contra la pared.

- Loki duerme, ¿acaso quieres despertarlo?- susurró el espadachín muy cerca de los labios del castaño, respirando el aliento de este.

- ¿Qué demonios estás haciendo?- cuestinonó el castaño completamente sonrojado.

- Aun puedo con otro round - susurró juguetonamente el rubio mientras deslizaba su índice sobre los labios del multimillonario.

~*~*~*~*~*~

El pelinegro recuperó la consciencia lentamente. ¿Se había desmayado después del sexo? Bueno, de alguna manera había sido imprudente haberlo hecho después de lo acontecido en Asgard. Suspiró poco antes de deslizarse fuera de la cama y buscar sus ropas esparcidas por el piso. Por lo menos se había deshecho de las esposas gracias a Fandral.

Se vistió con premura poco antes de dirigirse hasta la puerta deteniendose al instante al escuchar la charla que se efectuaba en el pasillo. Sintió su corazón acelerarse mientras escuchaba con atención las palabras de Fandral, de SU Fandral... Un silencio inundó el pasillo de un momento a otro. Sintió su corazón detenerse al instante. No quizo mirar. Tomó aire poco antes de observar la puerta al otro lado de la habitación. No dudó ni un segundo en salir del lugar sin saber siquiera a donde iba. El trasero le dolía y las piernas aun le fallaban, pero no podía detenerse.

Llegó a una enorme habitación donde había un mini bar y una vista explendida de la ciudad... Aquel escenario se le hacía familiar...

La luz del bifrost iluminó la terraza del lugar de inmediato, mientras el dios del trueno hacía acto de presencia en el lugar. El hechicero detuvo su andar al instante poco antes de darse la media vuelta para retirarse de ahí, siendo detenido casi de inmediato diato por el firme agarre del tronador.

Las acuosas esmeraldas del hechicero hicieron frente al dios rubio quien tan solo lo miraba reaccionando al instante ante la escena que se le presentaba.

- ¿Loki..?- susurró el tronador sin soltar al pelinegro, que aún se negaba a mirar a su hermano.

- Sueltame... - la voz quebrada del menor tan solo ocasionó que el rubio lo envolviera de inmediato entre sus brazos. El delgado cuerpo de Loki se resisitió a aquel contacto, pero cediendo lentamente ante aquella sensación de seguridad en la que ahora se encontraba. No quería llorar... Eso era propio de los seres inmundos y mortales, pero aún en contra de su voluntad, sus lágrimas se suicidaron al vacío.

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