No Existen Límites

La noción del tiempo en medio de la penumbra de aquel lugar, era algo que se podía perder rápidamente. El hechicero apenas abrió los ojos estiró con sutileza su brazo derecho para poder palpar el bulto que se suponía debía estar a su lado. Al no encontrar nada, se levantó casi de inmediato de la cama observando como el espadachín ya había abandonado la celda sin decir nada. Paseó rápidamente su mirada en el lugar, encontrando solo el silencio al que ya se había acostumbrado.

Sintió un leve desespero ante ese abismo que crecía ante él. No podía entenderlo. Se llevó las manos a la sien, masajeándola con suavidad mientras se sentaba en la orilla de la cama, soltando un suave suspiro ante esto. Repasó en su mente todo lo que había sucedido hasta ese momento, siendo que el nombre del guerrero era lo único que escuchaba en esos momentos en su cabeza. ¿Lo quería? Ya tenía en claro que disfrutaba de su compañía, que le gustaba... Sintió un leve rubor cubriéndole las mejillas ante aquel pensamiento.

-Hora del baño, su "alteza" -Mofó un guardia del lugar al otro lado de la celda, sacando al pelinegro de sus pensamientos mientras observaba la cubeta con agua y la esponja que el hombre le había llevado.

-Gracias, ya estaba dudando que me dieran ese privilegio -Murmuró divertido el dios mientras el hombre abría la celda y dejaba el balde dentro, para posteriormente salir y observar al hechicero.

-Bueno, no creas que voy a asearme mientras me miras -Sentenció el pelinegro mientras enarcaba una ceja y observaba retadoramente al otro.

El guardia tan solo hizo una mueca de disgusto poco antes de darse le media vuelta y salir del lugar, tranquilizando en parte al otro, ¿Qué se creía? Bien, intentó alejar esa escena de su mente y observó el agua en el balde. Sumergió apenas un par de dedos tan solo para sentir la frialdad del líquido. Extrañaba tomar un baño en una buena tina con agua caliente, pero bueno, en su estado no podía opinar sobre ello o siquiera soñar con hacerlo.

Soltó un suspiro mientras comenzó a despojarse de sus ropas, de cualquier manera, quería estar limpio y no se pondría a pensar demasiado en el método.

~*~*~

Observó aburrido a sus amigos mientras Padre de Todo continuaba hablando sobre como los problemas que acechaban a Asgard, estaban siendo erradicados con eficiencia gracias al dios del trueno. Torció la boca ante la sola mención del nombre de Thor, de alguna manera le había sacado de sus casillas el que lo hubiese atacado la noche anterior en la taberna. Y Loki, su bello Loki... Se había arrepentido de haberlo dejado desde temprano aquella mañana.

Apenas había abierto los ojos fue recibido por la imagen del dios que yacía dormido, y aquella escena se le había quedado grabada en la mente, dándole la suficiente fuerza para acudir a la junta que casi había olvidado. Pero bueno, estaba bien., ya después volvería a las celdas asgardianas para compartir un poco más de tiempo con su amada Dulcinea.

-Y en parte es por eso que los he llamado este día -Las palabras de Odín de nuevo recuperaron la atención de Fandral -La coronación de Thor será en una semana más, y estoy seguro que el ansía tenerlos en su guardia personal -Los guerreros se observaron entre ellos un tanto confundidos ante la propuesta del anciano.

-En ese caso creo que el mismo debería decirlo -Interrumpió Sif un tanto molesta, arrancando una sonrisa de los labios de Odín.

-Así es, mis queridos amigos -La voz del tronador había sonado en el lugar, haciendo que las miradas de todos se posaran sobre el rubio que acababa de entrar en la sala. -Estoy ansioso de incluirlos en mi guardia personal, siempre y cuando ustedes quieran -Agregó el dios del trueno mientras se detenía a una distancia prudente de sus amigos, observándolos con una sonrisa en los labios.

-Por supuesto -Habían dicho al unísono Volstagg y Hogun, dejando de lado al rubio espadachín y a Sif, quien solo hizo una mueca de disgusto ante eso.

-¿Qué me dicen ustedes, Fandral, Sif? -Cuestionó Thor intentando mantener su sonrisa, aun sabiendo lo que estaba sucediendo entre Loki y.... Bueno, Sif... ¿Ella por qué habría de dudar tanto?

-Ocupo tiempo para pensarlo -Contestó la chica mientras se ponía de pie y reverenciaba a Padre de todo poco antes de salir del salón, dejando entonces a Fandral pendiente de responder ante el cuestionamiento.

-Creo... Que no hay nada que me hiciera más feliz -Mintió el rubio. De alguna manera sabía que debía mantenerse cerca de Thor, tantear el terreno y lograr la liberación de Loki.

El dios del trueno sonrío ante la respuesta de sus amigos, aunque para sus adentros ardía en celos... Celos, ¿Celos? Desvió la mirada un tanto confuso ante sus propios sentimientos. No quería ver a Fandral con su hermano, con Loki, con su Loki... Pero, ¿Qué tal si Loki si quería estar con él? El corazón se le estrujo al instante. ¿Amaba a Loki? Su hermano, su dulce hermano, había agonizado noches enteras sin poder saber del destino del hechicero, pensando que había muerto, y ahora, agonizando ante el hecho de que alguien estaba tras el rastro de este. ¿Pero que podía hacer? Nada, esa era la respuesta. Soltó un suspiro poco antes de despedirse de los ahí presentes, no sin antes agradecerles su disposición ante la oferta, retirándose del lugar para poder meditar en la soledad.

Pero ciertamente no había mucho que pensar, solamente debía reunir el valor de reprimir aquel amor creciente en su interior, el valor de dejar a su hermano con quien había escogido, y por supuesto, el valor para continuar su camino hacia la corona y tomar a Jane... No, no podía con ese último acto. Se llevó la diestra hasta las rubias hebras mientras salía a toda prisa del lugar.

~*~*~

Dejó a su corcel pastando en las cercanías del lugar, mientras una vez mas se dirigía al interior de los calabozos. De nueva cuenta, los guardias de la entrada le impidieron el paso, alegando que no había cumplido con la promesa de lo carnal que se les había hecho. El rubio solo sonrío por lo bajo.

-Les traeré una bella asgardiana, con curvas sin igual -Respondió el espadachín ante las acusaciones de los hombres, quienes se mostraban renuentes ante sus palabras.

-Más vale que no nos mientas, guerrero, o tomaremos las medidas necesarias para hacerte pagar la falta -Sentenció el mas corpulento de los hombres, poco antes de hacerse a un lado, dándole acceso al rubio.

Fandral tan solo suspiró ante aquella escena, de alguna manera no sería difícil llevar a una doncella hasta ahí, pero hacer lo que restaba de la promesa... Quizá sería algo que le tomaría algo de esfuerzo y labia. Pero bien, aquello no era lo que importaba. Bajó con premura las escaleras poco antes de llegar hasta su destino.

Todo lo demás del día empezó a carecer de importancia cuando aquel par de esmeraldas lo observaron llegar al lugar.

-Llegas tarde -Murmuró Loki mientras le sonreía por lo bajo, poniéndose de pie de inmediato y acercándose hasta el límite de la celda para poder observar mejor al recién llegado.

-Lamento haberme ido así esta mañana -Se disculpó el rubio poco antes de acercarse hasta el otro, abriendo casi de inmediato la celda para poder acceder hasta el cuerpo del otro, atrapándolo de inmediato entre sus brazos. -Te extrañé... -Murmuró el espadachín poco antes de sentir como el abrazo era finalmente correspondido.

-Yo también... -susurró el pelinegro mientras deslizaba sus brazos hasta la nuca ajena y sellaba aquel momento uniendo sus labios a los de Fandral, sorprendiendo a este por la bienvenida.

-Loki... -Susurró el rubio poco después de separar sus labios de los ajenos, observando al pelinegro con una amplia sonrisa. ¿Por fin lo había logrado?

No pudo articular una palabra más, pues el hechicero había de nuevo capturado sus labios con los propios, mientras demandaba un beso más profundo. ¿Estaba sucediendo? Pero... ¿Cómo? No podía razonar en aquellos momentos. De alguna manera era su anhelo más preciado, pero había decidido darle tiempo al otro.

-No... -Susurró el rubio poco después de interrumpir el apasionado beso del otro. -No quiero que pienses que es lo que deseo de ti, Loki-Sentenció el guerrero, haciendo uso de toda la caballerosidad que tenia.

-Ya has obtenido lo que deseabas de mí-Murmuró complicemente el pelinegro mientras le sonreía juguetonamente. Aquello definitivamente dejó en shock al rubio, ¿A qué se estaba refiriendo el pelinegro? Pero no hubo más palabras después de eso.

Los labios del pelinegro comenzaron a besar con celeridad el cuello de Fandral, quien finalmente se comenzó a dejar llevar por el ritmo que le marcaba el otro, deslizando sus manos hasta los muslos de Loki y acariciando con firmeza la piel que ardía debajo de las ropas de este.

Las prendas que sobraban comenzaron a caer al piso con rapidez, pues ambos cuerpos anhelaban la desnudez propia al menor tiempo posible. Cuando finalmente solo quedó el obstáculo de las prendas intimas, los protagonistas del acto se dieron cuenta que ya no habría marcha atrás.

Fandral observó extasiado el cuerpo de su amado dios, blanco, suave, perfecto. Su cuerpo no era el de un guerrero asgardiano, pero estaba firme y marcado, y aquellos dos rosados botones en su pecho lo invitaban ahora a pecar. Se relamió los labios poco antes de dirigirse hasta el blanco pecho de Loki, depositando varios besos suaves en este mientras sus hábiles manos comenzaban a masajear el sexo del hechicero con gran habilidad.

Loki por su parte, finalmente se comenzaba a entregar al placer del acto, despeinando con sutileza la rubia cabellera del otro con ambas manos mientras echaba el rostro hacia atrás, soltando suaves gemidos. Quería entregarse a Fandral. Quería unirse a él, algo lo había empujado hasta ese momento y no quería dar marcha atrás.

-Loki... -Susurró el rubio poco antes de sujetar con firmeza al otro de la cintura y llevarlo hasta la cama, sentándolo en la orilla de esta al instante y deshaciéndose con premura de la última prenda del asgardiano.

La virilidad del hechicero se liberó al instante, goteando ante el placer del acto. Fandral solo se relamió los labios ante el manjar que se le presentaba tentadoramente. No dudó ni un segundo en llevar su boca hasta el sexo ajeno, engulléndolo en un abrir y cerrar de ojos. Loki soltó un gemido de placer, observando como el rubio comenzaba a devorarlo con habilidad en un rápido movimiento de vaivén. Se sintió desfallecer en aquel momento, llevando una mano hasta la cama para evitar dejarse caer, y la otra hasta las hebras rubias del guerrero, incitándolo a profundizar el acto.

Fandral entendió perfectamente la suplica del pelinegro, llevando el pene de este hasta donde le permitió su garganta en aquel instante, saboreando con lujuria toda la extensión de aquel pedazo de carne.

Cuando el miembro dentro de su boca comenzó a palpitar aceleró el movimiento, mientras sus manos se deslizaban complicemente hasta el escroto del pelinegro, buscando aquel punto de unión entre este y su entrada. Cuando finalmente halló su objetivo, hundió su índice en aquella suave extensión de piel estimulando la próstata ajena y haciendo que Loki finalmente explotara en su boca al poco tiempo.

El cuerpo del pelinegro se retorcía en el creciente placer mientras sentía como su semilla era devorada gustosamente por su amante.

-Delicioso... -Susurró el rubio poco después de apartar su boca del miembro de Loki, dando unas ultimas lamidas para recolectar los rastros de semen que aun quedaban en este.

El hechicero solo guardó silencio mientras luchaba por controlar su respiración y recuperar el control de su cuerpo. Fandral solo sonrío ante la escena que se le presentaba, poco antes de sujetar con delicadeza el cuerpo de Loki para poder ponerlo en cuatro en la cama. Iba a probarlo todo de él.

Separó las nalgas del hechicero con sutileza poco antes de comenzar a lubricar la zona con su lengua. Las rosadas paredes del interior del otro comenzaron a palpitar ante el húmedo tacto mientras su sexo comenzaba a erguirse de nueva cuenta.

-Fandral... -susurró el pelinegro poco antes de pegar su pecho en las sabanas, dándole una mejor vista al otro al instante. Sus mejillas estaban completamente ruborizadas mientras inútilmente intentaba contener sus lascivos gemidos que ahora inundaban la habitación. Nunca antes se había sentido así, después de todo, esa sería su primera vez.

El rubio por su parte, estaba completamente perdido en su mundo. El cuerpo del otro parecía querer recibirlo cuanto antes, pero quería resistir el impulso pues no quería lastimarlo. Fue entonces que llevó su índice hasta la lubricada entrada del pelinegro, introduciéndolo con suavidad, metiéndolo y sacándolo con paciencia. Pronto el anular le hizo compañía al índice, abriendo con suavidad el cuerpo de Loki conteniéndose lo mejor que podía, mientras besaba con suavidad los glúteos del otro.

-Solo... Métela... -Murmuró el pelinegro mientras observaba de reojo al rubio, quien solo soltó una sonrisa ante la petición del dios, sacando de inmediato sus dedos y posicionándose en la entrada de este. Se relamió los labios poco antes de comenzar a entrar, siendo recibido por la estrechez y calidez del cuerpo del otro. Un gemido ronco brotó de sus labios mientras se concentraba en las reacciones del hechicero, quien cerraba con fuerza los ojos y ahogaba sus gemidos contra la almohada. Con una sola estocada se introdujo hasta el fondo del cuerpo de Loki, sintiéndose desfallecer ante la sensación que lo envolvió de inmediato. Hundió con suavidad sus dedos en las caderas el hechicero, mientras se mantenía quieto, dándole tiempo al otro de asimilar al invasor que debía recibir.

-Te amo, Loki... -Murmuró el guerrero mientras se inclinaba para poder besar el hombro del dios, quien abrió de nueva cuenta los ojos y le observó con una sonrisa en los labios.

Aquel gesto lo devolvió a la realidad, comenzando a mover con suavidad sus caderas sintiéndose desfallecer ante la fricción que comenzaba a surgir en el interior de Loki, quien finalmente comenzaba a acostumbrarse a aquello, sintiendo como el dolor se tornaba poco a poco en placer.

-Muéstramelo Loki, muéstrame ese punto que te hace enloquecer... -Susurró el rubio mientras comenzaba a moverse con más fuerza en el interior del hechicero, ansioso por rozar el punto bueno de este.

El pelinegro se ruborizó aun mas ante el comentario mientras sentía como su cuerpo se contraía ante el acelerado movimiento de vaivén. Un gemido sonoro escapó de sus labios cuando el pene del otro finalmente rozó su próstata. Su cuerpo se contrajo de placer mientras el rubio observaba triunfal como su búsqueda finalmente daba frutos.

-¿Ahí es? -Cuestionó Fandral ansioso mientras continuaba embistiendo el cuerpo del otro y rozando una y otra vez aquel punto en el interior de Loki, quien finalmente empezaba a dar rienda suelta a sus gemidos de placer.

-Si... Ahí... Más... Más... -Contestó Loki sumido en su placer, mientras su cuerpo se preparaba para un nuevo orgasmo., contrayéndose con fuerza poco antes de correrse y manchar las sabanas de seda que yacían debajo de su cuerpo.

La sensación del clímax del dios también llegó hasta el guerrero, pues el cuerpo de Loki se contrajo con fuerza, succionándolo a su interior mientras el calor aumentaba notoriamente. Aquello finalmente llevó al rubio hasta su orgasmo esparciendo su semilla en el interior del pelinegro, quien abrió los ojos de sobremanera ante la placentera sensación que provocó el semen ajeno en su interior.

-T...Te..A...amo... -Murmuró fuera de si Loki mientras luchaba por controlar los espasmos de placer que aun recorrían su cuerpo.

Fandral observó a su amante completamente atónito ante la reciente revelación que este le había hecho. Sonrío para sí poco antes de salir del interior ajeno y estrechar el cuerpo de Loki entre sus brazos.

-Gracias...-Respondió el guerrero poco antes de besar la frente del pelinegro, observando cómo este había perdido la conciencia momentos atras. Soltó un suspiro y volvió a sonreír ante la escena.

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Bueno decidi subir dos capítulos de una sola vez pues me había atrasado.. Espero les guste nwn

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