Laberinto

Las esmeraldas de Loki se posaron con incredulidad en la figura del rubio que yacía a escazos pasos de él. ¿Eso estaba pasando en serio? ¿Fandral le había seguido hasta aquel lugar? Sonrío para sus adentros ante el mero pensamiento que estaba inundando su mente.

- ¿Qué demonios está sucediendo? - la pregunta de Stark quedó al aire poco antes de ser alejado de la escena con un brusco movimiento por parte del recién llegado, arrancando casi de inmediato un golpe por parte de Steve hacía el extraño.

El pelinegro observó la escena un tanto molesto, sintiéndose inútil al estar atado a la camilla y sin poder evitar ninguno de los golpes que el soldado arrojaba hacía su rubio espadachín. Aunque este tampoco se quedaba demasiado atrás, pues de igual manera respondía a estos.

Tras unos momentos, el multimillonario hizo acto de presencia enfundado en su traje de metal, interrumpiendo de manera abrupta los golpes sin sentido que ambos rubios se daban y que de paso, habían redecorado su hogar.

- Ambos parecéis críos. ¿Quién demonios eres tú? - Cuestionó el castaño al rubio espachín quien recobraba el aliento en una esquina de la destruida habitación.

La sonrisa de Loki resonó en el lugar ante la pregunta de Stark, atrayendo la atención de los ahí presentes hacia él, incluido, su gran amor.

- He venido por él - interrumpió Fandral regresando la atención hacia si mismo.

Stark se quitó el casco casi de inmediato tan solo para masajearse la sien en señal de confusión. ¿En serio cuernitos era tan deseado? Soltó un suspiro al aire poco antes de intentar recobrar la postura y observar el rostro del capitán, quien comenzaba a perder la paciencia.

- ¿Otro dios? - cuestionó incrédulo el castaño mientras observaba de reojo a Loki, ya con este y Thor creía que tenía suficiente.

- Asgardiano - se apresuró a corregir Fandral poco antes de enfilar su rumbo de nueva cuenta hasta el dios del engaño.

- Sin importar quien seas, Loki debe pagar su falta contra nosotros, es peligroso y debe ser llevado a SHIELD de inmediato- se apresuró a agregar el capitán mientras recuperaba el aliento y se ponía de pie.

- No lo es - agregó de la nada el castaño mientras observaba al pelinegro en la camilla. - No tiene poderes, capi. Créeme que de no ser así esas ataduras no hubiesen sido suficientes - Agregó un tanto cansado mientras observaba al rubio asgardiano. - Sin embargo, de verdad me gustaría saber a qué demonios has venido tú a mi hogar - finalizó Stark mientras observaba el desastre a su alrededor.

- Es mi amante, ¿Tienes algún problema con eso, hombre de hojalata? - cuestionó Loki divertido mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios.

~*~*~*~*~*~

El rubio caminaba a pasos veloces en los pasillos del palacio. Se sentía bastante limitado al tener que haber escogido aquel destino para su hermano, pero, ¿Qué más podía hacer? De cualquier otra manera, Loki en aquel estado hubiese acabado en manos de cualquier midgardiano, incluido Fury y su organización. No había tenido mucho de donde escoger. ¿Por qué las cosas debían acabar de aquella manera? Se sintió culpable de nueva cuenta por lo que había sucedido en las prisiones. Loki, su amado Loki... Apenas su nombre había comenzado a inundar sus pensamientos cuando estos se vieron interrumpidos por la figura de Sif, quien ya lo esperaba a la entrada de sus aposentos. Soltó un largo suspiro poco antes de hacerle frente a la mujer.

- Me alegra verte por estos rumbos - mintió el tronador mientras sonreía sin ánimos a su no deseada visita.

- Tú y yo sabemos que eso no es cierto, y no creas que he venido a acosarte como en alguna ocasión lo llegué a hacer en mi estúpida juventud-

Bien, las palabras de la chica lo tomaron por sorpresa.

- Entonces, ¿A qué debo tu visita, mi estimada amiga?- cuestionó el dios del trueno un tanto intrigado por aquello.

- Fandral, ¿Dónde está Fandral?- cuestionó sin rodeos la mujer mientras enarcaba una ceja y esperaba impaciente la respuesta de Thor.

Bien, aquello lo había dejado en parte perplejo. Había olvidado en parte la reciente fijación que Sif estaba teniendo para con Fandral, la cual había surgido poco después de que él mismo hubiese rechazado a la bella mujer sin darse cuenta.

- Creo que es algo que en su momento él mismo podrá decirte, pero por el momento no tengo el derecho de decirte- Sabía que su rubio amigo no se había demorado ni un segundo en ir a Midgard para perseguir a Loki, pues Heimdall se lo había revelado horas atrás.

- Comienzo a odiar tu lealtad para con tus amigos - sentenció la mujer poco antes de darse la media vuelta y salir del lugar.

Thor la había despreciado por Jane y ahora que finalmente su mirar se había posado en alguien más, ¿Debía suceder aquello? Se revolvió las hebras negras con desespero mientras caminaba a toda prisa al bifrost. El único ser que era capaz de vigilar todas las almas de los nueve mundos, estaba segura que debía poder darle una respuesta.

Thor tan solo observó a la chica irse mientras el silencio regresaba al lugar. Se apresuró a entrar a sus habitaciones, asegurándose de cerrar la puerta con llave para evitar cualquier otra visita no deseada. Necesitaba pensar. ¿Cómo podría sacar a Loki de aquella situación? Por el momento se las había ingeniado para poder ponerlo a salvo, pero sabía que aquello no podría ser eterno. El pelinegro se había hecho de demasiados enemigos en la tierra y estaba seguro que estos no demorarían en ir tras su huella. También estaba el asunto de los demás vengadores que estaba por demás seguro no dudarían en ir tras un Loki sin magia. ¿Aquello no podría ser peor? Bueno si, olvidaba el detalle de su gran amigo que ahora estaba tras de Loki.

~*~*~*~*~*~

Los ojos de Stark se abrieron como platos ante la nada sutil revelación por parte de Loki. ¿Aquello era una broma cierto? Además, ¿Dónde quedaba Thor en todo esto? ¿Por qué había abogado por Loki de la manera en que lo había hecho?

- Eso no me presenta ninguna relevancia - sentenció el soldado mientras dejaba su escudo de lado, dispuesto a dialogar con los ahí presentes. -¿Acaso has venido a liberarlo? - preguntó el rubio soldado al asgardiano que lo miraba con cara de pocos amigos.

- He venido a asegurar su bienestar - respondió finalmente el espadachín mientras de nueva cuenta guardaba su espada y observaba a los mortales. Por mucho que quisiera sacar a Loki de aquel lugar, no podía dejar de lado el hecho de que desconocía Midgard y a sus habitantes, además de que llevarlo a otro de los nueve mundos sería una sentencia de muerte para ambos... Y Thor había dejado a Loki bajo los cuidados de aquel mortal por alguna razón...

- Bueno Stark, será mejor que vayas preparando una cama más grande - bofó el pelinegro aún un tanto contrariado por las palabras del rubio, pues de alguna manera se había hecho a la idea de que Fandral lo sacaría de ahí... Pero sus motivos debía tener.

- Sus costumbres son ... pft - El castaño no pudo terminar la frase, ya se había dado la media vuelta tan solo para encontrarse con la cara de pocos amigos del capi. - Vamos capi, hay que darles espacio - agregó el playboy mientras sujetaba al rubio de la muñeca y lo arrastraba fuera de la habitación.

- Esto no puede quedarse así Stark y lo.. - el rubio soldado interrumpió sus palabras al notar la cálidez del agarre que el otro le proporcionaba. Se deshizo con premura de este y se alejó dos pasos, sintiendo como el rubor cubría sus mejillas. Se había jurado dejar aquellos extraños sentimientos de lado demasiadas noches atrás, ¿Por qué justo ahora debían regresar con tal magnitud? -Los mantendré vigilados- agregó el soldado poco antes de darse la media vuelta y salir del lugar a toda prisa, dejando atrás a un Tony bastante confundido.

~*~*~*~*~*~

Tras aquel pequeño espectáculo, Fandral finalmente se sintió cómodo ante el espacio que por fin conseguía a solas con su pelinegro. Se aproximó casi de inmediato hasta la cama, rodeando con sutileza el cuerpo de su hechicero, aspirando su aroma, ¡Dioses! Lo había extrañado demasiado. No pudo evitar soltar un suspiro, sentía que la vida de nuevo inundaba su cuerpo, ¿Qué habría sido de él de haber perdido a Loki?

- Eres un romántico... - Murmuró el pelinegro mientras correspondía el gesto con la misma efusividad que él otro.

- En serio... Te extrañé - Murmuró el rubio contra el oído contrario mientras continuaba grabandose el aroma de este.

- Fueron solo unas horas... - Agregó el castaño mientras sentía como el abrazo se terminaba y sus esmeraldas finalmente podían apreciar los ojos del espadachín.

- Pero... - Se detuvo abruptamente. El solo recordar la escena le daba nauseas. No quería pensar en ello. La culpa aún inundaba sus entrañas y no podía evitar querer tirarse por la ventana ante aquel hecho. Pero eso ya estaba en el pasado, solo restaba enmendar poco a poco los errores cometidos con aquellos detalles que tanto volvían loco a su gran amor.

- ¿Por qué Thor ha escogido este lugar? - Cuestionó Fandral mientras tomaba asiento a un lado de la cama del otro y no apartaba su mirar de este.

- Lo mismo me gustaría saber - Resopló el hechicero mientras observaba las ataduras de sus pies y manos. - ¿Podrías? - Agregó este mientras observaba a Fandral haciendo una súplica sin palabras.

- Es más divertido así - Agregó mientras se abalanzaba con lentitud hacia el cuerpo del pelinegro, devorando los labios de este en un beso apasionado y cargado de emociones.

Sus manos pronto se deslizaron con habilidad en la delgadez de la cintura de Loki, hallando finalmente la abertura de la bata que le daba acceso a aquella zona que ya comenzaba a despertarse ante la idea de lo que estaba por suceder.

- Sabes... - susurró Loki alejándose de los labios del otro y observándole con una sonrisa - Quizá no sea tan mala esta nueva sentencia - Agregó divertido mientras atacaba nuevamente la boca ajena y comenzaba a jadear ante la lujuria que se apoderaba de su ser.

- Te aseguro que no lo será - Murmuró el otro mientras comenzaba a masajear la erecta hombría del hechicero entre su diestra. Loki tan solo ladeó el rostro y comenzó a dar rienda suelta a sus sensuales gemidos, que tan solo aceleraban las acciones del rubio.

- ¡Qué carajos! - Stark había irrumpido en la habitación de un momento a otro, haciendo que la caliente pareja se detuviera de un momento a otro, aunque claro, observando con notoria molestia al invitado no deseado. - ¡Este no es un motel, cuernitos! - Bramó el multimillonario mientras evitaba mirar la escena.

- ¿Y a ti en que puede perjudicarte que yo tenga o no tenga algo de diversión? - Cuestionó molesto el hechicero mientras intentaba controlar su lujuria ya de por si frenada.

Fandral tan solo suspiró resignado. No sabía cuánto tiempo deberían permanecer en aquel lugar, pero definitivamente, el pelear por una banalidad como esa no era una opción.

- Vale, esto no tiene por qué ser así - Interrumpió el espadachín mientras otorgaba la mejor de sus sonrisas.

- Eres solo un invitado y tú un colado, esta es mi casa y viven bajo mis reglas. He dicho: nada de cosas de ese tipo, ¿De acuerdo? - Finalizó el castaño poco antes de observar al hechicero que lo observaba desde la camilla.

- Siempre puedes observar a otro lado, ¿O acaso es que el capitán no te da lo que deseas? - Cuestionó divertido el pelinegro mientras aun luchaba por inercia contra sus ataduras.

Aquellas palabras tan solo enrojecieron el rostro del castaño, ¿Qué tenía que ver el capi paleta en todo eso? Ese idiota dios tan solo decía estupideces.

- Más le vale a Ricitos que se marchen pronto de mi casa. Tú - Dijo mientras señalaba al rubio con el índice. - Tendrás una habitación lejos del ala médica -

Fandral tan solo suspiró y le dedicó una sonrisa al pelinegro poco antes de salir de la habitación, seguido del multimillonario que aún no recobraba su color natural en el rostro.

- No tienes razones para enojarte de esa manera - Agregó el rubio mientras caminaba justo detrás del castaño, quien tan solo seguía conteniéndose ante aquello.

- No me interesa que clase de costumbres tengas, pero no vivo solo, así que prefiero mantener todo en calma con Pepper - Agregó mientras entraba al elevador, seguido del espachín que observaba todo aquello un tanto sorprendido.

- Quizá sean otras razones - Agregó divertido Fandral mientras sentía como la maquina se movía y comenzaba a descender. Qué extraño aparato era aquel y que espacio tan reducido era en el que los confinaba.

- No tengo más motivos, es todo. -

- Vamos, no será acaso que... - Murmuró divertido mientras poco antes de atrapar al castaño en una esquina del lugar en un rápido movimiento, sujetando con firmeza el mentón de este y observándole con una sonrisa traviesa. - ¿Estás celoso? - Cuestionó relamiéndose los labios y sin dejar de observarlo.

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