Capítulo 1
Berlín, Alemania
4:32 p.m.
Un niño de apenas 12 años, alto y pelinegro de ojos azules, llamado Shadow Weber, estaba con sus amigos jugando su deporte favorito: El Fútbol... Shadow estaba en ese momento como centrocampista en el área e intentaba jugar a la ofensiva pues el marcador estaba igualado y ambos equipos necesitaban marcar un gol para ganar.
Uno de los delanteros de su equipo le hizo un pasé largo y así él fue con el balón entre sus pies hasta la portería contraria, como no había más jugadores defendiendo la portería, y sólo quedaba el portero como última línea de defensa decide que se detendrá unos pocos segundos.
Una vez ahí, frente a la portería de su rival se detiene para analizar rápidamente hacia qué ángulo de la portería le convenía hacer el disparo; luego de unos 5 segundos se decide y empieza a correr con el balón nuevamente y se posiciona para hacer el disparo hacia el ángulo superior izquierdo que era a decir verdad, su ángulo favorito para hacer disparos y marcar así un gol; y efectivamente logró marcar el disparo que su equipo necesitaba para ganar aquel partido que estaba jugando con sus amigos.
Él no tenía un mal desempeño como centrocampista, pero prefería estar mejor en la portería pues tenía buenos reflejos y adivinaba rápidamente a qué lado de la portería su rival haría el disparo, pero en ese momento le dieron la oportunidad de ser el portero a: Conrad O'Connor; un chico que vivía en la misma residencial y cuadra que él. A decir verdad, Conrad no le caía del todo bien, aunque no lo demostraba; pues este muchas veces se mostraba muy altanero a pesar de su corta edad.
Cuando el partido terminó dando la victoria al equipo de Shadow, todos sus amigos deciden marcharse a sus hogares pues se acercaba la hora de cenar.
Se despidieron entre ellos y cada quien tomó su camino.
Shadow y Conrad iban por el mismo camino pues vivían bastante cerca; ninguno quería decir algo, pero Conrad decidió romper el silencio y habló primero pues quería hacer un cambio para el próximo juego que organicen.
—Para la próxima cambiamos. Tú de portero y yo centrocampista— dijo con un tono neutro y sin verlo directamente —La verdad ser portero ya vi que no es lo mío y ti te va mucho mejor en esa área— concluyó y espero la respuesta del contrario la cual llegó rápidamente.
—De acuerdo. Me gusta la idea— respondió mientras volteaba su cabeza para verlo bien —Así quedamos para un próximo partido— concluyó.
—Muy bien, entonces nos vemos otro día para jugar. Buenas tardes— dijo Conrad rápidamente antes de entrar a su casa.
—Buenas tardes— se limitó a responder antes de que su compañero de camino se fuera; así se fue solo hasta su casa.
Casa Weber
5:07 p.m.
Cuando llegó a su casa vio a Laurie Meyer, un amigo de su padre el cual era un muy buen entrenador de Fútbol y ya hasta recién que tenía un equipo cuyo nombre era Morric el cual entrenaba muy duro, pues este deseaba que su equipo llegara a ser de talla mundial.
Laurie era un tipo arrogante, impulsivo y posesivo, bastaba con decir que este pretendía una chica; y lo único que sabía de ella era que: es la más rica de su País, pero el padre de la misma no aceptaba a Laurie por sus actitudes negativas y según parecía y era comprensible, él no quería eso para su hija.
Además que él era algo mayor.
Laurie se encontraba hablando con sus padres, cuando entró todos lo voltearon a ver.
—Buenas tardes— dijo mientras entraba a su casa y cerraba la puerta detrás de él.
—Buenas tardes, hijo— habló la señora Mercedes de Weber Müller, su madre mientras se levantaba de su silla para ir a darle un abrazo —¿Te divertiste hoy?
—Sí, madre, nos divertimos. Esta vez no fui arquero, fui centrocampista y anoté un gol— respondió con una sonrisa.
—¡Qué bueno, hijo!— habló el señor Augusto Weber, su padre —Porque tenemos una noticia para ti.
Shadow solo lo vio con una mirada que reflejaba mucha curiosidad.
—Laurie me acaba de decir que necesita un nuevo portero en su equipo, y sabes que él te ha visto jugar algunas veces y quiere que te unas al equipo Morric— habló nuevamente con una sonrisa para luego ver a Laurie.
—Así es, Shadow, quiero que te nos unas. Vamos a entrenar mucho y hacer de este un equipo de talla mundial— dijo Laurie con una voz firme; se levantó de la silla y lo miro con mucha intensidad.
Él mencionado se encontraba muy sorprendido, pues sabía que Laurie era un buen entrenador y que el equipo Morric tenía buenos jugadores a pesar de ser todos bastante jóvenes y que este equipo podía llegar a ser de talla Nacional y hasta mundial algún día.
Pues por los momentos el equipo lo conformaban jovencitos de su misma edad o uno o dos años mayores que él.
Shadow después quedarse pensando bajo la atenta mirada de los presentes, principalmente la de Laurie toma una decisión:
—De acuerdo, me uno a su equipo— dijo muy seguro — .Haré mi mayor esfuerzo como portero y prometo hacer de este equipo uno de talla mundial... algún día— concluyó.
Todos rieron y aplaudieron al nuevo miembro del equipo Morric, pues todos los presentes estaban contentos con esto y sin más procedieron a ir al comedor a cenar, Laurie se quedó a comer con ellos por petición de la Señora Mercedes.
Todos cenaron muy a gusto y luego de que Laurie y el señor Augusto terminaron de conversar todos acompañaron a Laurie hasta la puerta principal para que esté emprendiera su camino rumbo a su domicilio.
Debemos tener cuidado con lo que prometemos pues las promesas no siempre se cumplen; y tampoco sabes qué nivel de maldad puede tener una persona con tal de cumplir su objetivo.
Y Shadow definitivamente no sabía donde se estaba metiendo.
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