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La cosa
El cumpleaños de Eros.
Llegó el cumpleaños de Eros. Erika, Marcos, Jonny y yo corríamos por toda la casa de Marcos, donde Eri decidió que sería la fiesta. Desde la mañana, no habíamos parado de organizar la fiesta de mi pequeño cumpleañero.
Le dajamos el resto a los empleados de Amore's mientras nosotros nos arregalmos para la "gran fiesta de Eros", según Erika, ¿por qué no le habíamos dejado todo el trabajo a los empleados? Digamos que estábamos tan emocionados con la celebración, que olvidamos que mi hermano contrató a la agencia del padre de Adrian.
En fin, allí buscábamos entre vestidos y zapatos, Erika y yo nunca fuimos fanses del maquillaje o de la moda, pero hacíamos nuestro gran esfuerzo.
—Ya me coloqué el rímel. —Contemplé satisfecha mi imagen en el espejo.
—Sí, ahora sólo te falta: la base, el polvo, el labial, el delineador, la sombra, el rubor y según Google el rímel se coloca de último. —Erika trató de ver información en la laptop de Marcos—. Vamos bien.
—Labial, aquí vamos —dije, Erika me miró con terror.
—Creo que tenemos que hacer una lista para saber el orden de cómo se usan estas cosas... o acabaremos mal. —Ambas mirábamos el maquillaje muy serias, creo que tenía razón. Siempre fuimos un desastre.
Después de un gran desastre con nosotras mismas, Erika fue a supervisar en la cocina, la comida y el orden de como se serviría, yo vestía a mi pequeño cumpleañero, no sabía nada de Marcos y Jonny, tenía rato sin verlos.
Solo faltaba una hora para que empezara la fiesta, terminé de darle su biberón, lo dejé dormido sobre la cama, aseguré con almohadas que no cayera y me decidí en bajar ayudar en la cocina.
Llegué a la puerta de la cocina y quedé inmóvil, mi mejor amiga y mi hermano en pleno acto sexual sobre el mesón, escuché a mi amiga gemir y bueno, mi hermano lo estaba disfrutando el momento.
—¡Santa madre del placer! —decir algo y creer que sólo lo pienso, es muy común en mí.
—¡Ana! —exclamó Erika, ambos me miraron.
«Yo no he visto nada» pensé y me marché del lugar como si nada hubiera pasado allí.
Caminé rápido a la habitación de Eros, de alguna manera tenía que borrar esa imagen de mi cabeza, sé que no soy muy santa, pero ¡por Dios! Se trataba de mi hermano, con mi mejor amiga, ¿alguna vez alguien se imaginan a su hermano follando? Pues no, creo que eso nunca pasó por mi mente.
Crucé para entrar a la habitación, sin darme cuenta tropecé con un cuerpo haciéndome caer al piso.
—¿Ana?
—¡Aaaay! —Me quejé.
—¿De dónde vienes? —preguntó Jonny y me ayudó a levantarme del piso.
—De la cocina... —Mi voz sonaba temblorosa, él pareció notarlo y preguntó.
—¿Tambien los viste? —Abrió los ojos asombrado.
—¿Cómo qué "también"? —cuestioné, coloqué mis manos sobre mi cadera.
—Pues Marcos y Erika, en la cocina. —Sonrió con picardía—, follando...
—Ah, sí, los vi. —Mis mejilla empezaban a arder—. Pensé en voz alta.
—O sea los interrumpiste —aseguró, negó con la cabeza—, yo fui muy sigiloso. —Se quedó pensativo y me miró—. ¿Alguna vez imaginaste a tu hermano follar?
—¡Obvio no! —Sacudí mi cabeza—, es mi hermano... —chillé.
—¿Qué te parece si nosotros... en este pasillo? —Alcé un ceja—, vale, vale, solo bromeaba. —Besó mi nariz—, te quiero, Dolores.
✾✾✾
La fiesta ya tenía dos horas de haber iniciado. Habían muchas persona, nuestros padres, amigos de Jonny, amigos de Marcos, Erika invitó a varios compañeros de la universidad y yo..., yo sólo invité a Isaac, es un gran problema ser asocial.
—Erika no es muy bonito ver a tu hermano con tu mejor amiga, ¡Mientras tienen sexo!
—Ay, Anastacia, tampoco exageres. ¿"Santa madre del placer"? ¿De dónde sacaste eso?
—No lo sé, pensé en voz alta. Mira a Marcos, él siquiera me ha hablado en toda la tarde, debe estar apenado.
Ella lo miró y luego cambió la conversación de una forma radical.
—¿Ya llegaron tus invitados? —Le di una mirada de pocos amigos—, oh, cierto... tú eres antisocial.
—Asocial, Erika —Corrigí—, los antisociales son los delincuentes.
—Erika, ¿me puedes regalar un segundo para hablar con Ana? —preguntó Isaac, mi amiga asintió y se alejó—. ¿Cómo estás?
—Bien —respondí.
—Ana, yo quiero decirte que desde hace tiempo estoy sintiendo algo por ti, eres especial, tu forma de ser, de pensar, de hablar, de ser madre, has llamado toda mi atención. —Tomó mi mano—, yo soy feliz con tus ocurrencias, Ana, yo me enamoré de ti.
—Isa... qu... —No comprendía nada, como si me hubieran lanzado un balde de agua fría.
—Buenas... Isaac ¿no? —Jonny se sentó a mi lado, de inmediato me solté del agarre de Isaac—, ¿de qué hablaban? —Tomó mi cintura y vi todos los músculos de Isaac tensarse.
—No te importa —contestó, enfadado.
—¿No, Ana?
Se mataban con la mirada. Yo no podía contestar, ¿cual fue la última vez que me declararon amor? No hubo respuesta, ¿Jonny estaba celoso? No hubo respuesta, ¿por que me miraban? No hubo respuesta.
—¿Ana? ¿Princesa, estas bien? —Usó los adjetivos a su favor.
—¿Princesa? —preguntó Isaac, más enojado.
Me di cachetadas mentales, tenía que reaccionar o Jonny lo trataría muy mal.
—Isaac, perdona, pero yo ya tengo novio, no me odies.
—No te preocupes, Ana —cedió y bajó la cabeza—, sólo espero que ese novio te cuide y te ame, porque vales mucho, Ana. —Se levantó y caminó hacia las bebidas.
¿Qué me ame? La verdad es que no estaba segura si Jonny me amaba, nunca lo había dicho «pero te lo demuestra, tonta» era buen punto para mi mente.
Jonny levantó mi rostro con su mano, nos miramos a los ojos mientras él sonreía, depositó un beso en mi frente, entrecejo, nariz y por último labios. Me encantaban cada uno de sus besos, sus manos, sus ojos, su nariz, sus cejas: lo amo.
—Te amo —hablé, creía que pensaba. Otra vez. Me regañé internamente, sentía que correría en cualquier segundo de allí.
—Ana... yo tengo miedo.
—¿Miedo? ¿De qué?
Fijó su mirada en la mía y negó con la cabeza a toda velocidad.
—Luego hablamos de eso... ¿Bailamos? —Asentí y nos fuimos a bailar.
✾✾✾
—¡Hora de abrir los regalos! —anunció mi amiga, todos se colocaron alrededor de una mesa—. ¡La madre del niño por aquí! —Le entregué el bebé a su papá, caminé hasta donde me indicó Erika, tras de mí iba Jonny—. Bien, ¡el primero es el mío!
Lo abrí, era un conjunto de ropa, con unos zapatos y un termo para el agua, algo muy adorable. Así abrí obsequio por obsequio: biberón, cremas, perfumes, ropa, hasta que llegamos a uno de caja grande con una etiqueta que decía. “para: La cosa. De:papi”. Todos hicieron pucheros. Lo abrí y vi el último video juego en la historia de la humanidad.
—Jonny, ¿qué se supone que hará Eros con esto?
—Jugar con papá.
—¡Acaba de cumplir un año!
—Pero crecerá. Esta cajita la abres de último. —Alejó una pequeña cajita, bien decorada, de la mesa.
—Vale. ¡El siguiente!
Tomé una bolsita, muy linda, costó un poco para abrirla, pero lo logré, al ver lo que era, respiré profundo, coloqué mi mano en mi frente, en señal de frustración.
—"Para: Eros. De: Tu tío Douglas" —leí—, ¿Douglas? ¿Se puede saber por que le regalas condones a un ¡niño!?
—Para que algún día los use —se encogió de hombros y por como habló noté que se encontraba ebrio.
—Bien, ignoremos esto y pasemos al siguiente —gritó Erika, la anfitriona—. "Para: el pequeño Cáceres. De: Adrián".
—Boxers de hombres. —Levanté el regalo—, ¿ustedes eran consciente que es una fiesta de un bebé? —Adrian se encogió de hombros.
—Abraan el mío —dijo Oscar, tambaleándose de lo borracho que se hallaba.
Era una caja no muy grande, sencilla, pero al abrirla vi una botella de whisky, bien, ellos en vez de regalarle a Eros, le regalaron a Jonny.
—Ignoremos esto. Bien, ya se acabaron los regalos —anuncié.
—Nop —negó Jonny—, falta esta cajita. —Sonrió nervioso.
La tomé, la observé y leí la etiqueta, “Eros alías "La cosa", D. Anastacia, las personas que me han llenado de vida, con las que he compartido todos mis mejores momentos”.
—Encontré qué nos representa —informó.
Los ojos se me llenaron de lágrimas, por leer algo tan lindo escrito a mano por él. Abrí la caja y miré tres cadenas, tenían una letras en oro blanco, que decían: “ABC”.
—Ana, esas son las primeras letras del abecedario, las primeras letras que aprendemos, las primeras letras que enseñaremos a Eros y el principio de una historia.
Lo abracé, pero no muy fuerte porque aún llevaba a Eros en brazos, todos se encontraban atentos y felices, hasta Isaac reía risueño.
Le coloqué una cadena a Eros, la otra a Jonny y por último me coloqué la última. Una foto más para el álbum que preparaba.
Todos sonreían, yo demostré mi amor por Jonny y por ocurrencias, estar rodeada de personas tan reales siempre será un privilegio para mí, cosa que nadie comprendía, pero mi verdadero mundo estaba rodeado de gente real y no pedía más.
Algo captó mi atención haciéndome gritar.
—¡NO! —Todos me miraron sin entender, pues un cambio así de repentino, no es normal, pero no se preocupen no estaba loca—. ¡ADRIAN! ¡¿CÓMO LE VAS A DAR WHISKY A EROS?!
G e n e s i s A .
En mi perfil hay un relato de romance interesante que se llama: "Juguemos", no muerdo, pueden pasar a leerlo.
;)
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