Capítulo extra 1 (Desde el punto de vista de Caleb Hamilton)

—¡Caleb! ¡Caleb!

Mierda, ¿Por qué tenía que molestarme tan temprano? Abrí los ojos fulminándolo con la mirada a la personita que se encontraba a unos centímetros de mi cara. Agarré una de las almohadas y escondí la cabeza bajo esta. Estaba pensando duramente en que debería poner seguro para poder dormir y tener un momento de intimidad. Imagínense si estuviera haciendo otra cosa me pillarían infraganti, era una persona que no le gustaba que invadan su espacio personal y por nada en el mundo metería a nadie a mi habitación, a excepción de mi madre, hermano o a Alejandra, nuestra ama de llaves que se encargaba de la limpieza.

—¿Qué demonios quieres Connor? —Espeté a través de la almohada—. Ve a molestar a otra parte y déjame dormir tranquilo.

—¡Levántate! Mamá me mando a que viniera a despertarte ¡Por qué si no llegarás tarde al colegio! ¡Apúrate!

—¡Largo!

Connor era mi hermano menor de siete años de edad, físicamente era un niño alto para su edad, robusto, de piel clara al igual que yo, lo único diferente eran sus ojos color verdes esmeraldas que heredó de mi madre y el cabello color cobrizo de mi padre. Era un niño muy alegre, berrinchudo y que adoraba el fútbol Americano, otra cosa que no compartíamos y era un dolor en el estómago. Le mandabas a algo y él corriendo lo hacía sin hacer preguntas. Sin dudas era un niño consentido tanto por mí como por mis padres.

—¡Qué te levantes!

—Déjame en paz.

—Caleb mira la nueva ropa que mamá me compró —comentó mi hermano con orgullo, apenas lograba escucharlo por tener la almohada sobre mi cabeza.

—Me alegro por ti Connor.

—¿Sabes? Mamá me dijo que si es posible saltara encima de ti, si es que no querías levantarte.

Tiré la almohada hacia Connor y le cayó de relleno en la cara.

—¡Idiota! Me tiraste la almohada a la cara. Le diré a mamá.

Me eché a reír al ver su cara de enfado hasta que se lanzó hacia donde estaba echado, dándome unos cuántos puñetazos en los brazos y estómago, cogí a mi hermano de los brazos para que dejara de golpearme y lo voltee poniéndome a horcajadas sobre él haciéndole cosquillas para que ya no estuviera enfadado. Esto hizo que comenzara a reír fuerte.

—¿Qué pasa aquí? —escuché a mi madre preguntar.

Me di vuelta y la vi parada en la puerta. Estaba cruzada de brazos y un poco molesta, hoy tenía que decir que estaba muy hermosa, estaba vestida muy elegante, llevaba una blusa Crop top blanco combinado con un pantalón Palazzo color rosa, ese pantalón era una prenda que se caracterizaba por ser de pierna ancha, alta de tiro y de cintura que no a todas les favorecía. Pero a mi madre le quedaba fenomenal, más con los zapatos de tacón alto estilizaba su belleza. Antes solía ser una supermodelo de Victoria Secret hasta que conoció a mi padre, se casó y nos tuvo, definitivamente era una larga historia.

—Caleb es hora de levantarse.

—¡Mamá! Mira lo que me hizo mi hermano.

—¿Aprenderás alguna vez a levantarte sin que venga a hacerlo?

—Creo que no mamá.

—Y tú Connor, baja a desayunar.

—Está bien mamá —contestó mi hermano enderezándose y bajándose de la cama todo un desastre.

—Caleb.

—¿Si?

Me miró con los ojos entreabiertos.

—Ya me levanto —dije sonriendo. Ella se agachó y tomó la almohada del suelo y me la tiró en la cara.

—Eso fue por hacerle un desastre a tu hermano, ahora levántate y baja a desayunar pero rápido.

—De acuerdo, te quiero mamá —grité mientras ella salía de mi habitación.
—También yo cariño, ahora levántate.

Sonreí ante su muestra de amor y levantándome de a poco, fui directo a la regadera para bañarme y quitarme la flojera que tenía de asistir al colegio. Lo único bueno de todo era que ahí estaría con mis locos e idiotas amigos Colín y Cam.

                                                            (***)

Estaba muy cansado, contento y molesto a la vez, hoy habíamos podido ganar el partido que había estado muy cerrado, los Atlanta United FC nos dieron batalla, pero al final logramos ganar gracias al esfuerzo de todos. Le dije a Cam que no quería a nadie en casa, pero como de costumbre no me hizo caso, salió con el gusto de hacer una fiesta en nombre de nuestra victoria. Cam era amigo mío desde la infancia al igual que Colín, los conocía tan bien como a mí mismo y sé que no aceptaba un no por respuesta. Cam era hijo único y era por ello que todo lo que deseaba se lo daban o lo obtenía, era alto al igual que yo, pelo color rubio oscuro, piel bronceada por salir a surfear y entrenar, ojos azules y el rostro lleno de pecas al igual que yo, y tenía un carácter de mierda a veces, pero era el mejor tipo que conocía en mi vida.

Recostándome en el sofá, estire las piernas y bebí un sorbo de mi cerveza. Lo único que deseaba era irme a dormir, pero necesitaba quedarme a vigilar para asegurarme que las cosas no se salieran de control, no deseaba tener problemas con mis padres, por suerte no se encontraban en la ciudad si no se me armaría un lío en especial con mi padre que se creía muy perfecto cuando en realidad era un cero a la izquierda. Mis padres se habían ido a Madrid a unas reuniones y de paso disfrutar de unas pequeñas vacaciones, esperaba que estos días ayudara a animarla a mamá, ya que estaba encerrada en su oficina o en su salón haciendo diseños para su nueva temporada de la Moda. Pensaba que sería una fiesta pequeña, pero Cam y Colín invitaron hasta chicos de la Universidad, los cuales eran muy ruidosos, pero no me oponía, ya que a ellos les agradaba y me alegraba saber que estaban contentos por la victoria que obtuvimos hoy.1

—Cal... Hermano. Alina está aquí. La encontré afuera un poco perdida —la voz de Colín irrumpió mis pensamientos. Miré a mi amigo y luego a la chica que estaba a su lado.

Mierda, era Alina mi nueva compañera en Filosofía ¿Qué carajos hacía aquí? ¿La habían invitado? ¿Qué demonios le pasaba a Colín?

—¿En serio? —pregunté, quería que se marchara este no era lugar para una niñita como ella. La estudié y sin dudas estaba hermosa como la recordaba, su rostro destacaba con un par de grandes ojos marrones claros, sus rizos caían sobre un par de buenas tetas que ocultaba debajo de un suéter rosado. Maldición sin duda alguna estaba muy buena, definitivamente ella tenía que irse y ya. — Pues no me interesa ¡ya sabes!

Vi a Alina estremecerse. Si no la estuviera viendo de cerca no lo hubiera notado, creo que había demasiado brusco tal vez vino por algo... ¡Demonios la tarea!

—Oh, sí, debería de importarte. Ya que quedaron con verse yo con mucho gusto la atendería, pero no es mi compañera de asiento. Si se pudiera cambiar yo encantado de hacerlo.

Pero que cabrón, lo mire entrecerrando los ojos diciéndole ¡Ya cállate imbécil!

—Haz lo que quieras —conteste recostándome más en el sofá.

Colín me mira no pudiendo creer mi respuesta y se aclara la garganta.

—Es una broma ¿verdad?

Bebí un trago de mi cerveza luego mire a mi amigo. No estaba de humor para su diversión ya suficiente tenía el aceptar que hicieran la fiesta. No la quería en casa y punto, no quería pensar en la estúpida tarea que nos había dado la insoportable de la maestra. Volví la mirada hacia Alina para que viera y se diera cuenta que se tenía que marchar, que no estaba de humor. Se la veía asustada con ganas de salir corriendo ¿Se había dado cuenta tan rápido? ¿Pensaba que estaba tan interesado en la maldita tarea al igual que ella? Qué ingenua y ridícula.

—Tengo mi casa llena de invitados, de hecho muy importantes y deberían saber que estoy muy ocupado no tengo tiempo para tareítas —le informe a Colín y luego mire a Alina— creo que es mejor si la acompañas a la puerta para que pueda irse a casa.

Mi compañera de asiento agarró fuerte su mochila que tenía puesta sin podérselo creer lo que acababa de decir.

—Él tiene razón. Debería irme, esto fue una mala idea, no se a que vine a este lugar —dijo con un nudo en la garganta. Podía ver las lágrimas contenidas en sus ojos y me sentí culpable por ser un idiota ¿Por qué no me había llamado? ¿Por qué tenían que hacer la fiesta justamente hoy?

Alina se apresuró hacia la salida, vi el rostro de satisfacción en el rostro de Megan mientras la otra chica pasaba por su lado. ¿Qué carajos le pasaba a Megan? ¿Pensaba que era de su propiedad? ¿Qué les pasaba a las chicas esta noche?

—Eres un cabrón ¿Lo sabías? —gruñó Colín a mi lado.

No estaba de buen humor para escuchar a mi amigo y mucho menos a Megan que tenía una sonrisa triunfante ¿Había ganado algo? Yo creo que no. De plano se notaba que no le caía bien Alina y no entendía el porqué. De fondo sonaba la canción de Sean Paul Ft. J Balvin llamada Contra la Pared. 

(De día y de noche me llama, que quiere de nuevo en mi cama, no fue suficiente una vez ahora de día y noche reclama... Cúcara, mácara, di que fue. Ya me tienes contra la pared. Pide una vez, pide dos, pide tres, otra vez llegamos hasta diez. Se nota ya, se fuma sola la hookah ya, me pide un trago de fruta yo sé cómo es que disfruta y cómo le gusta (a ella le gusta, a ella). Se nota... Se quita sola la ropa (ropa). Se dio otro shot a la roca (roca, roca) sé que todo le provoca cuando se aloca).

—Se ve tan simple, pálida y tan virgen —ronroneó Megan sentándose a mi lado en el sofá.

Colín resopló ante el descarado comentario de Megan.

—Eres una envidiosa y molesta a la vez, no entiendo el porqué de tanto odio hacia la chica, pero ¿sabes qué? Está tan ardiente que se me hace agua la boca —confesó Colín.

—¡Cállate! —Le advertí.

—Si tú no vas detrás de ella, lo haré yo y créeme que cuando digo algo lo cumplo. Hable con ella afuera vino aquí por la estúpida tarea y si recuerdo bien fuiste tú quien la invitó a venir —decía Colín mientras miraba a Megan algo divertido.

—Caleb nunca la invitaría, vino aquí para seguir de arrastrada ¿viste lo que estaba usando? —replicó Megan arrugando la nariz con disgusto.

Mi amigo se rio.

—¡Pues claro! Quién en su sano juicio no miraría lo que estaba usando ¿Por qué crees que quiero llevarla a casa? Está jodidamente ardiente y sexy.

Colín se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta. No quería que fuera detrás de ella y no se lo permitiría, esa chica era muy fácil de engañar y Colín al igual que Cam solo pensaba con su polla.

—¡Para! Yo iré —dije poniéndome de pie.

—¿Qué? ¿Estás loco? —gritó Megan horrorizada.

Colín dio un paso atrás y me permitió pasar, no le conteste a Megan ni me volví hacia atrás. Como sea mi amigo tenía razón, me había portado como un imbécil hoy y para el Colmo no me preocupe en lo absoluto en esa estúpida tarea. Y tenía que admitir que quería echarle otro vistazo a ese cuerpecito suyo pero ahora sin audiencia. Alina se dirigía hacia un Jeep cuando abrí la puerta y salía, me quedé parado un momento observándola si es que estaba sola o con alguien. Entrecerré los ojos mientras miraba cada movimiento suyo desde que metió su mochila y luego entro a su vehículo, era hora de actuar así que baje las escaleras y me dirigí al Jeep amarillo que estaba estacionado en la entrada de mi casa.

Estaba sentada sumida en sus pensamientos demonios quería que se fuera ya, antes que el molestoso de mi amigo siguiera actuando como un chico bueno. Golpee la ventanilla, ella se giró y sus ojos chocaron con los míos antes de que se pusiera a gritar, tenía los ojos rojos como si hubiera estado llorando y eso me hizo sentir fatal. Esperé a que dejara de mirarme como si no me conociera cuando era ella quien se encontraba en mi propiedad. Arque las cejas para hacer notar que quería hablar y que lamentaba haberla asustado, finalmente entendió el mensaje y decidió abrir la puerta de su Jeep mirándome.

—¿Te asusté? —pregunté.

La expresión en su rostro decía que estaba enfadada ahora.

—Si, me asustaste —contestó con una voz suave. No jodas tenía que ser más amable con ella parecía muy sensible y delicada.

—¿Por qué no llamaste?

No sé por qué pregunte eso si ya sabía la respuesta, tenía más de diez llamadas perdidas y unos cuantos mensajes y con lo flojo que era no le había contestado. Me miro ¿Asustada o sorprendida? Porque los ojos grandes en su rostro la hacía parecer muy joven y me estaba imaginando como se vería cuando llegaba al clímax. Espera en que carajos estaba pensando.

—¿Por qué no llamaste?

Me miro sorprendida.

—Pues... Si no recuerdas quedamos en hacer la tarea hoy —contestó— y te llamé más de 50 veces.

—¿En serio?

El ceño de enojo era lindo, maldición ¿Por qué estaba pensando que era linda ahora?

—Así es.

—Lo olvidé.

Sonreí y desvié mi mirada por su cuerpo, no podía evitarlo y sabía que no era buena idea hacer esto.

—Estás hermosa hoy.

Su ceño se aumentó y no era el efecto que deseaba.

—Me haces venir hasta aquí. Me haces quedar mal con todos los que están ahí dentro. Me tomé casi todo el día haciendo la investigación, todo para qué. Tengo problemas más grandes y estos es uno de ellos. Y tú me sales con esto ¿sabes qué? Eres un completo idiota. Ahora si vas a llamar a la policía o a alguien para que me saque de tu propiedad quiero decirte que eres un completo idiota.

¿Enserió me había llamado idiota? ¿Qué clase de persona creía que era? ¿No creía que de verdad le dije que estaba de hecho muy hermosa? Porque lo dije muy sinceramente.

—No sé qué decirte... La fiesta no estaba planificada —dije pensativo— sé que pedí que vinieras a casa pero lo olvidé. Cam tuvo la idea de hacerla y no pude decirle que no y para aclarar, decir que estabas hermosa no quiere decir que sea un idiota.

La mirada de Alina era de incredulidad y alivio.

—No es necesario que me expliques nada. Te lo puedo asegurar que no me importa lo que hagas o hagan tus amigos.

Auch eso sí que dolió y yo de buena persona explicándole cuando ni a mis padres les daba explicación alguna.

—Tienes tazón, no tengo por qué dar explicaciones a nadie.

Joder ¿Realmente me estaba comportando como un mal educado? Mi madre se volvería loca si supiera o viera como estoy tratando a esta chica. Me educaron para ser un hombre respetuoso, en especial con una mujer y yo aquí echando a la basura todas esas enseñanzas. Me acerqué unos pasos a una distancia muy corta, su mirada de asombro hizo que sonriera y le guiñara un ojo.

—Lo siento por ser un imbécil.

—No... Olvídalo ¿sí? —Habló tartamudeando mientras esos ojos grandes e inocentes se clavaban en los míos.

Maldición era muy bonita y más al estar natural, no veía chicas sin maquillaje a menudo solo a mi madre que casi no usaba esos productos. Su belleza natural era sorprendente, debía mantener la distancia, no debí disculparme, así ella seguiría pensando que era un idiota y se mantendría alejada.

—Ah, aquí estás, estaba buscándote. Creí que no vendrías a hablar con ella —dijo Colín sacándome de un trance que esta chica me puso. Hijo de puta, ¿Tenía que salir tan rápido?

—Justo ella ya se iba, ya que se está haciendo tarde —contesté un poco molesto dándome la vuelta— vamos adentro hay invitados que nos están esperando.

No miré de nuevo, ni hice contacto visual con Colín necesitaba distancia ¡Maldición! ¿Por qué tenía que pensar que era linda? Esto era una mierda.

—¿Aún sigue aquí? —espetó Megan mirando hacia afuera antes de que yo pudiera cerrar la puerta.

—No quiero hablar.

Frunció el ceño y pisoteo como una niña de cinco años, ni Connor actuaba de esa forma. Subió las escaleras al segundo piso ¿Qué le pasaba? ¿A dónde diablos se dirigía? La seguí esperando que se fuera a otro lado, pero no, fue directo a mi habitación.

—¿Por qué la invitaste? ¡Los idiotas de Colín y Cam te convencieron! Son unos imbéciles.

—Eso no es asunto tuyo si la invite o no... ¡Y no te metas con mis amigos! —exclamé alzando la voz, no quería que hablara nada más, estaba harto de su numerito.

—Vi como la mirabas, crees que es sexy, no soy ciega —gritó Megan— no entiendo que carajos la vez, es una mosca muerta que solo con verla me da risa.

Sacudí la cabeza con incredulidad ¿En serio pensaba eso?

—Sabes, puedes pensar lo que quieras no eres nadie para darte explicaciones así que... —dejé de hablar porque no quería decir algo que luego me arrepentiría.

Megan me miró no pudiendo creer lo que le acababa de decir. Lo siento cariño, pero a este Dios, nadie lo iba a tener hasta que él decidiera echar cabeza.

—¿Te la vas a follar? ¡No quiero que hagas eso! ¿Me escuchas?

¿Qué acababa de decir? Definitivamente hablar con ella era inútil, era muy testaruda y no estaba de humor para sus berrinches, esta era mi casa, mi habitación, mi lugar favorito y no permitiría que venga a darme órdenes.

—¿Puedes irte? La fiesta es abajo, déjame solo —me di la vuelta hacia la puerta para que saliera.

—¿Me estás echando? ¿Qué pasa con nosotros? ¿No me digas que te la follaras? —Preguntó Megan antes de salir.

—No hay un nosotros Megan y como dije, lo que haga o deje de hacer es asunto mío.
Por Dios quería que dejara de mencionar la palabra follar. Porque maldita sea, me hacía recordar a mi compañera e imaginarla recostada en mi cama mirándome con esos ojos mientras estaba llegando al clímax, joder ya estaba duro, necesitaba una ducha fría ahora mismo.

—¡Te odio! —Salió gritando Megan hecha una furia de mi habitación.

Estaba harto con su mierda, la conocía desde siempre, sus padres eran amigos íntimos de mis padres, tenían negocios juntos y no por ello yo iba a tener sentimientos hacia ella, no éramos nada y nunca lo seriamos fin de la historia.

—¡Aquí estás! —dijo la vos de mi amigo y organizador de la fiesta Cameron Smith.

—¿Te perdiste? —pregunté.

No estaba bien después de los dramas que se presentaron en la fiesta, caminé hacia la ventana mirando los focos de un Jeep que salía de mi propiedad ¿Por qué pensaba en ella?

—Pues... Yo que sepa no estoy perdido —contestó burlándose— ¿Qué pasó allá abajo?

—Nada.

—Parece que no estas de buen humor, vi a Megan bajar hecha una furia.

—Ni me la menciones.

—Sabes que anda como un perrito detrás de ti ¿Pasó algo entre ustedes? ¿Te la follaste?

—¿A ella? Claro que no.

Cam se rio por mi respuesta y tal vez por la cara que debí haber puesto. Megan era linda, pero no me atraía para nada, más bien la veía como una hermana.

—Solo sería, sexo nada más.

—No con ella, mis padres querrían que me case en ese momento.

Cam volvió a tirarse una carcajada que ya estaba llorando prácticamente por reír tanto.

—Estamos en el siglo XXI Caleb, eres un exagerado... y ¿Qué hay de la otra chica?

Esa pregunta me sorprendió.

—¿Cuál chica?

—La que llego y se fue tan rápido.

—Nada, sabes que vino por la tarea nada más.

—¿Seguro?

—Muy seguro.

—Oh, Dios mío, ¿por qué siento que no te creo? Es muy linda e inocente.

Esa palabra otra vez "inocente"

—Problema tuyo... No me di cuenta si es o no linda.

Cam se rio a carcajada ante mi respuesta ¿Qué mierda era tan gracioso?

—Sigue diciendo eso galán ¿por qué no conseguir primero su hermosa y bella inocencia? —preguntó Cam— sería algo muy divertido no crees?

—Estás demente Cameron.

—Claro que no, sé que te agradó la idea. Si quieres podemos ver cuál de los dos logra llegar aunque sea a segunda base, sería fácil para ti, ya que son compañeros de Filosofía.

—Cam —señalé— esa chiquilla no va a sacar nada de este bombón.

—¿Bombón? —Cam sonrío— ¿Chiquilla? Pues yo no la veo de esa forma.

Me crucé de brazos al escuchar sus estupideces.

—Joder, no esperes a que otro te gane la partida... y ese podría ser yo.

—¿Tú crees que haya alguien mejor que yo?

—Pues... sí, Colín y yo.

—Si claro, como pude olvidar eso.

—Además te hizo pasar vergüenza y te falto el respeto el otro día en el estacionamiento. Definitivamente necesita recibir algunos castigos y mejor si son unos chirlos.

—Ni me lo recuerdes... Esa tía —negué con la cabeza al recordar lo bien que se sintió su cuerpo bajo el mío y lo ruborizada que se encontraba.

—Hasta te llamó idiota.

—Tal vez me desea y no conozca otra manera de llamar mi atención.

Cam rio con tanta fuerza que cayó a mi cama agarrándose el estómago.

—¿Eso crees? Joder te apuesto mi boleto para la final de la Champions (Liga de Campeones) o si no mi Audi R8 V10 Plus.

—Me gusta la idea... Es solo que ese auto ya lo tengo, mejor que sea el MCLAREN 570S COUPÉ.

—¿Estás loco? Adoro ese auto.

—Entonces no hay trato.

—Hecho. Y si no cumples el reto voy por la capitanía del equipo o por tu Lamborghini ese es el que me falta en mi colección.

—¿La capitanía? ¿En serio? Y mi auto favorito...

—Todos desean esa cinta pegada en el brazo, incluso yo.

—No lo sé, esa chica es demasiado buena para esto y no saldría con alguien así.

Cam sacó un cigarrillo y estaba a punto de encenderlo, le hice señas para que ni se atreviera a hacerlo. Volvió a guardarlo con los ojos en blanco.

—¿y qué si es así? Vamos Cal, no seas tonto.

Tenía que admitir que la chica estaba buena, tenía el pelo largo y brillante, su cuerpo bien definido, me preguntaba si hacía ejercicio y como olvidar esos labios carnosos que cuando sonreía te hacía pensar en muchas cosas sucias, aparte esa idea de mi mente ¿Qué perdía haciendo el intento? Mi auto y capitanía corrían peligro.

—Te gusta —dijo Cam echándose en la cama nuevamente—. Yo no perdería la oportunidad, aunque se nota que tiene su carácter y no soy de esos que aguante o ande detrás de alguien por mucho tiempo.

Eso despierto mis ganas de competidor.

—No lo sé... pero el MCLAREN 570S COUPÉ me interesa un montón. 




HOLA PRIMERAMENTE PIDO DISCULPA POR NO HABER SUBIDO CAPÍTULOS LOS ÚLTIMOS DÍAS, NO TUVE TIEMPITO ESTA SEMANA... VOY A TRATAR DE SUBIR LOS DÍAS QUE MENCIONE Y NADA ESPERO QUE LES GUSTE ESTE CAPÍTULO NARRADO DESDE EL PUNTO DE VISTA DE CALEB. ME HABÍAN PEDIDO QUE ESCRIBA UNO ASÍ QUE ESPERO QUE LES GUSTE.
GRACIAS POR SEGUIR LA HISTORIA LOS QUIERO... Y GRACIAS...!!
NOS VEMOS PRONTO.

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