Capítulo 35
Nunca había creído que una pequeña broma podría causar varios problemas. Y uno de ellos era que había cabreado a Caleb con la pequeña broma que le había hecho, se le notaba claramente que estaba molesto y fastidiado. Era demasiado gracioso verlo así, y aun estando en esta situación podía ver lo atractivo que era, y más aún, cuando se dio vuelta para mirarme con el ceño fruncido y una mirada lobuna.
—Lo siento, ¿Estás molesto conmigo? —pregunté mientras lo miraba con cara de disculpa e inocencia.
Caleb suspiró.
—¿Tú que crees?
—Lo lamento... No quise que te molestaras. Solo quise hacerte una pequeña broma, eso es todo —susurré, mientras lo miraba inocentemente y trataba muy duramente de no reírme a carcajadas en su linda cara.
Caleb levantó las comisuras de sus bonitos labios en una sonrisa.
—Pues... Tú broma merece un castigo ¿no crees?
Fruncí el ceño sin entender, ¿Por qué demonios tendría que tener un castigo? Si fue sola una pequeña broma. Pero en cuanto vi los ojos de Caleb, se me puso la piel de gallina. Temía que estaba en grandes problemas.
—¿En qué estás pensando? —Caleb me miro con una sonrisa y luego se dio la vuelta para mirar de derecha a izquierda y volverme a mirar.
—No lo sé, ya se me olvido —dije nerviosa, como no decía nada decidí bajarme del auto para que pudiera tranquilizarse y así poder alejarme un poco de él y salvarme...
—¿A dónde vas? —tan pronto como extendí la mano hacia la puerta del auto, escuche la voz profunda de Caleb que me preguntaba.
—Quiero cambiar de asientos contigo.
—¿Te pedí que cambiáramos?
—¿Entonces, quieres que siga conduciendo y ya?
—Has estado conduciendo y haciéndome bromas todo este tiempo, y ¿Ahora quieres que conduzca yo? —susurró muy cerca de mi oído. Lo que hizo que se me pusiera la piel de gallina en todo el cuerpo.
Me volví hacia él y extendí la mano para empujar su pecho ligeramente lejos de mí.
—Me estás volviendo loca. Ahora aparte... Tengo mucha hambre.
—¿Volverte loca? ¿Hambre?
—Será mejor que vayamos a comer algo —respondí sin prestar atención e intentando abrir la puerta cuando su mano agarro la mía y contuvo el movimiento.
—Si te digo que no vas a ningún lado, no vas a ningún lado —los ojos azules de Caleb siguieron mirándome. Vi ese hermoso rostro acercándose a mí y como estaba sentada sin poder moverme me di cuenta de que estaba sin salida.
—¡Déjame ir! —me alejé de él nerviosa a pesar de que más temprano estábamos haciendo cosas súper íntimas. Se acercó cada vez a mí de modo que nuestros rostros estaban casi unidos.
—¿Qué pasa, hay algo malo en mi cara? —preguntó en voz baja, pero me puso la piel de gallina.
¡Pero espera! ¿Por qué debería tener miedo de él? Si él estaba jugando, porque yo no podía jugar con él. ¡No parece ser difícil! ¡Ahora verás idiota!
—¡Déjame ir! ¡Si no lo haces te golpearé!
—¿Me tienes miedo? —cerré mis ojos, baje la cabeza y empuje mis manos contra su fuerte pecho.
¿Cómo podía huir? ¿Por qué era tan fuerte?
—¡Caleb, déjame ir! Lo prometo ¡Te golpearé! —grité sintiendo su cálido aliento enroscarse junto a mi mejilla. Maldición, porque soy tan débil cuando estoy cerca de él.
De repente Caleb me quito el cinturón de seguridad y cuando me di cuenta había jalado mi cuerpo sobre su regazo a horcajadas de él. ¡Mierdaaaaa!
—¡Que estás haciendo! —grite tratando de levantarme, pero sus brazos se envolvieron en mi cintura.
—Siéntate bien, o si no te lastimaras.
—¡Maldición, Caleb!
—Tranquila, si te sientas bien, te prometo que te soltaré. ¿Prometes quedarte quieta?
Asentí con la cabeza prometiendo no hacer nada.
—Confió en ti —dijo Caleb mientras desenvolvía sus brazos de mi cintura.
Cuando me libero, trate de levantarme porque me sentía avergonzada de estar nuevamente en esta posición donde podía sentir todo de él, desde músculos duros y suaves en especial ese órgano que moría por sentir como hace unas horas atrás. Pero Caleb puso una mano en mi cadera y me apretó más a él.
—Si intentas levantarte otra vez, te prometo que te ataré. No estoy bromeando —el rostro de Caleb se veía serio con ojos penetrantes. Se acercó a mí, pero traté de alejarme, ya que estaba un poco sorprendida y un poco molesta de que quisiera atarme. Si ¡ATARME, ESTABA LOCO! ¡NI QUE FUERA CRISTIAN GREY!
—¿Qué harás? —pregunte.
—Acércate...
Lo miré confundida y con ganas de darle un golpe en su cara. ¿Dónde más quería que me acercara?, si estábamos tan apretados que era casi imposible moverse.
—No quiero. ¡Eres un idiota! ¿Se te olvido a donde estábamos yendo?
—No grites, y no pienses en nada... Solo, acércate, te diré un secreto.
—Suficiente... No quiero —pelear con Caleb me mareaba.
—¿Estas molesta? —pregunto mientras me acercaba y ocultaba su rostro en mi cuello, rozando su nariz y sus cálidos labios dejando pequeños besitos.
—Eh, ¿Cómo no voy a estar molesta, si no me llevas a comer nada? —dije con una voz frustrada, con el ceño fruncido. Alejándome un poco de él y mirando su rostro. Su expresión estaba llena de atención.
—Lo siento...
No podía apartar la mirada del rostro de Caleb. Con su apariencia y antecedentes era una figura masculina que era deseada por cualquier chica. Estaba muy feliz de que me hubiera elegido a mí, para poder estar de esta manera y disfrutar lo bonito de ser una pareja.
—¿Qué miras? —inmediatamente desvié la mirada de él y fingí mirar alrededor del auto.
—Está bien. ¿Ahora iremos a comer algo?
—¿Y no es eso lo que estamos haciendo ahora? —su rostro me sonrió.
—¡Idiota!
Caleb acercó sus labios y beso mi mejilla lentamente.
—Bebe, no te enojes por favor.
Estaba sorprendida y aturdida por la acción, hasta que me detuve por un momento para digerir el incidente en este momento. Hasta que lo escuche decir algo de nuevo.
—Te quiero. No quiero verte molesta.
—Caleb... —susurre suavemente sin atreverme a moverme, cuando se me acerco nuevamente besando mis mejillas, mi nariz, mis párpados y al final dejando un beso suave en mis labios. Era un sentimiento increíble, que no podía explicar lo bonito y tierno que se sentía.
—Tu corazón late con fuerza Alina —su tono era gentil, antes de pasar sus brazos alrededor de mi cintura. Acercándome hasta que podía sentir su cálido aliento.
—Entonces... Aléjate.
—Quiero castigarte...
—...
Tan pronto como termino la oración, sentí un toque en mi cuello, algo suave y cálido subió por mi escote. Al instante mi cuerpo se tensó, disfrutando de cada toque que recibía. Sentí su lengua caliente, tomando un sorbo suave y mordía lo que me volvía cada vez más loca.
Cuando sus labios besaron los míos, mordí su boca con fuerza. Traté de empujar mi cuerpo para luchar contra el beso que es muy lujurioso. Caleb mordió mi labio inferior hasta que hice una mueca rompiendo mis defensas, continuo mordiendo mis labios superior e inferior violentamente como si quisiera invadir y dominar toda mi boca, a lo cual no podía negar. ¡Maldición! A este punto estaba corrompida.
—Ughhh aaahhhh... Ca - Caleb... No... No puedo... —gemí fuerte mientras me mordía los labios.
—¿Qué quieres que haga? No quiero tenerte en este estado... Yo...
Antes de que terminara la oración, tome el cuello de Caleb y baje la cara para besarlo nuevamente. Sus manos sostuvieron mi rostro devolviéndome el beso, sorbiendo los míos aplastándolo bruscamente, dominándome.
—Ummhh... —gemí abriendo la boca para tomar aire, pero Caleb aprovecho la oportunidad para meter su lengua. Chupando la mía, el beso era completamente diferente al anterior. Tenía que admitir que el beso era genial y hacía que mi cuerpo flotara. Solo se podía escuchar sonidos de besos y gemidos suaves ahogados entre sus labios y los míos. Los dedos de Caleb recorrieron mi cabello, dominado el beso.
Su lengua caliente se arrastró por mi cuello, luego su boca empezó a chupar hasta que proteste y suspire de placer. Su nariz me hacía cosquillas en el cuello mientras respiraba. Estaba mareada con todo el placer que me daba, no mucho después de eso se me volvió a poner la piel de gallina en todo el cuerpo cuando sus labios volvían a besar y seguía chupando mi cuello. Hasta que mi cuerpo tembló y mi corazón latió muy rápido, el dolor en el área del cuello continúo durante varios minutos hasta que grite y maldije.
Nuevamente sentí su cálido y húmedo aliento recorrer mi garganta antes de sentir la presión de su nariz en los huecos de mi cuello que se me puso la piel de gallina. El sonido de la respiración profunda me hizo saltar aún más. Mi boca gritó fuerte y me pregunté sobre la reacción que estaba teniendo mi cuerpo.
Me encogí porque sentí cosquillas. Con su mano empezó a acariciar mi espalda y luego me abrazó, sus suaves labios lentamente se mudaron nuevamente en mi cuello y se enterró en él, luego lo chupó suavemente. No entendía lo que estaba pasando ahora mismo. Surgían muchas preguntas en mi mente que no podía procesar la situación. Pero algo me decía que quedaría una marca. Y si eso pasaba, está más que muerta. Mi garganta se humedeció tanto con el líquido que sentí temblar todo mi cuerpo. Pero después de eso el dolor comenzó a entrar y hasta que entré en pánico y grité fuerte.
—¡Maldición, Caleb! ¡Me mordiste! ¡Suéltame!
Me había mordido el cuello con fuerza y me sostuvo durante mucho tiempo. Se negaba a soltarme antes de hundir aún más sus colmillos en mi piel. Estaba luchando contra el dolor y quería deshacerme de él. Caleb levantó la cabeza y se rio. Rápidamente, puse mi mano en mi cuello y descubrí un poco de sangre en donde él me había mordido. No podía creer que me había lastimado el cuello. No solo quedaría un hematoma, sino que quedaría una marca de sus dientes. ¡MALDITO!
—¿Qué demonios te pasa? ¿Eres un perro rabioso, ahora? —hice una mueca con una expresión de enojo. Solo me miró con una sonrisa. Metiendo las manos en su cabello desordenado— ¡MALDITO! ¿Sabes lo feo que quedara esto? —Caleb se estaba riendo tan fuerte que comencé a golpearlo de nuevo. Hasta que sujetos mis manos y al final solo levantó un dedo apuntando a mi cara.
—¡Hice lo mismo que tú hiciste conmigo! —él respondió bruscamente, su rostro lucía mucho más feliz que al principio.
—¡Maldita sea, me las pagarás! ¡Mi madre va a matarme! —con rabia lo golpeé por donde podía.
Estaba furiosa, mi madre iba a matarme. No debí descuidarme.
—Si quieres, puedo hablar con ella.
—Eres un idiota. Mi madre te matará a ti también —lo volví a golpear, este loco bastardo estaba disfrutando mi sufrimiento. ¿Le gustaba verme así de enojada? ¿Por qué me mordió el cuello de esa manera?
—¡Espera! —su mano bloqueo mis golpes.
—¿Con qué excusas me saldrás ahora? ¿Cuándo demonios te mordí a ti? —dije enojada con los brazos cruzados. Y si, aún seguía sentada en el regazo del idiota de mi novio.
—¿Qué hiciste? —pregunto.
¿Había hecho algo malo? No recordaba haber hecho algo tan grave como para merecer una marca en el cuello.
—¿Qué hice? —pregunte mirándolo como si no hubiera hecho nada malo. Pero era tan difícil sostenerle la mirada, así que gire la cabeza hacia otro lado.
—Me lastimaste.
Fruncí el ceño sin entender ¿cuándo lo había lastimado?
—¿Qué? ¿Cuándo?
—Anoche y esta mañana...
Mierda, me estaba dando dolor de cabeza. Caleb hablaba de anoche cuando me había quedado dormida después de tener un increíble orgasmo y había dejado sin liberarse y esta mañana cuando estuvimos a un paso de hacer el amor. Pero no sucedió nada, y otra vez lo había dejado con las ganas. ¿Por eso me había hecho esta marca en el cuello?
—¿Qu- que hice? —trague saliva sintiéndome insegura ante su mirada arrogante.
—Aún estoy lastimado.
¡Maldición! ¿Por qué tenía que recordar esto? Cuando en estos momentos deberíamos de estar disfrutando de un delicioso desayuno. ¡Mierda! Tenía que actuar como si no supiera de qué demonios me estaba hablando.
—¿Qué... que hice para lastimarte? Y ¿Por qué vengarte de esta manera? —le pregunte.
—Anoche te dormiste. ¡Me duele aquí!
Jadee cuando la mano de Caleb tomo la mía y la dirigió hacia su entrepierna de modo que toque algo duro detrás de sus pantalones jeans. Abrí los ojos con sorpresa hasta que mi cuerpo se congeló para digerir los eventos de la noche anterior y esta mañana. Cuando vi la sonrisa en sus labios, rápidamente recupere la conciencia y aparte mi mano de ella.
—Idiota.
Caleb se largó a reírse a carcajadas al ver mi rostro. ¡Maldito!
—Cariño, no te molestes, sí... —susurro acercando sus labios a mi oreja, mordisqueando el lóbulo y atrayéndome hacia él y envolviendo sus brazos alrededor mío.
—Tengo hambre, podríamos ir a comer algo por favor. —me queje evitando su mirada y el rubor de mis mejillas. Él estaba causando estragos a mi corazón, su suspiro de molestia junto a mi oreja me hizo sonreír un poco. Solo porque estaba sintiendo felicidad, vergüenza en estos momentos, no iba a demostrarlo.
—Está bien —dijo antes de volver mi cabeza hacia él. Caleb sonrió antes... de darme un beso.
—¡Caleb!
—Vuelve a mirarme así y te besaré de nuevo —susurro para molestarme. Su risa se consideró como si estuviera diciendo... soy un genio, cariño. Con algo como esto, todo lo que pude hacer fue suspirar molesta antes de levantarme de su regazo, pero al momento que lo intente Caleb me sujeto aún más fuerte y no me permitió hacerlo.
—¡Déjame ir Caleb!
—Quedémonos un ratito así, por favor.
Nunca pensé que me gustaría un tipo como él, pero cuando estaba cerca no podía evitarlo. Aún más, cuando era gentil, cuando sonreía, me gustaba cuando se volvía feroz si hacia algo malo. Me gustaba este momento de complicidad e intimidad. Sí, mi corazón latía a su alrededor, definitivamente estaba enamorada de mi chico hermoso.
Caleb depositó un beso en mi frente y me dejo ir para que pudiera cruzar al otro asiento. Me giré para mirar al tipo que tenía a unos centímetros de mí. Observando su hermoso perfil ¿Por qué tenía que verse tan bien? A pesar de que los dos estábamos con el cabello desaliñado, la ropa arrugada, él se veía increíble. Observe su rostro, su cuello el lugar que pronto recibiría lo mismo que recibí yo, su pecho, los músculos de sus brazos, sus...
—Está bien, puedes mirar todo lo que quieras. No es necesario ocultarlo. Tu novio tiene un buen cuerpo —su risa me hizo rodar los ojos.
¡Mierda! Otra vez había sido pillada mirándolo.
—¿Quién te está mirando?
—Tú... Ahora te pregunto... ¿Quieres comer o comerme?
Fruncí el ceño. Era una pregunta con trampa y no caería esta vez.
—La primera —respondí.
—Pero esta mañana, obviamente me querías comer ¿verdad?
—¡Caleb! —le grité, mientras él se reía.
Luego de todo el espectáculo que habíamos armado en el carro, decidimos que él conduciría hacia un lugar donde poder desayunar. Me miré en el espejo que había en el carro la fea marca que había dejado Caleb en mi cuello y me enfurecía, me frustraba pensar que diría mi madre cuando la viera. ¿Cómo demonios iba a ocultar una marca así? Tendría que ponerme algo en el cuello. Lo miré furiosa mientras veía la forma de ocultar la marca. Era como si me hubiera marcado. De rabia lo golpee una cuantas veces, lo único que Caleb hacía era reírse de mí.
—Lo siento, amor.
—¡Cállate! Mira lo que le hiciste a mi cuello.
Caleb suspiró y agarro la mano que tenía en mi cuello y se la llevo a la boca dejando un cálido beso.
—Creo que me emocione demasiado. ¿Me disculpas?
—Como si disculpándote, la marca desaparecerá.
—Bebe, perdón, perdón... Perdóname, sí. —Caleb me miro con cara de cachorro lastimado— prometo no volverte hacer eso.
—Claro que no lo volverás a hacer. Porque si lo vuelves a hacer te mataré, ¿Entiendes? —le dije mostrándole mi puño.
—Claro que sí, señora mía.
—Cállate, y pon atención a la carretera. ¡Te odio!
—No es cierto, tú me amas... Al igual que yo.
Una vez que terminamos de hablar, Caleb condujo rumbo a un centro comercial para poder desayunar algo. En todo el trayecto no soltó mi mano y de rato en rato iba depositando pequeños besos. Me sentía muy cálida y querida con esta acción de él. Realmente me sentía muy, pero muy feliz de tenerlo a mi lado.
Hola, hoy después de mucho, pero mucho tiempo estoy actualizando. Espero disfruten mucho la lectura y voy a tratar de actualizar más seguido la historia.
!Muchas gracias!, a las personitas que me mandaban mensajes para que actualice, espero les guste y me puedan apoyar. Con sus votos y comentarios que les pareció el capítulo. Se vienen cosas muy interesante, estén atentos...
Se cuidan mucho, los quiero.
Banner hechos por: RodriceF, y la editorial_girasol muchas gracias por sus incríbles diseños. En los capítulos siguientes iré poniendo los demás. Muchas gracias.
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