Capítulo 2
Escuchaba la canción de Bts Lie de lejos, era la alarma que sonaba. Tendrían que ser las 6 de la mañana, tenía una flojera única de levantarme. No era que no estaba acostumbrada a despertarme temprano, solo era que... No tenía ganas de asistir al colegio que mamá nos había inscrito. Pero no había más remedio que hacer lo que te pedían. Lentamente, me senté en la cama toda perezosa, abriendo los ojos, mirando por la ventana el cielo gris de la madrugada con pequeños rayos del sol, sintiéndome nerviosa, ansiosa toda la noche, no había podido pegar un ojo de los nervios de solo imaginar cómo diablos iba a sobrevivir este año en este lugar. Sin embargo, quería eliminar este nudo en el estómago y rogaba a Dios para que esta ansiedad que estaba sintiendo fuera disminuyendo.
—¡Alina hora de levantarse! —gritó mamá.
Típico, mamá pensaba que aún seguía siendo su niña, me encantaba que ella se preocupara por mí y mi hermana, sabía de antemano que ella también estaba nerviosa por la forma en que andaba haciendo sonar las cosas en la cocina. Sobre todo cuando empezaba a gritarnos para que nos levantáramos.
—¡Mamá ya me había despertado, de hecho ya estaba por ir a bañarme! —grité desde la cama.
—¿Estás segura? —me preguntó.
—¡Sí mamá! —respondí.
Debería de ser sincera, no quería asistir a mi nueva escuela. Llevaba unos nervios tremendos que no sabía cómo carajos controlarlos. Pero no podía permitirme caerme, rendirme. Como decía la canción: Tomemos un respiro, al igual que lo hicimos la primera vez y serás feliz. Has que todo cambie, y todo será diferente. Sí, todo está perdido ahora. No es fácil intentar hablar contigo mismo ¿Es mi culpa? ¿Es mi error?, tal vez solo es el sonido de mi eco sin respuesta alguna.
—Apúrate Alina, el desayuno está servido —gritó Lucinda.
—Dije que ya bajaba.
Salí de la cama de un brinco corriendo hacia la ducha. Me bañé lo más rápido que podía para luego salir a cambiarme, me enjabone el cuerpo para perder un poco de nerviosismo, me lavé la cabeza con mi shampoo favorito quedándome un rato bajo la regadera absorta en mis pensamientos de cómo sería este día, si tendría por lo menos una amiga. Rápidamente, despeje ese pensamiento saliendo de la ducha, envolviéndome en la toalla cuando desde lejos escuché mi nombre nuevamente.
Tratando de estar tranquila, tomé mi tiempo secando mi cuerpo, luego mi cabello, me puse unos Jeans negros, pero mis manos temblaban al querer cerrar la cremallera, ¡Demonios! Decía dentro de mí, luego completé mi vestuario, poniéndome una camiseta, mis zapatillas Adidas y por último me hice una coleta lo más rápido que podía porque con mi cabello era imposible, al final decidí dejarlo así y bajé corriendo a desayunar.
—Dale Ali, —dijo mi madre.
—¿Sabías que tenemos muy poco tiempo? —recalcó Lucy.
Puse los ojos en blanco y comencé a comer lo que podía del desayuno. Mientras iba comiendo los huevos revueltos con tocino que mamá hizo, noté el nerviosismo que había, no era la única que se sentía de esa manera y sabía que para todas era un día muy difícil. Terminamos de desayunar mamá, nos ordenó que vayamos subiendo al auto.
¿Cómo se suponía que tenía que hacer para estar tranquila y dejar de sentir tantos nervios?
Sentía que estaba exagerando demasiado y para el colmo no me gustaba este sentimiento que sentía. No quería parecer una cobarde en su primer día de escuela, ¡Era una locura! Debería actuar como una chica adulta, pero no, estaba peor que una nena. Una vez sentada en el asiento del auto saqué mis auriculares y puse a reproducir mi música escuchando MIC DROP de BTS, amaba escucharlos, su música me llenaba de una alegría haciendo que me relajara un poco ignorando a mi hermana que iba arreglándose el cabello bien peinado y poniéndose brillo a sus labios.
Realmente a veces la envidiaba por verse tan bien, por su gran desenvoltura al hablar, de ver las cosas como una persona sensata... Debería decir que era un bicho raro a comparación de ella. Mamá condujo alrededor de treinta minutos en silencio. Y yo solo me dediqué a admirar el paisaje que era esta ciudad con el fondo más hermoso de la música.
—¿Mamá, ese es el instituto? —escuché decir a Lucy.
—Así es bebé —contestó mamá.
—Vaya, es aún más grande de lo que me había imaginado.
—Se los dije.
—¿Qué piensas tú, Ali?
Me hice la que no estaba escuchando, pero realmente me sorprendió el colegio. Mi mamá rápidamente buscó un lugar donde estacionarse ¡Por Dios!, el colegio sí que era enorme, viéndolo desde afuera se notaba que había varios edificios de diferentes estilos. En la entrada había escrito un lema que representaba al colegio «NO SOLO PARA NOSOTROS» eso hacía entender que reforzaban el valor de la escuela y la comunidad, también había jardines de lluvia que estaban en la entrada principal.
El vidrio de color, el acero y el portal de ingreso de madera proporcionaban una protección única. Y por último, los árboles sin hojas le daban un toque un poco de misterio pero elegante. Prácticamente, estábamos con la boca abierta por lo inmenso que era y ya estaba ansiosa de verlo por dentro.
—Rápido, nenas seguirán admirando al colegio desde adentro. —Nos apresuró mi mamá.
—Te amo. —Se despidió Lucy de mi madre dándole un beso en la mejilla.
—Nos vemos en casa —dije dando un abrazo a mi madre.
—Las amo, ¡Suerte a las dos!
—Te quiero, mamá, cuídate tú también y suerte hoy en tu trabajo.
—Gracias, cariño.
Bajamos del auto y Mamá salió del estacionamiento mandándonos beso y a la vez alejándose. Me agarró un miedo al quedar sola con Lucy al lado.
—Hasta la tarde. —Se despidió Lucy con la mochila en sus hombros y caminando con paso firme y arrogante hacia la puerta del colegio.
Unos chicos que estaban parados se quedaban observándola, ella los sonreía como si fuera algo normal.
—¡Pero que...! ¡Rayos! —murmuré.
Multimedia: El colegio de Alina.
https://youtu.be/tanJyqOmHwE
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Espero que les esté gustando la historia, Gracias... por darle una oportunidad. Por favor no se olviden de comentar así veo en que debo mejorar. Gracias.
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