Capítulo 1


Si vas a leer esto, no te preocupes. Al cabo de un par de páginas ya no querrás estar aquí. Así que olvídalo. Aléjate. Lárgate mientras sigas entero. Sálvate. Seguro que hay algo mejor en la televisión. O, ya que tienes tanto tiempo libre, a lo mejor puedes hacer un cursillo nocturno. Hazte médico. Puedes hacer algo útil con tu vida. Llévate a ti mismo a cenar. Tíñete el pelo. No te vas a volver más joven. Al principio lo que se cuenta aquí te va a cabrear. Luego se volverá cada vez peor.    

 Asfixia, de Palahniuk


Miraba por la ventana el lugar donde había crecido, jugado, reído, llorado, ya que serían los últimos días que estaría en este lugar, a mamá le había salido un nuevo trabajo y me sentía feliz por su ascenso, pero no estaba contenta con el hecho de que teníamos que mudarnos. Sé que los cambios traen cosas buenas, pero realmente estaba muy familiarizada con este sitio. Ya habíamos estado viviendo más de una década en este lugar.

Mi nombre es Alina. Era una chica de diecisiete años, despistada por no decir normal y corriente, no era fea, lo sabía, pero tampoco era tan impresionante. Tenía la piel pálida y los labios rosados, por lo que casi no llevaba nada en ellos. Era alta y flaca, pero con cuerpo bien formado, mis ojos eran de color miel y un poco grandes para mi rostro, tenía el cabello color castaño, estaba segura de que era lo peor que tenía, largo, ondulado, rebelde, que se enredaba mucho y casi siempre tenía que hacerme una trenza o un moño.

Ahora mismo no sabía cómo sentirme con todo esto de la mudanza. No tenía la más remota idea de cómo manejaría la situación. No toda la felicidad duraba para siempre, así que lo único que tenía que hacer era resignarme y alegrarme de que conoceríamos una nueva ciudad, nuevas personas, nuevos amigos, incluso podríamos encontrar el amor. Así pasaba en las películas, incluso en los libros. 

Ese día mamá parecía nerviosa a pesar de decirnos una de las mejores noticias para ella, era bueno saber que era una persona muy importante, sobre todo responsable y me sentía orgullosa de ella. Era una persona muy valiosa en mi vida, ya que de no tener un padre, mi madre, mi hermana y yo siempre habíamos estado juntas. El hecho de que no tuviera un padre presente, ya sea por las diferentes circunstancias de la vida, no significaba que nuestras vidas no fuera normal o perfectas. Toda mi vida habíamos sido mi madre, hermana, la mujer de carácter fuerte y sus dos hijas. Cuando nos dijo que tendríamos que mudarnos fue como cuando te lanzaban un balde de agua helada y no sabías como demonios pasó eso. Así me sentí, sin poder creérmelo.

¿Un nuevo cambio? ¿Nuevos amigos? ¿Nueva escuela? ¿Cómo podría vivir en otro lugar?

Era un hecho, todo esto nos iba a cambiar a todas y no estaba preparada para este cambio. No, definitivamente no lo estaba. O eso era lo que mi mente pensaba. Pero ya estaba decidido, mi camino, destino como lo decían, así que no podía luchar contra él.

Nunca me había sentido tan abrumada, enfadada en toda mi vida, tumbada en la cama y golpeando con fuerza en colchón, esperaba que tal vez así mi frustración desapareciera un poco. Pero no fue así, esto era una mierda en el trasero, pero cuando estaba así de angustiada me refugiaba en un sitio donde no era necesario viajar. Pues ¿Qué distracción más noble, que compañía más distraída, que complaciente más deliciosa que la de la literatura?, era lo mejor del mundo poder adentrarte a un mundo de fantasía, de a un mundo donde todo estaba bien, donde podías vivirlo al cien por ciento.

Pasando unas horas bajé a la cocina por un vaso de agua y ahí estaba mamá terminando de guardar y cerrar las cajas. Tenía que decir que mi madre era una mujer muy guapa, con el cabello rubio, ojos celestes, alta y de un buen porte que parecía una supermodelo. Lástima que no había sacado nada de ella, a veces la envidiaba un poco por su increíble belleza, pero más por lo valiente que era, no solo de lo que veías, sino lo que era como persona. En otras palabras, era una mujer luchadora que sacó a flote la familia sola. Por eso y muchas cosas la admiraba.

—Creo que exageras mucho Alina —dijo Lucinda.

—¿Tú crees?

—¡Cómo siempre tienes que arruinarlo todo! Un cambio nos ayudará mucho a las tres.

—¿Qué significa eso? —pregunté.

Mi hermana estaba muy emocionada, ya que vivía en ese periodo donde todo lo que hacía o sentía estaba bien y me parecía fantástico por ella, pero yo no sentía lo mismo y eso era lo que más envidiaba de ella.

—No lo sé ¡Averígualo genio!

—Sabes qué, ¡Puedes irte a la mierda! No pienso seguir escuchando tus pendejadas Lucy.

No pensaba seguir discutiendo con alguien que no entendía ni que lo hacía. Así que me fui a mi habitación porque no deseaba pelear con Lucy, de lejos escuchaba a mamá detrás de mí llamándome la atención, pero ya era tarde, no me interesaba lo que tenían que decirme. Cuando legue a mi cuarto ya vacío me senté en la cama ¿Qué debía hacer? Me preguntaba sin cerrar los ojos y con ganas de llorar. Actuaba como una completa tonta, ya que no era para tanto una mudanza, todo el mundo lo hacía y no se ponían a hacer teatros como yo. Pero viendo a mamá parada en la puerta me sentí fatal ¿Realmente estaba comportándome como una perra? ¿Y con mi madre?

—Lo siento.

Me miró con tristeza.

—Tranquila... Pero que no se vuelva a repetir de estar discutiendo con tu hermana.

—No quise ser grosera ¡Pero entiéndeme mamá! Lucy me vive sacando de mis casillas.

—Claro que te entiendo —dijo espantada, mirándome y sabía que ella también estaba asustada.

¡Oh rayos!, no me había dado cuenta cómo se sentía ella, solo pensaba lo que yo estaba sintiendo. Me encogí de hombros y sentí un nudo en la garganta de querer llorar amargamente y dejar salir toda esta frustración que sentía.

—Todo saldrá bien mamá —dije tranquilizándola.

—Eso espero —susurró—. De lo único que sé es que vamos a tratar que esto funcione ¿De acuerdo?

—De acuerdo.

—¿Confías en mí?

—Confío en ti, mamá, siempre.

Mamá arqueó la boca en una sonrisa simpática.

(****)

Desde mi berrinche pasaron dos largos días de tristeza, enfado. Sé que había exagerado mucho, me había comportado peor que una niña de cinco años, pero me costaba mucho asimilar la noticia y el cambio que nos traería, también en despedirme de los pocos amigos que tenía durante el tiempo que viví por aquí. De Samanta mi única y mejor amiga fue realmente duro despedirse y nos habíamos prometido que estaríamos en contacto, pero yo lo veía muy difícil. Ahora estábamos en la carretera más de un día. Me sentía cansada, pero la que realmente estaba pasándola mal era mamá que iba conduciendo. Aunque en algunos periodos le ayudaba a conducir para que pudiera descansar un poco. El paisaje que nos rodeaba era increíble y me daba cuenta de que no faltaba casi nada para llegar a nuestro destino, me asustaba y sé que no había vuelta atrás. Pero el cambio valía la pena. En especial para mi madre.

—Eh, estamos llegando —dijo Lucinda.

No respondí nada, estaba hundida en el asiento escuchando a BTS, mi grupo favorito de Kpop reproduciendo una de mis canciones favoritas (House of Cards).

Me sacó un auricular de la oreja de un tirón.

—¡Qué! —dije mirándola con cara de pocos amigos.

—¡Que ya estamos llegando!

—Genial —contesté volviéndome a poner los auriculares.

Nuevamente, Lucy me quitó los auriculares.

—¡Vamos Ali! —dijo— no seas aguas fiestas, yo también tengo miedo de este nuevo cambio.

La miré un poco sorprendida.

—Lo que tú digas.

Me sentí mal por contestarle de esa manera, pero mi nivel de sarcasmos me ganaba.

—Llegamos —avisó mi mamá— niñas de ahora en adelante este será nuestro hogar.

—¡Mamá está hermosa! Pero un poco alejada de las demás casas —se maravilló Lucy.

—A ti, te va a encantar el lugar —aclaro mi madre.

—Espero que sí, mamá —le contesté.

Y era cierto, mamá tenía razón, la casa estaba muy bonita, se veía acogedora, tenía un porche y enormes ventanas que ofrecían una vista de muerte al río. Me sentí bien ahora, este sitio era nuestro hogar, pensé. Aquí estaríamos a salvo, empezaremos de nuevo y eso me aliviaba enormemente. ¡Vamos que se podía! Tal vez después de todo, un cambio no estaba mal.

En multimedia está Lucinda Owen, Laurie Castillo y Alina Owen.

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Hola, espero les haya gustado... Me gustaría que me diesen su punto de vista.
Gracias.

(Debo agradecer a la EditorialOlimpo por estos hermosos banners, que iré poniendo en los capítulos siguientes. Muchas gracias... me encantaron todos)

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