Si no fuera por su color de ojos que es único, nunca lo habría reconocido. Estaba tan distinto, no entendía. Parecía mayor, de entre veinte y treinta años pero no muy viejo.

-         Iván ¿Qué haces?- dije tratando de sacarme sus manos tan suaves pero se resistió y me apegó mas a él.

El espacio que había entre nosotros dos era inexistente y nuestros alientos jugaban entre ellos, mi corazón se aceleró y mi respiración también. Obviamente me ponía  nerviosa que un chico me agarre de las caderas y me jalé hacia él, es normal en una chica. Pero no me ponía nerviosa por tener a Iván así de cerca, era que nunca había dado mi primer beso…

De repente siento un completo frío en mi cara y me quedaba sin aire. Salté de la cama y me encontraba en pijama, mojada en mi habitación con mis amigas  matándose de risa en el suelo. Enojadísima me puse a revisar la habitación buscando algo de venganza y ví que el balde que yacía en el suelo todavía tenia suficiente agua como para tirarle a las tres. Lo tomé y sin pensarlo dos veces ya estaban en el piso todas mojadas y la sonrisa se les iba poco a poco de la cara.

-¿¡Ahora quien es la que se ríe!?- dicho esto lance una carcajada malévola tirándome hacia atrás con la mano en mi estomago. Se miraron entre ellas y esbozaron una sonrisa maléfica, OH no eso es malo. Las tres pegaron un salto encima mió tirándome hacia la cama y ahogándome en cosquillas pero eso no me detuvo porque les empecé a hacer lo mismo. Sin darnos cuenta terminamos en una pelea de almohadas entre risas y golpes algo demasiados fuertes, era súper divertido. Las almohadas volaban, saltábamos encima de las otras, hasta nos dividimos en equipos. Melina estaba arriba de mi espalda con una almohada y Sofía arriba de Tita. Amaba estar con ellas, por eso eran mis mejores amigas.  

Quedamos rendidas en el piso y en la cama.

-         A todo esto… ¿Por que me despertaron de esa manera?-dije con la respiración agitada.

-         Tu mamá nos dejó pasar y como te vimos durmiendo no sabíamos si despertarte o esperar a que despiertes pero si elegíamos la segunda opción fijo íbamos a estar a las nueve de la noche esperando- explicó Melina desde el piso con voz agitada- y la idea de mojarte fue de Sofía.

-         ¡Sí!- dijo saltando desde la cama y apuntándome con su dedo a la frente. Entre crucé los ojos para ver su dedo, melina y tita saltaron a reírse muy fuerte, y Sofía siguió- Fue venganza por no darme el póster de Justin Bieber.

-         Atrás tenia uno de One Direction, no me jodas bitch.- dije levantadote la mano en tono de negra independiente.

-   Bueno, ¿vamos a comprar ropa para ir a la fiesta?- dijo Tita levantándose del piso. Odiaba comprar ropa pero la necesitaba para la fiesta, dudaba que vaya como dios me trajo al mundo.

Tardamos menos de una hora en cambiarnos y salimos de compras. Estubimos toda la tarde yendo de un lado al otro y probándonos cosas, ellas amaban comprar ropa y probársela. A mi sinceramente me molestaba ir de un local a otro, mirar ropa muy cara y no poder comprarla. Además que hoy en día tienes que ser anoréxica y tu cintura tiene que medir por lo menos 10 centímetros para que te entre esta ropa. No diga que yo sea rellena, era normal el tamaño de mi cuerpo. Siempre fui un poco mas alta que todos mis amigos y compañeros pero a partir del segundo año empecé a quedarme con la estatura de un metro sesenta y siete. Sí, tengo 16 años y mido 1,67, triste pero con el tiempo uno se acostumbra. Es rara la sensación de que toda tu vida fueras mas alta que todos y de un año al otro todos crecieran y vos te convirtieras en una de las bajitas.

Eran las 6:30 y llegamos cansadísimas de caminar y comprar, faltaban dos o tres horas para la fiesta. Melina y Tita se fueron al ordenador a ver un capitulo de un Anime que se habían olvidado de ver. Yo también veía anime y por lo general la gente me decía rara por eso pero lo que no entendían era que no era de esas que se visten como personajes de animes y van a las convenciones, solo los veía y listo. Además de que me interesaba muchísimo la cultura japonesa. Sofía y yo nos fuimos al patio y disfrutamos los últimos mementos de sol tiradas en el pasto y conversando.

-Sofi… ¿te puedo contar algo? Porque si le cuento a las otras se van a poner re pesadas y me van a cargar y lo que menos quiero es que me relacionen con ese idiota.

-¡Para!- hizo una pausa y se sentó ya que estábamos en el pasto-¿¡Tienes novio y no me lo contaste!? ¡Ámbar!

- OH no mamita, para el carro- dije sentándome y cazándome de piernas mirándola con cara de asco- nunca en la vida me relacionen de vuelta con ese y no, no tengo novio así que si quieres que te cuente cálmate y déjame hablar- Sofía se cayó y empecé a contarle todo lo que había parado con Iván, por lo menos a una personas si o si tenia que contárselo.

-         ¿En serio ese chico va a nuestra escuela? Nunca lo ví…, pero Ámbar es muy tierno que te llame Ángel.

-         OH no… ya empezamos, el solo me dice así para molestarme. Aparte solo pasó en estos dos días seguro que ya para el lunes se le pasa.

-         ¿Estas segura que ese ‘Iván’ que va a ir a cuidarte no es él?

-         Eso espero…

Me obligaría a irme de la casa yo misma y me quedaría debajo de un puente hasta que mis padres vuelvan de los tres meses de congreso/ vacaciones. Al fin y al cabo mis papás decidieron tomarse un mes de vacaciones dejándome a mí en casa, no me sorprende. No veo la hora de terminar mis estudios e irme a vivir sola por mi cuenta en el exterior. Total en mi familia siempre fui la del medio, la que nunca importó y estoy acostumbrada a ello. En mi familia siempre estuvo mi hermana que fue la primer nieta/sobrina/hija que tuvieron y la mas grande, luego mi hermano que es el único varón además de mi primo y les dan atención por eso, mis primas mas pequeñas son el centro de atención. No es que fuera “celos” pero uno ya se acostumbra. Toda mi vida hice de: madre cuando mis padres trabajaban hasta tarde y tenia que cocinar- lo mas lógico es que Liarace lo haga pero ella apenas se sabe cocinar- , después me encargaba de todo lo tecnológico como sacarle los virus a las compradoras, limpiaba la casa cuando mi mamá estaba cansada, entre muchas cosas mas y nunca me dieron crédito ni me dijeron “Muy bien Ámbar, sos una buena hija”. Nunca fui importante en la familia por que soy el “bicho raro”. Pero tenía un escape: dibujar, la música y leer.

Ya estábamos llegando tarde a la fiesta porque Melina quería teñirse su pelo de color azul pero le quedo un verde amarillento porque no se lo quería decolorar así que tuvimos que teñírselo de rubio otra vez y tardamos en cambiarnos. Opte por ponerme unos shorts con pantimedias negras y unas vans, en la parte de arriba me puse una remera de mangas cortar y escote en V negra que era de Kalaka. Mi pelo lo deje ondulado como siempre pero no me maquille mucho, solo me coloqué rimel, un poco de base y un brillo labial con sabor a menta.

Tardamos unos 10 minutos en llegar a la casa de este chico y la escena que vimos en cuanto llegamos fue tipo ‘Proyecto X’, bueno así de descontrolada. Las tres me miraron con cara de ‘con que esta fiesta te referís’, Sofía y yo sentimos unas manos en nuestro hombros y era Jasón  que nos llevaba hacia adentro con una sonrisa en su cara. Al llegar a la entrada abrió la puerta y apareció Michael con unos bazos, nos los tendió. Sofía y yo nos miramos pero sabíamos que teníamos que divertirnos así que los aceptamos, Michael se fue y nos pusimos a buscar a las otras chicas lo que fue mala idea porque nos separamos quedándome sentada en una esquina cansada de caminar sin rumbo fijo.

El estar sentada podía verlo todo. Zorras arriba de las mesas bailando y mostrando todos. Debajo babosos que miraban y les tiraban cosas a las chicas. Los borrachos que besaban a todos y los que lloraban a causa del alcohol. Personas bailando de forma desagradable, ¿Qué ganaban bailando como el exorcista? Que asco.

 A mi no me gustan las fiestas. ¿Para que mierda vine a una? Dios, Ámbar sos una idiota, podrías estar en tu casa terminando un libro pero te quisiste hacer la mala y viniste a la mierda esta.

De pronto todos empezaron a gritar y hacer barullos mientras otros chicos gritaba “Sí, sácate todo mamita”. De entre toda la gente salio Melina desesperada, al verme puso una cara de alivio y vino corriendo hacia mí.

-Ámbar ya, ven.- dijo agarrándome de la mano y arrastrándome hacia quien sabe donde.

- Espera, ¿Qué pasa?

- Sofía tomó de más y se esta desnudando en la pileta

Al llegar a la pileta recordé que ella no sabía nadar y poco a poco se iba corriendo hacia  lo profundo mientras tiraba sus pantalones quedando solo en ropa interior. Era desagradable la imagen que tenía a mí alrededor. Chicos baboseándose por ella y aprovechándose mirándola con cara de perversión, chicas mirándola con cara de desprecio ¿Cómo podían disfrutar de un ‘espectáculo’? No tenían intenciones de ayudarla y por eso odiaba a todos.

Estaba en el borde de la pileta sin saber que hacer. Miré a Melina pero ya no estaba, seguramente fue a buscarla a Tita en alguna parte de la casa. Mi mente estaba en blanco, ¿Le gritaba a Sofía que saliera? No, ella esta borracha y no me entendería. ¿Le digo a alguno de los chicos que la saque de allí? No, seguramente se aprovecharía de ella ya que el cuerpo de Sofía es extremadamente perfecto. Empecé a escuchar chapoteos y me giré a la pileta. La ví a ella en lo más profundo de la pileta tratando y luchando por respirar. Mi primer impulso fue mirar a mí alrededor y buscar una cara conocida pero me decepcioné al ver que no conocía a nadie. Nadie la iba a ayudar, ¿no veían que podría morir? Me quité rápidamente los zapatos y la blusa, sin pesarlo dos veces me tiré a la pileta y empecé a nadar lo más rápido que pude. Al llegar la tomé de la cintura y la coloque sobre mis hombros quedándome bajo el agua para que pueda respirar. Empecé a nadar hacia el borde de la pileta pero era demasiado onda y grande, la respiración me faltaba y mis pulmones gritaban a falta de oxigeno pero seguí nadando y pataleando hacia el borde pero lo logré. Esperé que alguien agarre a Sofía pero no lo hicieron así que la empuje hacia arriba esperando a que llegara a las escaleras. Todo se fue oscureciendo y tornándose borroso. Lo ultimó que recuerdo fue escuchar a lo lejos un chapuzón algo cerca mió luego de eso pensé que iba a morir a falta de aire y el agua que comencé a tragar.