Capitulo 2

Lo primero que me llamo la atención fueron sus ojos de un celeste cielo, tan hermosos con un color tan único pero la diferencia era que no tenía cualquier color cielo. Era un tono de un azulado claro, de los días en pleno verano en los cuales te ves contemplando el día con la mirada fija en el cielo y pensas: "Quisiera verlo el resto de mi vida " y quedas realmente embobada tan inigualable que solo se obtiene en ocaciones especiales y sabes que el día está a favor tuyo.

Vi que él era muy pálido lo cual hace que llame la atención y resalten sus pecas. Parecía que fueron colocadas una por una de tal manera en que lo haga ver tierno y agradable. Su pelo era de un rubio platinado; que, cuando una leve brisa de viento lo rozó, logró agregarle unos retoques para que quede más perfecto. Me asombre lo alto que era desde mi posición y lo bien que me gustaba que sean así. 

Este impacto provocó que chocáramos y caiga sentada en uno de los escalones de la escalera, me dejó paralizada mientras lo contemplaba ¿Cómo era que nunca había visto a este chico antes? Soy una persona un poco despistada y suelo olvidarme gran parte de las cosas pero si hay algo que nunca olvido son las caras. Estaba segura de no haberlo visto nunca ¿Será nuevo? Me parecía bastante raro ya que hace un mes las clases habían comenzado y estaba segura de reconocer a la mayoría de los alumnos que había en la secundaria que por lo general siempre eran los mismo pero a él no lograba recordarlo. Al ver que no reaccioné y me lo quede mirando esperando unas disculpas pero estaba tan equivocada que me llevé una gran sorpresa.

-          Estaría genial que cuando bajaras las escaleras mires hacia el frente, ¿No? Podrías lastimar a varias personas.- dijo algo soberbio.

 Desconcertada sobre su respuesta, rápidamente me levanté sacudiendo mi pollera, me puse firme, ya que era más alto que yo (yo media 1,69cm y el aproximadamente 1,86cm) y fríamente le conteste

-          Perdona pero acá el que me tiró al piso fuiste vos y ni siquiera tuviste la delicadeza de pedirme disculpas. Con permiso.- dije lanzandole una mirada asesina. Satisfecha por mi respuesta y con el orgullo en alto seguí caminando dejándolo solo y parado el pie de la escalera más desconcertado de lo que anteriormente yo estaba.

Luego de morirme de frió esperando a que me atendieran, compré una barra de chocolate blanco y fuí a unos bancos que estaban en el patio cubierto del colegio decidida a disfrutarlo sentada. Podría ir al salón que esta más cálido y hay estufa pero para que se me tire el curso entero a pedirme chocolate, ¡JA! Ni lo sueñen.

 Estaba dándole unos primeros mordiscos cuando alguien se sienta de forma brusca al lado mío haciendo que por poco se cayera mi chocolate al piso. Cuando pude ponerme en buen estado veo a la persona fulminándola con la mirada y, ¡Adivinen quién era! El idiota que me acabo de cruzar hace cinco minutos atrás. ¿Acaso este tipo quiere más pelea?

-          Creo que empezamos de mala forma y no quería quedar mal con nadie, así que quería presentarme. Soy Iván Moon y vos sos... –dijo esperando que yo siga la frase. No tenía intención alguna de responderle ya que me cayó tan mal de entrada, lo mínimo que podía responderle era algo inapropiado pero me contuve y mantuve la tranquilidad, aparte tenía ganas de jugarle un rato.

-          Alguien que te quiere fuera de su vista y si quisieras saber mi nombre lo vas a tener que averiguar por tu cuenta porque olvídate de que te lo diga, muchísimo menos apenas sabiendo que venís a este colegio.

Dicho eso me levanté para volver al salón y devorarme el chocolate antes de que alguien me vea con el y quiera que le comparta, cuando de repente siento un tirón en mi manos izquierda y me tiran de nuevo al banco.

-          Ah bueno, con que sos rebelde- dijo en tono desafiante y jugetón- mira vos- se cayó por unos segundos- pero ¿sabes qué? No me interesas, así que mejor me voy porque yo vine acá para empezar bien pero por lo que veo vos querés todo lo contrario.- seguido a eso se fue levantando, sin antes guiñarme el ojo y seguir con su camino.

Todos nos estaban mirando, sentía como mis mejillas iban tomando color. Me levanté de golpe y me fui por la escalera de la  entrada, para no volverme a cruzar a ese idiota y seguir con mi vida como si nada hubiera pasado. ¿Debería contarles a mis amigas? Tita se pondría pesada –como siempre que le cuento que me gusta alguien o un chico me miró-, Melina diría que me callara porque odia hablar sobre amor ya que dice que es muy empalagoso, no la culpo, y Sofía podría darme algunos consejos pero siempre terminaba cargándome, empujándome hacia los chicos y lo que menos quiero hacer es volver a tener una conversación con ese idiota. ¿Iván se llamaba? ¿De qué curso será? 

Estaba caminando tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta que el timbre ya había sonado, todos estaban en sus cursos y que era la única idiota que quedaba en los pasillos. Me apresuré a llegar al salón con la cabeza baja para que ningún directivo me vea y me ponga algún llamado de atención. Al dar la vuelta para ir al pasillo donde estaba mi curso, nuevamente me tope con alguien que hizo que cayera al piso. Mierda! Definitivamente no es mi día. Maldiciendo por dentro traté de levantarme lo más rápido posible y apresurarme a llegar a la clase de plástica que tanto amaba. En cuanto pude arreglar mi ropa y seguir adelante sentí unas manos en mi cintura impidiéndome que pudiera caminar, me di la vuelta para ver de quién se trataba y adivinen quien era. Iván.

   -Pero que carajos...¿Otra vez?- dije tratando de soltarme y llegar lo menos tarde posible.

   - Creo que nos volvemos a encontrar... ¿Casualidad? No lo creo.- dijo Iván con cara divertida. Ese comentario hizo que mi corazón se empiece a acelerar ¿Y a este que mierda le pasa? ¿No está preocupado por llegar quince minutos tarde a clase?

 - Ya, en serio, em, ¿Iván, no? Suéltame y aléjate de mi.- dije mientras intentaba sacar sus manos de encima mío. El estaba tan cerca que podía oler su exótico perfume. Olía tan bien... ¿¡PERO QUE MIERDA ESTAS DICIENDO ÁMBAR!?

-Está bien- dijo levantando las manos y alejándose de mí- pero la próxima no te vas a salvar- se dio media vuelta y fue caminando tranquilo por el pasillo.

¿¡Y a este que le pasa!? ¿No era que no le interesaba? Y lo más importante, ¿¡COMO SE ATREVE A TOCARME Y HACERME SENTIR ASÍ!?

Ya dije que me quedo pensando mucho tiempo, ¿no? Al darme cuenta de que me quede parada en medio del pasillo salí corriendo todo lo que más pude y por fin llegue al salón. Respire hondo y entre, obviamente todos se me quedaron mirando además de el profesor. Por suerte el profesor es un genio y muy buena onda así que solo puse la mejor sonrisa que pude y le dije al profesor que Lidia- la directora- quería que le lleve unos papeles a los profesores porque tenía cosas que hacer y me tarde porque le tenía que mandar una nota a un profesor y no lo encontraba por ninguna parte- por supuesto le mentí-. El profesor nos dijo que podíamos hacer dibujo libre pero con la condición de ambientarlo a una escena dramática, romántica, terrorífica o la que se nos ocurra. Lo único bueno del colegio era que plástica y literatura se me hacían fácil así que no era un problema.

Tita y Sofía sabían que era mentira, ni bien término el profesor de hablar las dos se giraron al mismo tiempo

Ya, ¿Qué paso?- Dijo Tita. Me sorprendió que lo hayan hecho de forma tan robótica que lancé una carcajada tan fuerte que todo el curso me estaba mirando pero luego siguieron haciendo lo que fuera que hacían.

-          No sean bobas y dejen de hacer eso que ya me están empezando a asustar, ni sé por qué me junto con ustedes.

-          Es porque nos amas- dijo Melina de forma tan empalagosa y graciosa que empezamos a llorar de la risa porque ella no es así, que haga esto de forma tan repentina nos sorprendía y nos hacía reír tanto.

La hora se pasó rápido, por mala suerte no pude terminar mi dibujo. Disgustada agarré El Psicoanalista – el libro que había empezado- y le dije a las chicas que iba al patio rojo- le decimos el patio rojo porque el piso es rojo y de vez en cuando hay sol- a leer un rato. Al llegar allí comencé a buscar la pagina en la que me había quedado cuando de pronto una sombra se para en frente mío bloqueando la entrada de la luz hacia mi cara y provocando que inmediatamente el frío se apodere de mi.

-Seas quien seas sal de enfrente mío que quiero leer y por nada del mundo voy a permitir que no me dejen hacerlo.- dije sin despegar un ojo de mi libro.

- Mira vos, ahora sé que sos una come libros- ya conocía esa voz. Con cara de 'Si no lo haces no dudaré en matarte' levante la cabeza y él se echo atrás.

-En serio, solo quiero 3 minutos de tranquilidad, aparte tienes que irte porque odio que todos los que pasan nos miren- Dicho eso volví a mi libro y al ver que este chico no tenia reacción alguna le corrí su pie dos centímetro. Mala idea.

Sin darme cuenta ya lo tenía a Iván encima mío con un espacio inexistente entre nuestras caras, estaba muy cerca. Tan cerca que podía sentir su aliento fresco y me di cuenta que tenía un chicle de menta en su boca. Todos los que estaban pasando se pararon a mirarnos poniéndome completamente roja.

-Wow, creo que sos muy impaciente que ya me quieres tener encima de tuyo- dijo con una sonrisa en su rostro.

Me quede perpleja sin saber qué hacer ni decir. ¿Por qué me ponía tan nerviosa cuando hablaba? Lo saque de un tirón haciendo que caiga al suelo y pegándole varias veces con mi libro.

-¡Ouch! Ya para Ángel, me lastimas- dijo frotándose la cabeza y el hombro donde le había pegado y con cara de dolor.

Paren un momento, ¿¡QUÉ!? ¿¡ÁNGEL!? 

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Holaaaaaaaa. Iván en Multimedia :)

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