Capítulo tres: Dobles interpretaciones.
Hoy era la gran noche, o eso nos ha repetido Renée cada dos por tres.
No es que estuviese emocionada, pero estoy bastante cansada. Llevamos esperando esta noche y preparándolo todo desde hace ya un par de meses, y ha sido verdaderamente agotador.
Llevo un vestido negro bastante sencillo con algo de vuelo y un par de adornos en color plata sobre los hombros, unos tacones bastante altos pero mortificantes con los que seguro que acabaré descalza y, por último pero no menos importante, me he hecho un recogido simple.
Posiblemente lo que desencaja más en mi conjunto son mis gafas, pero odio las lentillas.
Mis gafas son como mi marca, mi seña de identidad. Si Salvador Dalí llevaba su característico bigote, yo llevaba mis gafas redondas.
—¿Crees que necesitamos más comida? —inspecciona con atención Renée la pequeña pero coqueta mesa que hemos puesto como recepción—. Parece que hay poca.
—De momento no han venido los invitados, lo mejor será que esperemos.
Renée asiente y vuelve a la zona de alcohol para pedirle al barman una copa de vino blanco, y allí se queda charlando con él un buen rato.
Nick llamó hace un rato diciendo que llegaría un poco tarde por el tráfico pero, por ser él, se lo perdono.
Me gustaría que Paolo y Hayden estuviesen ahora mismo, con ellos todo se ve diferente. Pero sé que pronto volverán de su viaje, o eso espero. Según Paolo les quedaban todavía un par de días de crucero así que sólo quiero que vuelvan ya, porque les necesito a mi lado.
También sería bueno que estuviera Lilian, pero está muy liada por el trabajo. No sé como puede ponerse en la piel de cada persona y soportar que te cuenten sus problemas o qué se yo, sus pecados.
A veces pienso que a todos nos falta tiempo, en mi caso y desgraciadamente, nueve meses pero a pesar de eso, el trabajo y todo lo demás nos está distanciado. Eso mismo pasó con Lori, pero en su caso fue por voluntad propia y no por el destino, y todavía me sigue doliendo lo que me dijo aquel día hace ya dos años: "eres una egoísta Tess, siempre has pensado en ti misma y nunca me has dejado nada, ni tan siquiera la fama".
Nunca acabé de entender a lo que se refería con la palabra "fama", pero lo que verdaderamente me dolió y me sigue doliendo es que me llamase egoísta cuando, desde mi punto de vista, nunca lo he sido, y menos con ella.
¿Qué tan materialista se había convertido Lori para que pensase sólo en fama? Desde que se empezó a codear con Killian y Stephan cambió radicalmente. No sólo su forma de vestir, sino su carácter. Ya no es ni sigue siendo ella. Hasta se operó los labios y los pecho. Aquello fue el colmo para mis padres y hasta para mí y encima no nos enteramos por ella sino por una revista.
Fue el colmo.
Inspecciono, por última vez, la galería. Cuadros perfectamente alineados, comida suficiente, ningún foco fundido, buen ambiente, música relajada... creo que no falta nada.
— [...] —
Después de una hora y media caminando de un lugar a otro nerviosa, van llegando, poco a poco, los invitados.
En poco menos de media hora más la galería está a tope.
Buscando algún rastro de Nick veo, de lejos, una caballera rubia y sé que es él de inmediato. Me dispongo a andar en su dirección cuando veo que va acompañado de un hombre, de aquel hombre ebrio el cual no recuerdo ni su nombre.
¿Por qué ha tenido que tráelo Nick? Como monte otro espectáculo Renée me crucifica.
Pero recuerdo que parecían llevarse bien, quizás son amigos.
Espera, ¿y si son pareja y están saliendo?
No sabía que Nick fuera gay, en verdad siempre pensé que era hetero, porque conocí a su ex Suzanne, pero a lo mejor es bisexual. ¿Mantendrán su relación en secreto?
Pero, en el caso de que estuviesen saliendo, de seguro me lo hubiese contado Nick, yo no tengo la mente tan retrógrada como su hermano Ryan. Y esto nos lleva al al punto de... ¿y si el otro hombre está casado y son amantes? ¿Y si..?
—Bonita recepción —oigo la voz de Nick casi en mi cara—. ¿Hola?
Tardo un par de segundos en reaccionar, dado que acabo de asimilar demasiada información de golpe.
—¿Eh? ¡Hola! Esto... si... ¡hola Nicki! —me mira extrañado—. ¡Qué bien que hayas podido venir!
—Ya, yo nunca me pierdo una exposición de mi pintora favorita —me alaga y continúa—. A propósito, ¿te acuerdas de Hawk? ¡Hawk!
Asiento y veo, detrás de él, como el hombre de traje negro anda mirando una escultura de estilo kitsch de Nash con diversión, toqueteándola y manoseándola.
—¡Hawk! —grita Nick—. Ven a conocer a Tess.
El hombre se gira hacia nosotros, sin antes echar, de nuevo, una risa a la nueva y eclíptica obra de Nash: "el jinete desnudo", para después dirigirse a nosotros y quedarse al lado de Nick.
—Esta es Tess Mayer —nos empieza a presentar—, es una de las artistas más destacadas de la galería —el sujeto me observa y Nick procede a continuar —. Él es Hawk y es... —se queda unos instantes pensativo y pienso que va a decir que es su novio, pero al final deja sus palabras en el aire y no continúa.
—Encantado de conocerte Tess —me tiende una mano y yo la acepto—. Bonita... escultura —dice en dirección a la obra de Nash.
—Creación de Nash Ford. Si quieres ver más obras de él, toda el ala oeste está repleta de, sobretodo, sus esculturas.
—Gracias por la información... supongo —dice riéndose y Nick arquea una ceja—. Voy a ir a verlas, quizás se me pegue un poco de su... creatividad.
Hawk se marcha a ver otra de las obras de Nash, "la postura del unicornio", pero primero decide pasarse por el bar.
Después de que ambos vemos cómo se aleja e silencio, noto que Nick está algo nervioso o, simplemente, incómodo de que su... ¿aminovio? esté aquí.
—¿Dónde lo conociste? —pregunto sin pensarlo.
La verdad es que Nick tenía buenos gustos, hasta en hombres siendo sincera.
Hawk era bastante alto, algo más que Nick, se notaba que hacía gimnasio por su musculatura, pero lo que más me había llamado su atención era su pelo negro y sus brillantes ojos grises.
Vaya, vaya con Nick, qué picarón. Y yo sin haberlo conocido antes.
—Es una larga historia... —¿historia? O sea que son novios desde hace ya bastante—. Lo conocí hace cinco años —por esa época estaba con Suzanne. ¡O sea que se veían en secreto!— en..., ya sabes, esos sitios que frecuentan mucho los hombres y se gastan su dinero.
Lo primero que pensé fue en un prostíbulo.
No le voy a juzgar en absoluto, pero Nick es un buen hombre y sabe que a la mínima tiene a cualquiera, yo quedo excluida por supuesto. Pero, si se conocieron en un prostíbulo entonces ese Hawk es un...
—La verdad es que al principio intenté no ir —esto ni siquiera me lo había contado, ¿tan desesperado estaba?—, pero al final acabé cayendo —se acabó convirtiendo en un adicto—. Primero empecé con cincuenta dólares —abro los ojos expectante—, y de esos cien pasaron a quinientos y de ahí a...
Nick ha sido un adicto a las damas, o en este caso damos, de compañía. ¿Por qué no me lo había contado? ¡Le hubiera ayudado!
—¿Perdiste mucho dinero? —pregunto incrédula.
—Cien... —ah, pensaba que sería más— mil —concluye.
—¡¿Cómo?! —pregunto retóricamente y él baja la cabeza—. Si me lo hubieras dicho, yo te hubiese ayudado, hasta te apoyaría aunque me pareciese desproporcionado todo... eso que hacéis. Esas adicciones se pueden superar con tratamiento.
—¿Tratamiento? Tampoco creo que sea para tanto. No fueron tantas como piensas —comenta—, pero si fueron jornadas bastante intensas. Algunas veces Hawk se dejaba dominar y otras veces dominaba él, el juego es bastante dinámico. Si quieres puedes unirte alguna vez, te gustará.
No, no y no. Nick esto se te está yendo de las manos.
Y encima lo está diciendo en público, como si nada ¿es que no tiene vergüenza o qué?
—¡Ay Dios! —suspiro sonrojada por su petición—. ¿Sabes? Siempre tendrás mi ayuda, para lo bueno y lo malo —de repente maldigo en lo que acabo de decir, ya que no será siempre—. Pero ya todo eso ha terminado, has salido de ese círculo vicioso, ¿no?
—A medias —responde—. A veces acompaño a Hawk y miro como juega.
Esto ya se está volviendo más turbio. Y ahora le gustaba mirar, es un mirón. No Nick, eso no. Hay un punto para todo.
—Aunque yo no esté ahí me divierte también —prosigue y yo cada vez me pongo más nerviosa, ya no sé ni a dónde mirar—. Una vez ganó casi medio de millón en una noche. Fue realmente increíble.
¿Medio millón? ¿Pero a qué clase de prostíbulo lujoso van?
—Creo que te gustará saber cómo lo hizo, Hawk es todo un as en ese campo. Le diré que venga —se marcha para buscarle y no me da tiempo a retenerle—, no tardo.
¡Ay Dios mío de mi vida! Me siento bastante extraña... no esperaba que me contase casi todos los detalles y... ¡ni siquiera se ha cortado un pelo en describirlo! Vaya, parece que ya tiene su adicción muy asumida, pero que no intente meterme ahí. No, no, no. A mí no me va eso de los tríos, no. No soy una hermanita de la caridad pero todo eso no va conmigo.
—Bueno Hawk, cuéntale cómo juegas a Tess, está bastante interesada en el tema.
¡Eso sí que no! ¡No quiero que me cuenten sus intimidades, y mucho menos marranadas!
—Pues verás...
—Espera... —le interrumpo—. Vamos a comportarnos, estamos en un sitio público. Esas cosas no se van contando por ahí —Nick tiene mención de hablar pero yo prosigo—. Os apoyo en todo lo que hagáis pero, tenéis que entender que no todo el mundo opina lo mismo.
—Por favor Tess, si ni siquiera lo has probado.
—Ni tengo intención de probarlo —respondo ruborizándome—. Nick, a mí no me va eso, soy más... tradicional en ese aspecto.
—¿Eres más del bingo entonces? —pregunta Hawk.
No entiendo si eso ha sido una palabra en clave para decir alguna guarrada pero, por si acaso, niego con la cabeza. No se cortan ni un pelo a la hora de decir cualquier cosa, son de lo que no hay.
—Tess, ¿has estado alguna vez en un casino? —esta vez me pregunta Nick.
—¿Casino? Ah, a eso os referíais...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top