Las cosas ya estaban calmandose poco a poco, pareciera que ya habían superado la prueba de fuego, o por lo menos la fase más complicada de la gestación

Cross ya no tenía esos extraños (y a veces asquerosos) antojos, ni esos cambios de humor tan precipitados en el que parecía reír a carcajadas y llorar al mismo tiempo

Su panza ya estaba bastante formada y redonda, sin embargo aún faltaban algunos meses, por lo que estaban seguros que esa linda pancita de magia seguiría creciendo

Nightmare ya estaba más relajado, podía convivir junto a su pareja con tranquilidad, pero eso no quitaba el hecho de que aún se mantenía alerta en caso de cualquier circunstancia que pudiese ocurrir

Cross solo le dedicaba tiernas miradas, a estas alturas ya sabían que su pequeño sería un barón, y sinceramente, nightmare parecía ser el más emocionado por eso

No paraba de preguntarle cosas del pequeño, a veces hasta le hablaba a su barriga, como si le estuviera hablando directamente a su hijo

Eso solo provocaba que Cross sintiera más y más ternura, nightmare jamás se habría comportado así antes, tal vez, al hacerse a la idea de ser padre, provocó un cambio en su pareja, cosa que el esqueleto de ropas monocromáticas adoró con toda su alma

Justamente así se encontraban ahora, ambos estaban sentados frente a la gran chimenea del castillo, mientras el sans petrolero acariciaba la barriga a su pareja y le susurraba cosas en la panza, una escena muy tierna a los ojos de cualquiera

-Mamá y Papá están esperándote aquí afuera incubux, ya no falta tanto, pronto estaremos todos juntos- murmuró nightmare mientras con la palma de su mano acariciaba la panza del monocromático con movimiento circulares, mientras Cross lo miraba enternecido y levemente sonrojado

Sin embargo, la expresión de la X andante cambio drásticamente, colocando un rostro de sorpresa, junto con una pizca de dolor

-Cross, que ocurre?- preguntó Nightmare notando de inmediato esa expresión, poniéndose alerta para cualquier cosa, incluso para un regaño por si lo habia lastimado sin darse cuenta

-Incubux... Acaba de... Acaba de darme su primera patadita...- fue lo único que pronunció el pasivo, sin quitar su rostro sorprendido, pero a la vez emocionado, acariciando la zona afectada donde sintió el golpe

La primera patadita de su heredero, al que ya había escogido el nombre de "incubux", Nightmare no podría estar más emocionado por eso, con cada día que pasaba, la pareja sentía que estaban aún más cerca de tener en los brazos al pequeño tesoro y fruto de amor que habían formado juntos, y que Cross protegía y cuidaba celosamente en sus tripas

A medida que pasaba el mes, eso se volvió más frecuente, pues luego de esa patadita, le siguieron varias más, el pequeño parecía reaccionar ante el llamado de su padre, pues cada vez que Nightmare le hablaba, Cross sentía una entusiasmada patadita, como si el pequeño se alegrara cada vez que escuchaba su voz

Ver a nightmare tan feliz, fue el mejor regalo que Cross pudo recibir