CAPITULO 7
LULÚ
Gran cambio drástico en nuestras vidas por convertirse Clarence en un famoso escritor y más, con la creciente expectativa al enterarse su fandom de un segundo libro que estaba escribiendo.
Convirtiéndose en los sucesivos meses.
En acontecimientos maravillosos para su carrera y como la vida misma en sí, para cada uno que éramos un pedazo de su vida.
Tal y como pronosticaba esa segunda novela saliendo a fin de ese año siguiente, otro éxito rotundo y para desgracia de Clarence.
Con mamá y papá reíamos.
Más agolpamiento de sus fans en las firmas de libros, llegando a superar la larga cola de masa humana por cuadras y en una, detener el tráfico por la seria posibilidad de un accidente de tránsito por la aglomeración.
En su mayoría femeninas, enamoradas tanto de cada personaje masculino que su pulso escribía.
Como del mismo autor consagrado que y a nivel mundial se había convertido.
Porque Clarence, era guapo hasta el hartazgo.
Ellas lo sabían.
Y yo también.
No había que dar mucha explicación, ya que con los hechos como verlo en persona era suficiente.
Alto y con cuerpo trabajado, gracias a horas tempranas de la mañana acostumbrado a salir a trotar distancia en kilómetros con el amanecer, cuando la ciudad recién comenzaba a despertar.
Seductor como sus letras.
Pelo ondulado llegando a su barbilla en tono castaño claro y solo peinado con sus manos, por un bonito tic que tenía y siempre lo hacía poner hacia un lado.
Rasgos masculinos y muy definidos con hermoso perfil, bajo una barba de tres días que maquillaba su rostro anguloso.
Y lo no menos importante.
Su mirada.
Una en su mayoría siempre seria, pero que podía sonreír si quería y sin necesidad de dibujar una sus labios, cuando lo pretendía y sin color definido, pese a ser claros.
Porque, dependía del clima o hasta en su estado de ánimo.
A veces eran grises siendo este, su patrón principal.
Pero muchas también, de un verde con matices plomizas.
Lo juro.
Un tiempo como mencioné de cambios para nuestro entorno.
Él, más célebre y cada paso que hacía, popular.
Pero sin dejar de ser para mi familia como hacia mí, misma.
La persona de siempre y que vino a vivir con nosotros 7 años atrás.
Siendo mi elección y sobando con cariño la espalda de papá, sobre la risa de mamá por no elegirlo.
Que Clarence me acompañe a mis clases de aprendizaje de manejo, faltando pocos meses para poder sacar mi licencia.
Y un día al salir de una, corriendo y doliendo nuestros estómagos de la risa por escapar juntos, cuando unas mujeres notando su presencia y reconociéndolo, sobre exclamaciones orgásmicas de verlo en persona y con ello, llamar la atención de otras.
Nos siguieron varias cuadras hasta que Clarence y con su mano en alto, frenó un taxi para que lo abordemos.
¿Control de daños, después de eso?
Cambiar las últimas clases finales de manejo en otro colegio, ya que a la siguiente, un grupo ya nos esperaba a los pies de la escalinata de entrada del establecimiento y monitoreando el lugar de temprana hora de ese día.
Acoso y que era parte ahora de la vida de Clarence, siendo un renombrado y sexy escritor.
Y tal, que hasta yo varias veces lo padecía.
No solo por mis compañeras de colegio más allegadas, cuales me rogaban y hasta imploraban una dedicatoria de su parte en un pedazo de papel.
O fotos.
Y si era con alguna porción desnuda y fuera de toda ropa de su caliente cuerpo, mejor.
Sino, también y volviendo a ese auge de hostigamiento mencionado anteriormente de persecución.
Cuando se filtró en las redes nuestro domicilio.
O sea, donde él vivía.
Convirtiéndose en la razón suficiente y a par de meses de mi cumpleaños número 16.
Que Clarence y con la aprobación por comprender de mis padres, de mudarse a otro lugar.
Pero siendo la causa y motivo que llore y le rogara que no lo hiciera, mientras veía como empacaba en su habitación, sus pertenencias en su valija abierta encima de su cama.
No hubo palabras bonitas de su parte que me consolaran como y con su argumento, decirme que el departamento que había conseguido, solo quedaba a 5 minutos de casa.
- 8 minutos... - Llorisqueé, mientras dejaba que secara con su pañuelo mis lágrimas que no dejaban de hacerse camino por mis mejillas.
- ¿8 minutos? - Repitió y asentí.
- Es lo que me lleva caminar hasta allá. - Le expliqué.
Y eso lo hizo sonreír y a mí, llorar más, porque no quería su burla.
Yo lo que necesitaba, es que se quedara a vivir conmigo y para siempre.
Y se lo dije entre lamentos ahogados, por ser imposible detener mis lágrimas como hipos nerviosos, propios de mi llanto.
Dejó de limpiar mi rostro, para quedar en su posición inclinada con ayuda de una rodilla flexionada para nivelar mi altura por sentarme en su cama y yo con el dorso de mi mano, terminar de secar mis lágrimas como nariz que se había aflojado.
- Lulú... - Luego dijo mi nombre, tras quedar unos segundos en silencio. - ...comprendes que eso no puede ser verdad, no es cierto?
Lo mire procurando controlar mi hipo y la respiración entrecortada que consumía mi pecho por eso.
- ¿Qué? - Dije. - ¿ Lo que vivamos juntos para siempre? - Y al escucharme, Clarence afirmó callado.
Me encogí de hombros, volviendo a pasar mi mano por mis ojos.
- ¿Por qué, no? Si papá, mamá y Caylén como yo te queremos y sé, que se pondrían contento de ello? - Murmuré y al escuchar mi explicación al fin sonrió, tomando asiento a mi lado y dejando su pañuelo como prendas para guardar.
Negó divertido y creo, que hasta aliviado.
Creo, dije.
Seguido a exhalar una obligada respiración, mirando toda su habitación para luego a mí, con ternura.
- Todos en algún punto de nuestras vidas nos vamos del hogar que en mi caso y al venir años atrás... - Me explica. - ...me acogió con cariño y convirtiéndome en un un integrante más de la familia.
- Por eso... - Digo y quiero convencerlo, pero me silencia con un gesto de sus dedos para continuar.
- ...y como mi momento llegó, no faltará para que lo hagas en un tiempo no muy lejano, tú también. - Prosigue. - Como en la misma circunstancia lo hará Caylén...
Piensa silenciosamente, seguido a otra vez hablar.
- ¿Recuerdas, cuando hace mucho me preguntaste por qué se cortaba la gramilla del jardín y al explicarte el motivo, tú a su vez mencionaste las rosas de tu madre?
- Sí... - Susurro y tocando mi hebilla de las mismas flores que él, me regaló cumpleaños atrás y siempre llevo en mi pelo.
- Habrás notado que con el tiempo pasando, tu mamá y verlas crecer, las cambió a un lugar más cómodo para ellas...
Vuelvo a afirmar, pero asintiendo con mi barbilla.
- En el cantero del jardín y cerca del árbol. - Respondo y me da la razón.
- Exacto. - Dice. - Cuando se llega una determinada edad, tanto flores, como nosotros y hasta inclusive los animales del planeta, comprendemos que llega la hora de cambios y eso implica, mudarnos a algo que necesitamos para terminar de realizarnos como personas.
Lo miro, ahogando otro hipo.
- ¿Y eso ahora para ti, es mudarte solo?
Me sonríe.
- Sí, Lulú... - Limpia la última lágrima, que cae por mi mejilla con su pulgar. - ...necesito encontrarme por más que me realicé en mi vocación y la pasión que llevo dentro... - Continúa. - ...por mí... - Reflexiona. - ...y por ti...
¿Eh?
No comprendí mucho sus palabras, pero sí, el fervor de ellas al decirlas y me limité, aunque todavía no muy convencida por el hecho que se aleje de mí, en aceptarlas.
Y me lo agradeció, acariciando con cariño mi cabeza por sobre mi pelo, para luego besar con cuidado, pero largamente mi frente.
Fue cálido y tierno como siempre Clarence es.
Y me gustó.
Pero dejó de hacerlo, cuando días pasando y sin volver a verlo, preguntando a mis padres por él y sin saber que decirme, acercándose mi cumpleaños número 16, me entregaron su regalo adelantado y como siempre con cada presente que me dieron para esa fecha.
Envuelta en un bonito papel de regalo con listón con su moño encima.
No lo abrí, solo corrí a la puerta por más que mis padres me llamaban para que no haga y sin perder pisada a mi carrera una vez en la acera, ir a donde vivía y repitiendo mi cerebro, por qué me lo envió antes y lo más importante.
¿Por qué, no vino en persona?
Escupí parte de mis pulmones y hasta un riñón, en el proceso por mi vertiginosa marcha.
Inclusive en una esquina y casi llegando.
Caí sobre mis rodillas y por llevar pantalones corto, me herí severamente sangrando estas.
Pero no me importó sentir la tibieza de mi sangre escurriéndose por mis piernas y por el impacto contra el pavimento, quemaba mi zona herida y dolía, dificultando mis pasos acelerados.
Seguí corriendo a duras penas y más, cuando llegando a su cuadra y desde la distancia pude divisarlo en el momento justo y saliendo de su domicilio que al final, jamás visité.
Y cargando con él, un bolso de viaje en un hombro.
Abrió la puerta trasera de un taxi a su espera.
- ¡Clarence! - Grité su nombre con las fuerza de los pulmones que me quedaban. - ¡Clarence! - Volví a llamarlo y en el proceso, obligar a mis piernas entumecidas por el golpe y lastimadas, en forzarlas a retomar la carrera, pero solo logré unos pasos dudosos y trastabillando, sobre un lento avance.
Y creí por un momento que mi llamado consecutivo había escuchado, ya que su espalda se congeló de su andar y acción de subir al coche.
Pero luego y como si nada.
Grité de dolor como llanto, otra vez su nombre en mis labios, sin dejar de hacer pasos hacia él y por más metros de distancia que nos separaban.
Montarse en el taxi y este arrancar, para movilizarse lado contrario al que estaba.
Lo seguí llamando.
Mucho.
Pero, jamás volteó.
Y nunca me escuchó...
Hasta acá, aunque tengo más de capítulos, la presentación.
Hasta el capítulo 7, porque en el 8 comienza todo ;)
Que ojalá guste cuando la consuman, porque estudiando mucho para esto.
Donde van a descubrir un par de lugares maravillosos del mundo, con su cultura, paisajes y un par de personajes en esa travesía que nos harán reflexionar.
Como también.
Una gran historia de amor entre los personajes con humor, mucho romance y sí, desde luego, escenas con alto contenido erótico.
Mil gracias gente, por acompañarme en esta nueva aventura escrita.
Se les quiere.
CRISTO.
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