CAPITULO 18

LULÚ

- ¿Qué, sucede? - Pregunté a un compañero, al pasar y ver una de las habitaciones vidriadas completamente y usan para reuniones, al director en la mesa junto a al jefe de edición, hablando seriamente con un hombre de traje oscuro y no puedo ver bien por estar sentado espalda a nosotros.

Mi compañero removiendo su vaso de café, mira tan curioso como yo y de la misma manera niega.

- No lo sé. - Bebe un poco. - Pero todo acusa una reunión importante...

- ¿Un escritor? - Lo interrumpo por el señor de traje.  

Hace una mueca dudando.

- No lo sé, pero que es importante, sí... - Me responde bajo. - ...corre la noticia, aunque hay hermetismo, de que la editorial está a punto de cerrar un contrato con un gran escritor... - Me susurra.

- ¿Quién? - Emocionada por saber.

Se encoje de hombres.

- No nos dijeron aún, Lulú... - Que lástima. -...es algo a voces todavía hasta que se firme... - Se arrima más, para que yo oiga. - ...por lo que escuchó otro compañero, parece que el escritor ya está acá y no se quiere dar a conocer su llegada hasta que sea la pertinente reunión final por los paparazzis y por la editorial ante la competencia...

Guau.

Cuanto misterio.

Y llena de expectativa alegre, vuelvo a mis quehaceres para terminar mis labores que me encomendaron.

Notando una media hora después y al elevar mi vista de mi box al sentir sobre el movimiento típico del piso por los chicos, que el director y acompañado del hombre que solo veía su espalda, camina a su par y a modo despedida, hasta los ascensores.

El hombre le sonríe por algo  al estrechar su mano, pudiendo ver su rostro.

Alto y prolijo el traje que lleva.

Pelo oscuro y riguroso peinado.

Y lentes que acomoda varias veces con dos de sus dedos.

Dos veces, guau.

Ya que lo reconozco.

Es el hombre que tiempo atrás y si mal no recuerdo, al salir de la cafetería para mandar por correo mis currículum, yo choqué con él en plena acera por no mirar cuando caminaba.

Y por acto reflejo y de la vergüenza.

Una tonta.

Me agacho dentro de mi box.

Por pensar, si es ese famoso escritor o parecido, ya que lo debe ser por semejante reunión a solas y puerta cerrada con el director como jefe de edición.

Mierda.

CLARENCE

- ¿Vas a venir? ¿Vas a venir? - La voz entusiasmada de Caylén, me dice del otro lado, no solo por llamarlo.

Además por contarme, luego y lleno de felicidad sus progresos en el fútbol y que en su división lo nombraron capitán con mucho orgullo.

Y merecidamente.

Porque Caylén es muy buen amigo y compañero.

Por la buena nueva de la fiesta aniversario que Fresita y Connor harán de su matrimonio.

Río y más, al escuchar cuando se lo confirmo en como da gritos de alegría y festeja por más que no puedo verlo.

Él como todos, pero menos sus padres, creen que sigo en el extranjero.

- Solo no digas a nadie aún, que regreso... - Le pido con el altavoz, mirando la pantalla y tecleando capítulo final.

Y sonrío, por eso también.

2500 palabras más y termino la novela.

- ¿Ni a mi padres? - Dice.

- Ni a tus padres. - Miento.

- ¿Y a Luz? - Esperaba esa pregunta.

- A ella, mucho menos... - Miro por mi ventanal. - ...quiero hacerlo y que lo vea en persona...

Y noto por sobre su repentina mudez, que piensa.

- Clarence... - Al fin habla. - ...ella la va hacer feliz volver a verte, pero... - Duda. - ...creo que te va a costar mucho que te acepte... - Sigue dudando. - ...yo ya crecí y comprendí que Lulú te quiere...

- Lo sé...

Siento que sacude su cabeza.

- ...pero no, como a un hermano...

- Lo sé... - Repito y calla.

Suspira.

- Me encanta molestar a mi hermana, como hermano menor ese es mi trabajo... - Sonrío. - ...y aunque de más chico muchas veces la hice llorar por eso... - Prosigue. - ...no me gusta verla, cuando otra persona lo hace, porque yo lo hice por amor...

- Yo también, Caylén... - Lo interrumpo, acomodándome sobre mi silla para escuchar mi confesión.

Ya que y solo me falta él, de la familia que lo sepa.

Otro breve silencio.

- ¿Amas a Luz María? 

Asiento.

- Demasiado.

- ¿Por eso te fuiste?

- Sí.

- ¿Y vuelves por ella?

- Sí.

- ¿ Y sabes que ella te ama, por más que lo quiere ocultar?

- También sé, que me ama demasiado. - Digo, jugando con mi pluma entre mis dedos.

Respira aliviado.

Mi turno de preguntar.

- ¿No te molesta, que nunca te lo dije?

Siento que sacude la cabeza feliz.

- No...al contrario... - Timidez. - ...porque ahora sí, te vas a convertir en mi hermano mayor de verdad y familia... - Suelta sincero.

Y con su aprobación y la que necesitaba para terminar este cierre.

Dejo de jugar con el bolígrafo, para apoyar con decisión sobre la hoja y a final de esta, en un espacio en blanco, ya conforme como tranquilo de que todo marcha bien.

Mi firma.

Y lo hago con fuerza mientras sigo conversando con Caylén, dándole una fecha y hora para que supuestamente me busque por el aeropuerto, manteniendo el secreto como siempre a todos de mi llegada.

Seguido a hablar a Ismael.

Otro, que hizo un gran festejo al saber que ya está firmado el contrato con la editorial que trabaja Lulú, para luego y sobre risa, por mi último pedido a esta movida infantil y que según él, hago.

Que me reserve una habitación de hotel por un par de días, ante mi supuesta llegada.

Pero, con cama matrimonial...


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