Capítulo único

Había la leyenda de que las Nagas no existían, que eran leyendas irreales y que buscases lo que buscases en el bosque, no ibas a encontrar nada.

Pero yo siempre he negado eso.

Porque yo las había visto y no iba a parar hasta encontrarlas de nuevo. No con fines de aprovecharme de la situación, al contrario, quería volver a reencontrarme con uno de ellos.

Sabiendo que arriesgarme a un trabajo de campo en una zona tan protegida, defendida por animales salvajes y peligrosa... Podría pasarme factura, sea con dinero o mi vida, pero siempre debo ir en silencio y sin marcar mucho mis pasos, solo para poder regresar al no encontrar nada, como siempre, frustrarme al pensar que aquello que vi y con lo que conviví, fue irreal... Y fingir que no me importa cuando se que día tras día me escabullo de mis trabajo horas antes para aprovechar las horas de luz y buscarlo con arduo trabajo y
Empeño, necesitaba una pista, una sola pista para poder saber que están ahí y poder sentirme orgulloso con ello.

No son estúpidos, saben que los busco.

Por eso limpian todo para que no los encuentre, según películas animadas del hijo de mis compañeros de trabajo. Me toman por loco, pero los encontraré.

Registraba cada rincón o marca en el suelo, troncos o rocas para encontrar mi meta y mi destino, necesitaba saber dónde estaban, reencontrarme con él y poder volver a verlo de una vez por todas, no volverlo a dejar atrás. ¿Como y porque lo hice? Inercia y egoísmo del ser humano. Evidentemente.

Si tan solo recordará su nombre o viera...

Su placa...

¡Su placa!

Corrí hacía ese punto brillante tirado en el suelo, y lo tomé entre mis manos, evidentemente era su placa, combinación de morado y gris y una "V" y una "S" talladas, es suya... Bueno, nuestra... Este objeto se deslizó entre mis manos con nostalgia, así como delicadas lágrimas que fluyeron al ver este chapa.

Su nombre empezaba por V y eso era todo lo que recordaba... Necesitaba hacer memoria y calcular fríamente las opciones.

No pudo dejarlo o tirarlo él, se prometieron lealdad el uno al otro como mejores amigos, o, en un futuro próximo, amantes. Así que algo tuvo que haberle pasado... Miró alrededor en busca de indicios, fijándose en las marcas y ramas rotas que en los troncos había. Resultandole posible supesar la idea de un ataque o una emboscada. Pero no podía decir "si" a eso. Por la inclinación que tuvo debió caersele, o... Arrancarla, pues la cuerda estaba rota, pero la chapa se mantenía ahí. Osea que, alguien le había arrancado esa chapa, porque se negaba a aceptar que se la quitase él mismo. Suspiró nervioso. Miró el ángulo de maleza por donde se notaba que algo había pasado, sean rasguños en el tronco o sangre ennegrecida por el tiempo en las ramas. Encontrar un indicio de su búsqueda era lo esencial, tenía su chapa, eso le daba confianza de que había pasado por ahí en algún punto del tiempo pasado, evidentemente. Pero ahora, debía encontrarlo hasta que le faltará el aire y las ganas. Hasta morir de agotamiento.

Empezó a correr mirando los indicios, apretando la chapa cerca del pecho y con la esperanza de encontrarlo. Sin poder ver a más allá, pues la oscuridad comentaba a obstaculizar su vista, ósea, anochecía poco a poco y las ramas, sombras, etc... No, no, no... Necesitaba encontrarlo, seguramente no podría encontrar ese día a la mañana siguiente. Persistió en buscar, teniendo que ir encender la linterna del móvil para poder ver aunque sea sus pies y no chocar contra ningún árbol. Tragó saliva al verse totalmente encerrado en una negrura absoluta, la noche y el camino desvanecido en unos segundos tan rápidos que lo precipitaron a un ataque de ansiedad en el que encontrar a la sociedad o población, en ese momento, sería imposible para él. Ni siquiera veía luces por las que guiarse para llegar a su casa. No tuvo más remedio que tener que aguantarse y acoplarse a lo que tenía. Se estremeció por el viento frío que corría por su nuca como si alguien respirase a su espalda. Se giró atemorizado de poder encontrarse una bestia o un animal salvaje detrás de él, yo que sé, cualquier cosa rara que lo induciese a pensar que alguien lo vigilaba.

Por mucho que esto que a continuación iba a decir sonase estúpido, necesitaba sentirse seguro y poder afirmar si era humano o, por lo contrario, algo salvaje y tendría que salir corriendo por su vida.

- ¿Quién anda ahí?

Si, algo realmente estúpido cuando estás solo en el bosque y de noche.

- Detrás de ti...

Una voz ajena de sus pensamientos, recuerdos o memorias sonó con gravedad y seriedad detrás de él. Se giró como una fecha chocando con un árbol a su espalda, auto-atrapándose en el acto de ver a la presencia semi humana que a su espalda se encontraba por alguna extraña razón, neutral.

Era aparentemente un hombre de su edad... Quizás algunos años menos, no sabría si especificar como de su edad exactamente. Serio, sin vida en su expresión y mirada. Castaño oscuro oculto en una gorra de trabajo formal que a saber de dónde sacó, que se amoldaba a su rostro con facilidad y simpleza. Ojos azules como el cielo y sorprendentemente brillantes. Una camiseta azul sin mangas, de tirantes, una musculada de toda la vida, tenue mezclada con gris de la que resaltaba una especie de gema en el pecho, por dentro, no podría decir si era una gema. Pero lo que realmente lo dejó mudo fue de cintura para abajo, sus piernas. No eran piernas. Era una cola de serpiente de unos tres o cuatro metros, escamas azules con un degradado verdoso y marrón, para fundirse con la tierra o un lago, o algo así. Podría esconderse con facilidad en ese entorno, pero no en los árboles ciertas escamas eran marrones solamente.

- ¿Quién eres tú? ¿Y qué haces con esa chapa? ¿Dónde la encontraste?- interrogó con voz ruda y mirada amenazante para conseguir respuestas sin que opusiera resistencia a sus palabras, con otras palabras o preguntas.

- Me llamo Scott Thompson. Esta chapa no es mía, es de mi antigua pareja, lo estoy buscando desesperadamente. La encontré en el suelo tirada- dijo obedientemente a las tres preguntas del otro, quién lo escuchaba en silencio y prestando atención al azabache.

- Scott...- repitió con suma lentitud.- ¿Te suena?- miró alrededor mirando a un punto específico de las hojas... ¿Acaso... Había alguien más ahí? ¿O ese hombre era esquizofrénico? No, debía haber alguien más ahí, las Nagas como él tenían los sentidos mil veces más desarrollados que los humanos. Eran, básicamente, humanos que podía hacer todo lo que las serpientes hacían.

- Debería, es la chapa de mi hermano, y él siempre me lo cuenta todo- dijo otra voz de hombre, más suave, más aniñada, educada, sutil.

De entre las ramas, otro muchacho de menor tamaño y complexión, pero se notaba fuerte a pesar del pequeño cuerpo se deslizó a vista del azabache. Este se apoyó en los hombros de la otra Naga. Este muchacho también era una; castaño, más claro; ojos grandes y de un puro color verde esmeralda que emanaba esperanza y felicidad; este chico tenía una camiseta, también de tirantes como el otro, pero ancho, y de color azul más claro y puro, sin combinarse con gris, simplemente azul, con un chaleco verdoso con detalles oscuros, pero igualmente tonos verdes. Así como sus escamas verdes con detalles a hojas, y partes marrones que le hacían camuflarse entre las hojas, tal y como acababa de ver, igual que era de noche y casi no podía ver al otro, pero una vez se acostumbró a la luz de la luna y la noche, los pudo ver. Los ojos de ambos brillaban en la oscuridad. El pequeño, enrredandose en el cuerpo del otro, se quedó abrazado a su espalda alzándose por encima de su cabeza apoyado en la misma.

- mi nombre es Jeremy... Teóricamente, debería sonarme tu nombre, Scott... Tú inicial está en esa chapa- eso último no era una pregunta, era una afirmación.

Jeremy...

No le sonaba para nada el nombre, quizás él nunca había mencionado su existencia ante ese chico. ¿Mejor amigo? ¿Hermano? Eso último no era posible, no se parecían, ¿no? A no ser que cambiara mucho para parecerse a lo que él mismo conocía, pero eso era relativamente imposible, puesto que tenía las ideas claras hacia el morado, no marrón o verde. Además de que él era una Naga morada, y ese chico verde...

¿Tenía algo que ver?

- Vincent te habría hablado de él, si lo amase...- ¡Eso es! Ese era su nombre...- si es que lo amaba...

Eso le resultó insultante, pero tan sólo logró objetar y opinar:

- nos conocimos cuando éramos más jóvenes- afirmó pensativo ahora viendo el rostro completo, sin ser borroso, un recuerdo perfecto de su figura aniñada, la figura que recordaba de él, la única que había visto.- niños, quizás...

- con razón...- miró a otro lado con mirada insignificante, apoyó las manos y el peso en el cuerpo fornido del desconocido para Scott y aparente razón de confianza para el menor.- ni siquiera era una cría cuando eso pasó... ¿Seguro que era tu pareja o algo?- la mirada verdosa lo penetró con fugacidad y sin piedad. Estaban hablando de un humano, una sería amenaza a su propia especie, no podían fiarse de los cabos sueltos, el asta del barco podría caerseles encima por su culpa.

- no pusimos nuestras iniciales aquí por nada- dijo con nostalgia admirando la chapa sin darse cuenta de que estaba hablando tan normal con dos desconocidos, Nagas, perdido en mitad del bosque y además... De noche. Debía estar perdiendo la poca cordura que le quedaba tras su incansable búsqueda al parecer.

- Jere~ déjalo, mañana lo hablaremos...- habló el de ojos azules acariciando las escamas del menor con delicadeza, las escamas que se encontraban alrededor de su cintura, sugeto con firmeza y quizás algo de inseguridad por las palabras del humano, era su hermano el tema, no quería verlo muerto, y no sabía lo que había estado haciendo con él, ni donde podría estar ahora...- Tú.. Scott... ¿Estás perdido intuyo, no? Estás muy lejos de la civilización...- el azabache solo asintió con un sonido sordo de afirmación- acompáñanos- la mirada de incredulidad del menor sobre el mayor hizo que lo relajara con una sonrisa confiada.- No pasará nada si no se queda para siempre, una noche no mata a nadie...

- se van a negar...- apartó la mirada enrredando la parte final de la cola de serpiente en el brazo del otro, para que lo cargase al completo, aunque también podría arrastrarse solo, pero esa frialdad que tenían en su piel, era contradictoriamente cálida cuando se abrazaban o acurrucaban y no estaba tan mal abrazarse a alguien a quien te prohíben acercarte cuando están niños o público presente.

No contestó. Solo empezó su camino entre los árboles con plena seguridad, guiando al humano que a su espalda corría y palpaba los troncos para no tropezarse o chocarse con ninguno hasta perderse en lo más profundo de ese negro abismo sin luz, más la de la luna sobre sus cabezas, oculta por la maleza y las hojas, y llegar a un árbol diferente a los demás. Más ancho, gordo y fuerte, un árbol antiguo que vivía sin miedo y con fuerza, emergiendo con un tronco fornido y sosteniéndose con una actitud totalmente rígida al viento, corteza dura y sana, savia brillante y cálida con un color ámbar peculiar, brillaba con el destello de la luna en las pocas zonas que lo bañaba, y de ahí, en un punto indeterminado, se deslizaban unas ramas en forma de casa en el árbol de madera, dividida en varias mini habitaciones. Totalmente segura a las criaturas del suelo y ... Sobre todo... A los humanos.

Ahora. A trepar.

No había más remedio que eso, que escalar las fuertes ramas guiado por las dos Nagas, quienes con seguridad y confianza se colgaban y deslizaban por las ramas como auténticos profesionales en el oficio, como serpientes que eran, estaban en su auténtico apogeo.

Ayudándolo en los momentos difíciles hasta que una tenue luz a lo lejos y poco a poco, alcanzarla con su mano como un objetivo voraz para su mente, la luz era la salvación cuando estabas sumido en una oscuridad profunda y sin final. Pero no era del todo seguro aquello que se encontraba dentro de la casa, esperando impacientes la llegada de las dos Nagas que desde la mañana habían desaparecido y no habían dado señales de vida, ni si quiera un mísero gorgoteo para alertar de que estaban vivos. Ahora, el horror y el pánico que tuvo Scott al alcanzar la cima y ver que ese lugar habían más Nagas que amenazaron su vida con solo parpadear, fue épico. Quizás sus pensamientos de lanzarse por la barandilla del porche en el que se encontraba no era tan mala idea, no?

¿Quizás un poco dramática y exagerada?

¿Un punto mínimo entre la cordura y la locura?

De todas maneras, tirarse sería estúpido, ¿Que prefería? ¿Morir por Nagas o morir por caída y ser comido por animales salvajes? La respuesta, al menos para mí, es obvia.

- ¡Mike! ¡Jeremy! ¿¡Estáis mal de la cabeza!? ¿¡Como se os ocurre traer un humano al refugio!?- gritó un fibrado chico de alas de marfil, una gárgola grisácea, parece que el mito de las Nagas no era el único que acababa de desenmascarar, quizás no solo eran las gárgolas el mito, quizás hubiese más criaturas, pero, ¿Como podría explicar eso al mundo sin ser tomado por loco? ¿No había necesidad acaso? ¿Mantenerlo en el olvido? En el fondo de su mente.

Allí perdurará para siempre.

- Fritz, cálmate, simplemente, cálmate, nos está ayudando a encontrar a Vincent...- se quedó callado de inmediato y miró al delgado muchacho de cabello negro.

Scott lo examinó con la mirada. Cabello anaranjado de nacimiento, un coló intenso por ser la criatura que era, patillas, cuernos diminutos y cuerpo acomplejado, ósea, rellenito, quizás por raza o... Criatura y después, dos alas de marfil blanco agrietado a su espalda, aparentemente rígidas sin posibilidad de movimiento, además de que no le inspiraba confianza aquellas grietas en sus alas, quizás... La razón... Alguna pelea que lo dejó incapacitado para el vuelo, nunca podría saberlo.

- ¿Quien dice que viene por eso?- se defendió con voz áspera.

Scott alzó la chapa subcapa, de decir nada y se la acercó para que viera las dos letras grabadas en ella.

- Mi nombre es Scott Thompson...- musitó con voz de hilo haciendo hilar los cabos del significado de la mítica "S" en la famosa chapa de Vincent Johnson Fitzgerald... La cual era inseparable a su vida, ahora entendía la razón.

- santa madre naturaleza... Eres lo más importante para Vincent después de su gema...- ¿Su gema? La gema del pecho que tenía Jeremy y el otro el cual no había pillado su nombre por el gobierno del de pelo naranja.- esto si es importante, ¿Como narices pretendéis seguir el legado?- miró a Jeremy quién solo se encogió de hombros sin razón aparente a dar una respuesta.- ¿Me estás diciendo que vais a dejar que los Johnson, los Fitzgerald y Los Schmidt mueran?- ahora sí había perdido toda razón de entendimiento, ¿A qué se refería con dejar morir a esos nombres?

- Nos queda mi hermana...- dijo con obviedad.

- ¡Igualmente los Schmidt van a morir!- dramatizó aquella gárgola repiqueteando con sus garras contra la madera de forma graciosa y sutil.

- mi hermana y su prima están juntas...- respondió sin importancia alguna el de ojos azules, "Schmidt" ese debía ser su apellido, uno aparentemente alemán, quizás no lo sea.

- ¿¡Que tipo de relaciones de incesto estáis haciendo vosotros!?- bramó con resignación ante las palabras indiferentes de Mike, no parecía darle importancia a nada. El alto se encogió de hombros sin daré importancia a ese asunto.

- Deberías preocuparte más por ti... Eres tú el que está haciendo Incesto con tu hermana sin que ningún miembro del refugio lo sepa...- ¿¡Incesto con su hermana!? ¿¡Que coño!?

- no te metas en mis asuntos! Es mi hermana y la quiero como tal!

- ¿Sabes que puedo justificar eso ante los grandes del refugio, no?- murmuró con malicia el de ojos azules.

- esos es chantaje!

- pues permite que se quede esta noche y no diremos nada...- la gárgola gruñó con rabia y se perdió por la puerta entre la risilla burlona del mayor y la avergonzada del menor. Suspiró profundamente para calmarse y después, con su mueca de muerte encima, miró al humano- ni se te ocurra hablar de esto con nadie, ni con los tuyos propios....- asintió apelando al entendimiento.

Y entraron.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Razones descriptivas sobraban para decir que aquella casa era un auténtico refugio, pues no solo Nagas se hallaban allí, sino gárgolas, tritones de tierra, neko maltratados o heridos e incluso eras capaz de encontrarse diferentes tipos de duendes, desde aquellos que eran capaces de hacerse pequeños, hasta los que eran capaces de usar pociones mágicas para defenderse.

Pero en algo se pusieron de acuerdo y vigilar al humano con sumo cuidado determinando los peligrosos movimientos que podía hacer en cualquier momento, podría hacerles daño si no se andaban con cuidado, después de todo, los estereotipos y sus fuentes gravadas dictaban que todo humano era peligroso para su seguridad y su vida.

Pero eso no era razón de intimidación para Scott, al contrario, le recordaban a sus compañeros de instituto, bachillerato y universidad, siempre malas miradas que lo intimidaron, pero nunca más, así que, con la cabeza bien alta anduvo tras las dos Nagas hacia la, supuesta "habitación" en la que dormitaban o descansaban. Tenía entendido que las Nagas no podían dormir, no iba a pasarse de la raya preguntando tal estupidez, no?

Pero lo hizo cuando no hubo público delante. Ganándose una mirada seca del mayor.

- no, no dormimos...- respondió con simpleza- no es algo que necesitemos hacer, como los vampiros, los cuales, aclaro, no existen...- gruñó ante la obviedad en la cara de Scott al pensar en eso.- ahora simplemente, no hagas nada que nos haga tener que huir, no quisiera tener que encargarme de hacerte perder la vida...- musitó eso último con un tono de culpabilidad z pero él era así, no era capaz de dañar a una liebre, menos a un humano inocente.

Minutos después, Scott se había acostumbrado bastante a la presencia de Fritz revoloteando por su alrededor en constante vigilancia de sus acciones, así como las figuras de Mike y Jeremy en la hamaca hallada a su espalda. La hermana de la gárgola, ambos parecían gemelos, quizás, lo eran. No había razón para pensar mal de su relación. Y después la hermana y la prima de las Nagas, ambas hembras.

¿Las Nagas no distinguían los géneros? ¿O les era indiferente?

- Fritz...- este, oculto debajo de la cama, en constante vigilancia se sintió sorprendido de ser nombrado cuando supuestamente estaba escondido. Salió y se acercó con curiosidad y teniendo cuidado de sus acciones, como siempre- ¿Como funciona exactamente el amor entre las Nagas? ¿Les es indiferente el género? ¿O no distinguen los mismos?

El de rizos naranjas se lo quedó mirando pensativo, después entendió la razón.

- ¿Los humanos le dais importacia a esas cosas tan normales?- musitó con incredulidad en su voz. Scott suspiró.

- quisiera pensar que no es así, pero, para tristeza de gran parte de nosotros, si lo es... Te juzgan por la persona con la estás, claro, si no es un hombre y una mujer...- habló dolido por esa trágica verdad. Ojalá nada fuese así, pero lo era, para su íntima desgracia, lo era.

- sois realmente estúpidos... Dos géneros iguales no pueden estar juntos dices... ¿Dónde se ha visto eso? ¿Porque critican eso? ¿Tan estúpidos podéis llegar a ser que dañais algo normal?

- yo no lo hago...

- ya sé que tú no, pero ¿Quién dice que los otros tampoco?- apeló a la confusión de Scott y nubló sus sentimientos de sentirse bien, para borrar la curiosidad y hacerla añicos sin piedad- no pareces tan mal chico como me lo planteé en un principio... Tienes orgullo...

- gracias...- musitó incómodo.

- y no, no es que no identifiquen los géneros, es que lo que a ellos les importa, es esto...- señaló su pecho, el de Scott, este se palpó el pecho- su gema, su corazón... Una piedra tan dura en algunos y tan frágil en otros... Ellos ven el amor y sentimiento en la gema del otro, en los ojos del hablante, ellos, quizás, solo sean Nagas, pero son más listos y astutos de lo que parecen... Ven tus sentimientos a través de esa gema... Y rechazan a los tonos que no los identifican...- explicó con una ardua expresión de felicidad y nostalgia- Vincent... Debiste hacerle algo para que viera ese color o sentimiento en ti... ¿Que hiciste para ganarte su confianza? Me tiene intrigado el saber cómo un humano hizo que una Naga llegara tan perdidamente enamorado al refugio...

- solo, solo fui yo... Lo ayudé... Estaba solo y, me acerqué sin miedo... Con dulces palabras le extendí la mano y le presenté, sin darle razón de importancia a que él no fuese humano como yo... Y, no quererme alejar cuando me llamaron para marcharme a la ciudad... Me escapaba con constancia de mi hogar, entablando nuestra amistad y... Grabando nuestras iniciales aquí, un regalo que hice antes de... No saber si volvería al bosque...

Fritz perdió una sonrisa en el suelo, riendo por imaginar tales escenas en su mente.

- con razón... Él nunca dejó de esperarte... Pero un día, tan sonriente por la mañana, sin perder la esperanza de volver a ver a su "S", y solo desapareció... Pensamos que alguna criatura lo mató, un humano lo capturó o solo ... Se suicidó, pero nunca encontramos pistas que nos lo dijera... Hasta que llegaste y empezaste a rastrear el bosque... Así que, yo, te eché la culpa de su desaparición ... Y ahora tu, me cuentas estos y me siento un mísero mentiroso cerrado de mente...

- todos tienes motivos... Soy un peligro para vosotros... Lo entiendo...

- No tienes porqué serlo...- lo miró serio, el otro se sorprendió de ello- prometo conocer a la persona antes de juzgarla, empezando por ti, aquí, y ahora...- se llevó una mano al pecho como muestra de juramento. Scott alzó una sonrisa tímida.- no te considero un enemigo ahora... Confiaré en tu palabra...- dijo con solemnidad...

- agradezco el perdón... Gracias por confiar en mí, Fritz...

- gracias por enseñarme que puedo confiar en los humanos... Scott...

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Sin razones de entendimiento ni lógica, se postraba la gárgola con su pecho inflado y su belleza marcada, solemne y despidiendo la figura del humano que se alejaba por el llano terreno, siendo acompañado por sus nuevos amigos, en busca del perdido amor, hermano y familiar que a todos preocupaba y a todos angustiaba. Marcó como fuerza de suerte en su pecho y hacer la acción, se santiguó para desear un futuro con virtudes, un futuro prospero. Lanzando un beso al firmamento al finalizar su mudo rezo y despedir a los que por el bosque se alejaban. Volviendo a dentro con recelo de sentirse humillado por pensar que los humanos no merecían su respeto. Por pensar con felicidad y prosperidad que ahora, por sus alagos y palabras intercambiadas con aquel ser, tenía un amigo con la raza prohibida, la raza peligrosa, la humana. Aquella raza que todos aconsejaban no acercarse, y ver de antemano que no todos estaban en el mismo saco.

- Fátima... Hermana... Ruego tu perdón por hacerte esperar- musitó con vergüenza profunda al ver a la gárgola en la hamaca sentada esperando impaciente su llegada, con la vista marcada en la inexistente puerta por lo que parecían horas.

- no te preocupes hermano... No espere mucho tu llegada, pero algo me inquieta... Algo no saldrá bien con ese humano, algo me aterra... Lo noto en la punta de mis alas talladas en el más digno cuarzo...

- no digas eso... Todo irá bien...- besó sus labios sin pudor- todo estará bien, contigo, conmigo, y con ellos.

- Confío en ti, hermano querido...- y con esas palabras otro beso comenzó sin vergüenza a ser criticados ya que, ellos se escondían, en la sombra del mundo, rompiendo la única regla del mudo que allí estaba marcada, entre ellos dos, entre todos ellos, entre todas las criaturas de ese bosque, amor entre hermanos de diferentes especies...

Por mucho que ambos fueran gárgolas, que lo eran, uno era de marfil y la otra cuarzo y esa, era la única regla... que habían roto.

Pero  demos respeto e intimidad a los amantes de lo prohibido, lo auténtico aún no ha llegado, sé que en el fondo de sus almas, existe la esperanza de la poca posibilidad de conseguir hallarlo, pero, tras todas estas palabras, ¿Creen ustedes que lo conseguirá? Creían mal si era una obvia respuesta positiva, pero no quiero decir que estoy confirmando nada, quiero que ustedes lo vean solos, quiero que ustedes sepan la vedad y nada mas que la verdad, que, obviamente, para eso estoy aquí, supongo...

- ¿Que significa la heterosexualidad?- no es que fuese una palabra conocida para ellos, la verdad... No existían términos que los dividían, solo aquellos que pecaban con otras especies, sean o no hermanos, pero no quiero entrar en detalles.

- Heterosexual, es la persona que ama a otra del sexo opuesto... no quiero decir que sean los únicos y los importantes, no, solo.... es lo más común... ya se lo dije...

- ¿Lo común? ¿Porque os dividís?

- Es... realmente complicado de explicar...

- Tenemos tiempo...

- Yo no diría eso realmente...- suspiró incomodo de la situación, pero simplemente no quería explicar porque la sociedad se dividía cuando eras hetero a cuando eras homosexual. No quería que ellos se sintieran ofendidos por lo mal clasificados que estaba, o por la mente cerrada de algunos humanos...

- Tiene que haber alguna razón...

- La hay, pero es una larga y aburrida historia que podría contaros otro día cuando encontremos a Vincent...- palabra que al pronunciar hizo que tuviera una cosquilleo en la lengua, algo bonito, sentía bienestar al decirla, le gustaba recordar su voz, imaginarla más adulta de lo que ya era en su infancia y poder fantasear con su encuentro.

Las dos Nagas lo miraron con los ojos en blanco, ósea, con una pizca de sarcasmo. Querían entender el comportamiento humano, pero ese ser era más insistente de lo que esperaban. No les tenía miedo en absoluto. Eso era algo interesante.

- ¿Que planeas hacer si no te reconoce?- musitó Mike en tono de broma.

- lo hará...- devolvió Scott con una sonrisa de oreja a oreja- lo hará...- repitió.

- Tienes fuertes esperanzas... espero que no te decepciones a ti mismo por eso.- murmuró el de ojos verdes adelantándose a los otros dos por las ramas y los troncos.

Y si se lo preguntan... ¿Bajaron ya del árbol? Evidentemente. Ya estaban abajo y buscando lejos del árbol "madre del bosque". Acercándose cada vez más a ese destino fatal del que todos estamos enterados de forma individual. Todos sabemos cuál sería el destino desde un mísero principio, pero nos negamos a aceptarlo hasta que pasa y es entonces cuando nos destroza el alma saberlo y leerlo. Todos estamos enterados de algo, como un fichero al de un anime, o, que sé yo, el final de Asessination Classroom, todos estamos enterados del final solo con el título, pero igualmente, cuando llega el momento de ver esa escena acaba siendo el doble de dolorosa de lo que tú, o cualquier persona espera.

Y no es porque este haciendo Spoiler, porque no me lo he visto, pero quise poner ese ejemplo para que entiendan el paralelismo o la metáfora que intento regalarles, es una bomba de relojería y. . . Espero os guste ver el resultado de tantas palabras para dar a concebir este hermoso momento en el que las lágrimas son desbordadas y el dolor florece en el pecho en forma de quemazón profunda y sin solución.

Todos sabemos el final sin haber visto el final, pero al ver dicho final es cuando más no duele haberlo visto.

- No creo en los milagros, pero esto es uno de ellos...

- pensar que hallarlo era como buscar y encontrar una aguja en un pajar...

...

- volver a verte para mí e. . . Vincent?

Finalizamos la obra con un final trágico al más puro estilo Shakespeare, en donde nos damos cuenta de que los esfuerzo de años de búsqueda se fueron al traste más rápido que un hielo en una carrera del desierto un día de verano... Cuestión de instantánea. Tocar su hombro para volverlo y abrazarlo y retroceder al verlo precipitarse contra el suelo al ver el enorme boquete que una bestia de mayor tamaño hizo en él y, sin darse cuenta el shock y las alegrías abrumaron el sentido del humano, cegandolo en sentimientos oscuros y llenos de rabia por la puerta de una persona que no vio desde la infancia y que, sin saber que la regeneración era veloz, se lanzó como Julieta hacia su muerte, esperando a su destino y, una vez se dio por vencido, que su Romeo se suicidara a su lado como pérdida de consciencia y sangre, sin su amado no era nada.

A pesar de la ruda distancia que los había separado y juntado como dos gotas de agua del mar, vapor, nubes, condensación, lluvia, rio y mar de nuevo... Pero siendo un mar de sangre el que salía de su garganta por el cruel gorgoteo del aire al intentar entrar sin éxito pues.... Ya no tenía la vida que necesitaba...

Pues... Ya no había nadie que amase y que pudiese estar con él...

Nunca más...

______________________________________

GOMEN a quien esté llorando :"(

Aquí os doy pañuelos y abrazos virtuales ------------>

Jeje...

Lo siento por hacer un final así, pero ya lo tenía planeado incluso antes de escribir la primera palabra de este largo one-short xdxd

Jejeje

En fin, espero que de todas maneras os haya gustado y nos vemos en un próximo one-short o capitulo de historia

Bye~

By Ecchisforlife

[5028 Palabras]

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top