Capítulo 4
Todas las miradas se fijaban en la figura del hermoso omega rubio sosteniendo unas bolsas de compras, sus manos se hallaban ocupadas con bolsas llenas de ropa y zapatos, todas extremadamente costosas. Los cuatro guardaespaldas que le seguían vieron las manos llenas del omega y se ofrecieron a llevar todo, Jisung no se negó y simplemente le entregó todas las bolsas a los hombres.
Estos guardaespaldas se habían unido a su viaje de compras justo después de salir de la mansión, su padre siempre les dejaba cerca de la entrada y cuando él salía esos cuatro tipos irían detrás para asistirle y protegerle.
Jisung miró tienda por tienda ignorando las indiscretas miradas de los transeúntes, algunas personas simplemente tenían curiosidad de aquel joven y guapo omega con bolsas de marcas de ropa tan costosas, otros se veían atraídos por su belleza, y la otra gran mayoría lo reconocían de las revistas de moda o el reciente encabezado de la noticia de él y Lee Minho, el hijo bastardo de los Lee.
Una adolescente omega se acercó al rubio con una libreta y un lapicero en mano, ella lucía emocionada, en cuanto intentó acercarse los guardaespaldas intentaron alejarla, pero el omega les hizo una seña de que la dejaran acercarse a él.
— ¿Eres Han Jisung, verdad? — La joven no esperó a que el chico respondiera —. ¡Soy tu fan! ¿Puedes darme tu autógrafo? — Jisung asintió con una sonrisa suave muy profesional.
El joven omega rubio tomó el lapicero de la mano de la chica, la chica lucía emocionada, Jisung la miró con duda, deseando saber su nombre para firmarlo en la libreta, ella no entendió hasta pasar un par de segundos que con una mirada emocionada habló.
— Mi nombre es Yuqi. — El rubio asintió y firmó la libreta, dejando también un mensaje a nombre de la chica. La joven omega dio un par de brinquitos llenos de felicidad y emoción al ver la libreta firmada por su modelo favorito —. ¡Gracias! — dijo ella, antes de irse realizó varias reverencias profundas, se despidió con una sonrisa.
Jisung suspiró cansado y eliminó esa sonrisa profesional que siempre le parecía tan irritante, hizo una seña a sus guardaespaldas y estos lo siguieron hasta una tienda de ropa lujosa.
Al ingresar los trabajadores enseguida lo notaron y realizaron una profunda reverencia, todos saludando en alto al nuevo cliente.
Una sonrisa afloró en los labios del omega, sus pasos se volvieron más pausados mientras miraba la ropa que llamara su atención, una de las trabajadoras se acercó a él con la intención de ayudarle en lo que necesitara, algunas veces la mujer daba consejos de moda bastante útiles.
El rubio solo elegía la ropa que le gustará, si prestó atención a lo dicho por la mujer, pero la mayoría de datos eran cosas que ya sabía gracias a trabajar en el mundo de la moda, aun así agradeció a la mujer con una sonrisa angelical.
Al terminar de elegir las prendas de su agrado, el omega se acercó a una de las cajas de la tienda, allí lo atendía un chico que parecía ser un beta. Jisung le dio sus prendas y notó como el chico no le quitaba el ojo de encima, el omega le dio una sonrisa coqueta mientras le entregaba la tarjeta de su padre para pagar la ropa.
Jisung amaba gastar el dinero de su padre, algunas veces lo hacía cuando se peleaba con él, intentaba desquitarse bajando sus miles de millones a simples millones.
El beta se sonrojó al ver su sonrisa llena de segundas intenciones, su mano tembló al tomar la tarjeta, pronto pasó la tarjeta negra y el pago se realizó exitosamente. El chico empacó la ropa del omega en una bolsa elegante blanca con el logo de la tienda en el centro y se la entregó a Jisung.
— Gracias, guapo. — dijo con coquetería el rubio, le guiñó un ojo al beta y se fue junto a los dos guardaespaldas.
Cuando salió de la tienda, el omega emitió una risita al ver una nota dada junto a su tarjeta negra, vio rápidamente que era el número del chico junto a su nombre y apellido. Tarareo el nombre del joven con un tono divertido, orgulloso de su hazaña.
— Lee Keonhee~ — No pudo evitar emitir otra risa completamente encantadora —. Muy lindo. — murmuró mientras caminaba hacia el auto, en el camino vio un bote de basura, con una sonrisa angelical, digna de su hermosa apariencia, botó el papel allí —. Pero, no tanto como Lee Minho. — finalizó con simpleza y una risita.
Ni siquiera el se había dado cuenta de sus propias palabras halagadoras hacia el alfa dominante Lee.
El omega rubio se subió en la parte trasera del auto mientras tres guardaespaldas le acompañaban, el otro se fue en un auto gris discreto que era dado por el señor Han para proteger a su hijo de manera eficiente, las cinco personas pusieron rumbo hacia la mansión de los Han.
El omega bajo del auto mientras emitía un bostezo, de sus ojos brotaron lágrimas fisiológicas a causa del bostezo, se despidió de sus guardaespaldas que se encontraban guardando sus compras mientras él caminaba hacia el salón de su hogar donde supo, se encontraba su padre junto a su hermano BangChan.
En cuanto ingresó, se encontró con la familiar vista de padre e hijo jugando ajedrez, su padre parecía pensar su siguiente movimiento mientras su hermano mayor sonreía orgulloso de su movimiento brillante.
Jisung sonrió, se acercó en silencio, tomó una de las piezas de su padre y la movió con una sonrisa en su carita. Su padre sonrió alegre ante tal inteligente movimiento mientras BangChan le miraba con tristeza, decepcionado de su terrible traición.
— Eso es trampa. — dijo triste, el alfa vestía un simple polo azul cielo junto con unos pantalones caqui grises, en sus pies podían verse unos deportivos color gris y blanco, su cabello se encontraba desordenado, dándole al chico peligris un aire desenfrenado. Su padre vestía un costoso traje verde oliva, su cabello ligeramente canoso se encontraba peinado hacia atrás.
— Solo estás celoso de mi victoria, yo no te eduque de esa manera, Han BangChan. — El joven alfa le dio a su padre y hermano menor una mirada totalmente indignada, puso una mano en el pecho de manera exagerada. Al pasar unos segundos los tres reventaron en sonoras carcajadas.
— ¿Cómo estás, hijo? Dale un abrazo a papá. — El hombre abrió sus brazos para recibir en ellos a su hijo menor, Jisung sonrió y le dio un abrazo a su amado padre, lo estrujó hasta que escuchó al alfa toser por la fuerza del abrazo del omega.
— A mí nunca me das abrazos, siempre lo supe, tienes favoritos. — El peligris volvió a hacer esa pose exagerada de decepción, incluso secó de sus ojos unas lágrimas inexistentes, el rubio solo puso los ojos en blanco y se sentó al lado de su hermano alfa en el sofá.
El salón en el que se encontraban era elegante, poseía un hermoso ventanal que daba una gran vista del resto de la casa, junto a estos se encontraban unas delgadas cortinas blancas que se encontraban abiertas, los tres hombres se encontraban sentados en unos exquisitos sofás color beige, ambos hermanos en el más grande y su padre en uno de los pequeños, en el centro de los sofás se hallaba una mesa donde se encontraba el juego de ajedrez junto a tres copas vacías y una botella de vino.
— No seas exagerado Chan. — dijo divertido el alfa mayor, BangChan cruzó los brazos indignado ante las palabras de su padre.
El señor Han Jungkook, dueño de múltiples empresas alrededor de Corea del Sur y el mundo entero, con casi sesenta años, es uno de los alfas más influyentes en el círculo de los negocios junto a la familia Lee, su esposa es la ex-actriz Minyoung, de la cual está profundamente enamorado y con quien lleva casado desde los veinte.
Desde joven Jungkook demostró poseer una gran capacidad de liderazgo y ganas de llevar la empresa de su familia a nuevas alturas, a los veintitrés heredó la empresa de su padre, la misma ha ido creciendo desde entonces hasta convertirse en la gran corporación que es hoy. Jisung no tenía claro a qué edad sus padres tuvieron a su primer hermano, BangChan, pero tenía claro que su hermano tenía ya casi treinta años.
— Y bien padre, ¿por qué nos llamaste aquí? Pensé que estabas ocupado con la empresa. — cuestionó el alfa peligris, Jisung miró a su progenitor con curiosidad, se preguntaba lo mismo.
El hombre suspiró, tomó la botella de vino, la abrió y vertió el líquido rojizo en una de las copas, tomó la misma y bebió un trago corto.
— Vamos a hacer negocios con Lee Minho. — Antes de que alguno de los hermanos hablara, Jungkook siguió dándoles la noticia. — Nos reuniremos en una semana en su empresa para hablar los términos.
— ¿Qué? — emitieron ambos hermanos con sorpresa, el omega no esperaba esta noticia, Chan lo miró un poco nervioso, aunque su hermanito lo negara, él seguía pensando que el rubio tenía problemas con Lee.
Jisung no emitió palabra, ambos alfas esperaron que hablara, ambos sabían de los rumores y querían ver la reacción del omega rubio. El menor cruzó las piernas mientras pensaba.
— No tengo ningún problema, en realidad no es de mi incumbencia si la empresa hace negocios con la suya, sé que nos conviene, no planeo tener problemas con él. — dijo firme, Chan casi emitió un suspiro.
El omega de Jisung aulló con deleite en su interior, sus ojos marrones brillaron morados por un segundo, se lamió los labios con deseo al pensar en esos deliciosos pectorales, aquel sedoso cabello azabache, aquellos ojos rojos que le miraban con lujuria y toda la actitud dura del alfa. Su orgullo había salido herido esa vez, finalmente iba a poder saciar su hambre de ese alfa.
Esta vez iba a tenerlo, cueste lo que cueste, incluso si debía seducirlo iba a hacerlo. Ese alfa iba a estar en su cama. Las ganas de probar su polla eran tan grandes, deseaba sentirse saciado y así dejar de pensar en ese hombre marcando su nuca.
Todos lo sabían, lo que él deseaba siempre lo obtenía, y Lee Minho no iba a ser la excepción a esa regla.
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