Fragmento: Él
Decicado a @xandy547 y @ItsasoAU
que lo pidieron como regalo de Navidad
Soberbia: Él (fragmento)
"Estuvimos en la misma clase durante seis años, pero jamás fuimos amigos; de hecho fueron pocas las veces que nos dirigimos la palabra. Yo nunca le hice caso y creo que él a mí tampoco. Solo era un compañero más que, pasado el tiempo, empezó a gustarle a las demás chicas de la clase. Aunque yo nunca supe por qué.
Su actitud era prepotente y engreída, pero a ellas no les importaba. Solo se fijaban en que tenía un rostro armonioso, piel morena, oscuros ojos rasgados, dientes perfectos, nariz respingona y cuerpo delgado. Puede que fuera atractivo sí, pero no era guapo.
Lo bueno es que, con el paso de los años, los adolescentes maduran y dejan de fijarse solo en el físico.
― "Cuando llegó, todas pensamos que estaba muy bueno*, pero cuando hablamos con él vimos que es gilipollas ¿Es así de imbécil desde siempre?".
Esa fue las primeras palabras que me dijeron de él cuando llegamos al instituto.
Habíamos crecido, cambiábamos. No obstante, cada uno lo hizo a su manera.
El instituto me costó amistades, peleas en el patio, años de acoso, repetir un curso y que mi madre se avergonzara de mí. Me abandoné. Cambié el "hazlo bien" por el "no lo hagas". Me perdí. La ansiedad por la comida me carcomía y al poco, los vaqueros ya no me cabían. Engordé. Los kilos consumieron todo mi amor propio. Y me refugié. Mis complejos se aferraron a malas amistades que me enseñaron nuevos vicios. Nada importaba mientras me acompañaran las risas drogadas, las noches ebrias y el aliento a marihuana.
Durante mis años negros apenas supe de él. Solo lo veía en las zonas V.I.P con sus amigos de siempre, y vi como seguía de discoteca en discoteca a pesar de lo que ocurrió con su padre. La empresa lo degradó de supervisor a barrendero y aquello fue el escándalo del año; un duro golpe a su status que debería haberle enseñado la humildad. Pero no lo hizo. Siguió de fiesta, con el cuello bien estirado negándole el saludo a aquellas personas que no consideraba a su altura.
No puedo negar, que sentí lástima por él.
Entonces llegó la universidad. De vez en cuando, surgían detalles de su vida entre las conversaciones banales que mantenía con antiguos compañeros. Así me enteré de que estudiaba ingeniería y sus padres le pagaban un año de estudios en el extranjero. Eso sí que me resultó curioso. Todo el mundo sabía que su familia apenas tenía dinero; de hecho, su padre tuvo suerte de que su empresa no lo denunciara. Al menos eso me dijeron pero, como siempre, deseché las habladurías. Su vida no me interesaba.
Poco después supe que un día irrumpió en el trabajo de mi madre. Llegó a su oficina exigiéndole ayuda con mala educación y, antes de irse, no le dio ni las gracias después de que lo ayudara sin pedir nada a cambio. Su actitud me sorprendió tan poco que apenas hice caso a la anécdota, bastante tenía yo con mis propios problemas.
Pues al contrario que él, yo me pasé la etapa universitaria con serias dificultades para llegar a final de mes. Esa escasez me obligó a solucionar mi ansiedad por las malas, es decir, a golpe de una inanición; cuya marcha atrajo otros fantasmas. Estos me acompañaron durante una etapa en la los combatí, siempre sola y en silencio.
Fue por ellos que adelgacé sin ejercicio y por los que mejoré durante mis años de universidad. Entre otras cosas, ya no llevaba brakets, me valía cualquier ropa, también me dejé crecer el pelo pero... todo eso no fue suficiente. Yo no me quería, de hecho, no sé si alguna vez lo hice.
Pero pasado el tiempo no solo vencí mis fantasmas, sino que los olvidé. Y a él también. Jamás hubiera imaginado que regresaría y mucho menos, que lo haría para mortificarme."
[N.A] Aclaración:
*1 Estaba muy bueno: proviene de la expresión "estar muy bueno/a" siempre refiriéndose a una persona. En España, es una de la millonada de expresiones coloquiales que tenemos para decir que alguien es muy guapo/a, es decir, muy agradable a la vista.
Este es sólo un fragmento, no es el relato entero.
Tengo ya varias versiones de "Soberbia: Él", pero ninguna acaba de convencerme. "Envidia: Ella" fue el primer relato que escribí sola y eso le otorgaba cierta sencillez, que es donde creo que radica su encanto, si es que lo tiene.
Lo que me ocurre es que, a medida que escribes más y más, el estilo va cambiando y me está costando mucho otorgarle a "Él" la sencillez de "Ella", no obstante creo que en una de las versiones casi lo estoy consiguiendo, así que la publicaré en breve.
Os desea una feliz navidad, una apacible lectura y un próspero año nuevo por adelantado:
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