9. Mal de ron
Habían llegado a puerto en los botes, Atsushi llevaba cadenas en los pies para evitarle correr y seguía encadenado de muñeca a Akutagawa. - ¿Por qué bajo yo también? – se quejó el albino
― Por qué a Akutagawa le encanta está isla – dijo Chuuya retador
― ¿si? – pregunto el albino mirando al azabache
― Tienen buen ron
― ¿ron? El ron no es bueno – se quejó el albino
― Calla príncipe – le ordeno el azabache en burla.
Dazai sonrió, quizá no era necesaria Gin, pero Atsushi mordió sus dedos y le volvió a mirar – el ron es una bebida alcoholizada que corrompe el alma del hombre y lo vuelve un desalmado – se quejó el albino. Akutagawa sonrió y tomo su quijada
― ¿en serio príncipe? Hablas con hombres sin almas
Atsushi lo mío molesto, movió su rostro para quitar el agarre del azabache. – Apuesto a que desearías un chocolate caliente de Odasaku – menciono Dazai
― Lo desearía por el simple hecho de que Sakunosuke-san es un gran hombre – dijo firme el albino
― Atsushi-kun a donde vamos no peudes hablar
― ¿Por qué no?
― Por qué sabrán que eres un príncipe y querrán llevarte para tomar la recompensa
― ¿y eso que? Sería mejor para mi
― No, porque si te llevan, Akutagawa ira de por medio, y un pirata no es bienvenido en otro barco pirata
― O le cortan la mano o lo matan – dijo Chuuya divertido
― Así que tu sabrás si hablar o no
Atsushi mordió su labio. Llegaron a tierra y eso era solo el principio. La cantina donde entraron era ruidosa, los hombres peleaban a puño, a sillas e incluso lanzando mujeres, era un desastre y el albino estaba asustado. Akutagawa avanzo como si nada y se sentó en una silla de madera recargado en la pared. Dazai y Chuuya se habían ido por otro lado. Atsushi aprovecho para pegarse a la pared, aunque el pirata lo miro no le importo, solo era un príncipe. Hasta Akutagawa llegaron dos señoritas con amplios vestidos – el perro de sorrow, ¿regresas por más compañía? – Atsushi volteo a verlos cuando la rubia hablo
― Me encantaría, pero primero disfrutaré del Ron
― Siempre es el ron primero
La chica se fue y el albino lo miro, pero el azabache no volteo a verle. Atsushi inflo los cachetes y miro a otro lado – pero que preciosa joya – escucharon ambos chicos. La mano de Atsushi fue tomada y esto puso en alerta a Akutagawa – tú no eres un pirata – dijo firme. Atsushi se quedó callado y quito su mano. Solo le volteo la cara – ulala – pronuncio encantado – tengo negocios que hacer pero no dudes que volveré por ti. Akutagawa lo vio irse, un hombre de traje y cabello blanco y largo. Chasqueo la lengua pero estarían bien mientras Atsushi no hablará.
― Yuju, perro de sorrow – la rubia se sentó en sus piernas. Sirvió el Ron y beso al pirata. Atsushi solo volteo la mirada. Quizá solo era un pirata.
Akutagawa había pasado toda la noche entre licor y besos de la rubia, Atsushi solo se había acostumbrado a sus profanos sonidos y sentado en el respaldo de la silla del pirata, no podía evitarlo, seguían atados. En algún momento la rubia había jalado la cadena pidiendo privacidad pero el pirata la amenazo quejándose de la importancia de su prisionero, Atsushi no sabía si sentirse orgulloso o un objeto por lo menos eso evito que tuviera que saber más allá de lo necesario de la compañía de la rubia.
Con el azabache ya bien borracho, la rubia estaba entre risas y risas sobre sus piernas. Atsushi estaba ya casi quedándose dormido, sus brazos en sus rodillas y su cabeza hundida lo hacía pasar desapercibido, se quedó dormido.
De un momento a otro, despertó poniéndose alerta. Todo se movía, iba en un bote y miro a sus acompañantes - ¿tu nombre? – pregunto aquel hombre que le había prometido volver. Atsushi se asustó y se fue al fondo del bote – discúlpame, debe ser duro. Estabas atado a un pirata de mala calaña, significa que eres prisionero. Mi nombre es Shibusawa Tatsuhiko, coleccionista – Atsushi no era tonto.
― Mi-Minami Atsushi
― Un nombre de mar, es hermoso Minami Atsushi-kun
― ¿qui-quien eres Shibusawa-san?
― ¿Quién soy? – repitió y sonrió – te lo dije, un coleccionista
Habían arribado al barco. Atsushi fue cortésmente llevado a la cabina del barco – bienvenido a Draconia - dijo alegre – te mostrare mis tesoros
― Se-señor Shibusawa ¿Qué quiere de mí? – pregunto el albino
― ¿no lo ves? – tomo su mano – eres hermoso
― ¿pe-perdón?
― Como un ángel de salvación, eso fue lo que dijo mi oráculo
― ¿qu-que?
― Que un chico albino atado a un verdugo sería mi ángel y salvador, ese eres tú Atsushi-kun
― Pe-pero yo...
― Por eso – tomo sus manos – quédate aquí... en draconia conmigo y sálvame del cruel destino
Atsushi trago saliva, estaba en un gran aprieto.
...
Dazai y Chuuya recorrían el bar por la mañana, encontraron a Akutagawa durmiendo encima de una pila de hombres, al parecer los había golpeado a todos – espero que Atsushi-kun no este debajo de todos ellos
― Akutagawa suele ser agresivo – menciono Chuuya – aquí lo conocen como el perro de sorrow o severo
― ¿Cómo el perro del dios Hades?
― Así es.
― Me gusta, me gusta – sonrió Dazai
Chuuya comenzó a mover los cuerpos de los heridos y otros muertos. Akutagawa cayo de entre algunos y miro a mal a ambos – oh son ustedes
― ¿y Atsushi-kun? ¿lo aplastaron?
― Claro que no, Jinko se quedó detrás de la silla toda la noche
― ¿detrás?
Chuuya miro, no había nada – Akutagawa, no hay nada
― Lo jalaré – dijo Dazai tomando la cadena.
Jalo y jalo has que las esposas aparecieron. Los tres piratas miraron sorprendidos - ¡ATSUSHI! – gritaron los tres
Iban por los alrededores de comercio de tabernas, debían encontrar al albino – como pudo soltarse, te dije que planeaba algo
― Jinko se quedó todo el tiempo, lo sé
― ¿Cómo lo sabes? – se quejó Chuuya
― Por qué se había dormido completamente
― ¿y qué hiciste para se fuera?
― Estaba bebiendo
― Genial, estúpido alcohólico
― Hooooola
― Cálmense – pidió Dazai – encontremos a Atsushi-kun pronto
― Si lo escuche, el coleccionador estuvo aquí
― Dicen que se llevó a una hermosa joven
― ¿Quién pudo ver? ¿Por qué no me llevo a mí?
― Por qué no eres hermosa
― Señoritas – expreso Dazai – ¿me contarían más?
― El coleccionador es un pirata de mala muerte
― Dicen que si te ve serás una joya sin valor
― Pero si captas su atención, serás parte de su colección de objetos
― ¿Cómo es? – pregunto Akutagawa
― Dicen que es de cabello blanco y largo
― De traje y formal, como todo un príncipe
― Es el – dijo Akutagawa – un hombre así se acercó antes
― Maldición
― Shibusawa Tatsuhiko – expreso Dazai llamando la atención de los otros dos – el nombre del coleccionador
― ¿lo conoces?
― Ese bastardo... - Dazai sonrió y miro hacia el mar – debe de ir rumbo Europa
― Vamos
― No tardemos, apresuren carguen el barco, zarpamos en 30 minutos
― ¡si!
...
Atsushi estaba sentado en una larga mesa blanca, el barco por dentro era blanco cosa que el albino no entendía. – disculpe... no sería de mi educación comer en estas circunstancias – menciono el albino
― Eres tan educado, dime ¿eres de la realeza?
― Fui el hijo de un antiguo caballero, serbia a la realeza y se me educo como si fuese un príncipe
― Eres una maravilla – Atsushi se sonrojo ante ello – discúlpame. Pediré un traje para ti, ¿te gustan las capaz?
― Pe-pero
― Te darán una capa
― Por aquí – le llamo un hombre de cabello rubio – le vestiré
― Regresa pronto, comeremos juntos
― S-si
― Y Atsushi-kun
― ¿si?
― Solo, vístete a tu estilo – dijo sonriente
― S-si
― Te lo encargo Francis
― Si capitán
Shibusawa miro por la ventana, por fin tenía a su salvador a su lado.
...
Ya que estaba escribiendo esté cap cuando me di cuenta que el anterior estaba listo (si, no soy muy lista) les traigo amor con esté segundo capítulo en esté día.
¿Alguien odiando a Akutagawa?
¿Preocupados por la virginidad de Atsushi?
No olviden que son piratas
Había olvidado avisarles que reactive mi cuenta en Facebook como Miu Shi.
Como muchos tuvieron miedo por si Wattpad cerraba mi cuenta o borro mis historias.
Poco a poco iré subiendolas como documentos en FaceBook.
También podrán platicar conmigo, responderé sus mensajes cada que les vea.
¡Gracias por leer!
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