5. Y lograremos juntos siempre estar

― Ya bajen – grito Dazai hacia la canasta de vigilancia. Atsushi se había asomado

― Dazai-san ¿siempre supo que estábamos aquí?

― Eso es obvio Atsushi-kun – dijo Dazai – bajen

Atsushi termino de bajar y de inmediato la tripulación acorralo a Akutagawa poniendo sus espadas a su cuello, Atsushi intervino de inmediato

― Dazai-san, Akutagawa me ha ayudado todo este tiempo – dijo el albino

― Atsushi-kun es el segundo al mando de Chuuya

― Pero me protegió – repitió Atsushi – por favor

― Debemos ir a casa – dijo Dazai

― ¿realmente iremos a casa? – pregunto el albino

― ¿Atsushi-kun?

― Siempre escucho detrás de las puertas, quiero que me cuentes la verdad, ahora – dijo el albino molesto

― Vaya, nunca le habían hablado así a mi capitán – dijo Hirotsu

― Está bien Hirotsu, Atsushi-kun sigue siendo mi responsabilidad – dijo el castaño mirando al pelinegro y sonrió de nuevo a Atsushi – tu padre me dijo que te enseñará así que Atsushi-kun hoy te enseñare

― ¿enseñarme?

― A ser un pirata – dijo el castaño haciendo a toda la tripulación gritar de alegría – llévense al polizonte a las celdas – ordeno Dazai haciendo que tomaran a Akutagawa

― Espera Dazai-san – dijo Atsushi evitando el agarre del azabache – Akutagawa no lo merece

― Atsushi-kun ven conmigo, te enseñaré cosas nuevas – dijo el castaño sin evitar el agarre del azabache

― Jinko, estaré bien, ve con Dazai-san – dijo el azabache

― Pero – reclamo el albino

― Ve – le interrumpió – confió en ti Jinko

― S-si – dijo el albino suspirando mientras se llevaban a Akutagawa

Mientras, Dazai y Atsushi se encerraron en el camarote, tenían mucho que hablar y mucho mar que recorrer

― Comencemos Atsushi-kun

― Dímelo todo Dazai-san

Dazai sonrió, se levantó y fue hacia Atsushi acorralándolo entre su cuerpo y la cama, no basto mucho para tumbarlo en la cama y ponerse encima mientras el albino tomaba un tono rojo en sus mejillas

― ¿Qué crees que soy Atsushi-kun? - pregunto

― Un pirata – respondió

― Además de eso

― ¿mi guardaespaldas?

― Va por allí

― ¿Qué eres Dazai-san?

― Soy tu cuidador Atsushi-kun – dijo levantándose – aquella vez que Ango te encontró ¿recuerdas ese día?

― ¿Mi padre? – el albino se sentó en la cama – no recuerdo bien

― Bueno, ese día hubo una gran guerra entre piratas

― Pero Dazai-san de ser así tu solo tenía unos 8 o 9 años

― Exacto – dijo sonriente – mi padre era un señor pirata, de los más grandes por cierto Atsushi-kun, yo estuve el día que Ango te atrapo

― ¿atraparme?

― Los piratas te hemos buscado por cientos de años, Atsushi-kun

― ¿Por qué a mí?

― Porque la pequeña riqueza de tu padre no se compara al libro

― ¿al libro? ¿Qué libro?

― Un libro que solo tú puedes encontrar

― Hemos leído muchos libros Dazai-san

― Si pero no ese tipo de libro – Atsushi lo miro fijo - ¿Por qué hasta ahora Dazai-san?

― Cuando OdaSaku me encontró Chuuya y yo habíamos peleado a muerte contra otros piratas, OdaSaku creía que era el único sobreviviente y me salvo, admito y acepto mi deuda con el por mi vida pero la gran sorpresa fue encontrarte, por eso me quede

― Todo este tiempo ¿fue una farsa?

― Oh, no, es divertido pasar tiempo contigo Atsushi-kun, por eso sé que me ayudarás a hallar el libro

― ¿y si no quiero?

― Bueno, Akutagawa morirá

― ¿Por qué habría de molestarme?

― Porque eres un buen niño que ha gustado de un pirata

― No me gusta

― Oh Atsushi-kun – dijo burlón el castaño – te he tratado por un año entero y enseñado, se bien que te gusta Akutagawa

El albino se cruzó de brazos, estaba molesto, así que Dazai se sentó y cruzo las piernas, miro fijo al albino y suspiro

― Siempre has imitado todo lo que hago Atsushi-kun

― ¿y eso que?

― ¿no quieres ser un pirata?

― ¿pirata?

― Tu instinto es estar en el mar, lo sabes – dijo Dazai – quédate conmigo, naveguemos y

― Pero... mi padre y Sakunosuke-san...

― Ango te tomo a la fuerza Atsushi-kun, tu perteneces al mar – dijo y suspiro – casi como Chuuya

― ¿el pelinaranja que intento matarme?

― Si, bueno Chuuya no es tan malo

― Lo tienes de prisionero

― Tenemos nuestras altas y bajas

― Dazai-san ¿Qué pasa en este barco?

― Sorrow... bueno, Sorrow es más que libertad... Sorrow... es océano

― ¿océano?

― Si, ya sabes, el océano lo es todo, el profundo, es oscuro, es claro, es grande, es libre, es fuerte, es loco y temerario, es paz, es guerra, es amor y es tragedia...

― Vaya Dazai-san, habla como todo un poeta

― No, hablo como un pirata que ha logrado volver al mar – suspiro

― Está bien Dazai-san, te ayudaré, pero quiero volver con mi padre

― Está bien, volverás con tu padre, Atsushi-kun – sonrió amplio el castaño

Atsushi se había quedado en la habitación, Dazai había salido de ella, hablaba con la tripulación y después fue a las celdas, donde obviamente haría algún trato, se dirigió por el pasillo de las celdas, llegando a la última y más escondida celda, a solas obviamente estaba Chuuya

― Bastardo en vendado ¿Qué quieres ahora? – decía Chuuya

― Oh Chuuya, pero si apenas vengo bajando

― ¿Qué quieres maldita sea?

― Quiero un lindo beso

― Jamás

― Un abrazo

― Púdrete

― Una caricia

― Que te acaricie tu puta madre

― Un libro

― Que te den por... - Chuuya lo miro sorprendido y fijo

― ¿tengo tu atención?

― Habla

― ¿Qué dirías si te digo que puedo encontrar el libro?

― Te diría que sueltes un poco tus vendas, te falta oxígeno al cerebro

― Vamos Chuuya, se cómo encontrarlo ¿no quieres tener ese cuerpo por siempre?

― Eso...

― Si no, sabes que no podremos tener sexo

― Bastardo solo piensas en eso

― No, de verdad me gustaría caminar contigo en la playa como cuando recién obtuviste ese cuerpo

― Osamu tu... - suspiro Chuuya mirándolo mientras Dazai tomaba los barrotes de la celda y miraba a su amado una vez más

― Chuuya... Yo haría lo que fuese por conservarte siempre a mi lado

― Te fuiste un año Dazai – dijo Chuuya frunciendo el ceño

― Si pero lo conseguí, puedo conseguir el libro

― Dazai... es peligroso

― Daría mi vida por ti Chuuya, vayamos por el libro, vamos por favor

― Osamu... - sonrió el pelinaranja – no has cambiado en nada maldito loco

― Jamás cambiaría mi querido Chuuya – sonrió el castaño – estaremos juntos siempre, así nos lleve a la muerte, seguiremos juntos

― Si mi maldito bastardo 



...

¿Teorías? Sí, ¿no?

No tendré capítulos hasta el proximo fin de semana, estaré trabajando en unos proyectos que podrían sorprenderlos, y trabajando en capítulos de las series que llevo

¡Gracias por leer!

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