2. Al timón de Sorrow

Chuuya suspiraba en su camarote, ver al castaño le había fastidiado enormemente pero ahora tendría el placer de matarle, se había quitado sus armas, su chaquetón largo y sombrero, sus botas habían botado y se había dejado caer en su cama, el silencio le invadió... inmediatamente se levantó viendo cara a cara a Dazai mientras el castaño portaba una de sus pistolas

― Siempre escapas

― Si lo sabes ¿Por qué me encierras? Con un perro ¿en serio? ¡Con un perro! – se quejó el castaño

― ¿Qué quieres Dazai? Si me matas la tripulación ira contra ti

― Lo sé, la mayoría sabe de mí, tienes muchos nuevos debo admitir

― He tenido bajas y altas

― Por lo menos te va bien

― Sí, no me quejo, lo de siempre

― Ahora Chuuya – dijo Dazai quitando el seguro de la pistola - ¿Dónde está Atsushi-kun?

― ¿Qué? ¿El chico es tu nuevo chico?

― Claro que no, Atsushi-kun es hijo del rey Ango

― Ja, a ti nunca te ha importado eso – sonrió Chuuya – seguramente es por quien cuida a tu jefe ¿me equivoco? Oda Sakunosuke o "OdaSaku" le llamas ¿me equivoco?

― Veo que investigaste mientras paseabas en el reino – dijo molesto el castaño apuntando al pelinaranja

― Osamu – sonrió Chuuya mientras tocaba el rostro del castaño - ¿has olvidado nuestras noches? ¿Acaso "OdaSaku" es mejor que yo?

― ¿celoso Chuuya?

― En absoluto – se giró buscando algo de vino – al chico lo vigila mi segundo al mando, lamentablemente Akutagawa hace lo que quiere cuando le doy este tipo de misiones, por lo que no sé dónde está hasta que me mande una carta o una señal – sirvió el vino y se sentó – mientras puedes quedarte si lo deseas, podrás bajar la próxima vez que toquemos puerto

― Estás bromeando, Sorrow no necesita de un puerto – suspiro Dazai – maldición prometí cuidar a ese niñito

― ¿vino?

― Por favor – pidió sentándose en aquel comedor

― Hum – bufo sonriente – no has cambiado en nada Dazai ¿Por qué nos traicionaste?

― Y tú sigues siendo tan idiota como siempre Chuuya – sonrió el castaño tomando el vino

― Sigues con eso – suspiro Chuuya - ¿y bien?

― Tengo una deuda con Oda – miro al pelinaranja – y una misión importante

― Ha pasado 1 año Dazai – dijo molesto el pelinaranja

― ¿me extrañaste tanto como para contarlo?

― Bastardo, imbécil, infeliz, desgraciado – decía Chuuya mientras se ponía frente al castaño

― ¿algo más? – sonrió Dazai

― No te dejaré caminar para mañana

― Que gran propuesta – respondió Dazai recibiendo un apasionado beso del capitán Chuuya

Por otro lado, Atsushi disfrutaba de la vista, el océano le daba una gran vista a la luna y estrellas, seguía encadenado pero ¿Qué podía hacer? Solo debía portarse bien y además, solo estaba con Akutagawa aunque el chico daba más miedo que nada

― Akutagawa

― ¿Qué quieres?

― ¿conoces las estrellas?

― No todas, solo las guías

― Oh – menciono el albino asombrado - vivir en el mar es asombroso – suspiro el albino

― Lo es

― ¿sabes nadar?

― Por supuesto

― ¿podemos nadar?

― ¿no estas asustado?

― Mi padre me advirtió tantas veces de piratas – suspiro el albino – pero tú no me has lastimado ni una sola vez y solo somos tú y yo ¿Qué no tienes mi edad?

― No soy un infante

― Tengo 18

― Y yo 20 – dijo molesto el pelinegro

― Son 2 años y ¿solo por eso dices no querer nadar?

― No quiero nadar contigo – suspiro el azabache – gracias a ti tendremos grandes riquezas, das fortuna

― Entonces vayan a china, allí hay fortuna – se quejó el albino – allí fue donde mi padre encontró la nuestra

― ¿china?

― Si, china, en los puentes de tigres

― Así que eres un Jinko

― No soy ningún Jinko – se quejó el albino

― Vamos Jinko, te alimentaré

― No me llames Jinko – grito molesto - ¡oye! ¿me escuchas? No soy ningún Jinko – decía mientras seguía al azabache

Akutagawa le había dado de comer al albino algunas frutas, sobre todo higos y plátanos, pero había algo que Atsushi quería

― No me molesta comerlos pero ¿no tienes mandarina?

― Claro que no, es un cítrico horroroso

― ¿no te gusta?

― No, come lo que hay

― Ok – suspiro al pelinegro – ¿no comerás?

― Se me ordeno tenerte con vida, sano y salvo, la comida es para ti

― Por eso estas tan delgado

― ¿perdón? – dijo molesto el azabache y de inmediato sintió como el albino metía un plátano en su boca

― Vamos, come conmigo – le sonrió

― ¿Por qué sonríes tanto Jinko? Estas con un pirata

― Lo sé, pero eso no cambia que somos personas

― ¿me consideras persona? ¿tienes idea de cuantos he matado con mi espada?

― Imagino que a muchos, pero sigues siendo persona – dijo el albino sonrojándose – una persona muy atractiva

― Jinko, ¿sabes las palabras que le dices a un pirata?

― Mi padre siempre dice que debo ser honesto – se justificó el albino

Akutagawa simplemente se levantó dejando al albino comiendo solo, no iba a poder disimularlo, entro a su camarote con el rostro completamente rojo mientras recuperaba su respiración

Por su parte, el rey había vuelto, los soldados habían avisado del secuestro de su hijo y de Dazai, Oda estaba preocupado pero debía quedarse a consolar al rey

― Ese torpe hijo mío, debe estar asustado – decía el rey Ango

― Probablemente el príncipe este jugando con los piratas o peor aun coqueteándoles

― Es muy torpe pero no creo que tanto - decía el rey mientras suspiraba - ¿Cuándo crees que regresen por botín?

― Según el código y la forma de actuar de muchos piratas, mandaran una carta para un encuentro en el mar

― Entiendo – suspiro el rey - ¿crees que Dazai este con él?

― No lo dudo – dijo – solo espero que no esté involucrado – pensó

A la mañana, Chuuya se levantó por los rayos de sol en su rostro, estaba con la vista adolorida, miro confundido alrededor, su tripulación seguía durmiendo, faltaban algunos y miro mejor, ¡estaba en la arena!

― ¡¡DAZAI!! – grito al verse en una isla desierta

― ¡CAPITÁN! – gritaron su tripulación al despertar

― ¿Qué hacemos en tierra?

― ¿Qué es esto?

― Fue el maldito de Dazai – se quejó Chuuya – voy a matarlo

― Capitán ¿Qué hacemos?

― Hagan una señal de humo, voy a mandar al averno a ese pedazo de venda

― ¡Si capitán!

Dazai había tomado el timón de Sorrow con ayuda de antiguos subordinados suyos que aún le rendían obediencia pues solo ellos conocían lo temible de sus límites, ahora su deber era encontrar a Atsushi y rogar porque Oda no supiera nada de lo ocurrido

No olvidaba la deuda que tenía con el pelirrojo y de no cumplirla, no podría regresar al mar que tanto ama pero eso ¿Cómo decírselo a los demás? Pues era claro, no había que decirlo

― Piratas – dijo para sí mismo mientras sonreía – como te extrañe Sorrow

― ¡Capitán! – hablo Hirotsu – conocemos la trayectoria de la pequeña embarcación de Akutagawa

― Perfecto – sonrió – como siempre eres el mejor, ahora – sonrió al horizonte - vamos por Atsushi-kun 



...

Esto se lo debieron de imaginar ¿no? ¿no?

Ahora que Dazai recupero todo como señor pirata, ¿para que quiere a Atsushi? ¿Riqueza? ¿Reconocimiento de Odasaku? ¿ninguna? ¿todas las anteriores?

 Espero que lo estén disfrutando 

¡Gracias por leer!

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