17. Cambio de blasfemias
― Rey... Encontramos vestigios de un navío, podrían ser ellos
― Están llevándolo al triangulo de las bermudas
― su objetivo era China así que esté cambio
― él recordó...
― señor
― por favor déjenos solos
La tripulación salió. El hombre se sentó en el escritorio y el pelirrojo tomo su hombro – Oda...
― Encontraremos a Atsushi...
― Nunca debí haber confiado en Dazai...
― Mi rey... Esto es culpa mía
― ¿Qué?
― Yo... Sabía que Dazai era un pirata
― ¿qu...e?
Ango puso contra el escritorio a Oda - ¿dejaste a un pirata estar cerca de Atsushi? Tú sabes bien lo que es Atsushi
― Solo... creí que el niño sería liberado
― ¿liberado? Estas demente
― Ango, lo sacaste de su santuario
― Si, por que los piratas lo usarían para cumplir sus deseos
― Veas como lo veas, Atsushi no es un príncipe
― Es un príncipe desde que se convirtió en mi hijo y seguirá siendo un príncipe hasta que muera
― Ese es el punto, él no puede morir
― Oda, tomaré esto como una traición
― Rey Ango... Jamás traicionaría tu corazón pero me temo que he traicionado tu corona
Ango chasqueo su lengua.
Mientras tanto en alta mar. Sigma dormía en el piso de los calabozos mientras Atsushi miraba por el pequeño hueco de Sorrow. – Jinko – le llamo el azabache – vamos, deja de no hablarme – Atsushi siguió ignorándolo - ¿Cuánto tiempo estarás así? – cuestiono el azabache. Suspiro cansado – Bien – expreso molesto. Tomo la cadena de Sigma y la separo del albino, ato a Sigma a los barrotes del calabozo sin despertarlo. Atsushi lo miro confundido. Después de terminar de atar todo, tomo la muñeca del albino – vamos – Atsushi se opuso, no dijo nada solo puso sus pies firmes en el piso para no ser movido – ahora si ¿no? – tomo al albino de la cadera y lo llevo. Cerró con llave la celda y siguió su camino. Atsushi apretó las ropas del azabache temía caerse. Caminaron por los camarotes internos de Sorrow hasta llegar a uno con vista de abandonado, el azabache lo abrió y paso – esto estará mejor – cuestiono el azabache bajando al albino - ¿no sabes dónde estamos? Es mi habitación – Atsushi miro a otro lado.
Akutagawa atado a Atsushi a su cama. El azabache rebusco en su armario, era un lugar pequeño, claro la tripulación compartían habitación y armario, el por ser el segundo al mando tenía su lujo de una habitación para él. Jamás la usaba pero ese día era ideal para él. Saco del armario algo de ropa. Atsushi la verdad aunque lo ignoraba estaba vigilando al azabache. – Listo – escucho que dijo, el azabache había tomado el abrigo de Dazai, Atsushi por inercia se cubrió – parece que si sientes vergüenza de estar así – expreso y el albino frunció el ceño – vamos ¿Cuánto tiempo estarás así? – Atsushi volteo su cara – admito que me gusta esto, me haces denigrar mi espíritu pirata y rogarte. ¿Eso no es suficiente para que sepas que te amo? – Ante esas palabras, Atsushi se sonrojo pero siguió ignorando. - ¿estas molesto por que lo hice con una mujer? Acabamos de conocernos, estaba confundido, pero hoy sé que realmente te amo – expreso y tomo la barbilla del albino – vamos... mírame – jalo el rostro del albino con fuerza – mírame – ordeno.
Atsushi mordio su labio inferior - ¿Qué? ¿Ya no lo soportas verdad? Soy una escoria eso lo sé bien, alguien que morirá y se quedará en un limbo infinito – sonrió amplio – navegando por toda la eternidad... - miro al albino acercando sus rostros - ¿y tu Atsushi? ¿Seguirás rechazándome? – cuestiono juntando sus frentes. Atsushi se había sonrojado en grande.
Akutagawa volvió a separarse – puedo ver que estás haciendo un berrinche ¿acaso tanto te importo para llevarlo a tanto? – Atsushi miro a otro lado – Aunque me estoy cansando de esto, también me parece tierno de tu parte. – Akutagawa acaricio el cabello del albino, se acostó en la cama dejando ropa frente al menor.
Atsushi suspiro, se acercó a la ropa, apretó los labios y volvió a dejarla, la habitación era fría, seguía estando atado, así que simplemente estaba cansado de todo. Había olvidado cuando pudo dormir bien, cierto fue esa vez que Sigma y Gogol lo cuidaron, todo era lento y lejano, suspiro cansado, solo quería ir a su hogar en Yokohama. Atsushi tallo sus ojos, no quería llorar pero si debía dar un poco su brazo a torcer, volteo a ver al azabache, estaba acostado mirando al techo. Suspiro y tomo la ropa, comenzó con la camisa aunque claro, solo fue la mitad, no podía meter el otro lado por la cadena en su muñeca. Suspiro dejando su cabeza hacia atrás, trago saliva y se levantó – Akutagawa... - le llamo ligeramente y el azabache levanto la cabeza para mirarlo, sonrió
― ¿si?
― Ayuda...
― Pídelo bien
Atsushi suspiro - ¿puedes quitarme la cadena para vestirme?
― Que buen chico. – se levantó y tomo el pantalón – ponte primero el pantalón
― ¿Por qué?
― Por qué lo pondré en tu tobillo, ¿Qué creías? ¿Qué te soltaría? Ya vi de lo capaz que eres de hacer cualquier cosa
Atsushi suspiro, tomo el pantalon, una pierna, la otra y ya estaba listo. El azabache lo tomo con fuerza, quito el grillete de su muñeca y lo apretó sin dejarlo hasta ponerlo en su tobillo – listo – dijo el azabache alegre – ahora también puedes dormir en mi cama
El albino le miro escéptico, se puso la camisa y suspiro. – Nos quedaremos esta noche aquí
― ¿Porque? ¿y Sigma? – cuestiono el albino
― No veras a tus amigos hasta que te comportes
― ¡¿es que no te cansas?! – grito Atsushi. El azabache lo miro – me raptaste de mi hogar, me enamoraste, me rechazaste, me humillaste, me abandonaste, volviste y vuelves a humillarme ¿y quieres que sea servil a ti? ¡estás bien pendejo! ¡bien pendejo! – Atsushi tapo su boca sorprendido de sus palabras
El azabache comenzó a reír, Atsushi estaba sonrojado, jamás había dicho groserías pero en verdad estaba molesto, Atsushi simplemente se volteo para no ver al azabache, Akutagawa al tocarlo tomo al albino del ante brazo y lo tiro a la cama, por consiguiente se le puso encima.
Akutagawa había hundido su rostro entre el cuello del albino y su clavícula, sostenía su cuerpo desde la espalda a la altura de los omoplatos. Sentir la lengua del mayor hizo al albino estirar su cuello y darle paso a la boca del azabache. Atsushi se había sonrojado en grande – ba...sta – pidió el albino. Akutagawa dejo sus dientes en la piel blanca y Atsushi no evito gritar ligeramente de ello – basta, ¡basta, por favor! – Volvió a quejarse el menor – ¡No quiero ser tu concubina de turno! – el azabache lo miro desde arriba. Pudo ver los ojos llorosos del menor y su mordida aun roja en cuello. – yo... n-no quiero ser solo... alguien de turno...
El azabache sonrió, jalo al albino por la cama haciendo a Atsushi verlo desconcertado, se acomodó en la cama y abrazo fuerte al albino - ¿Akutagawa?
― Duerme, mañana hablamos
― Pe-pero
― Jinko, no me humillaría ni buscaría a un chico solo por ser de turno...
― Es tu trabajo... Te matarían si no...
― Pude haber muerto contigo ese día en la isla, tú estabas decidido a ir a China... Estaba molesto, creí que no querías seguir conmigo
― Blasfemia
― Deja de hablar así y vuelve a decir pendejo
― N-no diré tales palabras
― Vamos, dime que soy un pendejo y que no quieres que te deje
― N-no lo diré
― Dilo
Atsushi se ocultó entre los brazos del azabache – tomaré eso como la frase
Ambos se acomodaron, no dijeron más palabras, fue cuestión de minutos para dormirse juntos.
...
No sé me sentí mal y al mismo tiempo emocionada escribiendo este capítulo
¡Gracias por leer!
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