Capítulo 6: Soberbia.
Capítulo 6: Soberbia
Sábado, 11:40 am
Anderson baja el capó de la camioneta, el sonido hace eco en el lugar, casi al instante en la parte del copiloto se quiebra el cristal como si una piedra lo hubiese golpeado, esto asusta un poco a Anderson que se acerca corriendo a la ventana del piloto.
—Kelly, ¿Estás bien? —preguntó preocupado.
—Sí, creo que algo golpeó el vidrio —le respondió ella un poco nerviosa, soltando un suspiro con su mano en el pecho —Me ha dado un buen susto.
—Vámonos de aquí. —le dice con seguridad abriendo la puerta.
Él se sube al auto, cerrando la puerta se pone el cinturón de seguridad.
—Espero esta vez encienda —se expresó preocupado mirándola de reojo.
Kelly permanece en silencio mirando por la ventana, mientras Anderson sube el vidrio de la puerta, comienza a girar la llave para encender el auto.
—Vamos, enciende cacharro —gira más y más la llave. —Yo confió en ti, amigo. —susurraba mientras giraba la llave.
Un rostro sin ojos, con sus cuencas oculares completamente negras, golpea el vidrio de la parte atrás del auto donde está Kelly, que grita asustada moviéndose hacia el puesto del copiloto.
—Anderson, protégeme por favor —Gritó asustada alejándose de aquella ventana.
—Tranquila, conserva la calma —le respondió tratando de transmitirle tranquilidad. —Por favor enciende —Susurró mientras gira más la llave y el auto empieza a sonar.
Unas manos golpean los vidrios del auto, dejando la marca de los dedos en ellos, Kelly asustada solo agacha la cabeza y la esconde entre sus piernas mientras susurra algo que no se le entiende; aquel joven corpulento se le notaba asustado y nervioso con su mano temblorosa gira más la llave, pero el auto no responde.
Algo camina por el techo de la camioneta y con fuerza golpea el techo, la respiración de Anderson se acelera junto a sus latidos, mientras su aliento se logra ver por el frío que hace en el lugar.
Aquellas sombras que se veía a lo lejos ya estaban lo suficientemente cerca para golpear en masa la camioneta desde un lado, la fuerza era tanta que lograba levantar un poco el auto, los cristales sonaba cuando eran golpeados, entre el miedo y el desespero Anderson sigue insistiendo en lograr encender la camioneta, al levantar su mirada veía como aquellas sombras se subían al por parte del frente del auto, seres grises sin alma ni vida con marcas de tortura alrededor de su cuerpo comenzaba a golpear el parabrisas, rayaba el cristal con los alambres que tenía pegados a su piel mientras gritaba y actuaba erráticamente sobre el capó.
De repente el auto enciende sus luces dejando ver más de aquellas criaturas que se queman con la luz, ya que su cuerpo empezaba emanar humo, sin pensarlo Anderson gira el volante y acelera a tope el auto, cuando aceleró se logra escuchar que algo cae al suelo, los golpes en el techo paran, giraba el auto de forma brusca de lado a lado esos movimientos hicieron que ambos dentro del auto se movieran bruscamente a la par de los movimientos del auto, detuvo aquellos movimientos hasta que las criaturas subidas en el capó cayeran al suelo, el auto daba un salto quizás había arrollado uno de ellos al caer.
—Lo hiciste —le dijo emocionada con una sonrisa.
—Siempre te he protegido —le respondió algo nervioso con su respiración acelerada, tomando un poco de aire, tratando de calmarse.
Las luces de la camioneta iluminan muy poco para tanta niebla, algunas criaturas aparecen entre la niebla, una que solo era un torso con cabeza y piernas muy alargadas, trata de acercarse a la camioneta, pero con bastante habilidad Anderson la esquiva, Kelly se acerca a la ventana y mira por ella, logrando solo ver niebla a su alrededor.
—Pudiste encenderlo y escapar de ellos, pero no sabes cómo salir de acá —le dijo con algo de frialdad, fijando su mirada en él.
—Encontraré el modo de poder salir —Mira el camino mientras conducía un poco más lento.
—Crees que lo que dijo Camilo ¿Era cierto? —le preguntó con curiosidad.
—Ese no era Camilo —le respondió rápidamente. —Tampoco sé dónde está —Levantó sus hombros. —O si está vivo, o si todos lo están —Su voz suena un poco más preocupada al final.
Ella fija su mirada en él, que permanece atento al camino y con sus manos en el volante.
—Sé un poco positivo, aún guardo la esperanza de encontrarlos —dijo de forma dulce mientras cierra un puño y lo pega cerca de su corazón.
—Tú viste cómo se llevó a Alison, o como han ido desapareciendo cada uno —Seguía conduciendo con algo de complicaciones, ya que la niebla no deja ver.
—Lo sé, pero —Hacía una breve pausa. —Son nuestros amigos —agregó preocupada mirándolo de la misma forma.
—Kelly, entre todos, tú eres la única que me ha importado —le respondió algo tímido y con suavidad.
— ¿Qué quieres decirme? —preguntó lentamente, confundida, desviando su mirada.
Anderson frena de repente haciendo que ambos se muevan hacia adelante.
—No puede ser —dijo asombrado viendo lo que tenía adelante.
— ¿Pregunté algo que no debía? —le preguntó preocupada. —Lo siento —se disculpó apenada, agachando la mirada.
—No —le respondió rápidamente. —No hay más carretera, esto es literalmente un abismo. —le confirma asombrado.
—Retrocede, quizás encontremos por donde salir. —le sugiere con calma.
Anderson mira hacia atrás, comienza a retroceder el auto y gira en otra dirección, sin notarlo, ambos con la mirada en el espejo de atrás, una sombra negra sale del abismo, su cuerpo se ve difuminado y se ve que carga algo en sus manos, la camioneta gira y se incorpora nuevamente en la carretera siguiendo su camino, mientras aquella sombra comienza a seguirla flotando por el camino.
—No creo que haya salida —dijo frustrado mientras conduce. —Si seguimos el patrón, el siguiente en desaparecer es un hombre. —movía su mano al hablar, pero con su mirada atenta en el camino.
—Estaremos bien, confía en mí —le toca el hombro. —Se optimista —le sonrió mientras desviaba su mirada hacia la ventana.
—Kelly —Susurró mientras la mira de reojo.
—Dime.
—No, no importa —dijo con desinterés poniendo su mirada al frente. —¿Quieres escuchar música? —Preguntó tratando de evadir el tema mientas encendía el radio.
Al encender el radio, soltaba un horrible sonido que molestaba a ambos, ella se cubría los odios con su mano mientras él se disculpaba por lo ocurrido con una sonrisa nerviosa apagando la radio, parando así aquel molesto sonido.
—Olvidaste que estamos en el purgatorio —mencionó de forma casual sonriendo al final. — ¿Qué querías decirme? No evites el problema —preguntó con curiosidad mirándolo.
—No es nada importante —le respondió con desinterés.
La camioneta pasaba por varias partes de aquel pueblo, la niebla complica el viaje, algunos gritos y ruidos extraños se escuchan mientras él maneja, el ambiente era tenso, en cualquier momento sus vidas corrían peligro, mientras un silencio profundo se generaba entre ambos.
—Estás enamorado de mí, lo sé —se mencionó con firmeza rompiendo el silencio. —Se te ha notado siempre —suelta una corta sonrisa.
—Es más que eso —le respondió con timidez, soltando un suspiro al final.
— ¿Cómo que es más que eso? —le preguntó sorprendida y confusa.
Ella se veía confundida y perpleja con aquellas palabras, no encontraba alguna otra razón con la que Anderson se refiriera de aquella manera.
—Lo diré ahora, porque quizás no salga vivo de acá —Toma aire mientras conduce en medio de tanta niebla.
—Dime —le dijo con algo de desesperación con su mirada puesta en él.
—Eres la única que no lo ha notado —Hizo breve pausa. —Al menos yo y Camilo lo sabíamos —daba vuelta en una esquina moviendo sus manos sobre el volante.
— ¿Qué cosa? —preguntó confundida, cerrando levemente sus ojos.
Anderson suspira y continúa conduciendo, con su mirada atenta al camino, un corto silencio se apoderaba del momento hasta que aquel joven tomaba el valor de poder articular sus palabras.
—Samuel lleva bastante tiempo engañándote con Alison —le dijo rápido y con sinceridad, en su rostro se ponía notar su seriedad.
—No te creo —le respondió escéptica, desviando la mirada.
— ¿Quieres pruebas? Abogada —le preguntó de una forma retadora mientras la mira de reojo
— ¿La tienes? —le respondió con escepticismo y de la misma forma retadora.
—Lo descubrí en la fiesta de invierno de la universidad —Hizo una breve pausa. —Tú no pudiste ir porque enfermaste, lo recuerdo muy bien.
—Él me dijo que tenía trabajos por hacer —le respondió aún sin creerle, interrumpiéndolo.
—Déjame terminar, pues su trabajo era cogerse a Alison aquel día entonces —le respondió con poco de agresividad. —Y no es lo único Kelly —La mira de reojo. —Cuando tú y él cumplía los dos años. —Fijo su mirada nuevamente en el camino.
—Él sí fue aquel día a verme —le respondió un poco enojada por aquella acusación.
—Sí, lo hizo —le respondió con un poco de agresividad. —Pero antes estuvo con Alison —le dijo con firmeza.
—Él dijo que andaba terminando su regalo —Cruza sus brazos enojada. —Deja de acusarlo que no son pruebas suficientes Anderson —dijo molesta desviando su mirada.
—Está bien, no me creas —dijo algo molesto. —Te quisiera record...
—Si sabías esto —Lo interrumpió hablando molesta. — ¿Por qué no fuiste capaz de decirme? —preguntó enfática. —Lo entiendo de Camilo es su hermano y aparte nos odiamos —dijo molesta, mirándolo con sus cejas fruncidas denotando el enojo.
—No te dije nada, porque —Respira profundo haciendo una corta pausa. —A pesar de estar rodeada de mentiras y engaños, eras feliz y eso era lo que me importaba —dijo en voz baja con sinceridad agachando su mirada, levantando rápido su mirada para continuar conduciendo.
Kelly queda en silencio con su mirada pegada a Anderson.
—Iba a estar ahí para ti cuando lo descubrirás, siempre estuve para ti —Frena moviendo sutilmente ambos hacia adelante y la voltea a ver. — ¿Quién te cuido cuando enfermaste aquel invierno? —preguntó con seriedad con su mirada puesta en sus ojos.
—Tú —le respondió rápido y a secas.
—No olvidas que aquel día te traje sopa de pollo para que te sintieras mejor —recalcó con sinceridad sin quitarle la mirada — ¿Quién fue al restaurante cuando pensaste que él te dejó plantada? Justo cuando estaban cumpliendo dos años de relación —le preguntó con firmeza.
—Tú. —volvió responder
— ¿A quién conociste primero? —preguntó insistente
—A ti. — responde sin pensar.
—Ahora, ¿Me crees capaz de mentirte con esto? —preguntó con seriedad. —Te conozco desde que somos niños y desde ese preciso momento te he cuidado.
—No lo había visto de esa forma —Perdía su mirada, agachando un poco sus ojos.
—El amor te cegó —Voltea su mirada hacia adelante, comenzando a conducir. —Ahora entiendes, porque cuando no vi las camionetas ni a Samuel fui a buscar a Alison —dijo sin interés perdiendo su mirada suspirando un poco.
—Tenía planeado irse ¿Verdad? —preguntó con una leve tristeza en su voz, sin mirarlo.
—No lo sé —Hacía una breve pausa. —Sé que soy un poco lujurioso y que me acuesto con más de una —dijo en voz baja. —Pero si fuera tu novio, realmente la única mujer que quisiera en mi cama sería a ti —dijo sin interés sonriendo un poco mientras conducía. —Contigo tendría todo lo que he querido.
—Lo que siento por ti no es para un rato, es una amistad para siempre —Suspira.
—Lo siento igual, siempre sentí y entendí que yo no era el hombre de tu vida, no soy perfecto y temía lastimarte —dijo en voz baja mientras mantiene su mirada en el camino.
Kelly permanece en silencio, una gota cae sobre el parabrisas resbalando lentamente sobre el cristal, seguido de esa primera gota, caían más anunciando una fuerte lluvia se avecinaba.
—Lo que me faltaba, lluvia y niebla —dijo frustrado al ver las gotas de lluvia bajar por el parabrisas. —Perfecto.
—Anderson —dijo en voz baja susurrándole.
— ¿Dime? —le respondió de la misma forma mientras conducía.
—Gra... —intentó decir Kelly
Unas manos vuelven a golpear la ventana trasera con fuerza, llamando la atención de ambos, el retrovisor de lado del copiloto se cae y termina colgando, los vidrios de atrás comienzan a quebrarse por los golpes de aquellas manos.
—Anderson —Lo agarra con fuerza del brazo escondiendo su mirada.
—Tranquila, estaremos bien —le dijo nervioso.
Mientras conduce de lado a lado sin saber que golpea los vidrios del auto, Kelly lo abraza y cierra los ojos con fuerza.
Los vidrios suenan y aquellas manos se ven en el vidrio y algunas se deslizan dejando huellas en se arrastran los cinco dedos, Anderson trata de ignorar aquellos sonidos y al mirar a su izquierda ve un rostro que le cuelga la mandíbula logra ver como aquella sombra mueve la lengua como si quisiera hablar, pero sin lograr hacer ningún sonido o palabra que pueda comprender el joven conductor, esto le ocasiona miedo, haciendo que comience a mover el auto de lado a lado, derrapando un poco debido a la lluvia.
Las ruedas suenan mientras el auto empieza a perder el control moviéndose de lado a lado, Kelly grita mientras trata de agarrarse de algo, Anderson mordía sus labios, nervioso por lo que pasa hasta que logra tomar el control de nuevo del auto, comienza a disminuir la velocidad soltando un suspiro aliviado y comenzando a sonreír por los nervios que lo consumen. Ella respira agitada, está completamente aterrada y lo voltea a ver.
— ¿De qué te ríes? —preguntó nerviosa y agitada.
—Casi nos morim... —respondió a medias
El auto se apaga, comenzando a parar lentamente.
—Ahora no, por favor —dijo Anderson viendo como el auto empieza a frenar.
— ¿Por qué frenas? —preguntó muy nerviosa al notar como el auto baja su velocidad.
—No lo estoy haciendo, este cacharro se apagó —dijo molesto girando la llave tratando de encender el auto.
La lluvia caía sobre el auto, en el techo se escucha el caer de las gotas de lluvia, en el parabrisas bajan chorros de agua disminuyendo la visibilidad, Anderson gira la llave, pero el auto no responde.
—Vamos, sé que tú puedes —dijo nervioso mientras mueve la llave para tratar de encenderlo.
—Anderson, ¿No sientes que te observan? —preguntó nerviosa, agarrándolo del brazo, apretándolo de la chaqueta con sus manos.
—Es tu nictofobia, te está haciendo ver cosas —le respondió rápido mientras gira la llave y el auto empieza a sonar. —Vamos bebé, enciende —dijo con un leve desespero.
—No creo que sea mi fobia —Hizo una corta pausa mirando las ventanas del auto. —Enserio, nos están observando —dijo con miedo al sentirse así.
—Tranquila, no nos están viendo —dijo con confianza y el auto volvía a encender, prendiendo sus luces. —Eso es —dijo con emoción tomando el volante con ambas manos.
La lluvia se ha puesto más intensa, con el parabrisas cubierto de agua el limpia parabrisas se comenzaba a mover de lado del piloto logrando ver que tenía al frente, un relámpago cae con fuerza haciendo un muy fuerte sonido e iluminando todo a su alrededor, haciendo visible todo el camino que tiene por delante, ambos chicos ven a esas cuatro sombras paradas en cada puerta del auto, al lado de Anderson está ubicada una que le cuelga la mandíbula, a lado de Kelly está una que tenía una bufanda puesta, en la parte de atrás hay una sombra algo ancha y en la otra puerta una sombra más alta, todo eso se logró ver en el corto segundo en el que cayó el relámpago, volvía la oscuridad y aquellas sombras se dejaron de ver.
— ¡ARRANCA ANDERSON! —Gritó aterrada agarrándose fuerte del brazo de Anderson.
La puerta trasera donde está aquella sombra alta se abre con fuerza, Anderson pisa a fondo el acelerador y el auto va a una gran velocidad que logra que la puerta trasera se cierra de golpe con la velocidad; con la niebla y la lluvia que cae era casi imposible ver por dónde iba o si había algo por delante, el miedo los domina a los dos, el auto iba a una gran velocidad y al frente de ambos se enciende una luz que se acerca a la misma velocidad.
—Frena, frena —Grita Kelly viendo como aquella luz se acerca a ellos.
—Los frenos no responden —le respondió pisando fuerte el freno en varias oportunidades.
La lluvia no ayuda al frenado y las llantas se ven desgastadas, simplemente comenzaron a derrapar hacia los lados mientras el auto se movía hacia adelante sin frenar debido a la lluvia, Anderson suelta el volante y se libera de su cinturón esperando lo peor, se acerca y abraza a Kelly con fuerza.
El auto sigue hacia adelante varios metros y al final logra detenerse, la lluvia deja de sonar y una inmensa luz los cubre a ambos, Anderson deja de abrazarla, mira por el parabrisas y ve árboles, la luz del sol, otra carretera y al fin la niebla ya no estaba a su alrededor.
— ¿Escapamos? —Se preguntó así mismo en voz baja, mirando el paisaje completamente confundido.
Kelly lentamente abría los ojos para ver lo mismo, baja la ventana completamente y se asoma por ella, una sonrisa se dibuja en su rostro al ver la naturaleza, el cielo azul y las nubes.
—Somos libres —Sonríe y entra de nuevo al auto viendo a Anderson agitado y aterrado. —Lo lograste, enserio lo lograste —dijo con entusiasmos y alegría sonriendo, mientras lo tomaba de la chaqueta.
Anderson le sonreía y comienza a conducir de nuevo a una velocidad más tranquila.
—Vámonos de acá —dijo con firmeza mientras conduce y procede a incorporarse a la carretera que tenía en frente de ellos.
Kelly únicamente sonríe al sentir que ha escapado de aquel lugar, con el miedo de que si miraba atrás podía volver a ver aquel horrible pueblo.
Conduce sin un rumbo aún claro, por unos quince minutos sin pronunciar ninguna palabra ni un sonido, aquella experiencia los tenía con pánico y el miedo aún corría por su piel y corazón, que se calma levemente con la sensación de que ya todo había acabado.
—Oye —Se pronunció Anderson rompiendo aquel silencio, mientras conduce por aquella carretera.
Kelly está asomada por la ventana mirando, levantándose lentamente, pegando su mirada en él.
— ¿Dime? —le preguntó Kelly
—Sobre lo que te dije all... —titubeó Anderson
Kelly lo interrumpía tomándolo del brazo llamado así su atención.
—Solamente quisiera saber si es verdad —dijo con voz sincera y lo miró directo a los ojos.
Un corto silencio se apoderó de la situación.
—Sí, lo es —le respondió rápidamente rompiendo el silencio.
Kelly suspira y se sienta perdiendo la mirada, él la mira de reojo y nuevamente el silencio se apodera de la situación.
—Kelly —Se pronuncia con timidez.
Ella únicamente levanta su mano izquierda sin decir nada con su mirada completamente perdida.
Anderson queda en silencio y fija su mirada en el camino mientras conduce, seguido de un largo silencio que se hacía persistente entre ambos.
—Lo que me hizo Samuel, por cada mentira cada, uy —dijo enojada, apretando sus puños. —Pero —Agacha su mirada soltando un suspiro.
Nuevamente un silencio acompaña el momento, hasta que ella lo volteó a ver.
—Estaciónate —le dijo con firmeza tomándolo del brazo.
—Está bien, pero tranquila me estás apretando con demasiada fuerza —le respondió rápido.
—Lo siento —se disculpó avergonzada soltando su brazo.
Anderson iba bajando la velocidad, se detenía aún lado de la carretera deteniendo el auto por completo, ponía su mano izquierda sobre el volante mientras voltea a verla.
— ¿Qué pasa? —preguntó algo confundido y con curiosidad.
—No sé, después de todo lo que acabamos de vivir, he olvidado decirte algo —Lo mira a los ojos y le sonríe. —Gracias por protegerme en aquel lugar, fuiste muy valiente e ingenioso.
Anderson sonríe y evade su mirada, sonrojándose.
—Es lo que cualquier persona hubiera hecho por alguien que quiere y aprecia, eso hubieras hecho tú por... —La voltea a ver. —Olvida eso último —Se reía un poco poniendo su mirada al frente.
—Mírame a los a ojos —le respondió ella con firmeza.
Anderson la voltea a ver y ella lo mira con seriedad, su mirada era algo penetrante y fría.
—En serio, gracias por haber estado siempre ahí —dijo con sinceridad y con mucha modestia. —No lo digo por lo que paso en aquel lugar, lo digo por todo lo que hecho. —Hizo una corta pausa mientras acercaba su mano hacia la de él. —Desde el día que te conocí.
Ella sonreía mientras le tomaba de la mano, él se sonrojaba sintiéndose nervioso, en su pecho sentía aquella debilidad, la persona que más quería y la mujer que más le gustaba en el mundo le estaba hablando por primera vez con tanto cariño.
—Kelly esto no e...
—No digas nada, escúchame —lo interrumpió, posando su dedo índice sobre sus labios mientras lo veía a los ojos.
Ambos quedan en silencio por un muy breve momento.
—Gracias en serio, por estar ahí cuando te necesite —le dijo con sinceridad y un tono muy dulce. —Y no solo ahora, en cada momento donde pude contar contigo, donde nunca te dije —Hizo una breve pausa. —Gracias por tu amistad, por ser un gran amigo —le sonrió con aquellas últimas palabras.
Anderson suspira y sonríe, perdiendo su mirada.
—Eso es, solo un amigo —dijo con una leve nostalgia en su voz, en un suave susurro levantando sus dedos del volante.
—No te veo muy feliz con mis palabras, ¿Qué te molesta? —Le sonríe tomándolo de la mano derecha.
Ambos solo se miran nada más sin decirse nada hasta que los labios de Anderson comenzaron a sangrar, él se toca los labios.
—Disculpa —dijo apartándose un poco para limpiarse los labios.
Pero Kelly lo toma del brazo y ella le pasa la mano limpiándole la sangre, se miran, se sentía los nervios en ambos en su mirada se refleja, sin más Kelly comienza a chupar muy lentamente los labios de él que se sentía asombrado por lo que pasa, pero aun así se deja llevar por el momento.
El beso no para, sus labios suenan mientras se besan, hasta que ella se levanta sentándose encima de él, que detiene ese beso cargado de sentimiento y emociones guardas por años, suspirando al separarse.
— ¿Qué haces? —preguntó nervioso mirándola a los ojos.
—Lo que debí haber hecho hace mucho —le respondió ella con una sonrisa. —Besar a la persona que si le importaba.
Él se sentía asombrado con aquella declaración, era lo que esperaba escuchar desde hace mucho tiempo, estaba completamente paralizado sin ningún pensamiento, la emoción abordaba su cuerpo, estaba pasando algo que nunca creyó fuera posible.
Ella se acercaba y se sentaba sobre él, si querer hizo sonar el claxon del auto mientras se acomodaba, lo tomaba de las mejillas y veía directamente a los ojos.
—Cállate y déjate, llevar —susurró ella cerca de sus labios de una forma coqueta, junto a una sonrisa cariñosa, comenzando de nuevo aquel beso que había dejado a medias.
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