Gustos Diferentes (PJM)
JIMIN.
Estar en ceremonias o bailes reales siempre me ha parecido de lo mas aburrido, es un incordio el tener que saludar y sonreír a cantidades estúpidas de personas solo porque son invitados importantes. Ellos solo lo hacen por interés, además ¿Qué otra opción tienen? Todos tienen que fingir amabilidad, tener modales frente a la realeza.
Mi hermano fue anunciado como próximo rey, es el príncipe heredero al trono, por ello se realizo un gran banquete en su honor, todo el mundo esta aquí alabando lo fabuloso que será mi hermano como rey, unos parecen tener pena por mi, pero de lejos estoy interesado en tener el trono, prefiero tener mi libertad hasta cierto punto, esperar a que mi padre decida quien será mi flamante esposa, en alguna clase de acuerdo político que le convenga.
No es como si me sorprendiera el dia que se anuncie mi matrimonio, mi hermano ya tiene a su futura esposa, asi como sus consortes reales, el muy amablemente me ofreció disponer de ellas, como si quisiera meter la polla donde la ha tenido antes. Los gustos de mi hermano son tan diferentes a los míos.
Tan, pero tan, diferentes…
—Deja de hacer tanto ruido querida —su rostro estaba contra la pared mientras su fino vestido estaba sobre su cintura y mis caderas chocaban contra ella de manera violenta.
—Su..su alteza.
—¿Alteza? —jale su cabello que estaba peinado de manera perfecta —¿asi me llamas?
—Jimin —gimió para después morderse los labios —dijimos que ya no mas.
—Me detendré entonces— digo con los dientes apretados contra su oído —dejare de moverme dentro tuyo, pero antes tu lindo coño debe soltarme porque me estas apretando tanto y estas tan húmeda.
Me iba a separar de ella, pero sujeto mi mano en su cabello para detenerme.
—Jimin, por favor.
—¿Qué cosa?
—Déjame correrme.
Sonreí satisfecho, la separe de la pared para sentarme en el banco junto al piano, puse su espalda contra mi pecho y la hice sentarse en mi miembro desde esa posición, sus piernas estaban flexionadas a los lados de mis muslos, lo que le permitía moverse a placer, lo cual hiso en cuanto me sintió dentro.
—Me encantas Sayuri.
—Jimin, tócame por favor tócame.
—Es muy exigente mi cuñada.
Gruño ante la mención, pero se calmo en cuanto pase un dedo en su hinchado clítoris, la manera en que apretaba mi miembro cada vez que su botón era estimulado, me hacia jadear, es tan malditamente hermosa cuando se pone tan sumisa bajo mis manos.
Sentí como su cuerpo temblaba anunciando su liberación, regularmente terminaba fuera de ella, pero esta vez no pude contenerme, asi que al mismo tiempo que su orgasmo la golpeo llene a fondo su interior tanto que se deslizo por sus muslos cuando quedo quieta.
—¡Mierda! —se levanto y corrió por una toalla para limpiarse —sabes que no puedes terminar dentro de mi.
Me acomode la ropa mientras veía la cara de preocupación combinada con el rubor del sexo, tenia ganas de inclinarla contra el piano y volver a follarla, pero estaba molesta.
—Igual mi hermano se dará cuenta en su lecho matrimonial que tu virginidad se esfumo hace mucho.
—Da igual, pero de eso aun embarazo es muy diferente su alteza, no debemos hacer esto más, habia prometido que se mantendría quieto, ahora que viviera en el palacio.
—¿Mantenerme quieto? —me acerque y levante su mentón —si desde que te presentaron a mi hermano, no he hecho otra cosa que pensar en como arrebatarte de sus brazos, incluso le he presentado mujeres que se que son su estilo para que pida la anulación de su matrimonio.
—Sabe que no lo hará, como heredero al trono debe de casarse con la mujer adecuada políticamente, y para su mala suerte esa soy yo.
Le di un beso tierno, mientras ella se acomodaba el vestido, tengo permitido tener a cualquier mujer del reino mientras desposo a alguna y consolido mi corte de consortes pero yo no quiero a nadie, solo quiero a la princesa Saitama Sayuri, la única hija del reino del sur, quien podría ayudar a hacer la unión del país aun mas benéfica entre ambas naciones.
No puedo tenerla como esposa, por lo que solo me he conformado en tenerla como amante, pero no es suficiente, la quiero todos los días en mi cama, despertar con ella, poder ver como mis hijos crecen en su vientre, entregarle toda mi vida de ser necesario, pero eso no es posible, debo tomar lo poco que me deja el destino.
La cena previa antes de su ceremonia de matrimonio era en dos noches, por lo cual ella ya se estaba quedando en el palacio desde hacía mas de un mes para poder hacer los preparativos junto a mi madre. Por lo que todos los días la tenia para mi, se que mi hermano no la habia tocado porque se la pasa metido con sus consortes, no esta muy interesado en su matrimonio.
Lo cual ayuda mucho a mi cargo de conciencia, claro si tuviera uno.
—No luces como un príncipe —mi madre m—e arreglaba el horrible detalle del traje para la cena —pareces mas un bufón de la corte, deja de ser tan irresponsable Jimin.
—No necesito ser responsable, necesito que no me vistas como un maniquí horrible, madre tengo veinticuatro años, no soy un niño, déjame tranquilo.
—Necesito que te veas presentable.
Eso solo significaba una cosa, la cual no tarde mucho en descubrir en cuanto nos fuimos a la mesa para cenar.
—Ella es Tsubaki, la hija del duque del reino del este, ha decidido acompañarnos esta noche para poder conocerte.
—Que suerte —dije para tomar una copa de vino y beber hasta el fondo —Park Jimin segundo príncipe del reino del norte —hice una reverencia —podemos ir a sentarnos y fingir que no vienen para decirme que es conveniente que me case con ella.
El rubor de la chica se hiso presente, no intente de alguna manera disculparme, se que no es su culpa, además que como dije todo esto es bastante común, pero no pude estar irritado toda la cena, cada vez que ella intentaba hacer alguna clase de conversación, le contestaba de alguna manera vulgar para incomodarla. Prefería que no me hablara que solo se limitara a sonreír y lucir bonita para que nuestros padres estén conformes.
—Si me disculpan, me retiro a mi habitacion, me encuentro un poco indispuesto y todo esto me provoca dolor de cabeza.
Tome la botella de vino del centro de la mesa junto con mi copa, mi madre solo me fulmino con la mirada y mi padre estaba muy ocupado ebrio con los invitados, a nadie le interesaba que el segundo hijo al trono se fuera de la cena. Me serví hasta el borde de vino la copa sentándome junto a mi cama mientras me quitaba el horrible traje que mi madre habia escogido, me sentía irritado, mas que nunca.
Tocaron a la puerta de mi habitacion.
—Quien quiera que seas, largo, no estoy de humor —abrieron la puerta de todos modos iba a replicar pero ese lindo rostro me detuvo —¿Qué haces aquí? Tu ausencia será notoria.
—Todos están muy ebrios como para darse cuenta que me fui — quito su corona y la lanzo al piso —me ignoraste toda la noche.
—Siento eso querida, mi atención estuvo ocupada —cuando se quito el peinado dejando que su cabello cayera con gracias bebi un poco de la copa mientras me comenzaba a cosquillear la entrepierna —sabes, al parecer ya tengo mi prometida.
—Me di cuenta —deslizo el lujoso vestido por sus hombros mostrando que no llevaba nada debajo.
—Que impropio de una futura reina, asistir a una cena real sin ropa interior.
—¿Un futura reina? —dio dos paso hacia mi antes de colocarse a gatas —yo solo soy la amante favorita del príncipe, la puta mas fiel.
Llego hasta estar entre mis piernas, me hice mas hacia la orilla para que mis espalda tocara el respaldo de la silla, ella lamio por encima de mi pantalón.
—Claro que lo eres.
—¿Me dará un poco de vino?
—Sírvete princesa.
Ella abrió mi camisa a la par que deje caer la copa completa de mi vino por mi abdomen, lo lamio y chupo hasta llegar a mi pantalón, sacando mi miembro comenzando a engullirlo con gusto, subía para tomar mas del vino de mi cuerpo, lamiendo mis pezones sin que sus manos dejaran de masturbarme.
Mi hermano no tendrá nada de esto.
—A la cama.
Ella fue directo a donde le ordene, mientras yo me desnudaba sin dejar de mirarla, se tocaba de manera ansiosa los pechos, hasta que deslizo las manos por su hendidura, abriendo su precioso coño con sus dedos para mostrarlo sin pudor alguno.
—No quiero que nadie mas sienta su miembro alteza, solo quiero ser yo quien lo reciba.
Me puse de rodillas entre sus piernas, tome la base de mi miembro y lo deslice por su humedad sin meterlo, la punta de mi polla hacia círculos en su clítoris palpitante.
—Solo la follare para tener hijos, no lo disfrutare, siempre pensare en ti, en este dulce coño, en lo húmeda que te pones, en tus pezones duros al sentirme.
—Yo le daré hijos, yo le daré lo que me pida, solo no se case con otra mujer.
Me hundí de golpe gruñendo ante la sensación de estrechez, su interior esta amoldado a mi polla y eso me encanta.
—Es injusto —levante su pierna embistiendo mas duro —yo seré solo tuyo ¿y tu?
—Seré solo tuya —me jalo para tenerme cerca de sus labios — huyamos, no me interesa nada, solo huyamos, larguémonos de aquí, seré una campesina, seré lo que sea necesario, con tal de estar a tu lado Jimin.
Sonreí ante la idea de llevarme lo único que he deseado toda mi vida, nunca me intereso el trono, el poder, el estatus, es ser alguien importante para la corte ni mis padres, mis ambiciones se redujeron notoriamente al conocer a Sayuri y ahora ella esta dispuesta a lo mismo por mi.
Mi lujuria aumento.
Abrí sus piernas para tomarla de los tobillos y poder observar como desaparecía mi erección entre sus pliegues mojados, el ruido de sus gemidos y la morbosa humedad, como el olor a vino y sexo no hacia nada mas que aumentar todo el libido que ambos sentíamos.
Podrían habernos encontrado, pero eso no importaba, nada importaba ahora, mientras Sayuri se retorcía de placer ante mis embestidas.
—¡Jimin!
Su orgasmo la golpeo tan fuerte que sentí como estrangulaba mi miembro, para que mi semilla también se vaciara en ella. Todos estaban en la cena, mientras yo me pase follando con la prometida de mi hermano….
El sol se asomaba por la ventana, yo estaba exhausto y satisfecho, mi padre entro a mi habitacion, furioso, es seguro que ya se enteraron, pues Sayuri se fue muy tarde de mi habitacion, pudo ser vista por alguien.
—Vístete —me arrojo ropa.
—Tu hermano no esta, dejo una estúpida carta abdicando al trono, iremos a buscar a ese mal agradecido.
El shock inicial fue demasiado, pero tan pronto Sali con mi padre lo buscamos por semanas, sin dar con su paradero. Todo el reino se conmociono con la notica, hubo rumores de que lo vieron huyendo con una mujer a caballo, mi madre se disculpo con Sayuri por haber sido abandonada de esta manera.
—¿Qué harás? —mi padre estaba en el trono mirando a la nada.
—Mañana se anunciará tu coronación, te casaras con Sayuri, tu hermano ya está muerto para nosotros.
—Yo no deseo el trono, lo sabes.
—No hay opción, tu hermano traicionó a la familia y no hay más que hablar.
No podía creer esto, apenas estaba planeando escapar con Sayuri, y ahora debo ser rey sin previo aviso.
—Te vez muy bien con esa corona —Sayuri me veía en el reflejo del espejo —a tu hermano siempre le quedó grande, y ahora finalmente es tuya al igual que yo…
Y yo pensaba que era una mujer sumisa.
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