día 41: desaparecido.
Con un suspiro y pasando su mano por todo su rostro, Changbin subió a su auto. Era tarde en la noche y estaba en extremo cansado, pero no somnoliento. Sus ojos de dragón observaron todo el entorno en donde estaba estacionado antes de estirar una de sus manos y encender la radio, aburrido de escuchar solo el sonido de los grillos y el correr del viento.
—Y en otras noticias, se ha encontrado un cuerpo a las afueras de Seúl—Changbin prestó suma atención mientras subía aún más el volumen—. Lo han encontrado un par de adolescentes que pasaban por el lugar mientras buscaban un espacio para andar con sus skates. Por lo que el jefe de departamento de la policía de Seúl ha comentado, es que el cuerpo está muy destrozado y por completo descompuesto, están viendo si pueden identificarlo con sus registros dentales, pero a sí mismo no están muy seguros de poder realizarlo porque creen que esto ha sido un trabajo realizado por la mafia—El enfermero sonrió con burla. Después de tanto, habían descubierto el cuerpo de Nicolo y él se había puesto tan molesto por el simple hecho de que los idiotas a los que había mandado a deshacerse del cuerpo, no lo hicieron como debían—. En el mismo lugar han sido descubiertos varios elementos y herramientas de tortura que se identifican con la mafia de Bang quien ha estado en prisión por alrededor de once meses—Changbin soltó un gruñido antes de golpear el volante del auto, demasiado molesto.
Marcó el número que se sabía de memoria y esperó un par de tonos hasta que contestaron, pero volvieron a cortar. Lo intentó un par de veces más sabiendo que con lo primero debían de haberse dado cuenta qué sucedía y el por qué hacía eso de contestar para luego cortar la llamada. Changbin no prestó verdadera atención porque se encontraba ansioso y molesto, siguió insistiendo un poco más porque necesitaba comunicar esto y saber qué mierda debía de hacer antes de perder la cabeza y hacer algo de lo que luego se arrepentiría.
— ¿Qué mierda quieres?—Dijeron apenas contestaron, se escuchaban gruñidos y bajos gemidos que le hicieron darse cuenta de lo que sucedía. Había interrumpido a su jefe en un momento íntimo y Bang no iba a dejárselo pasar—. Habla rápido, imbécil. No tengo todo el tiempo del mundo para ti.
—La policía descubrió el cuerpo de Nicolo y los medios están hablando. Encontraron el lugar que usamos a las afueras de Seúl, relacionaron todo contigo. Ellos saben que lo sucedió con el cuerpo fue un trabajo hecho por la mafia y estarán hablando de ti durante un largo tiempo.
— ¿Eso solo?—Preguntó y Changbin dudaba que hubiera prestado atención a lo que había dicho, pero asintió recordando un tiempo después que Bang no estaba ahí frente a él.
—Sí—Murmuró—. Y respecto a lo otro, no ha habido mucho movimiento más que él llegando a casa y al parecer se encuentra descansando. No hace mucho a decir verdad, tiene una vida bastante aburrida—Escuchó un suspiro al otro lado para luego escuchar algunos murmullos que incomodaron un poco a Changbin—. ¿Qué quieres que haga? ¿Voy con él a la próxima visita de Narae?
—No confío en él del todo. Podría verse nervioso y afectado, pero por lo que sé él es hermano de Yeonjun. No lo conozco, pero sí conozco a mi padre. Vigilalo un tiempo más y luego veremos si podemos darle la oportunidad de que vea a Narae.
—Bien.
— ¿Puedes en la mañana llevarle esa carta al amigo de Felix?—Los ojos de dragón del enfermero parecieron brillar por unos segundos antes de sonreír con burla—. Hace un tiempo que no ha venido y aunque sabe que ha estado ocupado con su trabajo de igual forma lo extraña, no recuerda su número por lo que no puede enviarle mensajes desde mi celular, por eso escribió esa carta a mano.
Changbin estaba tentado a abrirla y leerla un poco, pero respetaba a Felix e iba a hacer todo lo posible para que la tentación no hiciera estragos en su cabeza. La tenía guardada dentro de la guantera y tenía pensado ir hacia la cafetería apenas abrieran para entregársela al dulce dueño del lugar.
Con los ojos puestos en la puerta de la casa soltó un suspiro cuando lo vio pararse frente a esta, tocando el timbre y esperando con esa actitud tan hosca y desagradable que Changbin tanto odiaba. Yeonjun cruzó sus brazos sobre su pecho y el enfermero notó lo ansioso que él estaba, golpeaba su pie (calzado con un caro e importado zapato) contra el suelo y parecía no poder quedarse quieto, se movía de un lado a otro mientras miraba fijamente hacia la puerta, esperando que abrieran. Fueron unos largos minutos después que JungHwa salió y sorprendido preguntó algo que Changbin deseó, su cuerpo se colocó en alerta mientras hacía todo lo posible para mantener la mirada sobre la del hombre mayor. El enfermero notó que no solo a ellos intimidaba Yeonjun, si no que a su hermano también. Estuvieron hablando, no, más bien ellos se encontraban discutiendo y lo hicieron por un largo rato hasta que Yeonjun molesto se fue del lugar. JungHwa por su parte negó con su cabeza y volvió a entrar a su hogar.
Sea lo que sea que Yeonjun planeara sería una mierda. Él no iba a parar hasta lastimar a Chan en lo más profundo y el enfermero sabía bien en quién había puesto sus asquerosos ojos. El padre de su jefe no pararía hasta que tuviera a Lee Felix en sus manos, hasta que lo hiciera llorar y rogar por su vida, hasta que lo tuviera hablando y diciéndole todas las cosas que sabía acerca de Chan. Por eso mismo el enfermero debía de cuidar de Felix así le costara la vida.
Por la mañana temprano, Changbin abrió los ojos dándose cuenta lo mal que había hecho al quedarse dormido durante la guardia improvisada que había montado. Escuchaba el sonido de unos golpes en el cristal del vidrio del auto, sonando con insistencia y taladrando dentro de su adormilado cerebro. Abrió sus ojos inyectados en sangre y observó el lugar de donde los molestos ruidos venían, JungHwa estaba ahí tratando de mirar hacia adentro, pero fallando al darse cuenta lo tintados que los vidrios estaban.
— ¿Qué mierda quieres?—Preguntó Changbin cuando bajó la ventanilla, observándolo con esos ojos de dragón sumamente fríos. JungHwa tragó saliva antes de mirar nervioso hacia la puerta de su casa.
— ¿Chan te mandó a seguirme?—Quien estaba dentro del auto lo miró como si estuviera preguntando una idiotez. JungHwa mordió su labio inferior antes de mirarlo fijamente, los nervios jugarían en contra si es que llegaba hablar mucho—. Te he visto con Chan cuando Yeonjun me envió a espiarlos. ¿Lo has visto anoche? Él está planeando algo y se encontraba ansioso porque no está saliendo como le gusta. No me ha dicho nada, pero tienes que decirle a Chan que cuide de su pareja. Su padre es mi hermano y llevó conociéndolo desde hace mucho tiempo, él no va a parar hasta ver caer a su propio hijo. Tiene como una extraña obsesión hacia Chan y sabe que la debilidad mayor de él es Felix—Changbin apretó los puños con fuerza mientras asentía con la cabeza. Él ya sabía todo eso, pero no sabía cómo demonios intentar detener a este hombre que parecía ser un molesto y doloroso grano en el culo.
JungHwa pareció distraerse y una pequeña sonrisa curvó sus labios mientras sus ojos se ponían más allá, en la señora que salía de su hogar. Changbin puso sus ojos sobre ella, su piel era blanca como la nieve y el cabello de color negó azabache parecía hacerla aún más blanca. Tenía un porte elegante y lucía imponente en un vestido pegado al cuerpo de color azul marino, ella debía de estar terminando sus cuarenta o tal vez un poco más joven, el enfermero no podía deducirlo muy bien debido a la distancia en la que ambos estaban separados. Ella era hermosa y parecía ser alguien feliz, la sonrisa en sus labios cuando fijó su vista en JungHwa hizo tragar saliva con fuerza a Changbin que miró al tío de su jefe y este solo encogió sus hombros.
—Es mi pareja, debo irme—Murmuró y Changbin asintió con la cabeza quedándose en el auto mientras veía a ambos alejarse hacia el que suponía era el auto del hombre.
Con la cabeza algo aturdida arrancó el vehículo y salió del vecindario privado al cual había ingresado, colocó la radio porque necesitaba distraerse un poco mientras trataba de llegar a la cafetería con calma. Ya eran pasadas las diez de la mañana y él siempre estaba en el local apenas abrían sus puertas. No es que fuera exagerado si no que más bien sentía que tenía más tiempo para admirar la belleza que el dueño poseía. Estacionó el auto a unas calles del local, caminando y tratando de distraer a su molesta cabeza, mirando y distrayéndose unos segundos con las vidrieras que estaban en línea recta por la acera que estaba caminando. Sus ojos de dragón y el gran cuerpo que poseía eran un llamativo para las personas que pasaban por su alrededor, él no podía evitar que lo miraran y que incluso se dieran vuelta para observarlo unas cuantas veces, tratando de tener un poco de su atención. Las muchachas le sonreían y él simplemente sonreía, mostrando esos hoyuelos que complementaban la belleza que poseía.
Sintió el ambiente pesado y algo paranoico en el momento que entró, habían pocas personas, pero todas se dieron vuelta para mirarlo haciéndolo sentir incómodo. Apretó el sobre que tenía en uno de los bolsillo y se acercó al mostrador pidiendo el café de siempre, el muchacho asintiendo con la cabeza porque sabía lo que iba a pedir sin siquiera esperar a que abriera su boca.
— ¿Se encuentra Wooyoung?—Preguntó luego de dudar mucho, el muchacho lo miró con grandes ojos asustados y Changbin supo que debía de sospechar algo. Él no contestó, simplemente se quedó mirándolo un largo tiempo.
— ¿Eres su amigo?—El enfermero hizo una mueca.
—Conozco a su amigo Felix. Mi mejor amigo es su pareja y nos conocimos por ese medio. Debo darle algo, ¿él se encuentra hoy?—La forma en la que mentía y el como los demás se creían lo que decía en ocasiones lo sorprendían. No es como que en ese momento estuviera mintiendo si no que estaba omitiendo ciertas cosas que los demás no debían de saber.
El muchacho seguía sin decir mucho como si lo hubieran tomado de sorpresa, abría y cerraba su boca como si fuera un pez mientras sus ojos se ponían rojos y brillantes. Changbin no tenía mucha paciencia y él realmente estaba buscando respuestas, pero simplemente parecían no llegar. No era difícil contestarle si Wooyoung estaba ese día en la cafetería o no, no era difícil murmurarle que el dueño no quería verlo y que lo mejor sería que se fuera del lugar, él lo haría y no diría nada más que entregar a cualquiera que viera con confianza, la carta de Felix.
—Soy JoonHo—Murmuró el muchacho como si se estuviera recuperando de un gran golpe—. Soy amigo de Woo hyung. Él es una muy buena persona—Changbin lo sabía, lo había observado durante un tiempo y lo que él le había traído era solo paz a lo atormentada que su alma siempre había sido—. Pe–Pero... hace dos días que no aparece y fuimos a su departamento, él no contesta e incluso le pedimos al conserje que nos ayudara por cualquier cosa que sucediera—Changbin apretó los puños y se apoyó aún más contra el mostrador mirando a JoonHo a los ojos y haciéndole una seña para que siguiera hablando—. Fuimos a la policía y tratamos de hacer una denuncia, ellos simplemente no la tomaron. Sacaron conclusiones apresuradas y dijeron que Woo hyung tal vez se cansó del trabajo y por eso se fue.
— ¿Revisaron el departamento?—El muchacho negó.
—Solo buscamos que él estuviera dentro.
—Bien. Iré a hacer algunas cosas y luego voy a ver si puedo encontrarlo. No te preocupes, él debe de estar bien, solamente se habrá estresado y habrá querido desaparecer unos días. Felix me comentó que ha hecho esto varias veces—El chico pareció volver a la normalidad con la mentira que Changbin había dicho y aunque lo estaba diciendo con sinceridad él quería que todo lo que había soltado fuera verdad.
Su cabeza estaba pensando de más, imaginándose cientos de escenarios, uno más trágico que el otro y él tragó con fuerza cuando un nudo se colocó en su garganta siendo tan inmensamente molesto. Se subió al auto y no supo por qué estaba temblando de esa manera, por qué el corazón estaba latiéndole de esa forma como si estuviera avisándole que en cualquier momento tendría un ataque cardíaco. Arrancó el automóvil y realmente no supo a qué lugar estaba yendo, tenía la cabeza saturada con cientos de cosas y la respiración agitada parecía aletargarlo cada vez más. Marcó el número que se sabía de memoria mal, lo intentó una tres veces más hasta que logró atinarle y puso en altavoz.
— ¿Qué...
—Escúchame... ¿Felix está contigo?—Escuchó un bajo gruñido de parte de Bang y Changbin sabía a la perfección cuanto le molestaba que lo interrumpieran antes de que terminara de hablar.
—No, estoy con el oficial Min. ¿Qué sucede?
—Wooyoung, el amigo de Felix, lleva dos días desaparecido y sé que no es una persona capaz de hacer eso. Tu padre ayer en la noche fue a ver a JungHwa y se veía muy ansioso, el tipo no sabe una mierda, pero me dijo que uno de sus planes no está saliendo como él quiere. También sé que el imbécil de Yeonjun va a obsesionarse con tu novio desde que lo enfrentó ¿y sabes qué significa esa mierda?
—Te oyes alterado.
— ¡Claro que estoy alterado! ¡¿Y sabes por qué?! ¡Porque estoy seguro que el hijo de puta de tu padre tiene que ver con la repentina desaparición de Wooyoung! ¿Sabes qué harás ahora?—Hizo una pausa realmente molesta antes de continuar—. Irás con Felix y le preguntarás la dirección de Wooyoung, dile que hoy se reportó enfermo y Changbin como buena persona que es irá a ver que esté bien, y no le falte nada.
— ¿Crees qué Yeonjun se moverá tan rápido? Él no va a arriesgarse de esa manera, Changbin.
— ¿Me estás jodiendo? ¿Qué hizo él para verte sufriendo a ti? Hizo desaparecer a tu madre y luego hizo lo que pudo para hacer sufrir a Narae. ¿Piensas qué no hará lo mismo con Felix? Chan, tú más que nadie lo conoce, sabes de lo que es capaz de hacer y no va a parar hasta cumplir cualquier objetivo de mierda que se haya puesto.
—Te mandaré la dirección por mensaje, pero debes calmarte porque si él está en su departamento y te ve de esa manera, lo primero que hará será llamar a la policía.
—La policía es una mierda, Chan. Son todos unos malditos corruptos de mierda—El muchacho del otro lado soltó una risa llena de burla antes de hacer un ruido algo extraño con su boca.
— ¿Y recién ahora te das cuenta? En unos minutos te mando un mensaje.
Changbin cortó la llamada y tiró el celular hacia el asiento de copiloto, mirándolo unos largos minutos después cuando recibió un mensaje de parte de Chan. Llamó a uno de los muchachos que trabajaban para ellos y le pidió que lo viera en el complejo de departamentos en donde Wooyoung vivía en unos minutos y el chico sabía que debía de estar en donde le decía en ese respectivo tiempo si no quería sufrir las consecuencias que el enojo de Changbin dejaría.
Unos largos cuarenta y cinco minutos después, el enfermero estaba ingresando en el departamento del amigo de Felix. Sus ojos de dragón observaron todo meticulosamente, asegurándose de no perder nada de vista porque él bien sabía que la policía no iría así que debía comprobar por él mismo cualquier pista que haya en el lugar para saber si todo se trataba de un secuestro o simplemente Wooyoung huyendo para tener un descanso. No había nada fuera de lugar y todo parecía demasiado ordenado, pero de igual forma no había nada que llamara la atención del enfermero. El dueño de la cafetería definitivamente no estaba ahí y tampoco había tomado ropa apresurado o algo por el estilo, él simplemente parecía haberse esfumado. Él había desaparecido y Changbin no sabía por dónde mierda empezar.
—Oye, hyung—Dijo Dong–Sun mientras salía de la cocina. Changbin le había explicado toda la situación apenas había atendido la llamada y por la forma en la que se escuchaba se dio cuenta que este muchacho era alguien importante para él—. Creo que deberías leer esto—Era una hoja blanca manchada con algunas gotas de sangre y Changbin apretó los dientes cuando reconoció la letra apenas darle un solo vistazo.
Wooyoung no estaba desaparecido, eso era lo que Yeonjun quería hacer creer, pero el viejo no sabía que ellos podían saber lo que pensaba porque lo conocían y sabían cómo trabajaba. Changbin arrugó el papel en un puño antes de respirar hondo por la nariz.
—Ese maldito viejo me la va a pagar—Murmuró mientras salía del departamento dejando a Dong–Sun atrás que no entendió muy bien la situación—. ¿En dónde lo encontraste?—Preguntó el enfermero cuando volvió—. Debemos irnos.
—Estaba tirado en el piso de la cocina. Supongo que quisieron hacer una amenaza, pero no les pareció buena idea. ¿Tienes idea de quién puede ser?
— ¿Conoces a Bang Yeonjun?—El muchacho abrió la boca y asintió con la cabeza.
— ¿El padre de nuestro jefe?—Estaba sorprendido—. ¿No estaba él muerto? Así era el rumor que se expandió por toda la ciudad y parte del país. Incluso en Japón lo supieron por eso comenzaron a llegar más mafiosos japoneses a Corea.
—No lo estaba, pero ten por asegurado que va a estarlo. No voy a descansar hasta que sepa que no ha lastimado a Wooyoung.
Esa misma noche Changbin encontraría a Yeonjun y lo haría sufrir, no importaba qué.
¡gracias por leer!
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