día 40: ¿buenas visitas? pt. 2
Felix tenía la barbilla apoyada en el pecho de Chan mientras daba pequeñas y suaves caricias en este, sintiendo como su pecho bajaba y subía con su respiración y el cómo su corazón latía tan pacífico. Sentía los ojos hinchados y como su nariz se encontraba congestionada, había estado llorando como venía haciendo las últimas horas. Changbin le había preguntado qué había sucedido y el por qué parecía tan agotado mentalmente, Felix simplemente lo miró y se rompió. Entre llantos le contó al enfermero lo sucedido y este admitió que había sido muy valiente al enfrentar a Yeonjun de esa forma, hizo algo que nadie se hubiera atrevido a hacer y eso era admirable, nadie podía ser tan valiente para gritar en el rostro del padre de Bang unas cuantas verdades. Mientras los ojos preocupados de Changbin se posaban en su jefe que aún no despertaba, su cuerpo se había puesto completamente rígido. Él entendía que Felix había tenido los huevos para decirle a Yeonjun todo lo que nadie podía, pero también entendía la presión que el chico había vivido y el cómo eso le afectaba. Entonces, entendía las lágrimas y el pedido silencioso de auxilio que le hacía a Chan, tomando su mano de esa forma y formando con sus labios un pequeño puchero.
—Voy a salir un rato—Dijo Changbin porque necesitaba hacer algo, sus manos picaban y su pecho se apretaba con cada inhalación que daba—. Si llega a despertar, dile al oficial Minho que vaya a buscarme ¿bien?—Felix asintió demasiado concentrado en repartir caricias a Bang. Changbin no dijo nada, simplemente salió de la enfermería asegurándole a los que estaban afuera que aún no despertaba y que lo mejor era que dejaran a Felix solo por un tiempo. Jisung se negó y Kyle lo apoyó, alegando que ambos iban a quedarse fuera hasta que Felix se sintiera mejor, ellos no iban a dejarlo luego del estado deplorable en el que había entrado.
Chan lo escuchó lejano, muy entre sueños, el llanto desesperado que Felix había soltado le había enviado demasiadas señales a su cerebro, pero estaba tan cansado que abrir los ojos se volvió un maldito reto. Lo tuvo que dejar pasar, a pesar de que se moría por abrazar a su chico y decirle que él estaba ahí, más su cuerpo y cerebro cansados le impidieron que hiciera algo. Sintió el suave peso sobre su pecho y el cómo repartía mínimas caricias en ese lugar, levantó su mano y la colocó en la cima de la cabeza de Felix, enredando sus dedos en las ondas rubias y jugando con la suavidad de su cabello.
—Te has vuelto un maldito bebé llorón—Soltó. Su voz sonando demasiado gastada, ronca y gruesa.
— ¿Qué mierda dices?—Le preguntó el rubio mientras lo golpeaba en el pecho con muy poca fuerza antes de morder su labio inferior con fuerza y apretar sus ojitos brillosos—. ¿Por qué no despertabas? Me asusté como la mierda y Yeonjun vino a robarme energía, y estresarme. Lo odio—Murmuró. Chan tensó su cuerpo, pero de igual forma no dejó de acariciar el cabello de Felix.
Suspiró y soltó una baja risa antes de que su cabeza comenzara a encender las luces rojas. Su cerebro repetía una y otra vez, las palabras de Felix. Su padre lo había ido a ver y seguramente había tratado de meterse en la cabeza del rubio, si él conocía bien a su padre estaba seguro que las amenazas no se dejaron desear así como la forma que siempre quería tener todo a su favor, haciéndose la víctima y manipulando para que le creyeran que todo lo que decía era nada más que la verdad. Pero Felix tenía una advertencia por parte de Chan, él sabía cómo es que su padre se maneja y además de eso estaba estudiando una carrera que dentro de todo le decía cómo reconocer a esta clase de personas.
— ¿Estás bien?—Preguntó Bang haciendo que su pesado cuerpo se moviera para poder sentarse en la camilla y así, observar mejor a Felix.
—Ahora lo estoy—Murmuró él antes de entrelazar sus manos con las del mayor, fijando sus ojos mieles en los oscuros contrarios, sonriendo con suavidad cuando el sentimiento de protección pareció hacerse inmenso. Chan estaba mirándolo con esa oscuridad que parecía recuperar pequeños puntos de luz, pequeñas estrellas que eran parte de una galaxia llena de ellas.
—No lo estás. Ven—Se hizo a un costado dejándole un espacio para que se sentara a su lado, Felix lo hizo y cuando lo abrazó escondiendo su rostro en su pecho fue lo que bastó para que las lágrimas se escaparan—. Tranquilo. Él no va a tocarte mientras yo esté contigo. Ya te lo dije, por ti mataría y moriría, Felix.
—No digas eso—Soltó con la voz demasiado rota, causando sentimientos en Chan que lo hicieron cerrar los ojos. Cada vez que él le pedía que no dijera esas cosas, quería mentirle, quería mentirle tanto y que se creyera todo lo que saliera de su boca, pero no podía porque sabía que Felix era capaz de ver la forma en la que mentía con tan solo conectar su clara mirada a la suya.
Aunque mintiera, él debía de decir la verdad. Si su padre estaba dispuesto a más para conseguir su firma, entonces simplemente ambos debían esperar lo peor. Chan había conocido lo bueno a su lado y había entendido otras cosas, Felix había hecho que cambiara tanto para bien. Cuando en un principio dijo que por ese cuerpo iba a matar y morir, siempre se refirió a él y que si en algún momento lo salvaba era por el buen sexo que ambos compartían, pero no era la verdad. Felix era su más bonita debilidad y no había nadie en el mundo con el derecho de tocarlo u obligarlo a hacer cosas. Él no iba a permitirlo así fueran los Capello o incluso su propio padre. Yeonjun podría aterrorizarlo y enfermarlo, pero él no iba a dejar que intentara tocar a Felix para su antojo así tuviera que dejar la vida en el camino.
—Es la verdad, mi amor. Te quiero prometer muchas cosas, pero a veces siento que nunca podré cumplirlas. Pero mientras tanto, yo seguiré a tu lado—Felix apretó los labios y se aferró más a Bang con tanta fuerza que hizo reír al mayor.
Tal vez ahora dependía emocional y físicamente de una persona que no sabía si el día de mañana seguiría con vida, y no era bueno. No era bueno para él ni para su salud mental, pero quería disfrutar de esta adrenalina que Bang siempre le hacía sentir. La forma tan linda que tenía de comportarse a su alrededor, cuidando de su bienestar. Él lo quería tanto que lo sentía casi como un sueño y si en algún momento lo perdía, él se sumergiría en la tristeza de saber que nunca encontraría en nadie más lo que Bang le hacía sentir.
—Te quiero—Murmuró el rubio, muy bajito mientras se aferraba a las solapas del overol del mayor, escondiendo su rostro en el hueco que se formaba entre su cuello y hombro. Decidiendo que ese sería otro de sus lugares seguros.
Y Chan sonrió tanto que sintió como las esquinas de sus ojos se arrugaban también como esa lava explosiva se iba esparciendo por su pecho haciéndolo sentir tan cálido y querido. Él quería esto para siempre.
Felix se aseguró de alimentar bien a su hombre antes de que el oficial Minho se lo llevara esposado. Bang tenía visitas y a pesar de que se daba una idea de quién podía ser, el rubio no podía evitar sentirse enfermo y que un agujero comenzara a formarse en la boca de estómago, el miedo siendo molesto y la respiración volviéndose espesa y trabándose en su garganta.
— ¿Quién es?—Preguntó mientras con pasos torpes seguía con su camino.
—No es tu padre—Dijo Minho—. Felix ayer se lució. Nunca lo vi molesto de esa forma, la manera en la que se enfrentó a él, realmente en ocasiones deseo tener los huevos para hacer eso—Tragó saliva mientras veía la mirada perdida del hombre al que estaba llevando hacia la sala de visitas.
—Yo sé que él fue muy valiente, pero no tendría que haber hecho eso. A Yeonjun no le gustan las personas que lo enfrentan.
—Creo que lo tomó de sorpresa, su rostro lo decía. Pero no puedo opinar acerca de él, tú eres el único que más lo conoce—Bang asintió con aire distraído antes pararse en la puerta, mirando hacia adentro. En el lugar no había nadie más que un hombre de traje detrás del vidrio, miraba para abajo y parecía algo nervioso.
— ¿Quién es?—Volvió a preguntar porque su rostro tenía rasgos muy conocidos y simplemente sentía que todo estaba volviéndose cada vez más en su contra.
—No lo sé, simplemente dijo que se llamaba JungHwa y que quería verte con urgencia...—Chan asintió e ingresó al lugar sin darle tiempo a Minho de seguir hablando, se sentó en la silla frente al cristal y miró a la persona que venía a verlo.
—Hey—Dijo él, su voz saliendo demasiado nerviosa y temblorosa—, Chan—El susodicho pudo ver la forma en la que tragó saliva duramente, esquivando sus ojos.
— ¿Y tú eres?—Preguntó. Su tono de voz saliendo demasiado calmado y aburrido a oídos del otro.
—JungHwa. Bang JungHwa—Dijo y Chan frunció el ceño sin saber si este idiota le estaba haciendo una broma o qué—. Soy... soy tu tío.
— ¿Qué?—La burla se deslizó por su tono de voz y la forma en la que apretaba su mandíbula, dejando un músculo a la vista hizo a JungHwa enderezarse en su lugar. Él se veía tan fuerte, tan enorme y tan malditamente intimidante con esos ojos oscuros, sin ningún brillo como si estuviera muerto—. ¿Yeonjun te mandó a hacer este patético papel?—Preguntó algo molesto y JungHwa tenía tanto miedo de hacerlo enojar.
—No, no es así. Yeonjun no sabe nada de que estoy aquí—Pero bien sabía que su sobrino no estaba creyéndole absolutamente nada, sus ojos y su rostro sin expresión se lo decía todo. Cerró los ojos por un momento porque verlo le hacía recordar tanto a su hermano e incluso a él cuando era más joven—. ¿Quieres ver mi identificación? Soy Bang JungHwa, el hermano menor de Yeonjun y también su secretario... Yo... conocí a tu mamá cuando comenzó a salir con tu padre. Ella... ella era muy buena persona para estar co–con Yeonjun—Chan rascó su mandíbula mientras desviaba la mirada, él lo creyó mucho tiempo. GyeonGi había sido mucho para la clase de persona que su padre había sido, demasiado buena, demasiado amorosa para la vida que su esposo llevaba.
—Bien—Dijo en tono algo alto, confirmando que su identificación era verdadera y él realmente era parte de la familia Bang—. ¿Qué quieres?
—Solo... solo quería conocerte. Te conocí a través de fotos cuando eras pequeño, pero nunca pude verte, tu padre no lo permitía. Tienes familia afuera del entorno que tu padre en su momento creó, seguramente no te habló nunca de nosotros. Él nunca estuvo de acuerdo con las opiniones que teníamos respecto a la relación que tuvo con tu madre.
—Él nunca estaba de acuerdo con nada y mucho menos cuando era algo que ponía en duda sus palabras o acciones—Encogió sus hombros—. Eres el secretario de Yeonjun, no creo que simplemente hayas venido aquí para conocerme. Pero voy a darte algo a tu favor, no sabes mentir. No eres como Yeonjun, eso es seguro, pero te encuentras demasiado nervioso para decir el por qué realmente estás acá. Te daré unos minutos para que te tranquilices y me digas a qué has venido, si no lo haces ten por asegurado que así como vine, me iré ¿bien?
—Tienes una abuela, Chan—Murmuró mientras seguía jugando con sus manos entre sí, arrancando pellejos de piel de los costados de sus dedos mientras su corazón latía errático en su pecho—. Ella ahora está internada por unos problemas que tuvo y además su alzhéimer ha ido empeorado poco a poco, pero estoy seguro que antes de partir le encantaría conocerte—Chan soltó un suspiro—. No sé cuánto te ha hecho sufrir tu padre. Comencé a tener contacto con él nuevamente luego de que se hizo desaparecer, pero siempre de alguna forma ha tenido una obsesión contigo y no está bien que eso suceda. Yeonjun no está bien de la cabeza.
—Se supone que a eso lo sabes desde hace mucho tiempo. Yeonjun ha sido diagnosticado con psicopatía desde la adolescencia, pero su enfermedad ha ido empeorando con el paso del tiempo y no sé cuánto ha afectado su cabeza. Hace catorce años que no lo veía hasta hace dos días, volvió a joder mi vida ¿sabes? Y solo estoy esperando que intente hacer algo para acabar con él de la forma en la que acabo con mi madre—Los ojos de JungHwa se abrieron un poco y pareció ahogarse con su propia saliva mientras desviaba la mirada hacia la pared. Chan mantuvo su pesada mirada sobre él mientras atentamente trataba de leer sus movimientos, sus reacciones y la forma en la que sus facciones parecían ensombrecerse un poco—. ¿Qué sucede?—Preguntó con burla poniendo sus manos esposadas sobre el borde de madera que se formaba. Él estaba seguro que con un solo movimiento podría sacarse las esposas e intimidar un poco más a quien decía ser su tío—. ¿Conocías a GyeonGi?—Soltó una risa, baja y oscura obteniendo la mirada del otro rápidamente sobre él—. Claro que la conocías y al parecer la conocías muy bien.
—Tienes una hermana, ¿no es así?—Claro que cambiaría de tema porque parecía no tener el valor para enfrentar nada, ni siquiera la forma en la que él estaba mirándolo—. ¿Cómo es su nombre y en dónde está ella ahora?
— ¿Cómo? ¿Yeonjun no te ha hecho investigarlo? Estoy seguro que tú has sido quien investigó a Felix ¿o me equivoco?
—Yeonjun habla de ella, pero nunca ha mencionado su nombre siempre es su niña. No tengo ni idea de quién es ella y tampoco estaba enterado que había alguien más además de ti hasta que mi hermano lo mencionó—Juntó sus manos y las movió un momento mientras miraba al techo unos segundos—. Sí, fui yo quien se encargó de investigar a Lee Felix, pero como le dije a tu padre, no he encontrado mucha información sobre su vida. Lo ha hecho bien desde que se independizó de sus padres a pesar de que parecía encantarle dormir en el departamento de policías.
— ¿Qué mierda quiere con Felix?—El hombre encogió sus hombros, pero sus ojos escondían algo y Chan lo notó al instante.
—No estás diciéndome todo. Me estás ocultando información importante. ¿Sabes? Tengo gente tanto afuera como acá adentro, si quiero puedo hacerte desaparecer sin importar qué tan familia seas de Yeonjun—Se escuchó el ruido de un hueso quebrándose y JungHwa del otro lado solo pudo cerrar los ojos con fuerza mientras mordía su labio inferior cuando escuchó el sonido de las esposas cayendo se agarró del borde de madera, su corazón martillando en sus oídos. En su momento, cuando su hermano aún vivía en su hogar, sufría de pesadillas por las noches porque Yeonjun siempre lo había aterrado, pero ¿Cómo podía ser que Chan sobrepasaba eso? Él sabía que su sobrino no era un psicópata, pero cuando sus ojos refulgían de esa manera parecía serlo y le aterraba lo que pudiera ser capaz de hacer.
JungHwa notó también, que con su hermano podían ser parecidos e incluso algunos de sus rasgos podían ser casi iguales, pero Yeonjun nunca se había preocupado por su familia o sus allegados de la forma en la que Chan lo hacía. Él parecía defender con garras y dientes a este muchacho, la manera en que su mirada se encendía y en como hacía todo lo posible para demostrar que no había nadie que pudiera hacerle daño, de alguna forma lo admiraba, pero también lo aterraba. Él no iba a parar, era una bestia que demostraba como iba a defender a su pareja y JungHwa había presenciado todo, pudo ver la forma en la que Chan lo miraba con esos ojos que parecían ablandarse y llenarse de pequeñas estrellas, lo vio sonreírle y como lo abrazaba, como se aferraba a él. Había estado en la prisión por orden de Yeonjun cuando los rumores de que el gran Bang había caído y lo habían encerrado en la prisión se expandieron por toda la ciudad, el hombre necesitaba confirmar que todo era verdad y su secretario había sido como esa rata de laboratorio que podía infiltrarse en cualquier lugar para reunirle la suficiente información que necesitaba para tener a sus pies a la presa que hace tiempo quería.
— ¿Ves esto? Fue un regalo de parte de tu hermano—Le mostró la forma en la que sus dedos pulgares estaban doblados y la manera en la que él los acomodó sin hacer ni siquiera una mínima mueca en su rostro, hicieron a JungHwa tener náuseas—. Ahora... ¿Qué mierda quiere Yeonjun con mi chico?
—Yo... se supone que no puedo decir nada de esto, pero mereces cuidar a ese chico de la forma en la que tu padre nunca cuidó a GyeonGi. Yeonjun quiere jugar con Lee Felix, él creyó que era un muchacho débil y que lo primero que haría cuando supiera que era tu padre sería llorar mientras rogaba porque te dejara en paz. En cambio, Lee Felix lo enfrentó y le dijo tantas cosas a la cara, lo tomó de sorpresa y eso hizo que quiera obsesionarse con él. Yeonjun no parará hasta que obtenga tu firma en su testamento y de igual forma no va a dejarte tranquilo, él quiere que firmes para tener control sobre ti, querrá usarte como su marioneta y tú no puedes permitir eso. Chan, escucha, tu padre querrá hacer algo contra Felix porque sabe que es tu debilidad, porque sabe que por él matarías y morirías, porque tiene en cuenta que tú por él harías hasta lo imposible y lo que más quiere es que por fin, luego de tantos años, te enfrentes a él.
— ¿Él siquiera es consciente de que no podrá tocarlo? No le daré el puto derecho a que quiera poner un asqueroso dedo sobre mi pareja, no dejaré ni siquiera que respire el mismo aire así esté a quinientos metros de distancia. Dile a ese hijo de puta que será mejor que se calme, que espere sentado en su trono porque muy pronto nos veremos y esta vez por fin va a ser su fin, le robaré el reinado y él no podrá hacer una mierda al respecto. Y tú será mejor que te cuides porque si me entero que algo de lo que has dicho es mentira, te perseguiré hasta en tus pesadillas.
—Lo sé—Dijo respirando hondo antes de asentir con su cabeza—. ¿Me puedes dar una pequeña información acerca de tu hermana?
— ¿Para qué la quieres?—Estaba muy reacio a hablar acerca de su hermana, pero de igual manera soltó un suspiro y dijo—: Bang Narae, tiene veintitrés años. Ella no está bien, no luego de lo que sucedió por culpa de Yeonjun.
— ¿Puedes decirme dónde está? Sé que Yeonjun fue a verla, pero no le dieron el permiso, de igual manera él no me dijo nada.
—No vas a poder verla tampoco si vas, soy su tutor. Pero Changbin puede acompañarte, él puede hacerte pasar para que la conozcas.
— ¿En verdad?—Sus ojos parecieron brillar mientras recibía esa noticia.
—Solamente tú—Aclaró—. Nadie más, si llegas a tenderle una trampa a mi mano derecha, ya sabes lo que pasará. Te arrancaré el corazón y luego haré que Yeonjun se lo coma, ¿entendiste?
—Gracias, Chan—Dijo y él realmente parecía agradecido.
Pero Bang no le prestó mucha atención, le dio un asentimiento con la cabeza en despedida y se levantó de la silla dejando algo perplejo a JungHwa. Minho estaba esperándolo del otro lado y simplemente estiró su mano para recibir las esposas que el reo se había quitado con facilidad. Cuando llegó a su celda, Felix ya estaba ahí mirando con ojos brillantes e ilusionados hacia la puerta, tenía su cuaderno de dibujos abierto, pero simplemente parecía haber hecho varios garabatos sin importancia.
Chan lo sintió como su lugar más seguro. Abrazar a ese pequeño cuerpo y fundirse en el cálido calor que desprendía hacía que su enorme anatomía se relajara tanto que no lo creía posible. Él no era capaz de dejar ir a Felix ni ahora, ni nunca. Y eso, parecía ser sumamente aterrador, tanto que lo tenía apretando los puños en su costado deseando que ese viaje no se detuviera nunca porque Lee Felix parecía ser lo único que lo mantenía con los pies en la tierra.
¡gracias por leer!
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