día 35: escapar contigo.

Chan estiró sus brazos por encima de su cabeza mientras sus ojos se posaban en la figura del muchacho que parecía provocarlo con simplemente eso, moverse por el lugar mientras la remera de tirantes blanca parecía aferrarse a su marcada cintura. Él no le estaba prestando atención y estaba agradecido con eso porque si no podría ver su rostro afligido, y realmente no estaba con ganas de responder a ninguna pregunta que no supiera cómo hacerlo. Bang estaba tan consciente de que luego de tanto tiempo estaba demostrando una pequeña mueca en su rostro y que a pesar de que sabía que podía sentir algo más que un vacío inmenso, ahora solo parecía sentirse molesto.

Changbin le había dicho algo y eso lo había tenido pensando durante casi toda la madrugada. Mientras el cuerpo caliente de Felix descansaba a su lado, él simplemente parecía ajeno a realizar eso y su cabeza había comenzado a trabajar de más, sus pensamientos lo habían llevado una y otra vez a cuando tenía diez años de edad, su padre llegando luego de una supuesta larga jornada de trabajo, su mirada petulante, apagada, pero con un brillo de aflicción se había dirigido a él y mientras se acercaba peligrosamente, Chan había logrado observar cada parte del rostro de su papá y también su ropa, la camisa blanca que llevaba ese día no se veía de la misma forma que en la mañana, estaba arrugada y la huella dactilar marcada con sangre le dio una idea de lo que podía haber estado haciendo. Él nunca se había sentido seguro con Yeonjun a su alrededor y a pesar de que siempre se había mantenido sumamente tranquilo, muchas veces no podía controlar el temblor de sus manos y la forma en la que su garganta parecía secarse por completo. Si cierra los ojos aún tiene la imagen grabada con claridad de la forma en la que su padre le dijo que GyeonGi no iba a molestarlos más porque estaba muerta, tenía una sonrisa de suficiencia, pero él recordaba a la perfección el momento en el que flaqueo tan solo un segundo y el cómo sus ojos oscuros pudieron capturar esto de una forma tan rápida. Luego de ver muerto al fiscal Choi, Chan no pudo pensar muy bien y simplemente dejó al monstruo que siempre parecía ser, salir. Él no se controlaba, no tenía por qué hacerlo y a pesar de que no aguantaba mucho a Choi el verlo muerto había provocado muchas cosas que sinceramente no entendía muy bien. Y lo que él dijo antes de recibir una bala entre sus cejas fue algo que realmente lo había dejado pensando, ¿cómo es que él podía estar tan seguro acerca de su padre? Chan no dudaba que hubiera sido amigo de Yeonjun, pero que dijera y afirmara muchas veces que no había sido capaz de asesinar a GyeonGi, él lo ponía en duda.

Su padre había sido un monstruo y las gruesas cicatrices que tenía en su espalda se lo podían confirmar a cualquier persona que las viera, las marcas en sus piernas de igual forma y él no las cubría con tatuajes porque aún no sabía cómo soltar ese pasado que se aferraba a él como una boa, apretando su cuello cada vez más y más hasta el punto de que parecía asfixiarlo en el momento que recordaba todo lo que había pasado queriéndolo devorar hasta deshacerlo. Muchas veces lo había dicho y no se cansaría de decirlo, Yeonjun había sido un completo psicópata la mayor parte de su vida y nunca fue capaz de mostrar ni una sola expresión de angustia o incluso de pena porque él no sentía, él simplemente era un recipiente de órganos y sangre que se encargaba de hacer sufrir a las demás personas. Yeonjun había sido el verdadero diablo y Chan simplemente siguió sus pasos porque había sido la única enseñanza impuesta en su vida.

—Cariño—Llamó Felix y él olvidó todo lo que estaba pasando por su cabeza cuando esos preciosos ojos mieles se cruzaron con los suyos—, ¿qué sucede?—Preguntó antes de sentarse sobre su regazo tomando esas manos tatuadas y de gruesas venas que jugaban entre sí con sus uñas raspando la piel del costado, para colocarlas en su cintura. Felix paseó su nariz por el cuello de Bang aspirando con fuerza el aroma tan reconfortante que él poseía y que tanto le tranquilizaba.

—No sucede nada, nene—Las comisuras de sus labios se curvaron y Felix no sabía si podría acostumbrarse a ver eso todos los días de su vida. Chan le dio un pequeño beso en sus labios coloreados suavemente por la paleta de fresa que anteriormente se encontraba degustando—. Tu cabello está más largo—Él intentó cambiar de tema cuando notó la liga de color amarillo pastel que sostenía una cola de caballo detrás de su nuca.

—Oficialmente hace un mes que estoy aquí y mi cabello creció mucho en este tiempo—Murmuró aferrando sus brazos en el cuello del otro—. Sé que sucede algo, pero está bien si no quieres contármelo—Pero la curiosidad con la cual había nacido picaba tanto en su interior que lo tenía mordiendo su labio inferior para no decir más nada. Él sabía muy poco, lo que Bang había contado cuando llegó a la celda el día anterior y es que el fiscal Choi estaba muerto, el director Mang iba a estar en problemas si esto se descubría y Felix pudo escuchar el cómo Changbin le decía a Bang algo acerca de su madre y padre.

Él no era idiota más sabía fingir ser distraído. Pero había algo que a su chico le estaba molestando y tal vez las palabras que el enfermero le había dicho por lo bajo el día anterior eran las causantes de estos desequilibrios emocionales que Bang estaba padeciendo. Ellos no eran buenos para hablar en secreto, ninguno lo era, y a pesar de que habían creído fervientemente que realmente estaban comunicándose en un tono bajo de voz, no lo estaban haciendo. Felix escuchó cuando Changbin le comunicó a su jefe que el fiscal Choi antes de morir dijo que estaba seguro que el padre de Bang no había asesinado a su madre, pero él no era quién para opinar acerca de Bang Yeonjun a pesar de todo lo que sabía y había escuchado de su hijo mayor al cual tantas penurias había hecho pasar. Felix podía decir que odiaba a una persona que no conocía y estaba seguro nunca iba a conocer, pero aún en la muerte Yeonjun seguía torturando tanto a Chan que podía romper todo orden que él tuviera y el futuro psicólogo sabía cuánto podía exasperar al hombre al no entender ni la mitad de las cosas que estaba sintiendo o el motivo que lo llevaba a sentirse así.

— ¿Cómo es que logras saber todo tan solo dándome un vistazo?—El de ondas claras lo miró como si la respuesta fuera lo más obvio. Chan negó con su cabeza cuando lo entendió—. Olvídalo, no he preguntado nada. Suceden cosas, pero no voy a comentarlas en este momento.

—Tú sabes que no puedo irme a ninguna parte así que cuando quieras desahogarte.

—Contigo quiero desahogarme de otra manera—Bang clavó sus dientes en la piel del cuello contrario notando como la espalda de Felix se curvaba antes de que soltara un pequeño gemido casi inaudible.

—No empieces—Soltó en tono bajito haciendo soltar una risa nasal a Chan que besó su mejilla suavemente antes de acariciar con su nariz parte de su rostro—. Estuve pensando en algo—Dijo un tiempo después cuando simplemente se habían quedado mirando el uno al otro perdiéndose en ese lugar en el que ambos parecían conectar de una forma tan linda y pura—. ¿Recuerdas la apuesta que hicimos tiempo atrás? Cuando recién nos conocimos. Te había dicho que tú serías el primero en caer y aunque aún te quedan diez días, ambos sabemos que ya has perdido—Le sonrió tiernamente mientras lo miraba unos segundos encogiendo sus hombros—. Debes de admitir que soy el amor de tu vida. ¿En dónde está mi anillo?—Bang echó la cabeza hacia atrás mientras soltaba una risa, negando porque él aún recordara eso, pero no negó que había sentido como sus mejillas se calentaban un poco.

—Cuando salgamos de aquí te daré uno—Felix lo miró, algo incrédulo, levantando una de sus cejas—. ¿No me crees? Créeme porque en verdad te lo daré y te llevaré al lugar que quieras porque sí, me casaré contigo—Sonaba soñador e incluso demasiado lejano, él estaba apostando a tanto y sin embargo no le molestaba para nada. Si Felix al final de su condena seguía a su lado, él seguro le daría un anillo porque podía ser muy pronto, muy apresurado, pero él bien sabía que no iba a encontrar a nadie como el muchacho que estaba sobre su regazo.

Bang sabía que alguien etéreo como Felix lo era, no lo encontraría en otro lugar así también sabía que nadie se quedaría de la forma en la que él estaba quedándose a su lado. Así fuera que en realidad solo estaba buscando su seguridad, así fuera que solo estaba fingiendo, como nunca antes Chan tuvo la pequeña esperanza que todo lo que se decían, todo el cariño que se brindaban, era real porque él hacía todo lo posible para entenderlo y entenderse. Porque Chan nunca había sentido esto por nadie y bien sabía que era real de su parte, no había nadie más en ese maldito país que le hiciera sentirse de esa manera y él dudaba que alguien alguna vez lo consiguiera.

Felix estiró su mano izquierda mientras observaba su dedo anular imaginándose un anillo en ese lugar, soñando casi despierto por algo que lo hacía un poco dudar. Sus ojos momentáneamente vidriosos lo observaron y cuando Bang lo hizo a un lado para levantarse del suelo, Felix frunció el ceño. El hombre buscaba algo entre los tantos pequeños muebles que había en su celda con el ceño fruncido y demasiado concentrado hasta que pareció encontrarlo que lo hizo sonreír tan suave que el rubio sintió a su corazón saltarse un molesto latido.

—Sé que no es mucho—Murmuró mientras su mano izquierda arrugaba un papel para luego meterlo en su bolsillo viéndose algo molesto—. Prometo darte algo mejor, pero este tiene mucho valor sentimental—Era un fino anillo el cual parecía ser doble y se encontraba enredado entre sí, una de sus partes adornado con pequeños cristales—. Era... era de GyeonGi. Cuando ella desapareció y antes de que mi padre tomara todas sus cosas y las tirara, entré a su habitación para tener esto... como un recuerdo de mi madre. Se lo regalé, con dinero que le saqué a Yeonjun, en uno de sus cumpleaños y siempre lo atesoró como si no tuviera más nada de valor. Sé que si ella siguiera con vida querría que lo tuvieras porque no había nada más en el mundo que verme feliz, siempre me lo dijo.

Cuando la bola de papel cayó del bolsillo de Bang al suelo al hacer un movimiento, Felix la tomó en sus manos antes de que él se diera cuenta, la abrió y trató de alisar las arrugas que se le habían hecho notando que era una fotografía. En esta aparecía una mujer de piel blanca con cabello color bordó oscuro y unos grandes ojos oscuros, tenía una linda sonrisa y a simple vista parecía tener una personalidad muy linda, muy suave, una aura sumamente pura. Asumió que el niño que estaba en su regazo era su hijo por el inmenso parecido que compartían y también dedujo que ese niño era el hombre que ahora estaba a su lado con la mirada algo perdida en algún punto de la pared. Felix acarició el brazo de Chan suavemente captando toda su atención y teniendo su pesada, y vacía mirada sobre él en segundos.

—Se te cayó esto—Colocó la fotografía en la palma abierta de su mano mientras le daba un mimo que hizo que Bang sintiera un sentimiento asfixiante en su pecho que lo hizo querer llorar—. Ella era muy hermosa y pura—Murmuró sonriendo chiquito antes de mirarlo a la cara, viendo como las facciones de Chan flaqueaban al punto de que parecía querer desbordarse de los sentimientos que estaba sintiendo. El más alto apretó la mano que estaba entrelazando con Felix dándole a entender que diciéndole eso estaba reconfortando muchas cosas, lo estaba haciendo sentir bien—. Ella te habrá amado mucho, cariño.

—Y lo hizo—Murmuró con su voz rompiéndose y teniendo miedo de que en cualquier momento todo eso que estaba sintiendo se quebrara por fin y se manifestara de la peor forma—, pero Yeonjun nunca le permitió demostrar eso porque no se veía bien. Si lo permitía no hubiera podido crear al monstruo de hoy en día—Felix tragó saliva cuando Chan cortó el contacto visual para ponerlo en otro lugar, nuevamente estaba escapando de esos ojitos mieles que tanto le hacían sentir y confundir—. ¿Tú crees que mi madre está realmente muerta?—Preguntó un tiempo después en el que pasaron en silencio, el menor tratando de encontrar las palabras que fueran suficientes para no dejar que Bang siguiera pensando en eso que tanto lo molestaba, que tanto parecía aferrarse a él de una manera tan molesta como desgarradora.

—Deja de decir que eres un monstruo porque no lo eres, Chan—Murmuró mientras sus brazos pasaban por la cintura del más alto—. ¿Por qué crees eso de tu madre?

—Antes de morir el fiscal Choi dijo que estaba seguro que Yeonjun no había asesinado a mi madre y estuve recordando algunas cosas... Choi juraba que mi padre amaba a GyeonGi y que no era capaz de lastimarla, pero él nunca estuvo presente las veces que la golpeó hasta dejarla inconsciente por el simple hecho de que me defendía por las cosas que me hacía a mí—Bang tragó saliva antes de jugar con sus manos que se encontraban entrelazadas en la espalda de Felix—. Yeonjun nunca demostró ni una sola expresión en su rostro, ni siquiera cuando me gritaba porque fuera un buen niño para que luego creciera para ser un buen hombre. Él... él nunca demostró si estaba triste, feliz o enojado, su rostro siempre permanecía sereno y sin expresión, pero cuando llegó esa tarde casi noche podía ver que se encontraba algo afligido diría que incluso asustado. Fue solo un segundo y aun no comprendo cómo es que pude notarlo, cuando él me estaba diciendo que GyeonGi no nos molestaría más porque había muerto, él estaba sonriendo, pero era tan falsa y cuando me gritó esas palabras pude ver la forma en la que sus labios temblaron y el miedo pasó por sus ojos. No estoy queriendo decir que le creo a alguien que ahora está muerto, pero hay cosas que mi padre hizo que me dejan pensando.

— ¿Has hablado con tu padre luego de ese día acerca de GyeonGi?—Chan negó con la cabeza porque no quería tocar ese tema con su padre, él sabía la forma en la que Yeonjun mentía y no iba a arriesgarse a caer, otra vez, en sus estúpidas manipulaciones y la manera en la que tenía de joder con su cabeza—. Mira Chan, creo que no es buena idea que pienses en este tema mientras estás aquí porque puedo ver la forma en la que te afecta y en cómo desequilibra tus emociones. Sé que quieres una verdad, pero Choi está muerto y tu padre desaparecido. Sonará duro, pero no podrás encontrarla porque son personas que no hablaran, ¿entiendes? A menos que sepas que hay alguien a quien tu padre le contaba muchas cosas y crees que puede saber de eso.

—Tu primo—Murmuró un tiempo después mirándolo a los ojos—, él estuvo con mi padre durante unos cuantos años y estoy seguro que Yeonjun le ha contado varias cosas. Él sabe de Narae, pero solo lo que mi padre quiso contarle. Sabe de los negocios, pero nuevamente, lo que su amante quiso contarle. Yeonjun tuvo a Seungmin en sus manos y siempre le dijo lo que sabía que iba a convencerlo y no lo haría hacer más preguntas de las que iba a contestar con la verdad a medias.

— ¿Crees qué estando ebrio Yeonjun pudo contarle algo?—Bang negó con la cabeza.

—Él era muy reservado incluso si estaba ebrio, aunque nunca lo vi de esa forma, pero tal vez con tu primo dijo algo, no lo sé.

¿Debería dejarlo pasar y simplemente catalogarlo como delirios de una persona mayor? Él realmente quería dejar de pensar en eso y que GyeonGi simplemente estaba muerta, y su padre, había sido el responsable.

Abrazó a Felix mientras apoyaba su barbilla en su hombro antes de dejar un suave beso en su cuello porque sentía ese lugar como su refugio, en sí todo el chico lo era, pero su cuello lo hacía sentirse tan seguro de él mismo. Aspiró el aroma a jabón que su piel tenía y relajó su cuerpo malditamente tenso por recordar mierdas del pasado. Le encantaba tanto que él oliera siempre de esa forma e incluso con su aroma natural parecía volverse un maldito idiota por este chico. Felix lo abrazó un poco más antes de soltar un suspiro y observar su dedo anular, tan asustado de lo que este hombre le hacía sentir en tan poco tiempo y en cómo parecía pensar a futuro por simplemente él.

—Deja de torturarte, amor—Murmuró mientras sentía la respiración de Bang hacerle cosquillas en el cuello. El mayor hizo un sonido de afirmación mientras movía un poco su cabeza.

—Me voy a ir contigo—Dijo mientras sacaba un mechón de cabello de los ojos del rubio, este frunció el ceño sin entender—. No me voy a quedar diez años aquí. Antes de que entraras tenía el plan de irme solo, pero ahora quiero escapar contigo y ser feliz contigo.

— ¿Cuándo quieres escapar?—La sonrisa que tenía en su rostro hizo a Bang hacer un sonido de molestia.

—Cuando tu condena termine—Dijo mientras se separaba sentándose frente al muchacho de cabellos ondeados. Felix lo miró un momento mal—. No pienso volverte un fugitivo de la ley, cumplirás tu condena y cuando te vayas unos días más tarde, me iré contigo, solo deberás esperarme.

— ¿Cómo voy a vivir sin ti esos días?—Bang soltó una risa mientras negaba con su cabeza. Felix algo sorprendido y aun no acostumbrándose al sonido tan hermoso que su risa era, frunció el ceño—. No te burles, hablo en serio.

—Te acostumbraras—Soltó.

Mientras lo miraba a los ojos, trataba de transmitirle con estos que realmente debía de hacerlo porque él no sabía cuánto podría durar con vida. Estar con él era condenarte al infierno y esperar en cualquier momento por tu condena, estar con él era tratar de acostumbrarte a que en cualquier momento podía morir y no sería de una buena forma. Pero mientras tanto, le daría todo el amor que pudiera, le haría sentirse la persona más hermosa y querida de toda la maldita galaxia porque realmente si Chan en algún momento moría quería que él se quedara con la imagen de que sí había podido amar con locura.

¡gracias por leer!

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