día 13: mío. (!).

Al día siguiente, Jisung se metió en la celda de Bang despertándolo y haciéndolo gruñir mientras se tapaba con la manta que le había robado al futón vacío de Felix hasta la cabeza. El pequeño rubio había dejado en el suelo, las cosas que necesitaba para curar el rostro de Felix con un ruido molesto.

—Dijo Changbin que hoy solo pongamos algunas banditas nada más—Dijo sonriendo—. Tengo unas súper tiernas, se las cambié a un recluso quien las tenía porque su hija se las había regalado y me dijo que si las usaba quedaría como un marica frente a todo el pabellón.

—Deja de hablar, Hada—Murmuró Bang dándose vuelta en su lugar—. Deja de hablar por solo un maldito segundo.

—Te puedes ir a la mierda—Canturreo mientras le hacía señas a Felix para que se acercara.

—Puedo hacerlo solo, Hannie —Jisung sonrió embobado por el apodo recibido y Bang sacó la cabeza de adentro de las mantas, frunciendo el ceño cuando escuchó el apodo dado por Felix.

— ¿Desde hace cuánto que estás despierto?—Preguntó bostezando mientras estiraba sus brazos sobre su cabeza.

—Antes que tú, seguro—Soltó Jisung mientras pasaba con delicadeza una crema antiséptica sobre las heridas de Felix, la del pómulo era la que más le preocupaba, pero Changbin ya les había dicho que no necesitaba sutura.

—Hace un tiempo—Acotó Felix mientras hacía una mueca. Cada vez que Jisung presionaba para que la bandita de Hello Kitty se pegara a su pómulo, dolía gracias al cardenal que predominaba en ese lugar—. Como ves no tengo reloj, no sé qué hora puede ser.

—Deja de juntarte con esa pequeña mierda—Murmuró lavando su rostro mientras señalaba a Jisung que sonrió complacido—. Ya hablas como él—Soltó.

—Me complace mucho Bang que sigas pensando en mí—Se burló. Chan le sacó el dedo del medio mientras lavaba sus dientes, Jisung soltó una baja risita—. Ya estás, Felixie. Si puedes, ve a mi celda después del almuerzo, tengo una bolsa de dulces para darte.

— ¿En verdad? Gracias—Sonrió y saludó con su mano al pequeño rubio que se retiró rápidamente de la celda tomando las cosas que había llevado.

Felix volvió a su lectura mientras que Bang se quedó parado contra la pared mirando al muchacho de piel dorada que parecía disfrutar mucho del libro que tenía en sus manos. Chan apretó los puños, el cardenal que estaba en el rostro de Felix llevaría tiempo antes de que desapareciera, tenía un corte en el puente de su nariz y uno en su ceja derecha, esos no le preocupaban mucho eran pequeños y sanarían rápido, el molesto corte que tenía en el pómulo era lo que le preocupaba en verdad y aunque Changbin le había asegurado que no había problemas con ese ni necesidad de suturar, él no le creía nada por más que fuera su mano derecha. La culpabilidad se abría paso en su pecho como nunca antes lo había hecho, no sabía ponerse en el lugar del otro, no era capaz de sentir empatía por nadie más y era alguien que no sabía expresar sus sentimientos. Pero ahí estaba, apoyado contra la pared se su celda, sintiéndose culpable por cada moretón que Felix tenía en su cuerpo, por cada corte que le hacía arrugar su precioso rostro en el momento que lo curaban y era estúpido, pero él se seguía viendo hermoso aún con esa bandita de un gatito.

Se quedó mucho tiempo admirándolo desde lejos que no notó la mirada de ceño fruncido que Felix le estaba dedicando. La pesada y oscura mirada de Bang era intensa por lo que se hacía imposible tratar de ignorarla, no cuando lo miraba con tanta insistencia.

— ¿Qué sucede?—Preguntó un tiempo después, colocando algunos mechos sueltos detrás de su oreja. Chan negó con su cabeza y se fue acercando a él—. ¿Qué?—Murmuró cuando el mayor pasó sus manos por sus piernas, acariciándolas superficialmente sobre los pantalones de la prisión.

—Nada—Dijo ronco antes de enterrar su nariz en el cuello de Felix. Nuevamente, olía a alcohol y antisépticos, pero también olía dulce como si el olor de los caramelos que Jisung le había dado el día anterior se hubiera impregnado en él.

Chan acarició con suavidad la mejilla contraria y Felix se estremeció, su tacto era frío y le hacía doler donde estaba golpeado. Besó suavemente sus labios, teniendo cuidado de la marca violácea que estaba en su comisura. Lo despojó de la parte superior del uniforme rápidamente, besó su cuello, mordió tanto que los gemidos del menor se hicieron insoportablemente tentadores. Felix tenía una perforación en su pezón derecho y Bang se preguntó cómo es que antes no lo había notado. Bajo por su cuello dorado hasta su pecho, apreció los botones cafés antes de que su lengua se arremolinara en su pezón perforado haciendo que Felix echara la cabeza hacia atrás encogiendo los dedos de sus pies y soltando un bajo gemido.

El tacto de Bang, los besos que le daba, su lengua paseándose por su cuerpo y sus belfos chupando cada parte que parecía estar en blanco no se sentía mal, no se sentía asqueroso, no le daba repulsión.

Gimió fuerte cuando los dientes de Bang mordieron y estiraron mientras que su mano libre jugaba con el pezón izquierdo. Se paseó y degusto ambos antes de volver su boca nuevamente a la contraria. La ropa interior le apretaba y dolía mientras Felix colocaba las manos en su nuca y estiraba el cabello de esta zona antes de empujar su mano para que se acercara más a él.

— ¡Son las duchas!—Gritó un oficial y un coro de voces se escuchó fueran.

—C–Creo que...—Su mente estaba tan en blanco que realmente no podía formar palabras coherentes—, debemos... ir—Bang, escondido en su cuello asintió con la cabeza antes de morder con fuerza su hombro haciéndole soltar un grito.

—Sí, debemos. Pero esperemos un poco, seamos los últimos—Murmuró volviendo a besarlo.

Por alguna extraña razón, Chan se sentía cómodo con Felix a su alrededor.

—C–Chan—Gimió Felix, las duchas se encontraban vacías porque el mayor le había pagado a algunos oficiales para que los dejaran solos.

—No puedes esperar ¿no?—Sonrió burlón mientras seguía de rodillas frente al rubio, chupando su polla.

Pasó su lengua adornada con un piercing por el largo del falo de Felix haciéndolo estremecer por el frío del metal, se llevó el pene contrario a su boca moviendo su cabeza de arriba abajo, deleitándose de los bajos gemidos que el rubio soltaba. Volvió a la boca de Felix unos segundos después, metiendo su lengua dentro de su cavidad y haciéndole poner los ojos en blanco. Y a Chan le encantaba porque el menor parecía tener una adictiva fijación oral.

Sus manos acariciaron la curvada cintura del más bajo mientras seguía mirándolo a los ojos, nuevamente los oscuros peleaban con los mieles. Chan sonrió antes de enterrar su rostro en el cuello de Felix, mordiendo, chupando, sintiéndose satisfecho por las marcas renovadas.

—Tienes que dejar de hacer eso—Se quejó en medio de un gemido. Aunque le gustara la forma en la que Chan chupaba y mordía su cuello, las marcas que luego dejaba eran espantosas.

—Mío—Murmuró—. Eres mío. Completamente mío—Las piernas de Felix temblaron cuando la mano de Bang tomó su pene, dando suaves y duras jaladas mientras con su dedo pulgar daba masajes en su glande tapando el orificio de este y no dejándolo que se corriera.

—Chan—Soltó y se aferró a los hombros del mayor cuando este dejó su polla y lo levantó. Enredó las piernas en la cintura contraria antes de que Bang los estampara contra la pared de la ducha para poder tener un sustento, alineó su gruesa polla y se empujó dentro, el menor gritando y clavando sus uñas en su espalda.

—Mierda—Dijo antes de gemir con fuerza cuando salió del estrecho interior—. Tan apretado, bebé—Mordió con suavidad el hombro contrario porque realmente se sentía apretado estar dentro de él.

—Muévete—Dio pequeños brincos para que el otro comenzara a moverse, logrando que Bang soltara bajos gemidos antes de empujar sus caderas con fuerza.

Apoyó la espalda de Felix en la pared de azulejos blancos y se sostuvo mientras se empujaba dentro, una y otra vez. Sus pieles chocando era lo que se escuchaba retumbando en todo el lugar, las respiraciones agitadas chocando una con otra, sus ojos llenos de placer. Los gritos de Felix comenzaron a ser cada más fuertes mientras Bang se movía dentro y fuera. Cuando el mayor salió de su interior, soltó un gemido de frustración mientras con su ceño fruncido lo observaba.

—Solo espera un momento—Dijo ronco mientras lo bajaba al suelo, lo tomó del cuello envolviendo toda su mano alrededor de este antes de besarlo con rudeza, sus músculos peleando entre sí mientras el sudor se volvía más intenso. Lo dio vuelta haciéndolo soltar un jadeo de sorpresa, golpeó su culo con una de sus manos abiertas y luego tomó ambas muñecas, llevando sus brazos sobre su cabeza, sosteniéndolos en ese lugar a medida que alineaba su glande en la linda entrada rosa de Felix quien soltó un gemido complacido cuando ingresó en su interior.

— ¡Ah! Chan—Y se sintió raro, pero le encantó.

Las manos de Bang soltaron sus muñecas y Felix mismo las dejó extendidas sobre la pared mientras estiraba su culo hacia atrás buscando un poco más de profundidad. Chan apretó sus dedos en su cuello con una mano mientras que la otra se enterraba en la carne gruesa de su cadera. Sus movimientos eran bruscos, rudos mientras veía como su pene entraba y salía de su gordo culo. Apoyó la cabeza de Felix en su hombro, haciendo que este mirara hacia atrás, sus ojos se ponían blanco cada vez que entraba fuertemente dentro de la estrecha cavidad. El rostro lleno de placer hicieron que Bang mordiera su labio inferior con fuerza porque era una cosita tan linda.

— ¡Más por favor!—Pidió a gritos mientras apoyaba su mejilla en los fríos azulejos.

Bang lo besó, metiendo su lengua en su cavidad, Felix temblando por el contraste de temperaturas que le provocaba el piercing de su lengua; Desde que ambos habían empezado a follar, él no había notado la barra plateada y fría que le traspasaba su lengua, dudaba que lo hubiera tenido antes y estaba seguro que él se lo había colocado hace un rato. Y le encantaba que lo tuviera porque hacía el ambiente más caliente.

Y ya no soportaba, apretó sus muslos con fuerza cuando sintió el cosquilleo en su bajo vientre que lo hizo gemir con fuerza. Chan seguía golpeando contra ese punto dulce que lo hacía querer clavar sus uñas en algo por el placer inmenso que estaba sintiendo. Hasta que explotó, como miles de fuegos artificiales fue tanto y tan inexplicable que sus ojos se pusieron en blanco y mordió tanto su labio inferior hasta que se lo hizo sangrar. Sus piernas temblaron mientras el orgasmo lo golpeaba fuertemente, su entrada apretó con fuerza al intruso que estaba dentro suyo y Chan soltó un fuerte gruñido mientras sus dedos se clavaban en la gruesa dermis de las caderas contrarias.

Y mientras los espasmos del intenso orgasmo se llevaba sus fuerzas y Felix se deslizaba hasta el suelo de las duchas, sus ojos cerrados y aun temblando, su mente nebulosa mientras pensaba implícitamente que no podía dejar ir a tan semejante hombre que era capaz de hacerle perder la consciencia de todo lo que estaba a su alrededor.

Chan no podía, pero lo hacía. Su cabeza le gritaba tanto que se asustó. Mientras trataba de regularizar su respiración y poner su mente en camino nuevamente, había algo que le estaba molestando, tanto que estaba seguro que esa noche no iba a poder dormir. Porque todo lo que Bang podía pensar era que Felix era suyo, suyo y completamente suyo.

Mío. Mío. Mío.

¿QUÉ. MIERDA. ESTABA. PASANDO?

Felix estaba en el comedor, sentado junto a Jisung quien hablaba tanto que no podía llevar el ritmo de su conversación. Él se encontraba jugando con la comida mientras trataba de encontrar una posición cómoda que no le hiciera doler tanto su espalda baja y su culo. Jisung comía dulces mientras que Bang estaba frente ellos sentado sin realmente hacer nada.

—Debes de comer—Dijo Jisung mientras veía como Felix dejaba la bandeja de lado. No tenía hambre y no quería obligarse a comer.

—Y tú debes de comer algo más saludable—Soltó mientras veía como el pequeño rubio se llenaba la boca de gomitas.

—Ajá—Asintió con su cabeza y movió su mirada por todo el camino que el oficial Minho había hecho antes de dedicarle una linda y tierna sonrisa.

Felix cruzó miradas con Bang que ya se mantenía mirándolo fijamente. Él era bonito y Chan no tenía por qué o cómo negarlo, las actitudes que tenía, la manera en la que parecía manejarse, él no conocía las calles y le era incluso difícil tratar de adaptarse a la vida que estaban llevando dentro de la prisión porque todo era más agresivo, más molesto y debías saber cómo manejarte, y, manejar a los demás. Él trataba de relajarse, realmente lo hacía, pero siempre estaba mirando a sus costados, detrás suyo porque temía que algo como lo del otro día sucediera y no lo estaba diciendo, Bang simplemente se daba cuenta. Y cada vez que el hombre pensaba sobre esa situación, más molesto se sentía.

Chan era un hombre hermoso, eso lo tenía en claro y seguramente si él tuviera otra mentalidad, y se hubieran conocido en otras circunstancias, él hubiera tratado de hacer todo lo posible para conquistarlo. Un hombre como él nadie podía dejarlo ir y si realmente tenía algo de alma, bondad dentro de él cualquier persona seria afortunada de tenerlo a su lado. Felix chupaba su polla y follaba con él porque le gustaba un poco y porque la seguridad que podía brindarle era mucha aunque en momentos parecía que estar cerca suyo complicara aún más las cosas.

Jisung entendió algo que no era y con una excusa tonta se levantó de donde estaba sentado, dejando los dulces que había estado comiendo antes de notar las miradas que tanto Bang como Felix se estaban dedicando. Sonrió, porque parecía realmente ser que Felix podía ser la segunda persona por la que Chan se preocupara. Ambos podían negarlo cuantas veces quisieran, podían poner miles de excusas, pero ellos se habían conocido por algo, habían tenido ese encuentro por algo simplemente deseaba que Bang realmente empezara a querer en verdad y que dejara esa vida que parecía seguir arruinándolo.

Ellos siguieron mirándose y compartiendo algunas pocas y cortas palabras, no tenían ganas de entablar una conversación porque la tensión parecía ser más que asfixiante y mientras los iris negros y mieles se cruzaban de vez en cuando, todo parecía aumenta mil veces más. Alguien los observaba de lejos con una sonrisa en sus labios mientras notaba la forma en que parecían conectarse tan bien.

Sin embargo, no pensaba de esa manera. Bang no era digno de amar luego de toda la mierda que había hecho, no era digno de tener a su lado alguien como ese muchacho de ondas rubias era, no era digno porque él siempre sería un hijo de puta con un alma oscura que le encantaba asesinar porque era lo único que conocía en esa vida de mierda que había llevado. Esa conexión que parecían llevar ambos, pronto se acabaría porque Bang estaría en manos de su clan dentro de poco, la cabeza de Bang Chan rodaria y mierda que todo el mundo iba a enterarse.

Bang pareció decir algo que hizo reír al muchacho, con una sonrisa tan extraña como particular que había enganchado a más de uno, incluso a él.

Tenía un plan que pondría en marcha, pero necesitaba la orden desde afuera, no aguantaba por tener esa visita que tanto le habían prometido y saber qué era lo que realmente debía hacer, estaba dispuesto a todo con tal de que Bang por fin estuviera en sus manos y tener esa venganza que por tanto tiempo habían anhelado.

Bang Chan o Lee Felix pronto caerían, no importaba quién fuera. El imperio Bang se destrozaría de una vez por todas en el maldito mundo.

Espero que les guste el capitulo 😉<3

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