Recuerdos de días lejanos

Mientras esperaba en el altar no pude evitar que a mi mente llegara un mar de sentimientos encontrados. Cada mirada que se cruzaba entre los invitados me provocaba un vuelco en mi corazón.

Con tic del reloj, divagaba cada vez más profundo en vivezas del pasado. Me dejé llevar por mis memorias, que, preparándome para el cual sería el mejor día de mi vida, me hicieron volver en cada uno de mis pasos. Conduciéndome a cuando mi primera disputa tuvo lugar.

El día en que acepté ser tutor de ellas...




Hace 4 años



El sonido de la bocina de un vehículo costoso lo apresuró, afuera de su hogar, una lujosa limusina se encontraba estacionada, las personas que esperaban en su interior miraban a All Might con una mirada profunda y rozando la decepción.

El rubio esbozó una sonrisa nerviosa y rezó para que su mayor orgullo por fin asomara, aunque sea su cabellera verdosa. Y como si los cielos hubiese hecho caso, la puerta del apartamento de los Midoriya fue abierta de manera abrupta. Un chico no muy alto salió disparado bajando las escaleras lo más rápido posible con dirección hacia el vehículo. Su cabello verde era desigual por donde se le viera, sin seguir ningún orden específico, lo cual lo había hecho apremiante del apodo de brócoli. Poseía una gran sonrisa, que al igual que la de su maestro, ocultaba un nerviosismo bastante exagerado.

La puerta se le fue abierta y este entró de manera inmediata, saludando a los presentes. Además de estar All Might, también hay un hombre de tez muy pálida, mirada aguda y de pelo azabache reflejaba que no sonreía en lo absoluto, pero para su sorpresa le devolvió cortésmente el saludo. Al lado de aquel imponente señor, se encontraba un sujeto que aparentaba una mayor edad, arrugas que denotaban que reía mucho, pelo negro sin pizca de brillo ojos azules animados.

—Entonces... —el pecoso en su intento de hablar fue interrumpido.

—Llegas tarde, Midoriya-kun. Menos un punto —exclamó el tipo que no sonreía.

—No seas tan duro con el Maruo, míralo, debe estar nervioso, no debe entender que pasa.

—No pienso ser persuasivo, este chico podría ser el tutor de mis hijas, debe demostrar con creces que está a la altura —declaró Maruo de manera tajante—. Espero no te lo tomes a mal, Midoriya-kun

El chico negó con rapidez.

—¿Hi-Hijas...? Pe-pero me habían dicho que era una chica... su nombre si mal no recuerdo es Oyuki Takebayashi —dijo Izuku nervioso.

—Esa es mi hija, por cierto, me llamo Edward Takebayashi —apuntó el tipo de ojos azules—. Verás, este gruñón de aquí es amigo mío y se enteró que mi hija recibiría clases de ti, Midoriya-san. Su amor paternal lo hizo pedirme firmemente que también le enseñaras a sus hijas...

—Bu-bueno, sin son tres no sería tan difícil.

All Might en su interior rio por la inocencia de su discípulo.

—Son seis...

—¿Di-disculpe? —su alma abandonó toda conexión del plano físico.

—Tengo cinco hijas, no dos.

—Comienzas mañana, ¡te quejarás de todo menos del pago! —afirmó el sonriente Edward.

Tan estupefacto quedó, que para cuando reaccionó, ya estaba en la acera peatonal, bajo los rayos del sol de la tarde y mirando el pavimento con una sonrisa que demostraba que ya nada tenía sentido. Inko que estaba en el apartamento recibió un mensaje del banco, una cantidad desmedida de dinero entró a su cuenta. Mientras su hijo se preparaba para el mismísimo infierno, la mujer saltó de la alegría.

—Como te decía Mitsuki, no es una competencia, pero Izuku le gana a Katsuki.

—¡Carajo! —gritó la rubia.




Un año después

-Izuku-


Desde ese día muchas cosas sucedieron, estuve a punto de tirar la toalla en al menos dos ocasiones por culpa de cada una de ellas. Aunque no pude en su momento comprender el porqué de cada situación, el tiempo me dio las respuestas que esperaba. Admito que crucé la línea que desde un principio se me dejó claro que jamás, bajo ninguna circunstancia atravesara. Por aquellos días me dije a mi mismo que era por el bien de ellas, que solo sería por un tiempo, que cuando todo esto acabara cada uno volvería a su vida. Ellas tomarían su rumbo en el último año ya que el contrato habría terminado.

Que equivocado estaba. Esa línea que había cruzado por fin me había alcanzado, junto con sus consecuencias, el ambiente por el que me esforcé para hacerlo lo más tranquilo y estable posible se vino a abajo. Lo peor de todo no es que fuera sin ninguna razón, claro que la había, pero era la más estúpida que habría tenido cavidad en mi cabeza.

Yo soy la razón.

Así que recuerden: Nunca, jamás, pero jamás de los jamases, bajo ningún concepto acepten pan de un cercano. El dolor de estómago podría venir de eso... y también mi primera cita de toda la vida.

—Mañana, en la tarde —la dulce Nakano sonrió mientras se separaba del chico—. Nos vemos.

—¡Pe-pero no me dijiste en donde te vería!

—No es necesario, Izuku-kun. Jeje.

—¿Qué?

—Siempre me terminarás encontrando al final de tu camino...












Osi osi, como diría un sabio: "Lo que no te mata, te cambia de team"

El orden por si las dudas será:

1-. Miku

2-. Nino

3-. Itsuki

4-. Yotsuba

5-. Ichika

6-. Takebayashi

Suavecito para empezar con la favorita del fandom c:

Espero les haya agradado esta introducción. Dejen su estrellita si fue así. No siendo más me despido por ahora.

GottoCatch

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