Capítulo 8.
Capítulo 8. principio del amor
Akutagawa estaba en su despacho, necesitaba arreglar unas cosas y de pronto escucho un ruido, fue a la cocina y encendió la luz – uh – se quejó mirando - ¿señor?
— Atsushi... Buen día o
— Madrugada – le sonrió - ¿leche tibia?
— ¿hay galletitas?
— Sí, hay unas cuantas
— Quiero con lechita por favor
Atsushi comenzó a reír – eres demasiado lindo – ambos se sonrojaron – perdón
— Está bien. Me agrada
Sirvió la leche de ambos y se sentó con las galletitas. – ¿Qué tal la paso?
— Increíble, gracias a ti, a todos
Le sonrió – gracias. Me alegra que los niños lo lograron, se esforzaron tanto
— ¿y tú? ¿Qué hiciste para mí?
— Señor, ¿Cómo dice algo así? ¿recuerda la persecución en la pista?
— Tu llegada fue increíble aquí... los salvaste, nos salvaste... Me salvaste
Atsushi se sonrojo, el azabache tomo su mano – Eres increíble Atsushi
— Ah, yo... Y-yo gracias... usted, bueno es que tú, tú también eres increíble...
Akutagawa sonrió y Atsushi también, terminaron su conversación con leche y galletas, para después ambos ir a dormir.
A la mañana siguiente, la rutina fue la de siempre, despertar a los niños, desayuno, dientes y escuela. Akutagawa se fue a trabajar, y Atsushi se dejó caer en el mueble de la sala – que bonita es la vida...
Toru apareció arrastrando una bata – hermano
— Si, cierto, ahorita te llevo
— ¿puedo desayunar?
— Si, si, la comida de Tanizaki en la mañana es perfecta
— Pues sus postres fueron deliciosos – exclamo entrando a la cocina – qué onda Martínez, ya llegué
Tanizaki comienzo a reír, los empleados y Toru almorzaban tranquilamente todos reunidos cuando el timbre sonó – uuy voy
— No joven Atsu, iré yo – pidió Hirotsu para levantarse, arreglar su chaleco e ir a la puerta
— Me encanta tu trabajo Atsu, es increíble y la gente es maravillosa, gracias por cuidar de mi hermanito
— Aay Toru, gracias a ti por venir, es tan lindo como hablas de mi comida
— Mira que de comida sé, y tu comida Tanizaki es WOOOOW WOOOOOW
Seguían riendo cuando Hirotsu entro con un ramo de flores en un florero – joven Atsushi
— ¿eh? ¿sí?
— Para usted
— ¡¿eh?!
— Aaay santa magdalena de los redimidos, ¿Quién te envió flores? – pregunto Toru parándose para buscar la nota – "leche y galletas en la noche, flores por la mañana" – Toru lo miro – hermano ¿a quién te cogiste anoche? Solo estaba yo en la recamará
Atsushi se sonrojo – Toru
— Ay por dios – dijo Tanizaki sorprendido – cuéntanos todo Atsu
— Vamos, deténganse, no es... n-no es así, no es lo que creen
— Aquí dice leche – dijo Toru señalando la palabra en la nota – leche, significa sexo, galletas significan huevos. Hiciste un oral, YYY te bañaron en leche, que rico
Atsushi se tapó el rostro – disculpen a mi hermano...
— Tiene una forma interesante de resolver problemas
— Y la flor significa que te desfloreo, te penetro, te
— ¡Entendimos! – suspiro Atsushi – no pasó nada, solo charlamos con un vaso de leche cada uno y unas galletas
— Oh, es cierto que deje unas y ya no había por la mañana – menciono Tanizaki – pero ¿con quién las comiste?
— Déjame adivinar – sonrió Toru
— No hace falta adivinar – añadió Hirotsu por fin – joven Atsu, usted trajo más que alegría a esta casa, dudo que nosotros no seamos capaces de entender cómo se siente nuestro jefe
— ¿el jefe? ¿Akutagawa? – pregunto Tanizaki
— Amigo zanahoria, creí que estábamos en el mismo canal – se quejó Toru
— Chi-chicos... Akutagawa y yo solo platicamos...
— ¿y las flores?
— A-agradecimiento
— Agradecimiento cuando te lance mis bendiciones – se quejó Toru – ese hombre te está coqueteando hermano
Atsushi trago saliva, miro a sus compañeros – te apoyamos – dijeron ellos
— Si, fuese increíble
— Admito que me gusta la idea – dijo Hirotsu sonriente
Atsushi sonrió – gra-gracias, aunque no sé si esto vaya a ese rumbo
Toru se paró en la silla y levanto una manzana - ¿Qué pasa? – pregunto Tanizaki
— Doy gracias porque mi hermano dejará de ser virgen
— ¡¡TORU!!
Para cuando los niños llegaron a su hogar, Toru ya se había ido y Atsushi los esperaba, lo que nadie esperaba es que Akutagawa también llego haciendo el rostro del albino ponerse rojo – ¡Papá!
— Hola niños – menciono abrazándolos – que lindo verlos
— Llegas temprano
— Si, quería hacer la tarea con ustedes
— ¡SIII!
— Bien, bien, todos a dejar sus ropas, a cambiarse y lavarse las manos
— ¡SIII!
Los niños corrieron a sus habitaciones, Akutagawa se acercó al albino - ¿recibiste las flores? – pregunto y el albino solo se sonrojo más
— s-si ¿las enviaste tú?
— Directamente de mi para ti
— Gra-gracias, so-son bonitas... pe-pero
— ¿pero?
— ¿Por qué?
— Yo... Siento que necesito compensarte lo que haces por mis hijos
— Oh... pero yo no lo hago por esperar y – Akutagawa puso su dedo en sus labios para silenciarlo
— Solo fue un gracias, pero eso no quita que tenía segundas intenciones de obtener un... besito
Atsushi se puso aún más rojo alejándose un poco – se-señor don Akutagawa, mire yo... es-es que no me mal interprete, es lindo, pero o sea...
— Tranquilo, solo estoy comenzando.
— ¡niños! – grito Atsushi completamente rojo para ir a buscar a los niños – más vale que se estén limpiando.
Akutagawa no dudo en reír por el nerviosismo del menor
Los niños y Akutagawa hacían la tarea, Atsushi estaba dando vueltas en la cocina – me estas mareando – se quejó Tanizaki
— Es que, o sea... é-él realmente las mando para mí, me lo dijo, intenta – susurro – conquistarme
— ¿y qué tiene de malo?
— Es mi jefe, mi patroncito, el don de dones, el papa de mis chamacos
— Vamos Atsushi... No le quita lo guapo, rico, amable, sensual, y lo más importante para ti, una familia
— ¿fa-familia?
— Si, ¿no lo has pensado? Tú, él, los niños
Atsushi sonrió – los niños... e-eso sería lindo
— ¿verdad?
— Aay pero no Jun, no me hagas pensar de más, aaay me voy a matar
Mientras tanto en el cuarto de tarea, el azabache mayor miro a sus hijos – oigan niños
— ¿mmm? – todos dejaron sus tareas y lo miraron - ¿les gusta Atsushi?
— Me encanta
— Lo amo
— Es fabuloso
— Maravilloso
— Lo necesitamos – dijeron ambos gemelos
— Les debo confesar... que estos dos meses y medio, admito que la primera mitad sentí que no lo necesitaba, después del primer mes él fue maravilloso y este último mes y medio ha sido maravilloso
— Lo sabemos papá – dijeron los niños
— ¿a qué quieres llegar? – pregunto Atsuke
Akutagawa los miro y arreglo su garganta – bien... a mi... - miro a sus hijos – me gusta, me gusta mucho Atsushi - Los niños gritaron fuerte – basta, basta – pidió el Azabache y los niños taparon su boca
Atsushi apareció algo despeinado y agarrándose de la puerta, había llegado a toda velocidad al cuarto - ¿Qué paso? – pregunto preocupado. Los niños se quedaron callados y sorprendidos
— Vaya que rápido – menciono Akutagawa levantándose
— Pues ellos gritaron
— Estoy con ellos
— No importa, mi trabajo es protegerlos, ante todo, eso te incluye a ti – amenazo sonriente
— ¡Atsu! – dijo Atsuke – Papá me pego en mi frente
— Me pellizco
— Si papá es malo, Atsushi castígalo
Atsushi sonrió y miro al mayor – vaya señor don jefe, creo que tendré que castigarlo a usted
— Tienes razón, debo ser castigado, ¿te parece bien hoy en la noche para cenar?
— ¿eh? – cuestiono pasmado y ligeramente sonrojado
— ¡si él dice que sí! – grito Momo
— ¿eh? ¿ah? ¿niños?
Los niños sonrieron y el mayor miro al albino – entonces ¿cenamos?
— Aah... yo... de-debo dormirlos
— Aaay tengo sueño – dijo Ryunushi estirándose y acostándose en la mesa
— Sí, yo también – los niños se tumbaron en la mesa y comenzaron a fingir ronquidos
Atsushi evito reír – ya entendí, ya entendí, pónganse a hacer su tarea. – Pidió y miro al azabache – yo... Una cena no estaría mal
— A las 9
— De acuerdo
Atsushi salió del cuarto y volvió a irse, Akutagawa miro a sus hijos y alzo los brazos. Los niños aplaudieron.
Obviamente era algo conspirativo, así que Akutagawa ordeno todo con sus empleados e hijos, los niños terminaron sus tareas y guardaron sus juguetes, los mayores ayudaron a los menores a bañarse y cepillar sus dientes. Tanizaki hizo una cena perfecta mientras que Hirotsu arreglo una mesa en el jardín. Michizou fue a buscar flores y algunos arreglos y Atsushi, bueno, el cada que llegaba con los niños ya tenían algo que hacer. Así que estaba sentado en su cama - ¿Qué pasa con todos hoy? – se quejó molesto. Se levantó y a su recamará llegaron Atsuke y Ryunushi - ¿Niños?
— Ma... ¡Atsu! – corrigió Atsuke - ¿Qué usarás hoy?
— ¿ja? Pues... -se señaló – mi uniforme
— ¡NO! – gritaron ambos metiéndose en su armario
— O-oigan
Atsuke y Ryunushi miraron, sacaron una camisa blanca y un pantalón negro – esto
— También esto – dijo el albino con unos zapatos negros
— Ni-niños... ¿no están emocionándose mucho?
— No – respondieron ambos
— Atsu, yo... sé que quise correrte y que hice de todo para que te fueras – menciono y tomo las manos del mayor – pero te juro que... jamás pensé que había personas tan lindas como tu... Y yo, y mis hermanos, mi papá, todos... pero Yo... hablando por mí, Atsu... No podría vivir sin ti a mi lado
— Oh... Atsuke... - Atsushi lo abrazo y Atsuke a él – te quiero pequeño...
— Atsushi jamás me dejes por favor, por favor...
— Lo haré, me quedaré – les sonrió – oigan, pero... Todo esto, entiendo que estén de acuerdo, pero deben entender que... Su papá y yo no... No vamos por nada formal y además ustedes están de por medio, jamás los lastimaré a ustedes
— Atsu – le llamo Ryunushi – nosotros no queremos que salgas con papá solo por salir – añadió tomando su mano – por favor, quédate con él, con nosotros, por siempre...
— Oh niños...
— Se nuestra próxima madre
— Sí, cuídanos
— Niños, yo jamás podría ser su madre... pero... puedo ser su Atsu
— ¡si!
Una hora después, Akutagawa esperaba a Atsushi en el jardín, todos esperaban al albino, Atsushi bajo las escaleras, los niños se fueron a asomar a la ventana del segundo piso para verlos. Hirotsu le sonrió al albino - ¿te llevo?
— Aay me siento nervioso ¿no es demasiado?
— Para lo que has hecho... Creo que es poco
Atsushi sonrió y tomo el brazo de Hirotsu, fueron juntos al jardín.
El jardín estaba iluminado con pequeñas luces colgantes, la mesa de madera tenía un pequeño mantel dorado, las sillas tenían flores colgando, y la cena estaba servida – Atsushi...
El menor se sonrojo – oh, A-A... Jefecito don
— Solo dime Ryunosuke – miro a Hirotsu - ¿me ayudas?
— Claro
Ayudo a Atsushi a acercarse y sentarse, Atsushi estaba completamente rojo y tieso, Hirotsu se fue y el albino miro al azabache – ah... Yo... A-Atsuke y Ryunushi me vistieron
— ¿en verdad? Mis hijos tienen un grandioso gusto, sin ellos, no estarías aquí
Atsushi había subido de tono rojo - ¿podría dejar de hablarme así? Creo que explotaré
Akutagawa sonrió – lo siento, no tengo tacto en estas cosas...
— Eso veo... - Atsushi le sonrió – es lindo de su-tu parte... - miro alrededor – todo es hermoso
— Los empleados me ayudaron, los niños tuvieron muchas ideas
— Son increíbles ¿no?
— ¿los niños?
— Si, nuestros pequeños
Akutagawa esta vez se sonrojo en grande.
Tanizaki y Hirotsu llegaron a la ventana – vamos niños, a dormir, si no esto no valdrá la pena
— Pero Taniiii
— Hirotsu-san, déjanos ver un poco más
— Nada de eso, prometieron dormirse sin protestar ¿o quieren que Atsushi deje a su padre y los venga a dormir?
— Vamos
Los niños corrieron a sus habitaciones, Hirotsu y Tanizaki se habían asomado para ver más
La verdad, es que los días seguían pasando, Akutagawa solía dejar pequeños detalles para Atsushi, los empleados estaban más que felices de la relación, aunque al parecer aun no eran oficinales. Pero era más que obvio que estaban enamorándose.
— ¡QUE HONGOLONGO FAMILYYYY! – grito Toru al entrar a la casa
— TORUUU – gritaron los niños para abrazarlo
— Qué onda mis chavitos
— Toru ¿Qué haces aquí? – pregunto Atsushi bajando las escaleras
— ¿lo olvidaste? No me digas que ni pediste permiso – se quejó Toru
— Aay por dios... ¡los encargos de Fukuzawa! ¡lo olvide!
— ¿Qué sucede? – pregunto Akutagawa saliendo de su despacho - ¿Toru?
— Que ondis – le sonrió – perdón, es que Atsu y yo teníamos un asunto y pensé que tenía permiso y solo vine por él
— ¿puedo ir? En verdad olvide preguntar, pero no tardo – menciono el albino
— ¿A dónde vas Atsu? – pregunto Momo
— Oh, iremos a recoger unos trajes de Fukuzawa-san, son muy importantes y hay que ir a un templo
— Pff – Akutagawa aguanto la risa - ¿Toru en un templo?
— Te voy a rezar Ryunosuke y será como
— Toru – se quejó Atsushi
— Aay si perdón
— ¿y si comen y los llevamos? – cuestiono Atsuke
— Si porfis papi – pidieron los niños al mismo tiempo
— Bien, ¿Qué dicen ustedes?
— Por mi está bien
— Uuuf sí, me ruje la tripa – añadió Toru entrando a la cocina
— Atsushi, tu hermano...
— Sí, ya sé – dijo el albino suspirando
Todos comieron tranquilos, y después subieron a la camioneta grande para ir al templo, los niños se durmieron a medio camino, Toru miraba su celular y Akutagawa miro al albino – Oye...
— ¿sí? ¿Qué necesita?
— Dame tu mano
— ¿mmm?
— Dame, dame
Atsushi se sonrojo y tomo su mano, el azabache conducía con una mano y apretaba con su otra mano la del menor. Atsushi simplemente se había sonrojado – cuéntame más de ti, esa vez me dijiste sobre tu sueño de ser bailarín
— Si. Bueno... en el orfanato había clases extras y a mí me gustaban las de baile
— ¿desde cuándo bailas?
— Entre a los 4 años a ballet, mis profesores eran bastante estrictos
— He escuchado que el ballet es bastante estricto ¿crees que Momo podría?
Atsushi sonrió – seguramente Momo se vería hermosa
— Me gustaría ver más de ti en eso ¿te gustaría ir a clases también?
El albino se sonrojo de nuevo - ¿Qué dices?
— Aay vamos, de vez en cuando ¿no sería lindo? Podrías ir con Momo, tiempo entre ustedes
— Cre-creo que si – menciono sonrojado y le sonrió – Gracias Ryu...
— Yo también bailo – dijo Toru atravesándose – bailo muy bien – sonrió amplio – oye caballero de armadura negra ¿acaso planeas seguir coqueteándole a mi hermano mientras yo voy atrás? ¿si quiera piensas pedirme permiso?
— ¿rechazarás que lo haga? – pregunto Akutagawa y Toru le sonrió
— Se amable
— Toru – se quejó Atsushi
— Aay vamos Atsu, quiéranse, el mundo es libre
Ambos sonrieron.
Una vez su misión en el templo termino y dejaron los trajes, y a Toru; la familia regreso a la mansión, Atsushi cargaba a Momo y Hinata, Atsuke llevaba a su hermano en su hombro; y Ryunosuke llevaba a Taiyou y Nyoko.
Hirotsu llego a ayudar a Atsuke con Ryunushi y los llevo a su habitación, Atsushi y Akutagawa se complementaron para dejar a los niños en sus camas – fue una gran salida
— Lo sé, me encanta salir entre todos
— Bueno, iré a dormir
— Espera, - pidió tomando su muñeca – Atsushi...
— ¿sí?
— Yo... nosotros, digo tú y yo, nos gustamos ¿no es así?
Atsushi sonrió – sí, mucho, ¿mucho?
— Muchísimo
— Sí, mucho – menciono sonriente
— ¿quieres ir al jardín?
— Uuy ¿compraste más flores?
— Nah, o sea sí, pero ven
— Vamos, vamos
Ambos bajaron tomados de la mano, Hirotsu y Tanizaki sonrieron de verlos.
El jardín no tenía nada de especial, era fabuloso como siempre, pero la luna era enorme y le sonrió – Atsushi
— ¿sí?
— Está noche tan fabulosa
— Aja, aja
— ¿te gustaría ser oficialmente mi novio?
Atsushi sonrió - ¡sí! Si, si, si ah – lo miro serio - ¿sigo trabajando y cuidando a los niños?
— Si eso quieres, igual podría
— No me importa, si quiero – añadió abrazándolo – si quiero ser tu novio, Ryu
Akutagawa sonrió, tomo sus mejillas con delicadeza, se sonrieron y bajo la luz de la luna acercaron sus labios para besarse por primera vez y esperando que fuese para siempre.
Hirotsu sonrió, Tanizaki y Tachihara chocaron sus manos alegres.
La felicidad abundaba aquella noche en la mansión Akutagawa.
El mayor se había llevado a Atsushi a su habitación, sus besos no pararon aquel día, y mientras lo metía a la habitación, su abrazo los acercaba más – Ry-Ryunosuke, es-esto es muy...
— ¿pronto? Sí, creo que estoy faltándote al respeto... - añadió apenado el mayor – pero... Eres tan lindo
— Yo... bueno, tu cama
El azabache se sorprendió y miro su cama – sí, yo... No he dormido con nadie allí desde mi difunta esposa...
— No quiero hacer esto si estas incomodo Ryu, nosotros podemos esperar
— No, yo sé que llevamos en esto tres semanas, pero Atsushi, en verdad, esto que siento es único
— Yo me siento igualito Ryu...
Atsushi se acercó para besarlo y el azabache le correspondió, poco a poco el menor fue cayendo por las finas telas de la cama de su oponente, mientras esté dejo sus labios bajar por su cuello - ¿te sientes listo?
— Más que listo...
Los besos continuaron, el azabache se autorizó para quitar el uniforme del menor, mientras el albino le quita su traje, los zapatos del mayor salieron de él, mientras que Atsushi era jalado hacia el para sentarlo encima – Ryu...
— Me siento demasiado bien y yo a ti... ¿te gusto así?
El albino término de quitar su camisa – solo toma todo lo que necesitas
El mayor sonrió, fue tomando sin miedo le pezón del menor, Atsushi lo abrazo de su cabeza para sentirlo más cerca, no tardaron nada en comenzar a crear sonidos provenientes de ambas gargantas. El menor arqueo su espalda acercando más su pecho mientras que el mayor decidió tomar su cadera y sostenerlo con suavidad.
La noche de ambos continúo de la misma forma, entre caricias suaves, besos y pasiones que únicamente conocerían en sus aposentos.
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