Y, aquí estoy de nuevo, pensando en ti, en todas y cada uno de los maravillosos días que pasamos juntos, recuerdo bien aquella noche de locura, de ver la luna sobre el techo de mi casa, pasamos a mi cama, entre besos y caricias, nuestros cuerpos se fundieron en un frenesí, volviendo la habitación llena de nuestros volátiles susurros de amor, éramos como almas gemelas, fundiéndose la una con la otra.

Fue inolvidable, tan inolvidable, que después de algunos años el volver a verte cantar frente a mi televisor aún causaba estragos en mi, esos labios carmesí que mordí miles de veces hasta quedar hastiada, ahora los veía a travez de una pantalla, ahora no eran míos, eran de alguien más...