Hermanos

- ¿Ya estás satisfecho? - le pregunté.

- No me quejo. Pero debo decir que esperaba algo más.

- Sí, claro. Solo mira cómo se han puesto mamá y papá. Has hecho que toda la familia se reúna y que yo deba usar esta maldita ropa.

- Deberías ir con los demás.

- ¿Y entonces quién te hará compañía mientras todo sucede? -nos reímos.

Mamá caminó diréctamente hacia mí, con sus ojos rojos e hinchados de tanto llorar.

- Hijo ¿qué haces?

Ambos nos miramos.

- Nada...

- Ven, ya es hora de irnos - ella me abrazó. Pero yo no reaccioné - ¿quieres hablar de esto?.

Junto a ella, mi hermano se reía a carcajadas por como me trataban.

- Voy en un momento - mamá salió y me quedé solo dentro de la casa - ¿vas a ir?

- No gracias. encontraré con qué divertirme hasta que vuelvan. Luego me cuentas como estuvo - hicimos nuestro saludo de la infancia - No dejes que digan cosas vergonzosas sobre mí...

- ¿Estarás aquí cuando volvamos?.

- Siempre juntos, hermano. - dijo sonriendo.

- En la vida... - puse mi puño delante de él.

-...Y en la muerte... - juntó su puño con el mío. estaba heladísimo.


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