— 911 ¿cuál es su emergencia? — pregunté luego de contestar, como cada día. Esperando que fuese otra broma.

— ¿Mami? — habló una niña — mami ayúdame. Tengo miedo. Ese hombre me hace daño ¿por qué no me ayudas...? Mami... — se cortó la llamada.

Siempre me llama a la misma hora, y no sé como hacer que pare. Ya hace cinco años que tuve el accidente que le quitó la vida a mi pequeña dentro del vientre, y el doctor la removió de mi interior. Pero a la vez no quiero que pare. En un principio eran llantos desgarradores. Ahora sé que mi pequeña está creciendo en donde sea que esté.