Casa de muñecas
Hice de todo para que mis padres me dejaran de regalar muñecas. Pero no me hacen caso.
— ¡Ya no quiero más muñecas! ¡me dan miedo! — les dije.
— ¿Por qué dices eso? — dijo mi madre. — te gustan mucho.
— Cada vez que te vemos por las mañanas te vemos dormida en tu cama rodeada de todas tus muñecas. No sé cómo le haces para que no se caigan. — dijo mi padre.
— ¡No soy yo quien las pone ahí!
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