Después de la tempestad

Temática: Marvel

Número del one-shot: 1

He de decir que no soy una gran fan de Marvel, cualquier incoherencia que podríais encontrar por favor comunicármelo, aunque os pido que seáis misericordiosos con esta pobre chica. Este solo será un one-shot más dentro del universo Marvel, no seguirá las aventuras de los Vengadores como tales.



Las nubes del cielo se mezclaban con el humo que emanan las naves caídas. El cielo, teñido ahora de color naranja, pronto daría paso a la noche, lo cual solo significaba una cosa para nuestros héroes: paz. Una noche de paz de silencio era lo que ellos necesitaban siendo humanos. 

El castaño cerró los ojos por unos instantes recuperando el aliento. Acababa de utilizar toda su fuerza para derrotar a un terrible villano y su cuerpo estaba exhausto. Su pecho subía y bajaba con rapidez mientras su corazón también buscaba hallar un ritmo normal. 

De repente un pensamiento llegó a su cabeza y todo cansancio expiró cuando decidió ponerse en pie. Sus piernas flaqueaban y sus brazos a apenas podían impulsarlo hacia arriba. Las múltiples heridas en su cuerpo dificultaban mucho la simple tarea de ponerse en pie pero en ese momento su objetivo era mayor que cualquier dolor.

Se puso en pie y pronto sintió como la sangre corría por la piel de su brazo derecho que estaba al descubierto después de que su traje hubiera acabado destrozado en medio de la batalla.

Miró a los lados y solo vio destrucción, sin embargo, esa destrucción significaba ahora una nueva era. El cuerpo de su enemigo había sido carbonizado por sus poderes y ahora solo quedaban cenizas que el cliente se llevaría en unas horas.
A su alrededor vio aviones  destrozados que dejaban escombros por todas partes, el humo saliendo de ellos, la hierba calcinada a su alrededor, cortesía de su poder. Todo era un paisaje desalentador pero si miraba a su derecha encontraría el mar. Una extensa concentración de agua adornada con un gran acantilado que se exhibía frente a él casi destruido juanto al cuerpo de un monstruo que había protagonizado sus peores pesadillas por meses, y que yacía ahora el la playa. La Muerte Roja estaba ahora muerta, se acababa aquel reinado del terror en el que cada mañana te despertabas con el miedo de que tu ciudad fuera atacada por esa enorme criatura a las órdenes de su malvado general. 

Veía tanques destrozados al final de la pradera que giró su cabeza hacia otro lado para no imaginar la escampada de cuerpos que debía haber adentro

Su pierna prostética comenzaba a fallarle junto a sus fuerzas y avanzó lo más rápido que pudo hasta los escombros de una nave de lo más futurista ahora caída y destruida. Pronto el comunicador, que milagrosamente había sobrevivido y que se encontraba en su oreja, sonó. La voz de su compañero se sobrepuso a los pitidos en su oído que había provocado la presencia repentina de ruido.

-¿Hiccup? ¿Puedes oírme? Por favor contesta, amigo.

-Si, Fishleg, aquí estoy- contestó con pausas y profundas respiraciones. 

-Gracias al cielo; esta bien- escuchó decir para después escuchar diferentes voces que celebraban detrás de el- Mandare unos helicópteros a por vosotros y equipos de búsqueda.

-Tengo que encontrarla Fishleg- decía preocupado- Puede estar desangrándose o vete tu a saber que.

- Mandaré también médicos, ya veras que todos estarán bien- aseguró antes de hacer una pausa- Si os pasa algo, no me lo perdonaré...jamás.

Hiccup no contestó. No quería culpar a Fishleg de nada si ocurría una tragedia pero sin ella... estaría desolado. Él era quien los había juntado, Fishleg Ingerman Stark, el hijo de Morgan Stark, había decidido reunir un nuevo grupo de Vengadores tras más de cincuenta años desde su última intervención internacional. Desde hacía meses un  terrible enemigo amenazaba de nuevo la paz mundial llevando consigo una terrible bestia, casi un dragón, de proporciones titánicas que ya había destruido ciudades enteras. A ese gigante monstruo lo comandaba, Drago a través del control mental, si el moría la criatura estaría desamparada y no tendría nadie que le dijera como defenderse.

Hiccup llevaba una vida tranquila junto a su novia y prometida, Astrid Hofferson. Él había nacido con el poder de crear y controlar el fuego, y ella, desde que tenía cinco años podía atraer cosas y repelerlas cual imán. Fue por su extrañas habilidades que fueron contactados por Fishleg. Aceptaron la misión después de ser convencidos por el padre de Hiccup quien también trabajaba para el gobierno y por ende sabía de la iniciativa. Pronto Hiccup se dio cuenta del peligro al que se exponían e intentó convencer a Astrid de renunciar pero ella se rehusó.Ahora el tampoco podía rendirse, esperar los helicópteros y rezar por encontrarla cuando llegaran a la base; no, debía encontrarla y asegurarse de que estaba bien con sus propios ojos.  

-Intentaré contactar con el resto- dijo tras el silencio de Hiccup que tomó como respuesta.

Hiccup suspiró y se tranquilizó a si mismo diciendo que estaría bien, imaginando la de planes que llevaría a cabo con su rubia una vez todo aquello terminara. Pensó también en el resto de sus compañeros de equipo, los cuales deseaba que también se encontrarán bien. Los gemelos Tuffnut y Ruffnut, un dúo de hermanos que tenían la capacidad de mandar mensajes telepáticos entre ellos; Snotlout, un chico con grandes habilidades físicas, y Heather, hermana de Dagur y entrenada casi como una ninja en una base militar junto a otra compañera de equipo: Mulan. Recordó también a Jack, el primo de Fishleg y el heredero, según el rubio, de la famosa armadura de Tony Stark. Y por último, Elsa de Arendell y Eugene. Elsa tenía el poder de crear hielo y había agarrado un cariño especial con Jack. Por otro lado estaba Eugene, un ladrón con muy buenas habilidades que buscaba dejar atrás su días como fugitivo de la justicia bajo el nombre de Flynn Rider, incluso se había casado y había tenido un hijo y una hija, pero que acabó envuelto en toda un batalla por el planeta a cambio de una vida mejor y de la eliminación completa de su historial penal. 

Todo un equipo de personas completamente diferentes que se había unido bajo un único juramento, librar la batallas que otros no podrían.

-Cueste lo que cueste- murmuró Hiccup justo antes de ponerse de nuevo en pie y comenzar a andar para encontrar a Astrid. 

Las pequeñas naves que aquel hombre, Drago, había construido solo para cuando ellos fueran acabar con su Muerte Roja, yacían ahora esparcidas por cualquier lado y tapaban su vista. Tal vez tendría que buscar en cada nave pero encontraría a sus amigos.

-Hiccup, date prisa- oyó a Fishleg.

-¿Que ocurre Fishleg?

-La mayoría tiene aun sus transmisores conectados y me han contestado pero Astrid no, está conectada según la pantalla. Tienes que encontrarla rápidamente...

-Fishleg, no ayudas- exclamó mientras  sentía como su corazón se aceleraba.

-Puedo decirte su posición.

- Adelante.

-Está a unos metros de ti, pero no se mueve- dijo Concentrado en el punto verde en la pantalla del ordenador- Espera, se mueve.

-¿Hacia dónde?- preguntó emocionado mirando a los lados 

-Hacia ti...

-Hiccup- escuchó el castaño detrás de él sin notar que aquella no era la voz de su querida rubia.

Hiccup se giró para encontrar a una herida Heather que lo miraba con su único ojo sano, ya que el otro estaba completamente lleno de sangre y de color morado, y que sostenía en sus manos un pequeño aparato de color negro que Hiccup reconoció fácilmente como un transmisor.

-Ha perdido su transmisor Fishleg, si esta herida no podía comunicarse asi que yo me encargaré de encontrarla mientras tú te ocupas del resto- ordenó a Fishleg antes de mirar a la otra chica- ¿Tu te encuentras bien?

-Si, gracias por preguntar - contestó con una sonrisa burlona- Ve a buscar a Astrid y traela a casa par que le pueda dar una buena regañina por separarse de mi solo para ir contigo.

-A la orden- dijo Hiccup esforzándose con esbozar una sonrisa y animarse.

-Hiccup, estas cogeando deberías...

-No sigas, ve a buscar al resto y nos encontraremos cuando los helicópteros lleguen; puedo con una cogera- interrumpió a la pelinegra para volver a girarse para seguir su búsqueda.

Metros avanzados, reconoció la roca que había su lado, el último lugar donde la había visto donde se habían separado en medio de la batalla a pesar de su oposición.

Disparaba a todos lados de los que venían robots y clones para atacarlos. Cada cierto tiempo miraba a su lado para asegurarse de que su compañera se encontraba bien. Astrid apenas necesitaba el hacha de hierro reforzado que se le había dado, simplemente atraía los enemigos hacia ella en un radio de dos metros para luego crear una onda que los mandaba siete metros lejos acabando con la mayoría en el acto.

En un momento dado, la horda de clones terminó y se prepararon para la segunda que se avecinaba a unos metros de ellos. Entonces sintieron un temblor que hizo que todos excepto los robots se detuvieran y que un escalofrío recorriera sus espaldas al ver la gigante criatura que aparecía del mismísimo mar. Un dinosaurio con alas, como lo había descrito Tuffnut, rugía y observaba la pradera entera para luego dar un paso que destrozó casi toda la playa amenazando con llegar al acantilado y entrar a la área de combate. Si eso pasaba, la partida estaria perdida pero exactamente lo que necesitaban era lo que acababa de pasar, despertarla.

-Hiccup, vete- exigió Astrid mirando a su novio.

-¿Estas loca? No te voy a dejar aquí- replicó mirándola y acercándose a ella

Ella lo tomó de la mano y lo miró a los ojos para luego sonreír - Es el momento, ahora la Muerte Roja y Drago están conectados, si acabas con él acabarás con...todo

-¿Y tú?- preguntó preocupado.

-Estaré bien, te cubriré y acabaré con esa secuaz suya que me cae como el culo.

-No se dicen palabrotas señorita Haddock- bromeó tomándola por la cintura. 

-Aún no, señor Haddock, por ahora solo soy Astrid Hofferson.

-No quería morir sin decirte así- contestó juntando su frente con la de Astrid.

-No lo harás

Dicho esto ambos se separaron y se miraron una última vez como una promesa de que aquella maldita boda se celebraría. Después de esto Hiccup corrió en dirección concreta mientras ella corrió hacia la horda con un objetivo diferente: acabar con la tipa que se había atrevido a llamar a "guapo" a SU novio.  

Reconoció también una nave algo más blindada que el resto aparcada perfectamente sobre la hierba con los cristales rotos como si algo hubiera impactado fuertemente sobre el.  Se acercó a ella y pronto recordó que pertenecía  a la mujer que Astrid debía matar para que no interrumpiera su combate contra Drago, Camicazi. 

Escuchó entonces un susurró que venía detrás de la nave y se puso en alerta. La situación ya era tensa pero la posibilidad de encontrar viva a Camicazi y no a Astrid lo ponía incluso más nervioso. Pegó su espalda la metal de la nave listo para girar la esquina y encontrar a la persona que susurraba maldiciones por alguna razón. Con un rápido movimiento se dio la vuelta para encarar al desconocido.

Su respiración se relajó y su corazón volvió a latir con normalidad cuando descubrió tras la nave aquellos cabellos de color dorado y aquel mono de color azul y amarillo tan característico. De un lado de su cabeza chorreaba sangre  las maldiciones se debían a que la chica cómo detener el sangrado con la venda y como colocarla . Pronto la rubia alzó la mirada encontró aquel par de ojos verdes mirándola junto a un sonrisa de oreja a oreja que se le contagió.

-Hiccup.

-Astrid

Astrid se levantó  deprisa de la roca en la que estaba sentada y corrió a los brazos de su chico que la acogió con todo el amor del mundo enterrando su rostro en su cuello.

-Gracias a los dioses que estás bien, no contestabas, habías perdido el comunicador e imaginé lo peor

-Lo sé, Camicazi casi me corta la oreja solo para que no me pudiera contactar con vosotros, finalmente consiguió mi comunicador y lo lanzó tan lejos como pudo.

-Pero por lo que veo no pudo con Astrid Hofferson

-Cierto, ya no tendremos que preocuparnos por ella- contestó con una sonris antes de notar la cara apenada de su novio- ¿Todo bien? ¿Te duele algo?

-No es solo que... realmente no tenía porque que acabar así, con tanta muerte y destrucción.

-Al menos se ha acabado, de una manera u otra pero terminó, por qué ha terminado ¿verdad?

-Si, por fin tendremos paz, todos la tendrán- dijo antes de esbozar una sonrisa y besarla. 

Con la luz del sol poniéndose aparecieron por el horizonte las siluetas de los helicópteros de los que se asomaba Fishleg. Se reunieron todos en el centro del campo de batalla listos para regresar a casa, o al menos la mayoría. Lamentablemente hubo un baja, Eugene no regresó del batalla y tardaron dos días en encontrar su cuerpo. Su mujer, Rachel, también llamada Rapunzel, cuando lo encontró intentó utilizar su poder de curación que la había llevado a convertirse en la doctora de los nuevos Vengadores en su marido pero no había surtido efecto.  Se hizo en su honor un increíble funeral y se lo consideró heroe mundial. 

Hiccup y Astrid pospusieron la boda por la muerte de Eugene pero finalmente un año después de casaron. El futuro que se alzaba frente a ellos era brillante comparado con el pasado de algunos y la esperanza brillaba en los corazones de todos. Después de años de tempestad, tocaba disfrutar de la paz...

10 años más tarde.

Un grupo de hombres y mujeres miraba el atardecer  desde un gran y moderno edificio adornado con una gran A en uno de sus costados, el origen de todo.

Habían pasado casi tres años desde su última misión y diez desde la primera gran victoria que tuvieron y ese día se habían juntado para celebrar esta y conmemorar la muerte de su compañero. Hiccup y Astrid se abrazaban el uno al otro mientras Astrid sostenía en brazos un niño rubio de ojos verdes e Hiccup tomaba de la mano a su querida hija mayor. Rapunzel abrazaba por los hombros a sus dos hijos de trece años, Miranda y Tyler, ambos idénticos a su padre. Mulan había invitado a su novia Moana, con la que ya llevaba casi cuatros años de relación. Heather por otro lado había hallado el amor en Fishleg y cargaba ahora a su pequeño  hijo de ocho meses, Henry.   Los gemelos se abrazaban por los hombros y se sonreían el uno al otro mientras que cada uno tomaba la mano de sus respectivas parejas: Ruffnut la de Snotlout, que  a su vez sostenía a su hija de cuatro años, Cassandra. Y Tuffnut la de su mujer embarazada de ocho meses. Por último se encontraban Elsa y Jack tomados de la mano, con muchos planes en mente.

Detrás de ellos estaba Dagur, el hombre que los había entrenado y los había llevado al éxito que ahora los miraba con orgullo, sobre todo a Fishleg. Aquel muchacho que le había presentado una idea tan arriesgada como era reunir un nuevo equipo de Vengadores y que ahora se jactaba orgulloso de sí mismo de ser el nuevo jefe del equipo. Incluso tal vez le había tomado más cariño el hecho de que se hubiera casado con su hermana, solo un poco más.

También se sentía orgulloso de su "hermano" por así decirlo, Hiccup. Cuando lo vio la primera vez era un chico tan nervioso, que apenas quería utilizar sus poderes por miedo y que apunto estuvo de renunciar pero que se había juntado con la gente correcta y gracias a Astrid, había continuado en el equipo. Se sentía feliz de que su amigo hubiera hallado un buen camino, como todos ellos. 

La paz reinaba ahora y una nueva generación de héroes velaba por la seguridad de su mundo sabiendo que el día que ellos faltaran nuevos héroes se alzarían para salvar la tierra costara lo que costara.


Bueno, es mi primer one-shot con temática Marvel... creo que no ha salido tan mal ¿no?

Debo avisar que en contra de lo que predica el nombre del reto, no publicaré un one-shot por día.

Ahora sí Chaoooo


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