Día 50. (Parte 2/3)

—Nos vemos, Ana —el oficial disparó.

La bala estaba por llegar a mí, pero mi padre nuevamente se interpuso, la bala entró en su frente, un gran chorro de sangre me salto en la cara.

—¡Noooo! —grité. —¡Maldito, asesino!

El oficial Ramírez nuevamente estaba apuntándonos, él no quería que nos fuéramos.

—No puedo dejar que se vayan, Candice me pagara muy bien por lo que hice.

—No si estás muerto —Pablo estaba detrás del oficial y disparó, el oficial rápido cayó al suelo.

No puede ser, si Pablo hubiera llegado antes mi padre no estaría muerto, maldita sea, no quiero quedarme sola.

—¡Andando, tenemos que salvarlos!

No puedo dejar que le hagan algo a Jessica, no quiero quedarme sola.

—Ana, tranquila, vamos a tiempo —dijo Pablo. —No podemos irnos con tu padre aquí, tenemos que llevarlo a la cajuela.

—Yo te ayudo a moverlo, Pablo —mencionó Diego.

Diego y Saúl salieron del auto, yo también salí, Pablo y los demás bajaron a mí padre y lo llevaron hasta la cajuela, cuando la abrieron ahí estaba mi madre, ahora me alegro de no haberle dicho que estaba muerta, el no sufrió, él murió protegiéndome, no puedo creer que yo quería que lo mataran.

—¿Es tu madre? —preguntó Diego.

—Si, es ella —asentí y cerré la cajuela.

—¿Listos? —preguntó Pablo.

Asentimos y entramos al auto, y comenzamos el camino.

***

POV Hanna.

—Aunque sería mejor que se mueran —Carlos se acercó a Candice y ambos comenzaron a reírse de nosotros.

Malditos, los odio, no podremos hacer esto, pero no podemos dejar que nos lleven a la cárcel, por algo que no es cosa nuestra, solo lo hacemos para sobrevivir.

Miré que Manuel entró por la puerta, la dejo abierta, fuera había un pequeño camión.

—Andando, todos al camión, quiero que se comporten —dijo Manuel dirigiéndose a nosotros.

Nos paramos, antes de salir de la casa, Ariana y Henry nos quitaron las sogas que teníamos en nuestras manos.

Caminamos hasta el camión, el plan no me quedó claro, solo tendremos que sacar el dinero y meterlo en el auto que Ariana y Henry irán conduciendo.

Pero me temo que para detener ese camión será muy difícil, aunque ya quiero quedar libre de esto, Saúl se quedó en la casa escondido, me alegro, no quiero que lo maten.

Miré que Candice y Manuel se subieron al camión, era hora, teníamos que estar en la carretera que sale de la ciudad antes que el camión que transporta el dinero, no entiendo como Candice supo de ese camión.

El camión comenzó a dar, estaba muy nerviosa, no quiero ir a la cárcel.

—En cuanto Candice nos deje, salimos corriendo de ahí —mencionó Emily.

—No, no podemos irnos, si no lo hacemos, no nos dejara en paz —ahora Ian estaba asustado.

—No me hagas reír, Ian, ¿Cómo se supone que asaltaremos un estúpido camión? —preguntó Emily.

—Solo sacaremos el dinero, Ariana y Henry se encargarán de detenerlo —Rosa estaba mas calmada que todos los demás.

—Eso suena fácil.

—No lo será, recuerden, todo esto tiene que ser rápido, la policía podría llegar —mencionó Valeria.

Es cierto, de otra forma todos iremos a la cárcel.

—No voy a poder, me pondré nerviosa —Gaby negó con la cabeza.

—Me caga su positividad —dijo Ian para luego reírse.

—Espero y sea fácil —mencionó Selena.

Yo también espero lo mismo, en verdad solo quiero terminar esto e irme de aquí con mi madre.

Cuando esto termine, espero que Candice deje ir a Ana, no quiero que le pase nada malo, me siento muy mal, la quiero mucho, no entiendo como fui capaz de traicionarla, espero pueda perdonarme.

—No, yo no me voy a arriesgar, cuando este camión se detenga y Manuel y Candice se vayan, yo saldré corriendo —dijo Emily molesta.

—Yo me iré contigo, Em —mencionó Selena.

—No pueden hacer eso, no pueden irse y dejarnos solos —Jessica estaba enojada. —Sean valientes malditos traidores.

Jessica se miraba muy enojada, ahora entiendo porque no nos ha dirigido la palabra, debe sentirse muy mal.

—Jessica tiene razón —mencionó Isaac. —Debemos de hacer esto juntos.

—No tienes por qué enojarte Jessica, tu hermana también es una maldita traidora, si no fuera por ella yo no estaría aquí —dijo Grace enojada. —Todo empezó por ella, así que yo también la hubiera traicionado.

—Eso no es verdad, Grace, con la que tendrías que estar molesta es con Candice, no con Ana.

***

Narra Ana.

—Casi llegamos —mencionó Pablo.

—¿Y cuál es el plan?

—Primero que todo, llamar a la policía, les contare todo sobre el robo, y sacar a todos nuestros amigos antes de que la policía llegue, lo que espero es que arresten a Manuel y a Candice.

—¿Y también son mis amigos? —pregunté sin conocer la respuesta.

La verdad no lo creo, por culpa de ellos mi madre murió, yo recibí todos los retos, mientras ellos solo esperaban que yo no me enterara, ellos se merecen mucho más, solo me asegurare de que mi hermana esté bien.

—Claro que lo son, Ana —Pablo asintió.

—Pues no me pareció, por culpa de ellos mi madre murió —dije.

—Ana, ellos tenían sus razones, recuerda que tu estuviste a punto de matarme, solo porque Candice te lo dijo —mencionó Saul. —Tal vez los manipulo para que te eligieran a ti.

—¿Selena esta con ellos? —preguntó Diego.

—Si, Candice me dijo que fueron a sacar a Emily y a Selena de la cárcel —respondió Pablo y siguió conduciendo.

***

POV Hanna.

¡Llegamos! —gritó Candice a través de una pequeña ventana.

Mi corazón comenzó a acelerarse cuando el camión se detuvo, miré que Manuel y Candice se habían bajado, unos segundos después las puertas del camión se abrieron dejando ver a Manuel.

—¡Bajen!

La carretera estaba muy sola, no había casi carros, solo eran unos cuantos los que pasaban, tal vez es porque está oscureciendo.

—Espero estén listos, Ariana y Henry ya están en sus posiciones —Manuel parecía ansioso

—Nosotros iremos a esconder el camión en el bosque, estaremos vigilando, así que no quieran pasarse de listos —dijo Candice y se volvieron a subir al camión.

—Tengo miedo, no quiero que esto salga mal —Isaac estaba asustado.

—Yo me iré de aquí, cualquiera que quiera irse, está invitado, con perdernos en el bosque ya estamos salvados —Emily seguía insistiendo.

Selena y Emily ya estaban decididas a irse.

—Yo, yo me voy con ustedes —dijo Grace.

—Suerte, pero solo quiero que recuerden que Candice dijo que nos está vigilando, así que suerte.

A lo lejos miré un camión, de esos que dejan dinero en los cajeros automáticos, luego miré el carro en el que Ariana y Henry venían, ellos iban conduciendo muy rápido, no alcanzaran a frenar.

—¡Van a chocar! —grité sorprendida.

—¡Listos para la acción! —exclamó Carlos llegando a nosotros. —Ni se sorprendan, esto es parte del nuevo plan.

El auto en el que iba Ariana y Henry se impactó a un lado del camión del dinero, este después de algunas vueltas, se detuvo.

—¿Qué esperan? ¡Corran a sacar el dinero! —gritó Carlos.

Miré a todos, los demás comenzaron a correr al camión, solo había quedado a pocos metros de nosotros.

—¡Nos vamos! —gritó Emily y corrió junto a Selena y Grace al bosque.

Al llegar al camión este estaba cerrado, estaba volcado.

—¿Qué hacemos? —pregunté muy asustada.

Escuché unos disparos, luego Ariana y Henry llegaron hasta el camión, Henry tenía un hacha en sus manos y comenzó a golpear la cerradura del camión.

—Los conductores ya están muertos, cuidado que puede haber guardias dentro —advirtió Ariana.

Ariana preparó un arma que tenía, al igual que Carlos.

Cuando la puerta se abrió, Ariana y Carlos les dispararon a los tres guardias que había dentro.

No puede ser, es un montón de dinero, estaba apilado en pequeñas pacas.

—¡Rápido tómenlo y corran al auto! —gritó Henry.

Tomé una paca de dinero y corrí al auto, todos estaban haciendo lo mismo, después de casi terminar, comenzaron a escucharse muchas sirenas de policías.

—¡Idiotas, corran! —gritó Candice detrás de nosotros.

—¡Ya vuelvo, voy por el camión! —Manuel corrió alejándose de donde estábamos.

Miré que Carlos corrió al auto con Ariana y Henry, un auto se detuvo al lado izquierdo del camión volcado, miré quien era y era Ana, Pablo, Diego y Saúl.

—¡Entren al auto! —gritó Pablo nervioso.

—¡Maldita! —gritó Ana al ver a Candice.

Miré que Ana le quitó el arma a Pablo de las manos y le apunto a Candice.

Los demás se subieron al auto.

—¡Dense prisa, Ana! —gritó Jessica desde el auto.

—Ana, no vale la pena, vámonos —dijo Pablo tratando de quitarle el arma a Ana.

—Claro que lo vale —Ana estaba muy molesta.

Ana comenzó a caminar de poco a poco hasta Candice, las sirenas de los policías comenzaban a escucharse cada vez más cerca.

—¡Ya llegaron por mí, muy tarde Ana! —Candice comenzó a reír, lo que hizo que Ana se enfureciera más.

Manuel salió con el camión, pero pasó de largo a Candice, Ariana y Henry también se fueron en el auto con el dinero, abandonaron a Candice.

—Mira, parece que te abandonaron —esta vez Ana fue la que empezó a reír.

Miré que Candice intentaba sacar algo de su bolsillo.

—Ana, hazlo ya

Miré a una patrulla que ya se dirigía hacia acá. Antes de que Candice pudiera sacar algo, Ana jaló el gatillo y la bala salió directo a Candice, la cual le impactó en el hombro y cayó al suelo.

—Te vas a pudrir en la cárcel —dijo Ana y corrió al auto.

Cuando estaba por correr, sentí que alguien me tomo del pie, era un guardia, él no estaba muerto.

—¡Váyanse ustedes!

La policía ya venía más cerca, así que era mejor que se fueran sin mí.

Pablo se bajó del auto y corrió hasta mí para ayudarme, yo comencé a correr al auto, pero Pablo seguía forcejeando con el guardia.

—¡Váyanse, yo me las arreglare! —Pablo sonrió e intento golpear al guardia.

—Lo siento, Pablo —dijo Ana y pisó el acelerador, dejando a Pablo en la escena del robo.

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Espero y les haya gustado.

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