Día 24.
—¿Qué está pasando aquí?
—Esta chica trató de robarme, debe ir directo a la cárcel —el chico me miraba de una forma horrible, como si quisiera matarme, no supe que hacer.
Estaba tan asustada, no quiero ir a la cárcel, no quiero, el oficial me ayudó a ponerme de pie, mis piernas se sentían pesadas, ahora que lo pienso, de seguro Candice las obligó a gritar eso.
—¿Tienes algo que decir? —preguntó el oficial mirándome.
—Si, lo que pasa es que me retaron a sacar el maletín —dije de inmediato, quizá si hago parecer que todo fue una broma de mal gusto, me salve de la cárcel.
—Si, eso es verdad —Laura me apoyó.
—Nosotras te distrajimos, Diego —Emily sonrió nerviosa.
—¿Tiene algo que ver con los 50 días?
Tenía tantas ganas de decirle que sí, que ya no quería jugarlo, que me ayudará, pero no me era posible, seguro Candice ahora mismo nos está vigilando.
—No, solo es un reto entre amigas.
—¿Seguras? —preguntó el oficial.
—Esto no me lo creo, por favor oficial, llévesela a la cárcel —Diego se miraba furioso.
—No se completó el robo, así que no puede ir a la cárcel, pero como eres menor si me tienes que acompañar, yo hablaré contigo en casa Diego.
Por favor, que no vayan a llamar a mis padres, no quiero que sepan que casi robé, maldita Candice.
—¡No me importa, levantare una denuncia en su contra! —nuevamente gritó el chico.
—Oye tranquilo, solo es un juego —mencionó Emily.
—Bueno me calmo, pero llévatela de aquí.
El oficial abrió la puerta de la patrulla, subí en la parte trasera, estaba muy asustada, no quiero que mis padres sepan, será una deshonra para ellos.
Me pareció o Diego es familiar del oficial.
***
Estuve hasta muy tarde en la estación de policía, mis padres están muy molestos conmigo, no quiero que se preocupen, hoy mamá saco el tema de mis cortadas frente a papa, ella insistió lo del psicólogo, aunque yo no quiero ir, yo no hago esto a propósito.
—Buenos días, Ana —mencionó Jessica entrando a mi recamara.
—Hola, Jess.
—Descuida, yo sé que todo esto es por Candice y Henry, lo siento.
Solo me quede callada, ya no quiero hacer esto, no quiero.
—Tengo que salir —me levanté de mi cama y caminé hasta la puerta, Jess iba a decir algo, pero sin dejarla hablar, cerré la puerta.
Caminé hasta la puerta principal de mi casa, por suerte mis padres no están, seguí caminando, quiero ir a casa de Hanna.
Al llegar a la casa de Hanna, ella estaba sola, comencé a contarle todo lo que había pasado.
—Siento mucho todo, Ana.
—En fin, solo nos quedan pocos días, aunque hoy desperté pensando en lo que Paola me dijo hace varios días.
—¿Qué?
—Dijo que nadie había sido capaz de completar los 50 días, que son muy difíciles, tengo mucho miedo, Hanna.
—¡Por Dios, no!
Alguien comenzó a tocar la puerta de casa de Hanna, ella se dirigió hasta ella y era Rosa e Isaac, ellos entraron y comenzamos a platicar.
Nuestros celulares comenzaron a sonar, eso indicaba que Candice ya nos había enviado el reto de hoy.
Mensajes:
Candice: ¡Quiero ver otra vez tu cara cuando Diego te lanzó al suelo! Jajajaja.
Ana: Cállate, maldita, ya me tienes harta.
Candice: Tu siguiente reto: Tienes que buscar a Diego y quitarle el maletín, en verdad lo necesito.
Ana: ¿Estás loca? Si él me ve, ahora si voy a la cárcel.
Candice: No me importa, quiero ese maletín, Rosa, Hanna, Pablo y Emily deben ayudarte.
Ana: Ya que.
Guarde mi celular, tenía mucho miedo, Diego se veía que era una persona muy mala, no quiero volver a verlo, no quiero.
—¿Diego es el que nos contaste? —preguntó Rosa.
—Si, ese mismo.
—Entonces, tenemos que organizar un plan —Hanna ahora no parecía tan nerviosa como antes.
—Tengo miedo, él es muy malo, quería que me llevaran a la cárcel, tenemos que tener mucho cuidado.
—Tranquila, Ana, lo tendremos —dijo Rosa.
—Isaac se puede quedar aquí, no te preocupes.
—¿Qué? No, Hanna, yo quiero ir con ustedes.
—No, Isaac, no puedes —Rosa lo miró molesta.
Isaac se enojó y se fue a la habitación de Danny. Después de algunas horas, ya teníamos el plan, solo faltaba que llegará Pablo, así todo estaría listo.
Comenzaron a tocar la puerta.
—¡Ya era hora!
Caminé hasta la puerta, puse mi mano sobre la perilla, al abrirla era Pablo, él se miraba algo nervioso.
—Ana, ¿Está la madre de Hanna? —preguntó Pablo.
—No, ella está de viaje, no volverá en algunos días, ¿Por qué preguntas?
—¡Cierra todo! —susurró Pablo.
—¿Qué? —no entendía nada, Pablo habló demasiado bajo, no logre entender lo que decía.
Marcos apareció detrás de Pablo, él se miraba furioso.
—Lo siento, Ana —Mencionó Cat, ella venía con Marcos.
—Les advertí que no entraran a mi casa —Marcos sacó un arma y le disparó a Pablo en la pierna.
—¡Ahhh!
—¡Ahora todos van a morir!
***
POV Jessica.
Mensajes:
Henry: Buen día, Jessica.
Jessica: Hola, Henry.
Henry: Tu siguiente reto: Tienes que hacer que alguien tenga un gran accidente, específicamente la jugadora nueva, Valeria. ¿La conoces?
Jessica: ¿La hermana de Luis?
Henry: Si, ella estará esta noche en el estacionamiento de Cinemark.
Jessica: Ahí estaré.
—Paola, tendré que causar un accidente, esto es genial.
—¡Eso es, Jess! Me agrada tu actitud, recuerda siempre tenerla, así le agradaras a Henry —Paola me miró sonriendo.
Nos dirigimos a Starbucks a tomar algo, Ana salió muy temprano de la casa, ella ayer fue a la cárcel, creo que Ana debería preocuparse menos.
Al terminar de tomar nuestros respectivos cafés, nos fuimos al estacionamiento, se estaba haciendo algo de noche, así que Valeria ya estaría ahí.
Al llegar estaba el amigo de Ana, creo que su nombre es Ian.
—Hola, Ian.
—Jessica, ¿Qué tal lo llevas?
—Demasiado bien —respondí.
Ian me contó que su reto era traer a Valeria aquí, justo para que yo haga mi reto.
—Ian, estaba buscándote, ¿podemos entrar ya a la película? —preguntó Valeria, ella estaba muy emocionada y entiendo perfectamente porque, Ian es muy lindo.
—Si, solo quiero presentarte a alguien —Ian nos señaló. —Ella es Paola y ella es Jessica.
—Hola, Jessica, ¿Cómo está tu hermana? —preguntó Valeria.
—Ella también es jugadora, justo viene a realizar su reto.
Estoy lista, Paola me dirá cuando venga un auto, yo me giraré y haré como que me tropiezo y pum Valeria es atropellada.
Duramos unos minutos más hablando, había una función que comenzaba en un rato, así que ya comenzaban a circular más carros.
Me gire para no ver a Valeria, podría delatarme yo sola.
—¡Jess, hazlo! —gritó Paola.
Cerré los ojos y me gire y la arroje, al abrirlos miré que Paola estaba siendo arrollada por un auto, ella se golpeó contra el parabrisas para después caer al pavimento
—¡Por Dios, Jessica! —gritó Valeria asustada.
Valeria se había movido, maldita sea, porque rayos no abrí los ojos.
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Espero y les haya gustado.
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