Numero cuarenta y seis
Cada noche, después de trabajar todo el día, llegamos a la cama llenos de dolores. Te quejas de que estuviste mucho tiempo agachado o que hiciste mucha fuerza con alguna cosa. Lloriqueas de dolor hasta que lo digo...
"¿Quieres unos masajes, bebe?"
Sonríes y antes de decir algo, ya estás de espalda esperando que vaya por ti. Me subo en tu espalda antes de hundir mis pulgares en tus contracturas y te acaricio lentamente solo para sentir el calor de tu cuerpo en mis manos.
Comienzas a gemir de dolor y me preocupo porque estas realmente mal allí, me esfuerzo un poco más por desanudarte y me planteo tomar clases de masajes solo para hacerlo contigo.
Amo esto, esa cercanía con la que puedo intentar sanarte. Entonces terminaré y me recostare a tu lado mientras planeo en mi mente comprar aceites relajantes y así hacer de esto, una rutina para siempre.
Yoongi
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