Martes, segundo día de la semana, significaba que hoy iba a recibir la segunda nota de la pelirroja.

Estaba en clases de historia, sin prestar mucha atención a lo que decía la profesora Kim, dedicándose a mirar a la ventana que daba al pasillo, justo enfrente del aula de Im.

Sonrió levemente al verla tan concentrada en sus apuntes, dejando ver su bonito perfil.

— Ahora, nos quedaremos en silencio hasta que su compañero regrese con nosotros a la clase — Habló la profesora, llamando su atención.

Curioso, Jeon miró a su alrededor, buscando quien era el idiota al que la maestra estaba humillando.
Pero en menos de un segundo, su cara se enrojecio al notar que él era el idiota.

— Lo siento, profesora — Habló avergonzado, levantándose para dar una reverencia.

— No se preocupe, Jeon, solo debe preparar un informe de diez páginas acerca de la revolución industrial en Francia para mañana, a menos que quiera reprobar el semestre, claro — Planteó Taeyeon, cuando la campana de salida sonó — Eso es todo por hoy, alumnos, nos vemos mañana.

El pelinegro suspiró frustrado, undiendose en su asiento, para luego, acomodarse nuevamente e iniciar a juntar sus cosas, comenzando a maldecir cuando notó que ya todos se habían ido.

Las clases habían terminado, y con una cara molesta, salió de su curso, preparándose para regañar a sus amigos por no esperarlo.

Pero cualquier malhumor que haya tenido, se esfumó al ver la tierna carita de NaYeon esperándolo en el pasillo, balanceándose sobre sus talones y dándole la espalda.

Sonriente, se acercó silencioso, y la abrazó por atrás, tambaleándose ligeramente, y riendo los dos juntos.

— Hola Noona — Dijo el joven, apoyando su cabeza en el hombro de la chica.

— Hola Kookie — Sonrió ella, dándose la vuelta para darle un beso en la mejilla.

Tímido, sonrió alegremente, mirando a otro lado para esconder sus nervios.

— ¿Vamos? — Inquirió sonriente.

La muchacha asintió, comenzando a caminar los dos juntos hacia la salida.

— Aquí tienes — Dijo la mayor, entregándole un papel.

— ¿Lo debo abrir cuando llegue a casa? — Consultó, pasando el pulgar sobre el corazón azul que sellaba el sobre celeste.

— Puedes hacerlo aquí si quieres — Cedió, elevando los hombros con algo de nervios camuflados en desinterés.

Él asintió, quitando la pegatina, y abriendo la pequeña carta para leer su contenido.

❤️Razón número dos: Conmigo no te debes preocupar de los celos, soy alguien muy fiel y solo tengo ojos para una persona.

— ¿Y si te encuentras con alguien más lindo que yo? — Indagó, guardando el papel en el bolsillo de su pantalón. Luego lo pondría en la caja que tiene en su habitación.

— No pasará nada, porque la belleza es algo subjetivo para mí — Aseguró, dándole un guiño, y yendo con pequeños saltitos hacia la parada del autobús.

El de cabello negro sonrió otra vez, hasta que algo hizo un diminuto clic en su cabeza, haciéndole pensar algo.

— ¿Estas queriendo decir que no soy lindo? — Acusó, acercándose a ella para esperar el trasporte juntos.

La femenina soltó una carcajada, de esas típicas que suele dar cuando algo le causa mucha gracia.

— Eres tan divertido — Chilló, pinchando la mejilla del contrario con su dedo índice.

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Nimin_36