01:45
— ¿Entonces es así?
— Si.
— ¿Cuándo te diste cuenta?
— No lo sé, simplemente paso.
— Pero ¿cuándo aceptaste esos sentimientos?
¿Cuándo? Hace tiempo, trate de ignorarlos tantas veces, solo quería sentirme normal. Me mentiría a mí mismo si dijera que no tengo miedo, miedo de que ella no me vea nunca de la forma en la que yo la veo, tengo miedo de que esté conmigo porque le guste alguien del equipo y esté buscando la manera de acercarse a él.
No te entiendo (N), no entiendo que pasa por tu mente, trato de leerte, pero siento que si te miro de más podrás sentirte incomoda y alejarte. No quiero que te vayas, incluso me conformaría con solo verte.
— Yo solo creo que ni me di cuenta, pero hace tiempo simplemente no pude negar más que existían esos sentimientos — dije con la cabeza baja.
Nivel 1: Averiguar cuándo
Cuando llegaste al gimnasio por primera vez, tan torpemente chocaste con la canasta de balones y todos te miraron a ti. Te recuerdo disculpándote y subiendo a los asientos, cubrirte la cara con tu suéter, juro que sé que maldijiste.
Cuando en clase de historia tu mente siempre está en otro lado y nunca en clase. Recuerdo que el profesor te hizo una pregunta sobre el periodo Edo y tu respondiste "alcalino", todos rieron, pero yo me pregunte que pasaba por tu mente.
Cuando en segundo año llegaste con un peinado nuevo.
Cuando sonreíste de la nada y estábamos en clase de ciencia, esa sonrisa fue diferente a todas. Siempre me pregunto qué piensas, me gustaría entenderte mejor.
No sé cuándo, pero sé que sucedió, sucedió aun forzando a mi cerebro a ignorarlo, sucedió aun cuando quizás tu nunca llegues a mirarme de la misma forma.
Nivel 1: Lo pasó, pero no sabe cómo.
— Solo ocurrió Kuroo — sin que me diera cuenta, sin que lo buscara, solo pasó.
— Lo supe, pero necesitaba escucharlo de ti. Trate de darte empujones para que te dieras cuenta, también era divertido verte torturarte por tus sentimientos — dijo con un tono de burla muy desagradable.
— Que me dé cuenta no significa nada, me estoy haciendo más daño.
— ¿Daño en qué? — pregunto realmente interesado.
Daño sobre mí, verla con diferentes ojos, pensar en ella mientas quizás está hablando con alguien más. A veces quisiera dejar de lado los videojuegos e ir a donde estas tú (N).
— Ella piensa mucho, quizás esté pensando en alguien que no soy yo.
— ¿Eso crees? — solo asentí en respuesta, Kuroo dejo escapar una carcajada — Bueno, no lo sabes si nunca lo intentas. Me refiero a que existe la posibilidad de que también le gustes.
— Eso no pasara — nunca, ni en las mejores de mi suerte, y eso que mi suerte no existe, mucho menos en juegos difíciles (esto es difícil).
— A veces no entiendo que haces con esa inteligencia tuya, me sorprende que puedas leer a muchas personas, pero no a la que deberías prestarle más atención. Solo necesitas 5 minutos toma el valor por 5 minutos — dijo agarrándome la cabeza. Me quite de inmediato y solo mire para otro lado.
— ¿Cuándo será el campamento de voleibol?
— En los próximos días... oye no cambies el tema.
— Yo no quiero pensar en ello por el momento — hace que me duela la cabeza.
Kuroo se quedó pensando por un momento. Podía leer emoción y confusión en su rostro. Claramente sé que estaba feliz de que yo le contara mi situación, sabía que pensaba como ayudarme, no lo necesito, pero fue bueno el gesto.
De cierta manera Kuroo no molesto más con el tema, creo que comprendido lo difícil que era para mi asimilar que me gustaba alguien y como mis luchas internas podían afectarme.
Paso un tiempo después de que le dije a Kuroo que en realidad ella si me gustaba. Llego el campamento de escuelas, en este estaba invitado Karasuno y donde vendría Shoyo.
Los equipos se quedarían en Nekoma algunos días para entrenar, lamentablemente no vería a (N) por aquí. Sí, la estoy extrañando más de lo normal. Aunque mensajeamos más que antes necesito ver su cara y escuchar su voz. Que idiota de mí, si alguien escuchara mis pensamientos me tacharía de cursi.
— ¿Dónde está Shoyo? — me pregunto Inuoka.
— Reprobó algo y llegara tarde.
— Que mal por él, espero que llegue pronto.
Las practicas transcurrieron bien, aunque me case mucho, solo quería salir de aquí, jugar y ver que mensajes tenía.
Un gran estruendo se escuchó por todo el gimnasio y detrás de él apareció Shoyo. Al menos este día no estaba tan mal, por fin llego él. Esto no será tan aburrido como pensé.
Los entrenamientos terminaron y por fin fui a mi lugar de descanso, estaba jugando cuando apareció Shoyo y se acercó Inuoka a nosotros.
— Kenma — dijo Shoyo con una sonrisa.
— Hola Shoyo.
— Oye Shoyo llegaste muy tarde — le dijo Inuoka.
— Si, aunque en el camino sentí que me moría.
Inuoka y Shoyo estuvieron hablando un rato mientras yo jugaba. Un mensaje apareció en la pantalla de mi celular y rápidamente fui a leerlo.
(N): ¡Eyo! Mañana iré a Nekoma para arreglar papeleo necesario ( ͡❛ ᵜ ͡❛)
KK: ¿A qué hora?
(N): Quizás 10:20am
KK: Justamente tengo un descanso a esa hora.
El descanso del almuerzo empezaba por esa hora, conseguiría un espacio para ir al baño y quizás de casualidad encontrarla ahí.
Cállate, ella ni siquiera quiere verte.
(N): Que bien, no recuero donde estaban las oficinas tal vez necesite un poco de ayuda ( ͡❛ ▿ ͡❛)
No pude evitar sonreír ante lo que dijo, es ilógico que estudiando aquí no conociera ya las oficinas; decir eso solo significaba una cosa. Una cosa que yo necesitaba, verla.
— Que pasa Kenma? — pregunto Inuoka sacándome de mis pensamientos.
— Mañana acompañare a (N) a entregar algo.
— Mañana aún tenemos entrenamiento.
— En el almuerzo.
— ¿Quién es (N)? — pregunta Shoyo.
Ella es... ella es muchas cosas. Muchas cosas bonitas.
¡Basta! Siento mi cara caliente.
— Ella es nuestra amiga, es muy agradable y divertida, y es muy amiga de Kenma últimamente — le contesto Inuoka.
— ¿Hablas con una chica? — me pregunto Shoyo emocionado; asentí en respuesta.
Seguí concentrado en mis videojuegos mientras ellos hablaban. En algún momento surgió la plática de Lev y seguimos hablando de eso. Por suerte él no me interrogo nada sobre ella, no es que no me gustara hablar sobre eso, pero siento que si hablo más de ella en algún momento ellos también lo notaran.
Eran las 10 y sé que ella llegara en cualquier momento. Estaba tomando mis cosas cuando Shoyo se acercó a mí; me pregunto que, si podía acompañarme porque necesitaba ir a buscar alguna máquina expendedora, acepte y nos dirigimos al edificio principal.
— Oye Kenma ¿A dónde vamos?
¿Qué responder aquí? — Estoy yendo a ver a alguien — eso no se escuchó tan mal, claramente puedo ir a ver a mi madre o a la chica que me gusta, y no está mal. ¿Verdad?
Olvido el tema rápidamente y comenzó a hablar sobre lo que quería comer. Seguimos caminando hasta la entrada del primer edificio; levanté mi vista del teléfono y la vi ahí, de pie mirando el piso y seguramente esperándome.
— ¡Kenma! — grito ella cuando nos vio, se acercó rápidamente a mí. Nuestras miradas chocaron y un sentimiento raro transitó mi corazón. Aparte rápidamente la vista y camine hacia ella.
— Se ve que te va bien — le dije, a lo que me arrepentí rápidamente porque pude ver la confusión en su rostro. Con una pequeña sonrisa asintió con la cabeza. Vamos rápido, cambia el tema. ¿De qué hablo? ¿Qué le digo? Voltee a mi alrededor en busca de algo y recordé que venía con Shoyo; quien solo la miraba estupefacto y sin decir nada — Él es Hinata Shoyo del que te hable la otra vez.
— Hola Hinata Shoyo, yo soy (A) (N).
— H-hola — a penas y pudo pronunciar una palabra.
— Kenma me ha contado sobre ti. Esto no lo sabe ni Kenma pero me pase un rato por el gimnasio para verlos y te lo digo de verdad cuando digo que tu salto es impresionante, casi puedes volar como un ovni.
— ¿Cómo un ovni? — pregunto Shoyo y sí, yo también me pregunto por qué eso. Espera... se pasó por el gimnasio, ¿Me vio?
— Si, impresionante y nunca había visto algo igual.
No sé lo que dices, pero te quiero.
Ellos dos comenzaron a hablar realmente mucho, cada uno se emocionaba por lo del otro, escucharlos fue mejor de lo que creí. Me sorprendía como hablaban con tanta confianza y como cada tontería que les pasaba por la mente se les salía. Compartían la misma neurona.
Ame que la mente de los dos fluyera sin sentido.
Llegamos a las oficinas; entro por unos minutos y después salió.
— Listo, ahora regresar a mi casa, no quiero molestarlos.
— No nos molestas (N), quédate — le suplico Shoyo.
— Realmente quisiera, pero no puedo — contesto ella con tristeza en la voz.
— Vamos, verdad Kenma ella debería quedarse — siempre, quisiera que estemos juntos por más tiempo. ¡No! Contrólate, ella ni siquiera está interesada en mí. Basta de pensar estupideces.
— Solo si ella quiere — dije intentando parecer calmado fuera de mis pensamientos.
Por primera vez mantuve la mirada hacia ella y vi como sus ojos se llenaban de felicidad, no lo entendí, pero supe que ella estaba feliz y su sonrisa lo reafirmaba.
— Si quiero quédame, pero lamentablemente tengo que ver a alguien.
Sus ojos cambiaron.
Ese sentimiento asqueroso que se apodera de mi pecho, sentir que solo soy nada, que me podrían destrozar tan fácilmente, eso que se siente cuando no tengo escudo y un monstruo viene por mí. Lo odio.
Pero ¿Por qué?
¿Ver a alguien?
¿Ver a quién?
¿Qué hago?
Huir de la partida.
Huir de este sentimiento.
"No me dejes" he soñado tantas veces con esa frase desde que comenzamos a hablar. ¿Sera que tú y yo estamos destinados a nada? No lo entiendo, no quiero entenderlo porque me dolerá más.
— Nos vemos Shoyo — se despidió de él. Espero que no haya notado que me siento tan mal. Todo estaba excelente y después estuvo tan mal. Ojalá pudiera huir de todo esto.
— Si hasta luego cuídate — él le dijo con muchos ánimos.
— Te veré en tus próximos partidos.
— Gracias (N)
— Oye Kenma — ella me hablo en un tono más bajo, posiblemente para que Shoyo no la escuchara —Gracias por acompañarme hoy — comenzó a jugar con sus dedos y observar el suelo —Espero que te vaya bien en tu entrenamiento, yo- yo siempre te estoy apoyando y pensando en ti.
Huir ¿de qué?
El sentimiento anterior fue remplazado por uno nuevo, uno de color amarillo, resplandeciente y suficiente para abrigar todo mi cuerpo.
Arrebol cubriendo todo mi rostro. De alguna forma lo sabía y ella también se dio cuenta porque también le paso. El color cubriendo nuestros rostros, pero ella, su nerviosismo le daba el toque a su encanto.
En este momento solo quiero huir, huir con ella a donde nadie nos moleste, a donde nadie nos vea, solo nosotros dos.
— Me tengo que ir, así que nos vemos — dijo ella.
No te vayas, quédate, no me dejes —Oye — le dije y ella dejo de caminar, pero ¿Por qué le dije eso? ¿Ahora qué hago? —Tú... te va bien.
Idiota.
— ¿Cómo?
— Sí — ¿SÍ QUÉ? ¡MALDITA SEA! ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO KENMA?
— Esta... está bien, nos vemos.
¿Qué hiciste?
Las carcajadas llenaron toda la habitación; casi lastimando mis oídos. Odiándome por lo que paso y un idiota riéndose por eso.
— ¿"Te va bien"? — volvió a reír — ¿Por qué le dijiste eso? — a penas y él pronunciaba algo volvía a reír.
— Yo quería decirle que se veía bien.
— Pero... ¿Por qué lo dijiste así? Si no me lo hubieras explicado no lo entendería, ahora imagínate ella.
— Basta Kuroo, estaba nervioso — tuve que cargar durante todo el entrenamiento con esa misma escena repitiéndose en mi cabeza una y otra vez, y ahora que tengo el momento de desahogarme con alguien (ese Kuroo) se ríe de mí.
— Oh joder claro que sí, pero ¿De verdad le dijiste eso? — asentí en respuesta —De verdad ella te pone mal — sus carcajadas aún seguían presentes en la habitación.
— Cállate Kuroo, bien lo sé y no he dejado de pensar en esa idiotez.
— Pues, si yo fuera tú tampoco lo haría, de verdad te viste como estúpido, hasta Hinata no paraba de reír.
Se que lo que dije no tenía sentido, pero estaba nervioso, no se siquiera como puedo seguir hablando frente a ella. Ella es tan especial y yo, yo solo soy nada.
— Necesitas relajarte, ella también. Los dos necesitan relajarse cuando están juntos, parecen niños. A kilómetros se les nota que se gustan.
— Como sea, déjame jugar que no jugué lo suficiente en el campamento.
— Solo recuerda que mañana se verán de nuevo y tú tienes que relajarte.
No sé qué hacer, mi cabeza ha estado dando vueltas tanto tiempo. Las preguntas comienzan a abrumarme y los pensamientos pasados me atormentas. Como un juego lagado que repite el mismo movimiento de un personaje tantas veces.
Kuroo salió de mi casa desde hace unas horas, mis padres están dormidos y yo solo veo la pantalla de mi juego con el menor volumen posible, estoy jugando un buen juego, pero ¿Por qué no dejo de pensar en (N)? ¿Por qué tengo la pantalla de mi celular justo en su conversación?
Apago mi celular y me concentro en lo que tengo frente. Solo moviendo los botones de mi control y cumpliendo con la misión que tengo enfrente. Hasta que una notificación aparece en mi celular.
(N): ¿Estas dormido?
KK: No, deberías estarlo tú
(N): Es que no puedo dejar de pensar en algo.
No dejas de pensar en lo que te dije, lo sé, me arrepiento. Quizás te estas atormentando, descifrando lo que trate de decir. Yo quería decir que te veías hermosa, que te veías bien, que eras tan bonita, yo quería decirte tantas cosas, pero ninguna salió de mi boca.
KK: ¿Qué?
(N): Creo que me gusta un chico...
¿Me voy a morir? O ¿Por qué este dolor apareció de repente? ¿Acaso me está haciendo daño jugar videojuegos? ¿es porque te gusta alguien más? ¿Por qué perdí toda oportunidad contigo? ¿Por qué soy un idiota que no pudo expresar bien las cosas? ¿Crees que soy un idiota porque te dije "te va bien"? ¿Fue mi culpa por no decirte lo que siento? ¿Es demasiado tarde?
Tú, a ti te gusta alguien más. No soy yo.
¿Por qué? ¿Por qué quiero llorar? ¿Por qué deseo tanto desaparecer?
Ojalá me muera.
*Arrebol: palabra que se utiliza para describir el color rojo o rojizo que toma el cielo al amanecer o al atardecer debido a la reflexión de la luz solar en las nubes.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top