Tercera estrella: Schedar
Finalmente lo entendí. El hombre que se robó mi corazón, es el mismo que me hizo cambiar para mejor.
El mismo chico al que drogué, al mismo chico al que deseé expulsar de mi vida con todas mis fuerzas... ese mismo chico fue quien cambió todo lo malo de mí.
Y cada día quiero ser mejor. Cada día quiero impresionarte más, quiero enamorarte, quiero tenerte para mí.
Eres el hombre al que quiero entregarle todo lo que tengo.
Fuutarou Uesugi, es el hombre del que me enamoré profundamente.
-Nino Nakano.
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Nino ahora se encontraba sentada fuera de su hogar, una mirada aterradora se posaba sobre ella. Dicha mirada pertenecía a la, aparentemente, más calmada de las Nakano, a Miku.
¿Cómo habían terminado ahí? Fácil, Miku pensó que harían mucha bulla si "charlaban" dentro, así que para no despertar a las demás, decidió salir.
-¿Y bien? ¿Qué le hiciste a Fuutarou? No tengo toda la noche, responde rápido.- mencionó la pelicastaña.
-Esto... lo abracé. Todos felices, todos contentos. Deberíamos entrar, ¿no lo crees?- dijo Nino con nervios.
-Te vi claramente, no mientas.- mencionó Miku.
-Si ya sabes... ¿para qué preguntas?- mencionó Nino.
Ante esa declaración, la pelicastaña se sentó al lado de ella, se hizo bolita y comenzó a sollozar.
Nino se preocupó por eso, pero antes de decir cualquier cosa Miku se adelantó.
-No-no tienes que decir nada... ya lo entendí. Perdí toda oportunidad de salir con él. Sabía que esto iba a pasar... ¿por qué me duele tanto entonces? Sabía que él saldría con alguna que valiera la pena... y tú vales completamente.- mencionó la pelicastaña con tristeza.
-Miku... eso no es...- intentó decir, pero no pudo terminar.
-Yo no soy la más bonita... a pesar de que somos iguales, no soy tan bonita como cualquiera de ustedes. No sirvo para absolutamente nada, solo leo libros de la era Sengoku... no tengo nada interesante. Desde un principio lo supe, pero no quise aceptarlo. A pesar de todo... no te odio, me odio a mí misma por no poder desearte la felicidad... porque yo anhelaba eso...- dijo mientras comenzaba a llorar más fuerte.
-Miku... Miku, escúchame.- dijo mientras sacudía a su hermana.
La chica, con los ojos aún llorosos, alzó la mirada para encontrarse con una tierna y comprensiva mirada.
-Fuu-kun y yo no estamos saliendo. Es cierto que me besé con él, pero aún no conoce sus sentimientos. No somos pareja... no llores.- mencionó la chica mientras abrazaba a su hermana.
La pelicastaña rápidamente se calmó, cuando logró hacerlo, preguntó:
-¿Y ese beso qué fue entonces? Porque hasta donde sé, los amigos no se besan.- dijo ella de manera algo... molesta.
-Es... complicado. Escucha...-
La pelirrosa procedió a explicarle a detalle todo lo que había pasado, saltandose algunos detalles no relevantes... como la cita completa.
Solo le contó sobre su charla y de que se habían topado... "de casualidad" cosa que no convenció a la pelicastaña, pero su curiosidsd ganó más.
-¿Eso significa... que podría gustarle a Fuutarou?- preguntó Miku con el rostro completamente rojo.
-Sí... al parecer el chico del que nos enamoramos es un indeciso de primera, aunque no lo culpo, elegir entre 5 bellezas no es algo sencillo.- mencionó con una ligera sonrisa la chica.
-Quién diría que sería tan indeciso... maldito Fuutarou, le pegaré cuando lo vea.- mencionó Miku, causando que Nino comenzara a reír.
-Je, yo también le pegaré.- mencionó con una sonrisa.
Luego de eso, ambas chicas rieron y más calmadas, entraron a su apartamento para poder descansar.
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Nino abrió los ojos, solo para encontrarse con un listón verde. Al bajar la mirada, pudo ver a Yotsuba viendola fijamente con una sonrisa.
-¡Buenos días Nino! Debes apurarte, si no lo haces tendremos otra falta.- dijo Yotsuba.
-¿Por qué estabas viendome como tonta en lugar de despertarme?- preguntó Nino.
-Porque me daba miedo despertarte. Me alegra no haber tenido que hacerlo. Todas te esperan abajo, en especial Itsuki.-
-¿Ni el desayuno han hecho? Dios, si me muero parece que todas se irían conmigo porque se mueren de hambre.- mencionó mientras rodaba los ojos.
Yotsuba rio ligeramente y luego salió del cuarto para dejar que la chica se cambiara. Tras varios minutos, la chica salió de su habitación y fue a la cocina para ver que Miku estaba preparando algo.
-No no no, aléjate de ahí. Dejarte cocinar es como acceder al suicidio. No quiero morir, quiero estar con Fuu-kun.- mencionó Nino.
En un movimiento veloz, Nino echó a la pelicastaña de la cocina, causando que esta suspirara de manera triste, aunque también aceptando que no era la mejor cocinera.
-Bien... pero apresúrate, no quiero otra falta por tu culpa.- mencionó Miku.
-Tsk, te recuerdo que la última vez fue culpa de la perezosa de Ichika.- mencionó Nino.
La mencionada se hizo la ofendida y respondió:
-Discúlpame, no es mi culpa haber soñado con Fuutarou-kun y no haber querido despertar. Ay... ese vestido era uno de ensueño...- mencionó la chica mientras sonreía perversamente.
-Itsuki, ¿quieres el desayuno de Ichika?- dijo, respondiendole indirectamente a su hermana mayor.
-Esa pregunta me ofende.- dijo Itsuki.
Ante esto, Ichika comenzó a pedir perdón cómicamente, causando así que todas las chicas rieran. Un ambiente agradable había tomado el lugar, algo que no sucedía muy a menudo porque cada una se dedicaba a sus cosas y casi no pasaban tiempo juntas.
Tras esa agitada, pero alegre mañana, las chicas se dirigieron a la escuela.
Al llegar, cada una tomó su propio camino. Nino llegó a su salón y notó que la clase estaba por empezar. Rápidamente se alistó y se colocó en su lugar.
Al finalizar la clase, la chica sentía muchos nervios, porque sus exámenes comenzaban en unos días. Es cierto que sabían que estaban cerca, pero no recordaba que tanto.
Todo el asunto de Fuutarou la había tenido ocupada y distraída de la escuela, pero ahora estaba preocupada.
A la llegada de la hora de descanso, la pelirrosa se dirigió con velocidad a la cafetería. Al estar ahí, pudo ver a Fuutarou sentado junto a Itsuki y Yotsuba. A leguas podía notar que el chico estaba nervioso.
La chica compró su comida, se acercó a la mesa y le habló al chico.
-Fuu-kun. ¿Qué sucede?- preguntó Nino con preocupación.
-Los exámenes, estan demasiado cerca y aún no están listas... maldita sea, no sé qué hacer para ayudarlas más...- dijo el chico con nervios.
-Algo se te ocurrirá, aún tenemos un poco de tiempo para pensar en algo. Lamento que tengamos que darte tanto trabajo Taro-kun.- mencionó Itsuki.-
-Por cierto, hoy llegaré un poco más tarde a las tutorías, mi padre quiere hablar conmigo. Si me tardo es justo por eso.- mencionó el chico.
-Mientras pueda estar junto a ti, no me importa esperar mucho.- dijo Yotsuba con una sonrisa.
-¿Qué acabas de decir?- dijo Miku, que recién llegaba.
-¡Me va a matar! ¡Otra vez!- mencionó Yotsuba con nervios, debido a estos, la chica abrazó al peliazul y accidentalmente pegó sus pechos al brazo del chico, provocando que éste se pusiera nervioso.
-Yo-Yo-Yotsuba... por favor... quítate.- mencionó muy nervioso el peliazul.
-Yotsuba, deja de provocar a un virgen como Fuutarou-kun. Él se emociona con facilidad.- dijo Ichika con una sonrisa.
-¡No-no es cierto! No molestes Ichika.-respondió el chico con nervios.
-¿No es cierto que eres virgen?- preguntó Miku con seriedad.
-¡E-eso sí! Digo que no es cierto que... me emociono rápidamente. Dejemos de lado eso, necesito hablar con ustedes.- mencionó el chico.
Las chicas rieron ante esa situación y luego procedieron a sentarse.
-Yo... no seré más su tutor.- dijo el chico.
Esto causó que todas se sorprendieran y comenzaran a quejarse, pero antes de poder concretar algo el chico habló.
-¡Cállense! Dejenme terminar... miren, llegamos a un punto en el que yo ya no tengo nada que enseñarles... no puedo hacerlo. Por ahora, quiero ser más como su apoyo, no su tutor. Ahora las tutoras serán ustedes.- mencionó el chico con seguridad.
Las chicas comenzaron a reír ante eso, ¿ellas sus propias tutoras? ¿Era en serio?
-Por favor Fuu-kun, yo no podría enseñarle a nadie ni en un millón de años, apenas si entiendo lo que es para mí.- mencionó Nino mientras reía.
Fuutarou mantuvo su mirada seria y suspiró:
-No es broma.- mencionó el chico.
-¿Eh? Pe-pero Taro-kun... aún no me siento lista para enseñar algo. ¿Qué podría enseñarle a mis hermanas? Ni siquiera entendí el último tema de matemáticas.- mencionó Itsuki.
-A eso voy, me he dado cuenta que cada una de ustedes mejoró un poco en un área diferente. Ichika podría explicarte ese tema de matemáticas.- mencionó el peliazul.
-¿Yo? Bue-bueno... debo admitir que no ha sido algo muy difícil, pero necesito ayuda en las demás áreas.- dijo la mencionada.
-Miren, Ichika es buena en matemáticas, Nino en inglés, Miku en historia, Yotsuba en lenguaje e Itsuki en Ciencias. Quiero aprovechar eso, el otro día vi a Ichika explicarle un ejercicio a Itsuki, luego de que ella le explicara, Itsuki logró realizarlo. Es por eso que no seré su tutor, ustedes mismas se van a ayudar para salir adelante. Yo seré como dije antes, una especie de apoyo para ustedes.- mencionó el chico.
-¿Yo ayudarlas en Inglés? El último examen que realicé me fue incluso peor que en el anterior, no me creo nada capaz de enseñarles Fuu-kun. Lo siento, pero no cuentes conmigo para esto.- dijo Nino mientras se levantaba y se alejaba.
-¿Y a ella qué le pasa?- dijo el peliazul.
-No lo sé... hace rato estaba normal, hasta muy risueña la había notado.- respondio Miku.
-Hablaré con ella luego. En fin, ¿con ustedes puedo contar?- preguntó el chico.
-Nos esforzaremos para poder hacerlo bien.- dijo entusiasmada Yotsuba.
-Bueno... cuento con ustedes chicas.- dijo el peliazul.
Entre tanta charla, el tiempo de descanso había terminado y cada uno tuvo que dirigirse a su salón.
Antes de poder alejarse, Fuutarou sintió como alguien le tomaba la mano. Al voltear se dio cuenta que era Ichika.
-Necesito decirte algo.- dijo mientras lo jalaba.
El peliazul no protestó ante eso, si ella lo buscaba tan de repente, seguro que era algo importante, o eso era lo que pensaba.
La pelirrosa lo llevó a un pasillo solitario y cuando comprobó que nadie se acercaría, se pegó al chico.
-Yo... extrañaba tus labios...- dijo la pelirrosa mientras sentía cómo su cara se ponía roja.
-¿I-Ichika? ¿Crees que es un buen...?- intentó decir, pero la chica lo interrumpió.
-No... pero ya no soportaba estar lejos de ti, lejos del hombre que amo.- mencionó mientras cortaba distancia entre ambos.
El chico tampoco se esforzó por detenerla, quisiera o no, también sentía la falta del cariño de la chica.
Y así, ambos se unieron en un dulce beso. Uno que expresaba lo mucho que sentían la falta del otro. Un beso que transmitía el sentimiento de "te quiero".
Tras unos segundos, ambos se separaron, ambos tenían sus corazones latiendo a mil por hora y también tenían sus rostros sonrojados.
-Ahora sí Fuu-ta-rou-kun, debo apresurarme para llegar a clase.- dijo la pelirrosa con una sonrisa.
La pelirrosa se dio la vuelta y comenzó a alejarse, pero de pronto el peliazul habló.
-Ichika... yo... no ocultaré más lo que siento... te quiero.- dijo el peliazul.
Te quiero...
Esas palabras resonaron por la cabeza de la pelirrosa, quién quedó atónita debido a esa declaración tan repentina.
Y no solo pasaron por la cabeza de Ichika, también por la de Nino.
La chica estuvo espiandolos todo el tiempo, estaba buscando al chico para explicarle su actitud de hace rato, pero lo que vio la detuvo.
La chica tenía la boca abierta y con sus manos la trataba de cubrir, su impresión era muy grande.
-Me equivoqué entonces... él ya quería a Ichika... al final solo me mintió... para no hacerme sentir mal.- pensó la pelirrosa.
Evitando hacer cualquier clase de bulla, la chica se alejó de ahí lo más rápido que pudo. De alguna manera, que nadie conoce, logró llegar hasta el baño y se encerró.
-Fuu-kun... me había dicho que me quería, que no sabía lo que sentía por las demás... pero ahora dice que quiere a Ichika... bueno, al menos puedo decir que lo intenté... espero que sean felices.- pensó la chica.
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-Permiso.- mencionó Fuutarou mientras entraba al apartamento de las Nakano.
Al escuchar la voz del chico, las otras 4 hermanas voltearon a ver a la entrada, ahí estaban Ichika, quien había abierto la puerta y su amado tutor.
-Pensé que ya no ibas a venir.- mencionó Itsuki.
-Te tardaste mucho, pero es bueno verte.- dijo Miku.
-¡Uesugi-san! Bienvenido.- mencionó con una sonrisa Yotsuba.
-Fuu-kun... hola.- dijo Nino.
Las chicas se sorprendieron al escuchar así a Nino, por lo general ella era más cariñosa y alegre si se trataba de Fuutarou.
-Tuve unos inconvenientes, mi padre se tardó tanto para al final decirme que iba a hablar luego conmigo, pero no importa. Vengo a iniciar el plan: "Idiota le enseña a idiota".- dijo con una sonrisa
Las chicas, exceptuando a Nino, hicieron un puchero al escuchar el nombre del plan.
-Bueno, iré a arreglar unas cosas, regreso luego.- mencionó Nino mientras se levantaba y tomaba su bolso.
-Pe-pero Nino... también te necesito para esto.- dijo el peliazul.
-Ya te dije que no Fuu-kun. No participaré en esto. Si me disculpas, tengo unos asuntos que atender.- mencionó mientras se retiraba.
Narra Fuutarou
¿Qué demonios tiene hoy Nino? Hace poco todo estaba en orden... ¿será que ya cambió de opinión sobre mí y por eso quiere poner distancia entre nosotros? No sé... pero de una forma u otra, la necesito para esto.
En ese momento supe que si no hacía algo al respecto, podría perderla para siempre.
-Bien, primero les enseñaré cómo trabajar con este método y luego iré a hablar con Nino.- les dije, la respuesta que recibí fue simplemente que las chicas asintieron.
Luego de varios minutos donde les expliqué cómo estudiar así, salí del departamento.
Caminé durante varios minutos tratando de buscar a Nino, pero no tuve ningún resultado. Resignado, me dirigí hacia mi empleo, sabia que faltaba tiempo para mi turno, pero tenía que descartar ese lugar de una vez.
Al llegar, el jefe me mencionó que Nino pidió el día para poder "hacer unos cambios" en el centro comercial.
Le pedí el día y luego de que me lo diera, agradecí al jefe y me encaminé hacia el lugar mencionado anteriormente.
Me enfoqué en ver las tiendas de ropa y de maquillaje y tuve suerte, ya que la vi parada frente a un local de ropa.
-¡Ni-Nino!- grité, aunque creo que no fue lo más inteligente que pude haber hecho.
Ella me escuchó claramente, incluso me volteó a ver, pero luego volvió su mirada a la fila, como si estuviera ignorandome.
Con cuidado me acerqué a ella y le sacudí el brazo tratando de llamar su atención.
-¿Qué-qué necesitas Fuu-kun...?- me respondió, con clara señal de nervios.
-Necesito hablar contigo. Ven conmigo.- dije mientras tomaba su mano.
Pude sentir cómo ella hacía un poco de fuerza al tensar su puño, pero eventualmente dejó de hacerla y abandonó la fila para seguirme.
Salí de ese lugar y me dirigí a una banca. Nino hizo lo mismo, pero cuando se sentó, alzó sus piernas y las contrajo hacia su pecho, causando que pareciera una pelota.
Sin embargo, pude sentir la tristeza que la chica emanaba y también pude ver cómo lágrimas descendían por su rostro.
-¿Por qué duele tanto?- preguntó la chica.
-¿A qué te refieres? Nino, necesito que me digas qué pasa, no entiendo qué tienes.- pregunté.
-Te deseo todo lo mejor con... Ichika. Espero que sean felices.- dijo mientras se forzaba a sonreír.
Ese momento fue crucial para mí. Fue cuando comprendí todo.
-¿Qué? ¡No! Ichika y yo no estamos saliendo.- mencioné.
En ese instante, vi como sus ojos recuperaron brillo y las lágrimas dejaron de salir.
-Pero... los vi. Te vi besarla y decirle que la querías...- mencionó con dificultad.
Con que había escuchado y visto toda la plática con Ichika... diablos, ¿cómo soluciono esto?
-Es cierto, hice y dije eso. Y no miento respecto a eso. Yo la quiero... así como también te quiero a ti. Sé que quizás esto suene raro, como si me aprovechara o algo así de ustedes, pero no miento al decir que las quiero a todas.- dije sin pensarlo.
Pude ver cómo sus ojos se abrieron en gran manera, mierda... no debí decir eso.
-Ya veo... por un momento me asusté... pero mientras me quieras a mí, soy feliz.- mencionó ella... de la que me salvé.
Acto seguido la chica se pegó a mí, bastante para mi gusto.
-Quiero que me demuestres... que me quieres también. Dilo.- dijo ella con el rostro sonrojado a más no poder.
-Si prometes no decirles a las chicas sobre esto... aún hay cosas que me impiden avanzar, no quiero que me echen presión por tomar una decisión.- respondí.
Sí, es cierto que las quiero a todas... pero no puedo elegirlas a todas... ¿verdad?
A estas alturas, ya no sé qué hacer y ellas no están ayudando.
-Entonces dilo, y prometo que me lo quedaré solo para mí.-
-Nino... yo...- intenté decirlo, pero no pude en ese momento.
La alejé un poco y tomé sus manos... y simplemente dejé que todo fluyera.
Narración normal
-¿Recuerdas el día de la confesión? Dijiste claramente que ningún chico se iba a interesar en ti por tu carácter... y yo dije que te iba a demostrar que ese chico sí existía.- mencionó el chico, causando que la pelirrosa se pusiera tan roja como el cabello de Itsuki.
-Muchas cosas han pasado, debo admitir que ha sido bastante divertido. La paso muy bien junto a ti, eres una chica muy especial... y no, no me importa una mierda tu carácter. Te quiero con todos tus defectos. Y por si no te quedó claro, el chico que mencioné antes sí existe. Ese soy yo Nino...- mencionó el chico con una sonrisa.
-Fuu-kun...-
La chica abrazó al chico y luego comenzó a acercarse para poder besarlo, pero algo lo impidió.
Fuutarou tomó el rostro de la chica con una mano mientras apretaba sus cachetes.
-¿Qui hicis Fuu-kun? (Traducción: ¿Qué haces Fuu-kun?)- preguntó la chica mientras sentía la presión sobre sus cachetes.
-¿Por qué siempre termina así? Siempre es un beso. ¿No piensas en que podría no gustarme?- mencionó el peliazul.
-Esto... yo...- trató de excusarse, pero no supo qué decir.
-Exacto, no me gusta... me encanta.- dijo con una sonrisa pícara.
Acto seguido, el peliazul tomó la iniciativa y besó a la pelirrosa... eso le hizo confirmar lo que tanto temía...
¿Qué iba a ser de él de ahora en adelante? Nadie está seguro de eso.
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-Permiso... de nuevo.- dijo el peliazul mientras entraba a la casa de las Nakano.
-¿Fuutarou-kun? ¿Cómo entraste? ¿Encontraste a Nino?- preguntó Ichika.
De la nada, Nino salió y abrazó el brazo del peliazul, sorprendiendo a las demás.
-¡Hola!- dijo Nino con una sonrisa.
-No te le pegues tanto.- mencionó Miku con evidentes celos.
-¿Por qué no? Si después de todo él y yo...- dijo, pero fue interrumpida.
-Nino.- mencionó el chico, recordandole lo que le había hecho prometer de no decir nada.
-Después de todo él y yo tuvimos un día genial.- mencionó la chica.
-Detalles sin importancia, ¿cómo les fue con ese plan?- dijo el peliazul.
La pelirrosa ante ese comentario hizo un tierno puchero, aunque fue ignorada olímpicamente por el peliazul.
-Bien supongo, pude ayudar a Itsuki, pero no a Miku.- mencionó la pelirrosa mayor.
-Igual aquí, pude ayudar a Yotsuba y un poco a Miku, pero no a Ichika.- mencionó Itsuki.
El peliazul se llevó una mano al mentón y suspiró.
-Es más de lo que esperaba, ahora que las cinco se van a ayudar entre sí, todo será más fácil. Solo será cuestión de costumbre.- dijo el chico.
Las chicas sonrieron, habían logrado dar aunque fuera un paso en su rendimiento académico.
Luego de eso, el chico se despidió de las chicas y se dirigió a su casa.
Al llegar, pudo notar que su padre estaba en la mesa, el hombre estaba revisando su celular mientras bebía café.
-Viejo, buenas noches.- saludó el chico.
-¿Y tú quién eres? Ah, mi hijo. Como te la pasas solo con las Nakano ya casi ni te veo.- mencionó el hombre.
-No empieces. Aunque... hablando de las Nakano, me gustaría pedirte un consejo.- preguntó el chico.
-Oh, esto se está poniendo interesante. A ver, ¿cual es el problema?- mencionó el rubio.
-¿Cómo supiste que te gustaba mamá?- preguntó mientras se sonrojaba ligeramente.
El rubio sonrió ligeramente y habló:
-Verás...-
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Nino estaba afuera, ella admiraba el cielo estrellado mientras escuchaba música.
-Deberías entrar pronto, te vas a enfermar.- mencionó una voz que provenía de la entrada de ka casa. La voz le pertenecía a Miku.
-Gracias por preocuparte. Entraré en un rato.- dijo la chica.
-¿Puedo?- preguntó Miku, con intención de ver si a Nino no le molestaba que ella se sentara a su lado.
Nino en respuesta solo asintió.
-¿En qué piensas?- dijo la pelicastaña.
-En este momento pienso en todo lo que ha pasado en los últimos meses... y en lo afortunada que soy. Si Dios existe, entonces le agradezco que me haya dado a unas hermanas como ustedes.- mencionó Nino con una sonrisa.
-Gracias a ti por siempre preocuparte por nosotras, a pesar de que molestamos mucho, siempre estás ahí para apoyarnos.- mencionó Miku.
-También le agradezco a Fuu-kun por todo. Gracias a él he cambiado para mejor, ya no soy la misma orgullosa de antes... o bueno, no tanto.- dijo con una sonrisa, aunque Miku le respondió moviendo la cabeza negativamente.
-No es así. Siempre has sido así de atenta y cuidadosa con nosotros, y si hablamos de orgullo... creo que Itsuki siempre fue más orgullosa que tú. Es cierto que Fuutarou nos ha ayudado a cambiar en muchos aspectos, también gracias a él es que nos hemos vuelto más unidas, pero lo que yo pienso... es que él solo nos ayudó a ver nuestros rasgos buenos y a mejorarlos.- dijo Miku con una sonrisa.
-Sí... creo que tienes razón. Ese chico orgulloso y pesado fue quien nos ayudó a mejorar... y nosotras a él. Nos complementamos...- mencionó Nino.
-Es como esas constelaciones que te gustan. La constelación no existe sin las estrellas y las estrellas por su propia cuenta no forman algo realmente... impresionante.- dijo Miku.
-Sí... me recuerda a la constelación que vi la noche que me le declaré a Fuu-kun.- pensó la chica.
Luego de eso, ambas decidieron que era mejor entrar porque se estaba haciendo tarde.
Miku entró y Nino antes de hacerlo, se dio la vuelta para ver el cielo una última vez.
-Casiopea... por alguna razón siempre logro ver esa constelación...- dijo la chica al ver las estrellas.
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(Casa de la familia Uesugi, 5:00 pm)
-Vaya... no tenía idea de que habías pasado por tantos malentedidos. Las tías suelen ser así, ¿verdad?- dijo la pequeña Uesugi con una sonrisa.
-Y sí que lo son. Siempre se precipitaban, todo porque no me dejaban terminar de hablar. Siempre fueron unas tontas.- mencionó el peliazul con una sonrisa.
En ese momento, una mujer entró.
-A ver, ¿qué le estás diciendo a nuestra hija?- dijo mientras se le marcaba una vena en la frente.
-¿Eh? Ho-hola cielo... esto, le hablaba sobre... esto...- dijo un nervioso peliazul.
-Hablaba sobre mamá y las tías. Dice que siempre fueron unas tontas.- respondió la pequeña Hanae.
-¿En serio? Ara-ara... tendremos que enseñarle a tu padre a respetar.- dijo la mujer mientras una sonrisa malvada se formaba en su rostro.
-¿No hay otra forma para resolver esto?- mencionó el hombre con preocupación.
-No lo creo querido. No lo creo...- mencionó mientras se acercaba al peliazul.
-Bueno... no puedo quejarme. Yo solito elegí esta vida...- pensó el peliazul.
-¡Espera mamá! Al menos dejalo vivir hasta que termine de contarme su historia. Dice que no le falta mucho. ¿Puedes hacer eso por mí?- mencionó la chica mientras juntaba sus manos en forma de súplica.
La mujer simplemente suspiró y le sonrió a su pequeña.
-Está bien... tendré piedad de él.- mencionó mientras se acercaba al hombre.
Acto seguido, la mujer le dio un beso en la mejilla y comenzó a salir de la habitación.
-No creas que te salvaste cielo. Saldaremos cuentas más tarde.-
-Es aterradora...- dijo el peliazul.
La mujer salió y se sentó en el sillón de la sala, volteó a ver hacia un mueble que tenía varias fotos, pero su vista se fijó especificamente en una de esas.
La mujer sonrió ligeramente y dijo:
-Ese día fue genial... como las extraño. Espero que podamos vernos pronto.-
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Elegancia y fragilidad. Eso es lo que la tercera estrella demostraba.
Una estrella tan especial y única.
Ella es el corazón de la constelación, la estrella del centro.
Ella es Schedar.
Tercera estrella: La más frágil, la estrella que veló por sus hermanas, Schedar.
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Próximo episodio: Una última cita
Y ya estamos. Hasta aquí llegó el arco de mi tsundere favorita, el próximo capítulo preparará el terreno para el arco de la favorita de muchos, Miku.
Escribir sobre Nino fue muy divertido, aunque complicado al inicio, me costó un poco debido a que las tsunderes particularmente no son muy de mi agrado, pero Nino es de las pocas excepciones.
Fue bonito escribir sobre ella, me divertí bastante.
En fin, espero que el capítulo les haya gustado, aprecio mucho sus comentarios y votos.
Antes de irme para los que no lo saben, si les gusta esta historia los invito a que se pasen por mi perfil, tengo una historia enfocada en Itsuki y otra donde de vez en cuando subo One-Shots sobre las quintis ;)
Nos leemos en otra ocasión.
Fin de la transmisión.
-Writer_Bryan.
(Y por su pollo, no podía irme sin dejar una imagen de Nino.)
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