Capítulo 9


Esa no es mía, para aclarar, desde la primera vez que nuestros labios se tocaron tengo muchas.

Y él también ha sentido, lo supe desde el beso en mi departamento, pero no dije nada, porque él tenía razón, aunque yo no siento que vamos muy rápido.

- ¿Quiere controlarse conmigo?

- Pero, tú no me dejas… ¿Por qué?

- Porque yo también pierdo el control, cuando lo tengo cerca.

Se sentó en su lugar, colocamos nuestros cinturones y seguimos en el camino.

Yo seguía pensando en cuánto me gusta besarlo y que ya no quiero que se controle conmigo, quiero que demuestre sus verdaderos sentimientos.

- ¿Sus padres ya no volvieron a casarse?

- Sí. Mi madre con un multimillonario francés y mi padre con una de las más grandes herederas rusas… Me gustaría que alguien les dijera a mis padrastros que el cariño no se compra.

- ¿Le dan cosas que cuestan mucho dinero?

- Este auto lo compró mi padrastro y mi Villa en el lago, la compró mi madrastra. Ambos están a mi nombre y los acepté por mis padres, pero no significa que quiero que hagan esto.

- Son personas adineradas. Esa debe ser la educación que les dieron… Un momento. ¿Tiene una Villa en el lago?

- Sí, es muy grande para mí, solo voy en feriados y vacaciones. Los empleados son muy amables, pero les pagan para mantener la casa.

- ¿No lo atienden a usted?

- Están para atenderme a mí, pero casi nunca voy, por eso digo que es para mantener en buen estado la casa. ¿Quieres ir algún día?

- ¿Puedo?

- Ya llegamos.

Nos bajamos… ¿Por qué no respondió? Honestamente, siento que es casi seguro que yo visite esa Villa en algún momento.

Nos preparamos para entrar y apareció el segundo al mando, es quien está a cargo cuando no está el arquitecto.

Ahora entiendo, vaya que el Director no esconde que es un hombre celoso y posesivo; y no quiere que yo me encuentre con el arquitecto.

- Usted debe ser Saint, el arquitecto no deja de hablar de usted.

- ¿Así que no piensa saludar al Director?

- Perdóneme… Buenos días Director Pruk.

- Buenos días… Así que el arquitecto habla de MI asistente.

- No mucho, en realidad, hemos hablado más del retiro de la empresa.

- ¿Retiro de la empresa?

- Sí, Saint. Todos los años durante un fin de semana, la empresa recompensa a sus empleados con un retiro, para que todos puedan descansar, relajarse y recobrar fuerzas.

- Pero, yo no puedo ir Director Zee, solo faltan 28 días para que yo me vaya.

- Te diré dos cosas Saint. Uno… es en dos semanas, así que sí podrás asistir. Dos, nunca he ido sin mi asistente… - Se acerca a mi oído y susurra el resto de la oración – No te veo como mi asistente, pero definitivamente te vas conmigo.

Mordí mi labio inferior en el momento que dijo eso. El Director le dijo al hombre que nos iríamos porque tenía un asunto urgente que tratar (lo cual era una gran mentira), nos subimos a su auto de regreso y condujo muy rápido, hasta que llegamos a una desviación y entró ahí.

El camino estaba muy solo, se detuvo y puso el seguro de las puertas, me quitó el cinturón y bajó mi asiento, entonces se vino sobre mí.

- Te advertí lo que pasaría si te mordías el labio.

No pude responder, rápidamente me besó. Todo su cuerpo estaba sobre el mío y eso se sentía jodidamente caliente.

Estaba tocando todo lo que sus manos alcanzaban, mi entrepierna iba a explotar de deseo, hasta que de pronto…

- ¡Auch!

- Tal vez se te quita esa mala costumbre.

Cuando ya se estaba levantando tiré de su cuello y le dije que debía compensarme porque mi labio me dolía, así que volví a besarlo, pero esta vez, no dejé que me soltara, sentir su lengua dentro de mi boca, llevaba mi excitación a mis límites.

Y todo se puso aún más caliente, cuando empezó a rozar su entrepierna con la mía, porque ambos estábamos… Muy duros…

No me importaba lo que hiciera, con solo que no dejara de besarme, me bastaba, pude sentir que queríamos ir más lejos que esto, sobre todo cuando besó mi cuello y parecía que quería devorarme.

Llegó un momento en que no pudimos evitar gemir…

- Ahh… Saint… Suéltame… Ahhg…

- ¡No quiero!... Mmm… No deje de besarme… Ahh.

Sabía que estábamos en un lugar donde nadie podía vernos ni escucharnos, así que desahogamos todos los besos que no pudimos darnos antes, o para ser más claro “ardimos en pasión”.

¿Lo hicimos?… Pues NO, el Director es un caballero, pero así como no me quedé con las ganas de besarlo desde la primera vez que nos conocimos, tampoco me quedaré con estas ganas de pertenecernos…

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