Capítulo 3
- Escucha Saint, sé que te han dicho muchas cosas sobre mí y en este momento te aclaro que todo es cierto. Pero lo que más me molesta es que no me obedezcan, así que responde: ¿por qué llegaste temprano hoy? Ayer te di una orden y esas se deben cumplir.
- Director Zee, yo... No quise desobedecer, es solo que no pude dormir muy bien y me desperté temprano, así que decidí llegar antes para adelantar el trabajo. Por favor discúlpeme.
Estaba hablando muy rápido porque estaba muy nervioso, su rostro estaba muy cerca de nuevo y eso había enloquecido mi corazón, no sé que me pasa con este hombre, que jamás ha llamado a sus asistentes por su nombre y en estos momentos, todo lo que puedo pensar es: ¿sentirá lo mismo que siento yo cuando se acerca así?
No sabía que estaba pensando en locuras hasta que él interrumpió mis pensamientos cuando dijo:
- Mañana iremos a la construcción, y ya que desobedeciste en venir temprano, te doy la orden de irte una hora antes y descansar bien. No quiero que te estés durmiendo mañana durante la visita.
Obedecí y me fui temprano para descansar y no dormirme mañana en el trabajo.
Cuando llegué a mi departamento, no podía dejar de pensar en cómo me empujó hacia la puerta, la expresión de sus ojos, los nervios que tenía. Y la verdad, no quería que ese momento terminara, quería que el tiempo se detuviera y nos quedáramos así de cerca para toda la vida.
"Pero ¿Qué demonios estoy pensando?" Cálmate, Saint, solo estás impresionado por la emoción del primer trabajo, eso es todo, no pasa nada. Solo concéntrate en trabajar y hacer las cosas bien, en 43 días regresa su asistente y tú buscarás un nuevo empleo ya con experiencia.
Repetía estas palabras en mi mente, mientras me quedé dormido, me desperté temprano como de costumbre, este es mi tercer día de trabajo y por primera vez iría solo con el Director Zee a ver la construcción, que por cierto estaba muy lejos de la oficina, noté que tardaríamos más de dos horas en llegar.
- Buenos días, Saint. ¿Descansaste anoche?
- Sí, Director Zee. ¿Nos iremos pronto? "¡Maldita sea! ¿Cómo pude preguntar eso?"
- ¡Estás emocionado! ¿es la primera vez que haces trabajo de campo?
- Sí.
- Bien, prepara mi café y nos iremos de inmediato.
Él entró en su oficina y la recepcionista que se llama Ann, me dice muy sorprendida que jamás creyó que llegaría el día en que el Director Pruk, llamaría a un asistente por su nombre. Ignorando ese comentario me dispuse a hacer el café, y se lo llevé.
- Gracias, vámonos.
- Director Zee... Ehh... ¿No tomará su café antes?
- No. Ya es tarde. Vámonos y no vuelvas a discutir mis decisiones, no le doy explicaciones a nadie de mis acciones. ¿Te quedó claro Saint?
Cuando dijo mi nombre, sentí como si mi cuerpo hubiera sido electrocutado, fue una extraña sensación, asentí con mi cabeza y nos subimos a su vehículo, para dirigirnos a la construcción.
Pero como ya había dicho el camino era muy largo y decidí comenzar a hablar sobre cómo me siento trabajando con él y todas las cosas buenas y malas que había notado en la oficina.
- Oye Saint. ¿Nunca te callas?
- Jajajajajaja. Perdóneme, es solo que el camino es muy largo y me aburro.
- No te estoy regañando. De hecho, eres la primera persona que se sienta en ese asiento, mis asistentes nunca viajaron conmigo, les enviaba un taxi y yo llegaba solo.
Porque sabía que ellas, estarían incomodas por mi forma de ser y eso no me gusta. Pero a ti parece no importarte mi actitud.
- No creo que nadie deba tenerle miedo. Pero tal vez necesita sonreír más.
- No soy un payaso Saint, soy el Director de una empresa constructora.
No pude evitar reírme de nuevo, pero esta vez él también sonrió. Cuando vi su sonrisa, me sentí tan cálido por dentro, como si me golpeara vapor que no quema, solo calienta tu cuerpo, sentía como mis mejillas se calentaban y de pronto...
Casi me doy con el tablero de su auto.
- ¿Te quieres morir Saint? ¡Ponte el maldito cinturón! Y asegúrate de no verte tan rojo cuando lleguemos a la construcción, parece que te has estado bronceando durante horas en la playa.
- Sí Director Zee. (dije eso mientras sonreía, estaba tan emocionado por ir a la construcción que olvidé ponerme el cinturón... ¿o... estaba emocionado porque el viaje era solo con él?).
Al instante que coloqué mi cinturón seguimos, ya solo faltaban alrededor de 15 minutos para llegar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top